Tesla: anatomía de un suicidio

IMAGE: OpenAI's DALL·E, via ChatGPT

Hace apenas una década, Tesla simbolizaba la transición energética: innovadora, deseada y alineada con los valores progresistas de sus compradores. Hoy, sin embargo, la empresa encabeza titulares por sus desplomes de ventas, la vergüenza pública de sus propietarios y la fuga de talento. ¿Qué ha ocurrido y, sobre todo, qué futuro cabe prever cuando su fundador pretende que la salvación pasa por reconvertirla en una firma de robótica?

El imaginario de la compañía se ha desplomado a velocidad de vértigo desde que Elon Musk abrazó sin ambages la agenda de la administración Trump y convirtió su nombre en bandera de polarización, y ha pasado de icono aspiracional a activo tóxico. El profesor Scott Galloway califica el fenómeno como «una de las mayores destrucciones de marca de la historia«: Tesla ha pasado del puesto octavo al 95 en el ranking de reputación corporativa de los Estados Unidos, arrastrada por la confusión entre la persona y la empresa.

Ese desgaste simbólico tiene, lógicamente, reflejo en los balances. Mientras las matriculaciones de eléctricos puros crecían un 28% en Europa durante abril, las entregas de Tesla caían el 49% interanual según los registros de ACEA, en países como España (–36%) o Suecia (–81%) marcan mínimos de varios años. La paradoja es que la demanda de vehículos eléctricos no se ha agotado: sencillamente ha migrado a competidores como BYD, Volkswagen, KIA o Hyundai, que ofrecen productos comparables sin la carga reputacional asociada al fundador de Tesla.

La firma pasó del Top 10 de marcas más admiradas en los Estados Unidos al puesto 95 en solo cuatro años, un descalabro de reputación en caída libre. El detonante, obviamente, fue la hiperidentificación de Elon Musk con la administración Trump y su impopular «Department of Government Efficiency (DOGE)», que simbolizaba todo lo que los anteriores compradores de sus vehículos odiaban.

La crisis atraviesa también a los propietarios. En un relato publicado por The Guardian, un conductor británico describe cómo «su coche soñado» comprado para jubilarse se ha vuelto «una pesadilla viviente»: venderlo resulta inviable porque el mercado de segunda mano ahora penaliza fuertemente la marca y porque, además, nadie quiere «que lo vean conduciendo un Tesla». Fuera del núcleo anglosajón el rechazo no es menor: en Adelaide (Australia), el 95% de las protestas vecinales que pidieron vetar la venta de suelo municipal a Tesla lo hicieron motivadas no por cuestiones medioambientales, sino por puro sentimiento «anti-Musk».

El deterioro reputacional agrava los números reales. Las entregas globales del primer trimestre retrocedieron un 13% mientras el resto del mercado crecía, y en California, feudo histórico de la marca, las matriculaciones bajaron el 15% frente a una subida del 7.3% en el conjunto de los eléctricos. Los «trade-ins», clientes que entregan un Tesla para comprar otra marca, han aumentado un 250%, y los recortes de precio han comprimido los márgenes hasta mínimos de cuatro años. En una encuesta Yahoo/YouGov de marzo, el 67% descartaba comprar un Tesla, y un 37% lo atribuía directamente a Musk. El patrón se repite: el resto del mercado eléctrico progresa mientras Tesla retrocede, síntoma de un boicot de facto más que de problemas coyunturales de demanda.

Frente al brutal desmoronamiento del negocio automotriz, Musk promete pivotar la marca hacia la robótica: robotaxis, humanoides y «decenas de miles de millones» de autómatas domésticos, como tabla de salvación. Sin embargo, el patrón histórico de sus anuncios invita al escepticismo. Diecinueve años de promesas incumplidas, desde el Hyperloop hasta la conducción autónoma de nivel 4 “el año que viene”, pasando por el “millón de robotaxis” que nunca llegó. El próximo hito, un piloto de 10-20 Model Y sin conductor en Austin, ya acumula numerosas dudas técnicas y regulatorias; pruebas independientes han mostrado fallos de seguridad tan básicos como saltarse un semáforo en rojo.

La elasticidad de la marca ha desaparecido: el traslado de negocio de «automoción sostenible» a uno de «inteligencia robótica» requiere confianza regulatoria y social, exactamente lo que la figura de Musk tiende a disipar. La misma encuesta que penaliza a Tesla penaliza ya también a cualquier aventura asociada a su fundador. Pero además, la economía unitaria es sumamente dudosa: incluso suponiendo un éxito técnico impresionante, los márgenes de un servicio de robotaxi integrado verticalmente son muy inferiores a los de vender hardware de alto margen como el Model S o X, y la forzada transición implica destruir el cash-cow actual antes de que la nueva vaca produzca leche.

