Google y el problema de ser quien es

IMAGE: OpenAI's DALL·E, via ChatGPT

Cuando OpenAI fue fundada en 2015, Google ya llevaba algunos años reflexionando sobre el desarrollo del machine learning en un entorno con unos recursos de computación cada vez más potentes y más ubicuos, ya había dado el paso de adquirir la Deep Mind de Demis Hassabis, y estaba formando a todo su personal en estas tecnologías.

Sin embargo, esa ventaja, siguiendo al pie de la letra el fantástico libro de Clayton Christensen «El dilema del innovador«, no le sirvió para mucho: el hecho de ser la compañía líder en búsqueda llevó a que mostrase inacabables resistencias a implantar la tecnología en sus productos – a pesar de haber afirmado que estaba literalmente «repensándolos todos» para incluirla, – resistencias que llevaron a lo que hoy ya sabemos que pasó: que una compañía mucho más joven como OpenAI y otra más veterana pero que no había hablado mucho del tema, Microsoft, adelantasen a Google por la derecha.

¿Razones? La primera y más evidente era que, ante una tecnología incipiente que aún no estaba completamente bajo control y que, por razones estadísticas, tendía a crear artefactos a partir de correlaciones escasamente significativas, el riesgo de credibilidad que potencialmente corría Google era muchísimo mayor que el que podían correr sus competidores. ¿Qué ocurre si el motor de búsqueda que usas para prácticamente todo, de la noche a la mañana, empieza a «alucinar pepinillos» y a decirte que le eches pegamento a tu pizza, que hagas deporte corriendo con unas tijeras en la mano mientras te ríes, o que le cambies el aceite a tus altavoces? Pues que muy posiblemente, en lugar de simplemente reírte y descartar la respuesta – si tienes suficiente sentido crítico como para descartarla, y no eres de los que hace siempre lo que Google dice – es muy posible que pienses que en Google se han vuelto locos y que pierdas toda tu confianza ya no en esos resultados, sino en el motor de búsqueda en su conjunto.

Desde que Google anunció la llegada de sus AI Overview, la incorporación de respuestas generadas por su algoritmo en sus páginas de búsquedas, eso es básicamente lo que está pasando: respuestas que interpretan memes y chistes como si fueran información fidedigna, que no son capaces de captar la ironía (Sheldon Cooper, ¿estás ahí en el equipo de desarrollo?) o que directamente elaboran resultados a partir de correlaciones espurias, poniendo la fiabilidad del buscador en constante entredicho. Y para terminar de fastidiarla, derivando posibles responsabilidades sobre una respuesta que Google no ha simplemente recopilado de otra fuente, sino que la ha fabricado ella misma.

Si desarrollas una funcionalidad y lo primero que te encuentras es que los usuarios se instalan un plugin específicamente diseñado para eliminarla porque la consideran annoying, molesta, no parece muy buena señal. Google tiene ahora un importante reto ante sí: incorporar una tecnología que conoce, pero de cuyas limitaciones es perfectamente consciente, y hacerla compatible no solo con la confianza que sus usuarios tienen en su producto principal, sino también con su modelo de negocio y con su estructura de costes. Y ninguno de esos retos es en absoluto sencillo.


This article is also available in English on my Medium page, «How long can Google keep kicking the AI can down the road

9 comentarios

  • #001
    Benji - 24 mayo 2024 - 18:19

    Creo que se meten donde nadie les llama… excepto sus inversores.

    Una buscador es para buscar. Una AI es para preguntar random(). Al mezclar ambas dejarán de ser ninguna

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  • #002
    Juan T. - 24 mayo 2024 - 18:56

    El dilema del innovador es facilmente solucionable.

    Montas una empresa paralela pero sin relación oficial con la tuya y sigues de cerca la posible competencia para que no se te adelanten, y tiras palante sin poner en riesgo la reputación de la empresa matriz.

    Mas adelante, cuando se consolide la empresa paralela la «compras» o te «alías» con ella , como ha hecho Microsoft con Open AI.

    Vaya estrategas de pacotilla.

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  • #003
    Gorki - 24 mayo 2024 - 19:04

    Como siempre el problema es como monetizar un trabajo en Internet, Google había encontrado un medio muy original, el Adwords y el Adsense, que mostraban anuncios que, (teóricamente), tenían que ver con el motivo de tu búsqueda en internet. Una forma muy inteligente, pues colocaban el anuncio «relevante», ahi donde tu ibas a leer y a la vez, era poco intrusiva. (Luego comenzarona posicionar mejor a quien pagaba, el error que hundió a los primeros buscadores, pero eso es otra guerra).

    El problema es que se basaba en que tu leyeras, Leyeras la página de la respuesta de Google y leyeras la/s página/s donde te mandaba el/los link/s de la repuesta de Google.

    Si lo primero que te da Google, como ya está pasado, es una respuesta coherente a tu pregunta, (no importa si lo hace con AI o seleccionando un párrafo de el primer link), ni lees la página de respuesta de Google, ni haces click en ningún lado, por tanto, no tiene Google la posibilidad de mostrarte anuncios y ello supone un ataque por debajo de la línea de flotación de Google.

