Lo he dicho y escrito en innumerables ocasiones, y de hecho, es una de las tesis por las que he sido criticado en más ocasiones: en un mundo donde los smartphones son una extensión inseparable de nuestra vida cotidiana, prohibir su uso en las aulas no solo es una medida retrógrada, sino una renuncia irresponsable al deber de educar.
Es una forma de rendición, de claudicación pedagógica frente a la complejidad del presente. En lugar de enseñar a los alumnos a utilizar de forma crítica y eficaz una herramienta que tendrán permanentemente en sus bolsillos, preferimos mirar hacia otro lado y soñar con aulas «libres de distracciones», como si el problema fuese el dispositivo y no la falta de propósito educativo.
Una investigación publicada recientemente en Information Systems Research, uno de los mejores y más prestigiosos journals de mi área, titulada «Can mobile phones motivate learning? Evidence from a randomized controlled trial in higher education«, viene a confirmar lo que algunos venimos diciendo desde hace años. El estudio, realizado en universidades del sur de Asia, muestra que el uso adecuado de móviles en el aula puede mejorar la motivación y participación de los estudiantes, e incluso tener un impacto positivo en sus resultados académicos. Pero lo más relevante es que estos efectos no se deben a los móviles en sí, sino a cómo se integran pedagógicamente: se trata de usarlos para ampliar el acceso a recursos, fomentar la curiosidad y crear conexiones con el contenido.
Obviamente, y eso no se le escapa a nadie, no se trata de poner el móvil sobre la mesa y dejar que los estudiantes se distraigan con las redes sociales y los mensajes instantáneos. Se trata de convertir el dispositivo en una herramienta de aprendizaje activa, en un libro de texto dinámico, en un acceso constante al conocimiento que complementa lo que el profesor explica. En lugar de bloquear los móviles, lo que deberíamos estar haciendo es instalar cargadores en los pupitres para que puedan usarlos sin límites mientras el profesor guía su uso. Como he dicho en muchísimas ocasiones, «en lugar de prohibir los móviles, habría que poner enchufes para cargarlos en los pupitres». Porque ese es el mundo que van a habitar: uno en el que el conocimiento está a un clic, y lo que marca la diferencia no es tener acceso, sino saber discernir, buscar, analizar y aplicar.
En muchas ocasiones he criticado la decisión de muchos gobiernos de avanzar hacia la prohibición de móviles en las aulas, respaldada en España por un aplastante 85% de la población según SocioMétrica. Una mayoría equivocada, que prefiere la comodidad de la prohibición a la dificultad (y a la responsabilidad) de educar. Esa actitud solo generará generaciones de ignorantes tecnológicos, personas sin criterio, sin herramientas para sobrevivir en un mundo donde la desinformación, el ruido y los sesgos algorítmicos serán el pan de cada día. Relegar el uso del móvil a un aprendizaje «espontáneo» o «guiado por colegas» es fabricar ignorantes fáciles de engañar y manipular.
El problema no es el smartphone, sino la escuela. Una escuela anclada en el pasado, que ve la tecnología como una amenaza en lugar de una oportunidad. Una escuela que pretende funcionar como un templo cerrado, como un laboratorio aislado, cuando debería ser una plataforma abierta a un mundo en rápida evolución.
Ya no estamos hablando de teorías ni de intuiciones. Lo que muchos ya habíamos podido comprobar a nuestro nivel, lo dicen los estudios, lo dicen los datos, lo demuestra la experiencia. Cuando los profesores integran los smartphones con sentido pedagógico, el aula se transforma. Los estudiantes no solo aprenden más, sino que se implican, preguntan e investigan. El móvil se convierte en una extensión de su curiosidad. Y ese, justamente, debería ser el objetivo de la educación: despertar y canalizar la curiosidad, no reprimirla con normas anacrónicas que solo buscan la comodidad.
Quienes prohíben los smartphones en las aulas argumentan que los alumnos «se distraen». Por supuesto que distraen. Igual que distrae una pizarra mal usada, una clase mal planteada o un profesor incapaz de captar el interés. La distracción no es un fallo del alumno, es un fracaso del sistema educativo. La solución no es quitar el móvil, sino darle sentido. Educar es difícil, pero prohibir es fácil. Y es precisamente esa facilidad la que la convierte en una mala decisión.
No podemos preparar a nuestros jóvenes para el futuro si les impedimos usar las herramientas del presente. No podemos formar ciudadanos críticos, informados y responsables, si les privamos de la experiencia de aprender a usar con criterio la tecnología que define el mundo en el que vivirán. Prohibir los móviles en clase es como enseñar informática sin ordenadores o a nadar sin agua. Una farsa. Una cobardía. Una renuncia.