Incluso si la tecnología madurase, el viraje no resolvería el problema central: la confianza. Los reguladores que deben autorizar flotas de vehículos sin conductor y los consumidores que pagarían por subirse a uno trasladan al nuevo servicio la misma percepción negativa que hoy pesa sobre los coches de la marca. Al mismo tiempo, el espacio competitivo está abarrotado: Waymo opera en varias áreas metropolitanas, Zoox vuelve a las calles bajo estricta supervisión, y en robots humanoides, Boston Dynamics (Hyundai), 1X, Figure, Agility o Toyota captan talento e inversión sin tener que cargar con la losa de un fundador tóxico. Convertir la compañía en una apuesta robótica podría haber sido lógico si la credibilidad tecnológica de Musk siguiera intacta. Pero hoy, la evidencia sugiere lo contrario: los clientes y los reguladores atribuyen a sus promesas la misma probabilidad que a la «demo de Marte» de 2016.

A medio plazo pueden dibujarse tres trayectorias plausibles. En el escenario más verosímil, en el que Musk mantiene el control y el robotaxi solo se despliega de forma limitada en algunas ciudades en los Estados Unidos, la cuota global de Tesla en vehículos eléctricos puros caería por debajo del 6% hacia 2030, y la acción acabaría valorada con los múltiplos habituales de la industria del automóvil, ya no de la tecnología como ocurría anteriormente. Solo un relevo de liderazgo que despolitizara la marca y restaurara la comunicación con los consumidores podría estabilizarla en torno a un 10% del mercado, pero sería sumamente complejo y requeriría un giro cultural que Musk no ha mostrado intención de emprender. En el extremo negativo, la continuidad de la polarización y nuevos retrasos regulatorios en sus robotaxis hundirían la cuota por debajo del 3%, forzando la escisión de las divisiones de energía y de inteligencia artificial para contener las pérdidas.

Ahora, ni siquiera la fulminante salida de Elon Musk del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), anunciada como una gira de «rehabilitación de imagen» para volver a dedicar «tiempo maniaco» a SpaceX y, sobre todo, a Tesla, va a lograr ya revertir la fractura con su clientela original: después de año y medio jugando a zar de la austeridad trumpista, la reputación de la marca ha caído en picado y las tiendas de la compañía registran protestas y malos resultados de ventas, según admiten sus propios portavoces. Doce fondos de pensiones, hartos de un CEO que «lleva demasiadas gorras, incluidas las rojas», acaban de exigirle en una carta pública que al menos trabaje cuarenta horas semanales en la empresa y deje de distraerse con la política, recordándole que la acción ha perdido una cuarta parte de su valor desde que abrazó la agenda MAGA. El gesto llega tarde: la antigua base pro-sostenibilidad no le perdonará haber convertido la marca en símbolo de polarización, y la nueva audiencia ultraconservadora que aplaude sus arengas no parece dispuesta a comprarse un vehículo eléctrico en los días de su vida.

Tesla seguirá ocupando un lugar prominente en los libros de historia de la innovación: inició la electrificación a gran escala, y obligó a gigantes centenarios a ponerse las pilas, literal y metafóricamente. Pero esa ventaja ya está amortizada: ahora, los competidores fabrican mejores productos a precios más accesibles, y el goodwill que diferenciaba a Tesla se ha evaporado, y el legado tecnológico nunca garantiza la supervivencia empresarial. Cuando la identidad corporativa se confunde hasta tal punto con la figura del fundador, la reputación se vuelve tan volátil como su cuenta de X. Y a diferencia de una batería, la confianza del mercado no admite una recarga rápida. En términos de innovación, el legado de Tesla permanecerá. Pero en términos de negocio, todo apunta a que el pionero quedará reducido a un patético case study sobre cómo una estrategia personalista puede lograr dilapidar lo que fue un first-mover advantage monumental.


This article is also available in English on my Medium page, «Tesla: Anatomy of a suicide«

36 comentarios

  • #001
    Benji - 29 mayo 2025 - 11:02

    Para mí su éxito se debió a la supercarga y su red. Y a ese equipo lo despidió enterito. Ahora los chinos están ya cargando a 800V-1000V y el diferenciador de Tesla ahora es imposible de divisar.