    ¿Que solucion hay? Pues no la se, ni parece sencillo encontrara, ¿Cómo puede sacar dinero Google de darte «mágicamente» la respuesta que buscabas como si fuera el Oráculo de Delfos?

    He preguntado a ChapGPT de qué vivía el Oráculo de Delfos y me ha dado esta respuesta.

    Para mantener y operar el templo y el oráculo, se dependía de varias fuentes de ingresos:

    Donaciones y tributos: Muchas ciudades-estado griegas y líderes individuales ofrecían generosas donaciones y tributos al oráculo a cambio de sus servicios. Estas contribuciones podían ser en forma de dinero, joyas, tierras o bienes valiosos.

    Tarifas por consultas: Aquellos que buscaban consultar al oráculo debían pagar una tarifa. El costo variaba dependiendo del tipo y la importancia de la consulta. Las tarifas recaudadas constituían una fuente significativa de ingresos para el templo.

    Tesoro de Delfos: A lo largo del tiempo, el templo acumuló un considerable tesoro de ofrendas votivas que se almacenaban en el recinto sagrado. Estos tesoros no solo incluían objetos de valor, sino que también se podían utilizar en caso de necesidad para mantener las operaciones del templo.

    Alianzas y apoyos políticos: El prestigio del oráculo le aseguraba el apoyo continuo de diversas polis griegas, que podían ofrecer ayuda financiera y militar para proteger el sitio sagrado y asegurar su funcionamiento.

    Quizá algo parecido a esto pero actualizado al siglo XXI. pudiera servir a Google para continuar su fabulosa carrera financiera- Mi traduccion sobre la marcha y habiéndolo pensado poco es;
    1) Cobrar a los Proveedores de Internet, Si quieres que tu abonado disfrute de Google,——> paga
    2) Usuario compra un ticket que te da permiso a 50 consultas.
    3) Utilizar su potencial informático para dar este tipo de respuestas en otros productos que deseen LLM
    4) Dar respuestas «trufadas de ideología» de quien te subvencione.

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    • Filoksenia - 24 mayo 2024 - 19:54

      El oráculo de Delfos hacía en parte la función de un banco entonces!

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      • Gorki - 25 mayo 2024 - 14:24

        Estoy seguro que uno de los departamentos con la mayor importancia dentro de Google, será la Tesorería, dedicado a colocar excedentes monetarios de caja, en lugares seguros con buenos intereses. Los he visto en empresas muchísimo menos ricas que Google

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  • #006
    Xaquín - 24 mayo 2024 - 19:29

    Cuando se habla de que la IA alucina, da la sensación de que se olvida que si hay algo que alucine un montón es la IH.

    Primero por que es demasiado cuántica para que no esté en su misma esencia la necesidad de alucinar (y por colores)… algo que la inteligencia racional, que forma parte de esa esencia, debe controlar al máximo… pero eso requiere un mantenimiento activo constante, un esfuerzo considerable, un tipo vida con pocas drogas, que no sean las estrictamente producidas en nuestro cerebro., para que la inteligencia emocional no se dispare y haga «de las suyas».

    Y segundo, por dos variables algo dispares : la necesidad de sacar ideas constantemente, para seguir evolucionando como especie.. y, ya más negativo, la necesidad de dar cabida a varios yos en el mismo espacio mental. Eso que llamamos mente humana y que mucha gente sigue pensando que es comparable a una «mente» artificial (por lo de ahora).
    Como si aama´s d euno no le anda uno de sus yos diciéndoel que haga alguna abrrada, porque así lo va apasar mejor… por ejemplo.

    En fin, nos pasamos de entender la IH… y luego queremos entender una IA (hecha por esa misma IH). Algo así como ponerle puertas al campo… aunque ahora se llevará más lo de poner cúpulas y , entonces, se acabó el sentido humanista de tal metáfora.

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    • Marcos - 26 mayo 2024 - 00:33

      Pues es algo que no había pensado hasta ahora pero me parece absolutamente fascinante en el debate.

      Las 3 instancias de Freud, aplicadas al debate, que no a la IA, me parece algo interesantísimo. De cualquier manera y si he entendido bien, no necesariamente demostraría que la mente humana sea superior a la IA, pero sí más compleja.

      Me encantará reflexionar y filosofar sobre esto.

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      • Enrique Dans - 26 mayo 2024 - 00:48

        Es claramente superior. Si un ser humano pudiese vivir todas las vidas encadenadas que necesitaría para consumir la brutal cantidad de información que necesita la IA para hacer un ChatGPT, sería capaz de hacer muchísimo más de lo que hace y muchísimo mejor. El cerebro humano es infinitamente más complejo y más potente que las iteraciones actuales que propone la IA.

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        • Marcos - 27 mayo 2024 - 02:17

          Todo está conectado :)

          Supongo que lo expones de vidas encadenadas también podría llegar a entenderse como re encarnación, en la que creen los budistas (sean de Birmania o no).

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