¿Tiene la Fórmula 1 los días contados?

IMAGE: Moritz Graf - Unsplash

Nissan adquiere íntegramente un equipo de Fórmula E, la categoría de competición de monoplazas eléctricos auspiciada por la FIA, y se une a otros fabricantes de automóviles en la que es ya la octava temporada de este formato. Maserati ha anunciado también que competirá en Fórmula E a partir del año que viene, y la organización está intentando que se una además la mítica Ferrari.

Sin embargo, el ganador de la pasada edición, Mercedes, ha anunciado que abandonará la categoría a finales de esta temporada y se centrará en la Fórmula 1, por considerar que tiene más espacio para la transferencia de tecnología. Anteriormente, Renault había tomado la misma decisión de abandonar la Fórmula E para centrarse en la Fórmula 1 en la temporada 2018-19.

¿Qué futuro tiene una competición, la Fórmula 1, diseñada originalmente como una forma de probar tecnologías y transferirlas a los vehículos a la venta en el mercado masivo, cuando precisamente ese mercado masivo está previsto que tenga cada vez más como protagonistas a los vehículos eléctricos, y que en muchos países se prohiba la venta de vehículos con motor de combustión interna a partir de 2030?

La misión de la Fórmula E es, específicamente, la de «servir como laboratorio de investigación y desarrollo de vehículos eléctricos y para promoverlos y acelerar su popularidad, además de servir también como escaparate de innovaciones y desarrollo en un marco que combina tecnología y deporte». Una misión como esa cobra mucho más sentido en un momento de cambio tecnológico, cuando todos los fabricantes necesitan precisamente bancos de pruebas e incentivos para progresar y hacer sus vehículos más competitivos.

Por otro lado, algunas de las innovaciones que se ponen a prueba en la Fórmula 1, como las relacionadas con el chasis, la aerodinámica, etc., son aplicables también a motorizaciones eléctricas, mientras que la Fórmula E sigue utilizando un esquema en el que todos los equipos compiten con un mismo chasis, lo que limita en gran medida las innovaciones que pueden incorporarse, aunque puedan montar en él las motorizaciones que estimen oportunas – dentro, por supuesto, de unos límites establecidos.

En la Fórmula 1, desde hace muchos años, las mejoras son meramente incrementales, y además, se dirigen a un mercado en evidente recesión y con un final previsto a no demasiados años. ¿Qué sentido tiene que las marcas sigan trabajando para mejorar las tecnologías para motores de combustión interna, cuando tanto esos motores de combustión interna como los combustibles fósiles que los alimentan están condenados a su desaparición, y los motores eléctricos demuestran, además, tener prestaciones mucho más brillantes a todos los niveles?

¿Qué pasará con los fans de un deporte tradicionalmente asociado con el olor a gasolina y el ruido de los motores, cuando ambas cosas pasen a ser parte del pasado? La progresiva limitación de las revoluciones de los motores de combustión interna establecida por la FIA a lo largo del tiempo, que en su momento determinó un llamativo cambio en el sonido de los motores, fue objeto de numerosas protestas, pero terminó siendo aceptada sin demasiados problemas al cabo de relativamente poco tiempo, lo que demuestra la plasticidad de sus gustos, pero… ¿aceptarán del mismo modo un cambio de tecnología tan radical como la transición a motorizaciones eléctricas?

Para la FIA, tener una competición como la Fórmula E es, sin duda, una apuesta de futuro, y se está viendo respaldada por la decisión de cada vez más marcas de competir en ella. Sin embargo, que otras marcas conocidas la abandonen refleja, probablemente, otro problema: que la apuesta por la promoción de la categoría no está siendo suficiente, y que eso lleva a que la rentabilidad publicitaria para los equipos participantes no sea aún la adecuada en comparación con la que es aún la categoría reina, la Fórmula 1. ¿En qué momento se decidirá la FIA a apoyar el movimiento medioambientalista en los deportes de motor, y sobre todo, a apostar de forma seria por la Fórmula E y considerar agotada la función de investigación y desarrollo de la Fórmula 1 por centrarse en una tecnología considerada obsoleta?


This article is also available in English on my Medium page, «Are Formula 1’s days numbered?«

7 comentarios

  • #001
    Manuel - 14 abril 2022 - 14:31

    La frase de: «ese mercado masivo está previsto que tenga cada vez más como protagonistas a los vehículos eléctricos, y que en muchos países se prohiba la venta de vehículos con motor de combustión interna a partir de 2030», sobre todo la última parte respecto a la prohibición parece un auténtico «Fake It Till You Make It».
    Veremos cuando llegue 2030 y nos demos de bruces con la realidad de la economía y no se cumpla la dirección del mercado que deciden unos burócratas que sí pueden pagarse, recargar en casa y mantener un coche eléctrico.