    Sigo pensando que los coches eléctricos son demasiado caros. No sé si por los aranceles a los chinos, si es porque realmente hoy en día un coche vale tanto, o por qué. Pero tengo 200.000 en mi Dacia Sandero GLP y voy a seguir hasta los 300.000.

    Y la culpa no es de Musk, aquí echo la culpa a la red inútil de cargadores medio rotos por toda España, los descuentos a «posteriori» del Moves III que va y viene según vaya el parlamento y hacienda.

    También tengo la esperanza de que el hundimiento de Tesla provoque una caída de precio que me permita asumir comprar un coche eléctrico por 20.000€ aunque sea de segunda mano. Y de 650km de autonomía mínimo.

    A Musk… el que siembra vientos, cosecha tempestades

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    • f3r - 29 mayo 2025 - 11:20

      En mi humilde opinión, un coche nuevo por más de 10k no tiene sentido. Puede que eléctrico 15k. Todo lo demás me suena a «alguien se está comprando un yate a tu costa», y la verdad es que paso. Y sí, eso implica que utilizaré la tecnología contaminante que mejor le venga a mi bolsillo, cansado ya de ser el único que durante décadas se ha preocupado por algo

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      • Alguien - 29 mayo 2025 - 13:19

        Lo siento, pero creo que no te has dado cuenta de que los euros ya no valen lo que antes.

        No hay coches nuevos a 10k en Europa porque no se pueden hacer tan baratos aquí. En China si, que están muy automatizados entre otras ventajas. En Europa no.

        Quizás con una mayor automatización y menos sistemas de seguridad y peores materiales y sin apenas tecnología, si se pueda, pero nadie lo compraría.

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      • Balmer - 1 junio 2025 - 17:59

        Jajajaja. A ese precio? Hace 10 años y una cafetera tipo picanto, twingo o la castaña del sandero. Hoy en día sueñas.

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  • #005
    Ángel “el bueno “ - 29 mayo 2025 - 11:21

    Espero que cuando te salgas de tu Tesla escribas un artículo…

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    • Enrique Dans - 29 mayo 2025 - 11:34

      En casa los coches nos duran una eternidad. El Tesla hace seis años mañana, la batería no se ha deteriorado prácticamente nada, seguimos pudiendo viajar cómodamente a Coruña con una sola parada, y como nos pilló una pandemia y alguna otra circunstancia personal, hemos viajado menos de lo habitual, tiene menos de noventa mil kilómetros, y no ha dado un ruido: sin averías reseñables más allá de cambiarle neumáticos, un filtro de aire y la batería pequeña. Salvo que pase algo o alguna marca me ofrezca algo para que lo pruebe, pienso prolongar el Tesla lo que pueda…

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      • Berny - 29 mayo 2025 - 13:14

        Coherente en lo fundamental, pero sin que eso le impida tomar una posición crítica.
        Le marca su rol decente.

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      • Alguien - 29 mayo 2025 - 13:21

        Con un poco de suerte en unos años Musk está fuera de Tesla.

        El coche no tiene la culpa de que Anakin Skywalker se haya vuelto Darth Vader.

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        • José - 1 junio 2025 - 09:22

          Musk el extravagante, el hombre más rico del mundo que en las campañas electorales de Trump se drogaba con diferentes estupacientes.
          El Musk de Twitter donde se endeudado, Teslas antes de Trump tenía una deuda 18000 millones USD, era un Deudor pero tenía una fuerza que lo hacía diferente a los demás.
          Querer ser parte simbólica de los temas políticos de Trump la mayoría eran imposibles de poder cumplir sobre todo los Aranceles,
          Su cargo en la Administración Trump le pasó factura.
          Trump ayudado a Musk a no perder chance con la Guerra de Ucrania allí Musk tiene unos grandes ingresos económicos.
          Musk no es solo Tesla.
          Hay mucho Musk para terminar con el mismo
          Es muy inteligente y volverá a ser un precedente en la creatividad.

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  • #010
    Buzzword - 29 mayo 2025 - 12:03

    Yo comprendo a Elon, lo que le pasa es lo mismo que nos pasa a mucho, que por mucho que sepamos que el colesterol es malo, el bocata de pimientos fritos con bacon nos puede. La diferencia es que a él le pasa con el fascismo trumpista…

    En cuanto a esa marca que usted nos habla, es tan ensalzada por algunos como en su obra fue la obra de Manzoni. Otros preferimos no comprar esas obras conceptuales.

    No seré yo quien objete o sea crítico a esas compras será gepeto quien puede ayudarnos…


    Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)
    Algunas personas con TOC desarrollan rituales o fijaciones muy específicas, que pueden incluir compras compulsivas de ciertos productos o marcas.

    Aunque el TOC suele estar más relacionado con obsesiones (pensamientos intrusivos) y compulsiones (conductas repetitivas para calmar la ansiedad), en algunos casos se puede manifestar como una fijación intensa por ciertas elecciones de consumo.

    2. Trastorno de compra compulsiva (oniomanía)
    Es un trastorno del control de impulsos, donde las personas sienten una necesidad irresistible de comprar, incluso sin necesidad real.

    La marca puede convertirse en un símbolo de valor personal o estatus, lo que refuerza la conducta irracional.

    Aunque no siempre se centra en una sola marca, puede haber patrones que sí lo hagan.

    3. Síndrome de Diógenes digital / acumulación virtual
    Aunque el término se usa más para personas que acumulan cosas físicas en casa, hay una variante moderna en la que las personas "acumulan" gadgets, juegos o productos digitales de ciertas marcas sin usarlos, solo por una obsesión con la marca.

    Esto podría vincularse con la necesidad de sentirse parte de un grupo o mantener un status.

    4. Sesgos cognitivos y mecanismos psicológicos normales
    Más común que los trastornos clínicos, hay fenómenos psicológicos comunes que afectan a la mayoría de las personas en algún grado:

    a) Lealtad a la marca / identidad de marca
    Las marcas logran asociarse con la identidad personal. Comprar una marca puede sentirse como reafirmar quién eres.

    b) Disonancia cognitiva
    Una vez que alguien invierte en una marca (dinero, tiempo, prestigio), tenderá a justificar su elección con argumentos emocionales, incluso si la decisión no es racional.

    c) Efecto halo
    Si una persona tiene una buena experiencia con una marca, tenderá a pensar que todos sus productos son buenos, incluso sin evidencia.

    d) Heurística de familiaridad
    El cerebro humano tiende a confiar más en lo familiar, lo que lleva a preferencias automáticas por ciertas marcas sin un análisis objetivo.

    Que cada uno se autoevalúe en su vida diaria, si pueden autoanalizarse o sentir que necesitan una visita a un profesional.

    Como es bueno hacer autocrítica, en el caso de la marca que Enrique nos habla, creo que no podría hacer una crítica más objetiva a la que podemos ver en varios videos de YouTube, p.ej. A.Gaitan, aunque he de reconocer que tampoco es santo de mi devoción. Por lo que salvo la estética retro (a lo KITT) o a diseños hechos por un inútil (Cybertruck), falta de funcionalidad y «belleza» del salpicadero, no tengo nada que objetar técnicamente a algo tan sencillo como una bateria+motor eléctrico (como mi minipimer modelo mini del Ikea para hacer leche montada estilo capucino)

    https://www.ikea.com/es/es/p/produkt-batidor-leche-negro-50301166/

    PS: Siempre se ha dicho que la mecánica de los VE está a años luz de los Relojes de Cuco. Cuando era pequeño iba corriendo a las en punto, para ver salir al pajarito. De que manera más simple nos puede hacer felices la tecnología. Hostia si hubieran tenido una marca potenciada por el marketing de Tesla, hubieran arrasado. Lo tienen todo: tampoco contaminan y además son bonitos de verdad !!

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  • #011
    Javier M - 29 mayo 2025 - 12:06

    Veremos qué pasa. La torta ha sido enorme, pero hemos visto a otras compañías resurgir de sus cenizas (apple, IBM, Lego….), y Tesla sigue estando en un mercado alcista, el de los coches eléctricos.

    Cuando se alcancen economías de escala de verdad, se supone que serán mas baratos que los de combustión, con motores mucho más complejos. Aquí la pregunta no es si electrico sí o no.

    La pregunta es si Tesla será capaz de competir y quedarse con el mercado premium (a lo iPhone) sabiendo que la mayoría del mercado ira a mercado chino barato.

    Tiene bastante competencia ahí, porque los audis, mercedes, BMW, wolskwagen y demás van a tratar de luchar por ese pastel, por K.O. técnico contra el otro pastel (el de los coches electricos baratos).

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  • #012
    Alqvimista - 29 mayo 2025 - 12:29

    AL final se cumplirán nuestros funestos augurios pero no por la causa que imaginábamos.

    Teniendo en cuenta lo que le gustan a los yaquis esas cosas, yo montaría en EEUU un negocio de restyling para Teslas. Una serie de kits para reemplazar cuatro piezas esenciales que transformen estéticamente el Tesla en otra cosa inindentificable.