    Saludos Profesor.

  • #002
    PS - 14 abril 2022 - 15:55

    Tanto la Fórmula 1 como la Fórmula 3 son un espectáculo y como tal será en publico con su apoyo, o no, quien impulse esa transferencia. No cabe duda que un equipo mítico como Ferrari sería un gran aliciente para esta competición y no tengo duda que antes o después darán el salto.

  • #003
    aitor menta - 14 abril 2022 - 16:31

    La fórmula 1 actual no es más que una herramienta de marketing y un escaparate publicitario. Cuando los vehículos eléctricos de competición alcancen un desarrollo que amenace con hacer sombra a la F1, se cambiarán al eléctrico, inyectando presupuestos estratosféricos y mayor libertad de reglamento para mantenerse como competición de referencia. De momento no tienen prisa, pero su tecnolohía y su «mundo» son relativamente cerrados, aunque hay cierta transferencia tecnológica a la automoción del mundo real, no deja de ser casi anecdótica. También hay rransafwrencia de tecnología aeroespacial a ropa y material deportivo o herramientas, ¿y?

  • #004
    Manuel Angel - 14 abril 2022 - 18:34

    Soy aficionado a la F1 desde hace tiempo, he vivido los cambios en formato en coches, clasificación, reglamentos etc, unos con mas acierto que otros a lo largo de los últimos 20 años.
    Cuando se puso en marcha la Formula E, también he intentado seguirla, pero su plasticidad visual, su reglamento, etc., es complicada de seguir y hay que estar superatento y concentrado para saber quien va en cabeza, carece de emoción para el espectador, y por eso no se puede enfrentar a la F1.
    Quizá el motivo de la reglamentación actual es que las baterias tienen una limitación clara en cuanto a potencia/periodo de uso.
    Soy un convencido de que los coches electricos serán de uso general en un plazo algo superior a lo que tu estimas, pero la formula E, sin no hace cambios profundos en su regalmento, no triunfará.

  • #005
    Gorki - 14 abril 2022 - 19:11

    El futuro de los kilovatios en el deporte está en los eSports, no en un Scalextric gigante. Pon unos coches eléctricos sin conductor a competir y que la carrera sea como una carrera de cuadrigas, que gane el mas hábil o el mas bruto.

  • #006
    Xaquín - 14 abril 2022 - 22:06

    Yo soy (era) del Tour, cuando la droga no campaba como por su casa… y no me distrae un pimiento la carrera fórmula de lo que sea (y menos jequerizada a tope)… pero tampoco soy amigo de los caballos (o los camellos) corriendo en competición humana.

    Lo que si tengo claro es que la función deportiva no está reñida con las otras funciones. Por ejemplo las olimpiadas siguen ahí, cuando las guerras siguen siendo el pan de cada día.

    Si algo mata al deporte es su abuso como espectáculo financiero, y si no que se lo pregunten al Florentino. Que igual se hace multimillonario haciendo que descubre petróleo ,de paso que descubre el Mediterráneo, como haciendo que juega «con negritos» al pim pam pum…

  • #007
    Alqvimista - 15 abril 2022 - 12:09

    Es obvio que cuando se diseñaron los planes de electrificación del automóvil nadie pensó en los imponderables: pandemia, guerra -que a saber cómo y cuándo acabará- y, en definitiva, pobreza económica. Creo que esos planes son ya claramente irrealizables (salvo que metamos en juego a la energía nuclear, claro, pero eso aquí es casi tabú).

    No, las carreras de coche no nacieron para desarrollar tecnologías para el mundo real, las carreras de coches nacieron como lo hicieron las carreras de bicicletas, las de motos, las de aviones o las de barcos (¡de vela! ¡quién demonios viaja hoy en día en barcos de vela!): nos emociona competir y lo hacemos con cualquier cosa que surja. Y en el futuro surgirán carreras de cohetes. Al tiempo. Y no tendrán nada que ver con el mundo real ni con el pasado.

    Sí, efectivamente se ha producido transferencia tecnológica del mundo de la F1 al mundo real del automóvil pero, ¿es eso lo único que ha mantenido viva la F1? No. Ni de lejos.
    La F1 es competición, es espectáculo, es adrenalina y nada tiene que ver con el mundo real.
    ¿Tiene futuro la Fórmula-E? Por supuesto, parte con la ventaja de poder efectuarse en cualquier ciudad, no sólo en circuitos especiales.
    ¿Tiene futuro la F1? Exactamente el mismo. Igual que las carreras de Rally o las múltiples de todas las categorías aunque casi no sepamos de ellas.

    En definitiva, el deporte, la competición, el espectáculo, nada tienen ni tendrán que ver con el mundo real. Y por eso tienen futuro.

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