    No cabe duda de los vaivenes políticos de Musk han lastrado mucho a Tesla, pero creo que ha pesado más la política interna de la empresa.
    Muchos potenciales usuarios están esperando el prometido Model 2, modelo asequible al que Tesla ya ha renunciado mientras jugaba con modelos absurdos como el Cybertruck o el camión pesado Semi.
    Lo de la conducción autónoma ya lo dejamos para no hacer sangre…

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    • Benji - 29 mayo 2025 - 13:45

      Totalmente de acuerdo.

      Aunque el Model 2 (o Tesla Q) para que aun es algo que sigue en proceso, no está descartado ni creo que los accionistas lo permitan.

      Lo de la robótica es un sinsentido. Ahora mismo nadie la quiere ni necesita. En unos años sí

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  • #014
    Xaquín - 29 mayo 2025 - 12:53

    Durante mucho tiempo el paradigma de la dipolaridad suprema, con un desdoblamiento de la pesonalidad muy fuerte, fue el Dr. Jekyll de Stevenson.

    Su Mr. Hyde era la esencia del mal, del MUY MAL, haciendo las cosas.

    Ahora tenemos, gracias a Elon Musk, una telerrealidad mucho más enorme y compleja… no sabemos que tipo de droga le ha provocado ese desdoble. Aunque se puede analizar con tiempo y ganas (y dejando atrás obsoletos parámetros psicológicos).

    Nunca el Mr. Hyde pudo volver a ser un Dr. Jekyll (aunque de eso no habla el escritor), pero está claro que Elon Musk ya nunca dejará de ser el MEGADOG USA, que puede acabar como su último cohete… desintegrado. Incluso recuperado él, en cuerpo y mente (algo muy muy dudoso), ya se ha comido todo su patrimonio como empresario audaz, aunque muy provocador, para quedar en el típico provocador de la clase, que ni siquiera es capaz de sacar el graduado, aunque se alíe con el profe.

    Elon desconoce totalmente el tremendo papel que ejerce el llamado imaginario colectivo, especialmente el inconsciente, en la evolución social.

    Y soy de los que siguen pensando que tenía mucho (mucho) potencial, aunque como el amigo Jobs, se pasara un pelo en la interacción con los demás humanos. Pero eso le pasaba al Alejandro Magno y por eso mismo yo lo denomino Alejandro Medio. Ni más ni menos. Tanto imperio conquistado (demasiado rápido), para dejarlo mal despiezado, como si fuera un actual Tesla .

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  • #015
    MUSK - 29 mayo 2025 - 12:58

    Tesla: justificaciones de odio, ideología y política progresista

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  • #016
    Gorki - 29 mayo 2025 - 13:18

    nadie quiere «que lo vean conduciendo un Tesla

    Ese es el problema, era un tema de moda, Antes era «fino» conducir un Tesla y ahora no lo es.

    Por cierto, el coche es igual de bueno que antes, pero mas barato.

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    • Javier M - 29 mayo 2025 - 13:46

      Lo que ha cambiado es el mercado. La competencia.

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    • Buzzword - 29 mayo 2025 - 14:13

      no tengo nada que objetar técnicamente a algo tan sencillo como una bateria+motor eléctrico

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  • #019
    Alqvimista - 29 mayo 2025 - 13:51

    NO, en absoluto, no tergiverses las cosas.

    Tesla ha sido durante una década el único vehiculo eléctrico que podías comprar gracias a:
    – Un precio adecuado, cada vez más barato.
    – Unas prestaciones que incluso ahora son buenas o magníficas -según modelo-.
    – Una calidad mecánica de construcción suficiente pero con una calidad tecnológica -software, batería y motor- buenas.
    – Su magnífica red de cargadores.

    Que el gilipollas de Musk haya decidido entrar en la política por la puerta mala y eso haya afectado a la opinión que se tiene de sus empresas y productos no significa en absoluto que antes se compraran porque Musk te caía bien.
    Ya tenemos una edad para andar tergiversando las cosas de una forma tan infantil.

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    • Dedo-en-la-llaga - 29 mayo 2025 - 15:38

      No entró por la puerta mala, «entró» a hostias con el ahora presidente-delincuente. Luego, y como no podía ser de otra forma, acabaron juntos en la huerta mirando pa’ Cuenca. Y, como tampoco podía ser de otra forma, (y aquí mismo me harté de decirlo), han vuelto a acabar a hostias (al menos en apariencia). Sólo que el mequetrefe ha salido trasquilado y con varias causas judiciales pendientes. Mientras que el delincuente psicópata confeso sigue ahí tan campante en su Casa Blanca, que es más negra que la ingle de un grillo.

      Pero eso sí, el mequetrefe sigue TAN RICO COMO SIEMPRE, que eso es lo MÁS IMPORTANTE.

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  • #021
    Asier - 29 mayo 2025 - 16:58

    La gente no sabe diferenciar el autor de la obra, por eso a Tesla le va mal. Como contraste este artículo de hace menos de un año:

    https://www.enriquedans.com/2024/06/elon-musk-como-factor-diferencial.html

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    • Lua - 29 mayo 2025 - 20:56

      Pues mira que lo mas inteligente son los comentarios de Menestro…

      Responder
      • Alqvimista - 30 mayo 2025 - 07:34

        Como casi siempre. Menestro siempre ha sido un francotirador certero en sus comentarios.

        Responder
  • #024
    Juan T. - 29 mayo 2025 - 18:01

    ¿ Que podría salir mal si un Asperger hiperactivo se sale de su especialidad, se pone de ketamina hasta arriba, y duerme cinco horas diarias?

    Responder
  • #025
    Matt - 29 mayo 2025 - 20:46

    «Humanoides domesticos» jajajaajajajajajaja Meter en casa un producto espía dotado de camaras y microfonos de un nazi que dedica su fortuna y su influencia a llevar a la ultraderecha al poder en todo el mundo.
    ¿Qué podría salir mal?

    Responder
  • #027
    Alberto Torron - 29 mayo 2025 - 21:16

    Yo creo que ya saben hacer coches (lo que antes se les achacaba). Veremos cómo remontan con los nuevos negocios, pero siguen siendo mucho más ágiles que sus competidores y siguen teniendo capacidad para comprarse a cualquiera de los que sí saben hacer coches.

    El futuro es incierto, pero yo apostaría por ellos.

    Responder
  • #028
    Javier Lux - 30 mayo 2025 - 07:58

    Nuevo hito en el Marketing que recordará un «Efecto Tesla» como hoy recuerda el «Efecto Gillette», vender base a pérdidas y recambios caros, o el «Efecto Osborne», anunciar nueva versión sin agotar líneas de producción y stocks de la vieja.

    Es enormemente triste que un buen producto innovador, los coches tesla, hayan sido hundido por un Marketing pésimo: cabrear a sus actuales y potenciales clientes. De la misma manera también es enormemente triste como un mal producto, las motos Harley Davidson, tuvieron durante bastante tiempo un enorme éxito con un Marketing que convencía a sus propietarios de que portaban una «filosofía de libertad única, Live to Ride» en vez hacer lo que hacían, esto es: montar una moto cómoda.

    Al final la racionalidad se impone. Muchos clientes con convicciones ecologistas, números bien hechos para sus necesidades o deseosos primeros usuarios de nuevas tecnología piensan: Para que c. compro yo con esfuerzo este coche al gilipollas de Musk.

    También se ha impuesto racionalidad en compradores de motos que disfrutan los tranquilos paseos cómodamente, y no quieren pagar el descomunal sobreprecio de compra de las Harley, y en el mantenimiento, siempre más frecuente y caro que en otras motos.

    Crisis Harley: https://www.hibridosyelectricos.com/motos/crisis-harley-davidson-sus-motos-electricas-supone-riesgo-real-bancarrota-historico-fabricante_78407_102.html

    La magia del Marketing: Convertir un buen producto en un fracaso, efecto Tesla, o convertir un truño en un éxito, Efecto harley. Deprimente para los ingenieros.

    Responder
  • #029
    Paco - 30 mayo 2025 - 14:09

    Curioso que todo el mundo critique a Elon, y pase de soslayo por la DICTADURA CHINA.

    Si Elon es malo para Tesla hasta el punto de no comprar sus coches, la DICTADURA CHINA es algo que podemos obviar y comprar coches chinos?

    Responder
  • #030
    Guillermo - 30 mayo 2025 - 19:26

    Gloria a los creadores, a los hacedores, a los disruptivos, a los vanguardistas. Él lo hizo, el resto son meros comentaristas de la vida de otros.

    Responder
  • #031
    Curioso - 31 mayo 2025 - 08:56

    Todos sabemos el error que ha cometido el gorras y que está hundiendo a Tesla. Sin embargo cometió un error anterior tan grave o más que el último y del que nadie habla. Y fue asegurarse, por puro narcisismo, de que sus marcas estuvieran íntimamente ligadas a su nombre.

    Prácticamente nadie sabe los nombres de las personas detrás de la mayoría de empresas, pero el gorras y su egocentrismo hizo siempre todo lo posible por ligar su nombre al de sus empresas. Ése fue su primer error con el consentimiento del accionariado de sus empresas. Habiendo hecho eso, si después tiras tu prestigio personal a la mierda deberías tener claro que vas a arrastrar con ello a todo lo que la gente ve ligado a ti.

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  • #032
    Juan - 1 junio 2025 - 17:09

    Me parece muy notoria la omisión del saludo fascista de Musk.

    ¿De verdad no te parece lo suficientemente relevante como para mencionarlo en un artículo sobre la pérdida reputacional del protagonista?

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    • Enrique Dans - 1 junio 2025 - 18:07

      No, yo tiendo a fijarme más en cosas relevantes que en gestitos absurdos… Musk puede ser muchas cosas y no me ahorraría epítetos en absoluto, pero nazi, desde luego, no es.

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  • #034
    javi - 1 junio 2025 - 20:14

    no se me ocurre un ejemplo mas clarificador de la expresion: recoges lo que siembras…
    …que le zurzan…

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  • #035
    Nicker - 3 junio 2025 - 04:07

    Tesla construyó su marca formidablemente en la categoría «auto eléctrico». Musk destruyó la marca, me atrevo a decir irreversiblemente. Es un verdadero caso de estudio de marca que estará en todos los libros de branding.

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  • #036
    Armando - 3 junio 2025 - 07:32

    En noviembre de 2022, las acciones de Meta se desplomaron a 90 dólares, y Enrique, publicó varios posts vaticinando el colapso total de Meta y de su líder, Mark Zuckerberg. Sin embargo, desde entonces, las acciones de Meta se han disparado un 638%, y hoy Zuckerberg es el segundo hombre más rico del planeta, demostrando cuán equivocados estaban esos pronósticos. Quiero dejar constancia de que las críticas contra Tesla correrán la misma suerte. Bajo el liderazgo de Elon Musk, un emprendedor que levantó Tesla desde cero hasta convertirla en un coloso valorado en 1.2 billones de dólares (a mayo de 2025), la empresa no solo resiste, sino que brilla. Sus acciones están cerca de máximos históricos, y estoy convencido de que podrían multiplicarse por cinco o seis en la próxima década. Aquí explico por qué esto no es solo optimismo, sino una conclusión basada en hechos, tecnología y tendencias del mercado.

    Una ventaja tecnológica imbatible
    Tesla no es solo una marca de coches; es una potencia tecnológica. Nadie se acerca a su dominio en datos para conducción autónoma. Sus vehículos han recorrido más de 50 mil millones de kilómetros en todo el mundo, creando una mina de oro de datos reales. Estos datos, junto con su software de Conducción Autónoma Total (FSD), forman un círculo virtuoso: más kilómetros mejoran la inteligencia artificial, lo que atrae a más compradores. Competidores como Waymo o Cruise están muy atrás; Waymo, por ejemplo, apenas ha superado los 1,000 millones de kilómetros y solo opera en áreas limitadas. La escala global de Tesla, combinada con su control total sobre chips, software y redes neuronales, la hace inalcanzable.

    La supercomputadora Dojo y el apoyo de xAI: En el corazón de esta ventaja está Dojo, la supercomputadora de Tesla diseñada específicamente para entrenar redes neuronales de conducción autónoma. Dojo utiliza chips D1 personalizados, fabricados con tecnología de 7 nanómetros, que ofrecen 362 teraflops de potencia por chip y manejan petabytes de datos de video de la flota de Tesla. En 2023, Dojo alcanzó una capacidad de 1.1 exaflops por ExaPOD, y Tesla planea expandir su infraestructura con múltiples ExaPODs en los próximos años, con una inversión de más de 1,000 millones de dólares. La próxima generación, Dojo 2, comenzará producción a finales de 2025, prometiendo un rendimiento comparable al de los sistemas de NVIDIA, con Dojo 3 proyectado para 2026, lo que podría revolucionar aún más el entrenamiento de IA. Además, la colaboración con xAI, otra empresa de Musk, está acelerando el desarrollo de FSD al compartir avances en inteligencia artificial. Por ejemplo, xAI proporciona modelos de aprendizaje profundo que complementan el procesamiento de datos de Dojo, optimizando los algoritmos de visión por computadora de Tesla. Esta sinergia entre Dojo y xAI posiciona a Tesla para liderar no solo en conducción autónoma, sino también en aplicaciones de IA más amplias, como el Robotaxi y el robot humanoide Optimus.

    Dominio de SpaceX en el mercado satelital: La conexión con SpaceX, otra empresa de Musk, refuerza aún más la ventaja de Tesla. SpaceX no solo lidera en lanzamientos de cohetes, sino que también domina el mercado global de satélites. En 2023, SpaceX representó el 87% de la masa total lanzada a órbita, principalmente a través de su constelación Starlink, que cuenta con más de 7,000 satélites operativos. Esto le otorga una cuota de mercado del 64% en lanzamientos comerciales de satélites, según datos de 2023, consolidando su posición como líder indiscutible en el sector aeroespacial. Los avances de SpaceX en tecnología satelital, como las comunicaciones láser de alta velocidad que alcanzan hasta 100 Gbps por enlace, benefician directamente a Tesla al proporcionar datos en tiempo real para optimizar la conectividad de sus vehículos y el futuro Robotaxi. Además, la experiencia de SpaceX en materiales ligeros ha perfeccionado el Gigacasting de Tesla, reduciendo costos de producción en un 30% frente a métodos tradicionales. Ningún otro fabricante tiene este nivel de sinergia interdisciplinaria.

    Liderazgo de mercado y solidez financiera
    Los números de Tesla hablan por sí solos. En el primer trimestre de 2025, reportó ingresos de 25.2 mil millones de dólares, un 15% más que el año anterior, con un margen bruto del 18.5%, el mejor de la industria automotriz. Su flujo de caja libre fue de 2.1 mil millones, lo que le permite invertir en investigación y expansión sin endeudarse demasiado. Mientras, competidores como Ford o GM lidian con márgenes más bajos y deudas mucho mayores.
    Tesla también reina en el mercado global de vehículos eléctricos, con un 19% de cuota en 2024, frente al 14% de BYD, su rival más cercano. A diferencia de BYD, que depende de subsidios del gobierno chino, Tesla opera con eficiencia y economías de escala. Su Gigafactory en Shanghái, por ejemplo, produce coches a un costo 40% menor que en Estados Unidos, sin necesidad de apoyos estatales.

    Calidad, innovación y accesibilidad
    Los coches de Tesla no se venden por moda o política, sino por su calidad, tecnología y precio competitivo. El Model Y fue el vehículo más vendido del mundo en 2023, superando a los modelos de gasolina. Esto no es casualidad: los autos de Tesla ofrecen un rendimiento espectacular (algunos modelos pasan de 0 a 100 km/h en menos de 3.5 segundos), actualizaciones de software constantes y una red de Superchargers con más de 50,000 estaciones en todo el mundo, sin comparación en la industria.
    En contraste, empresas como BYD dependen mucho de mercados locales y subsidios. Sin el apoyo del gobierno chino, BYD no podría competir en precio ni escala. Además, su tecnología de conducción autónoma está en pañales, con menos del 5% de los datos de Tesla, lo que frena su expansión global.

    Las críticas no frenarán a Tesla
    Quienes predicen el declive de Tesla por controversias políticas o por la figura de Elon Musk olvidan algo clave: los consumidores compran por valor, no por ideología. Tesla no solo lidera en tecnología, sino que está redefiniendo la movilidad. Su próximo lanzamiento, el Robotaxi, previsto para 2026, podría generar ingresos constantes con una red de transporte autónomo, valorada en 1 billón de dólares para 2030, según proyecciones de ARK Invest. Aquí, Dojo y xAI jugarán un papel crucial, ya que el procesamiento masivo de datos en tiempo real y los modelos avanzados de IA serán esenciales para que el Robotaxi funcione sin intervención humana. La conectividad proporcionada por Starlink, con su red de satélites líder en el mercado, garantizará una comunicación fluida y global para esta flota autónoma.
    En resumen, Tesla es mucho más que una automotriz; es una fuerza tecnológica impulsada por datos, inteligencia artificial y una visión audaz. Con Dojo acelerando el entrenamiento de sus redes neuronales, xAI potenciando sus algoritmos y SpaceX liderando el mercado satelital con una cuota del 64% en lanzamientos comerciales, Tesla está construyendo un ecosistema de IA y conectividad que ningún competidor puede igualar. Quienes dudan de su futuro deberían revisar sus prejuicios y mirar los hechos. Dentro de diez años, este texto será un recordatorio de que subestimar a Tesla fue tan equivocado como los posts de Enrique que auguraban el fin de Meta, cuyo líder, Mark Zuckerberg, hoy es el segundo hombre más rico del mundo.

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