La educación del siglo XXI exige valentía. Exige cambiar paradigmas, asumir riesgos, explorar nuevos métodos. Y exige entender que el aula ya no puede ser un espacio cerrado al exterior, sino una red viva de conexiones con el mundo. En esa red, el smartphone no es un enemigo: es un aliado, y su cada vez mayor ubicuidad, una ventaja. Pero solo lo será si dejamos de temerlo y empezamos a enseñarlo.
En lugar de prohibir, eduquemos. En lugar de temer, integremos. En lugar de apagar, conectemos. Es hora de transformar nuestras aulas en verdaderos laboratorios de pensamiento crítico, donde los dispositivos móviles sean parte del proceso, no un obstáculo. Porque lo que está en juego no es la disciplina, ni el orden, ni la nostalgia por un pasado más simple. Lo que está en juego es el futuro. Y el futuro, queramos o no, viene con smartphone incluido. O con el dispositivo que venga detrás, que de nuevo querrán volver a prohibir.
You can also read this article in English on my Medium page, «Preparing students for tomorrow means using smartphones today«


Hola Enrique muy buen artículo. En Chile también ha avanzado la prohibición de teléfonos celulares en los colegios. Y predomina el temor a los teléfonos a las tecnologías y a las pantallas. Creo que nos hace falta acá un punto de vista con el tuyo para equilibrar la discusión y las medidas que se están tomando. Gracias por compartir tu punto de vista.
En mi opinión es posible integrar los móviles en las aulas, pero es necesario un contexto y una formación que no se da habitualmente rn España: profesores apropiadamente apoyados y comprometidos y alumnos con voluntad y predisposición a aprender con una familia detrás que aprecie la formación.
completamente de acuerdo con la opinión del tercer comentario !
Aquí hay para todos.
1) A Enrique: Estoy en desacuerdo con esto… en niveles inferiores. No les dejamos calculadora a los niños para que aprendan mates ni diccionarios en los dictados, para que aprendan a caminar antes de correr o volar.
No podemos pretender que los niños den como respuesta a «Por qué es famoso Waterloo» digan que es por Puigdemont, porque así lo considere una IA. Tienen que poder nociones básicas al margen del aparato
2) A la escuela: No podemos negar que los smartphones son y serán parte de su vida. En eso Enrique tiene más razón que un santo. Antes en informática les enseñábamos a usar Word e Internet Explorer. Tal vez toque por fin actualizarse, pero en el marco correcto.
3) A la mayoría de progenitores: se han rendido y todo niño tiene un teléfono de esos antes de poder siquiera hablar. Este es un craso error que no sé ni cómo vamos a poder arreglar. Hoy en las noticias dos campamentos: Uno digital (niños conectados por Google Classroom o similar) y uno sin móviles en la naturaleza. ¿Cuál creemos que escogen los padres? Pues los que pueden pagarlo…. lo envían al campo.
4) A los de este blog: Aquí damos y tomamos mucho, pero normalmente hay bastante acuerdo en que las redes sociales (nucleo de la experiencia móvil de los niños) están diseñadas para enganchar, manipular y tergiversar la realidad. El uso que se hace de ellas suele ser inadecuado (desnudar a compañeras, bullying, ciberacoso, retos virales…) y aun no he visto que ha reportado de positivo al desarrollo neurocognitivo o de inteligencia de esos chavales.
5) A los chavales: Os hemos fallado como padres. Tendríamos que haber puesto reglas, enseñaros a usarlo y a no abusarlo. La culpa ha sido de los Milenials, pero vais a tener que salir del agujero vosotros solos, porque por lo visto no estamos por la labor, con algunas excepciones donde aun se debaten las cosas.
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Claro, Enrique habla desde su perspectiva de su experiencia como profesor de una escuela de negocios de alto nivel. Igual que alguno de mis amigos lo hace desde su puesto de profesor de Master en la politécnica de Valencia.
Pero integrar smartphones en un instituto público de una zona media, no excesivamente complicada, en grupos de ESO, es demasiado complicado( trabajo en ello, y la experiencia es altamente frustrante), por no decir directamente imposible. Y no digamos ya en enseñanza primaria…
Lo has sintetizado perfectamente.
Y si me permites, una pequeña contribución, más para el Sr. Dans que para tí:
¿Smartphone en las aulas? Sí, como herramienta a estudiar y de estudio.
¿El smartphone personal del alumno en el aula? NO.
Tendría que haber una asignatura sobre el buen uso y la prevención del abuso de dispositivos digitales.
Primero por que , del resto de asignaturas, nadie sabe que necesitarán saber de aquí a diez años por el tremendo cambio que traerá consigo la IA y la robótica, pero lo que si se sabe que es que el portatil y el móvil ( lo los dispositivos que los sustituyan) seguirán siendo omnipresentes en las vidas de los niños y jovenes de hoy.
Y van y es lo primero que les prohiben.
El sistema educativo en este país no fomenta el afán por aprender, sino el de acumular títulos, de forma que los alumnos están mas preocupados con «pasar de curso» que por aprender la asignatura, Como además se ha eliminado el incentivo de competir por un buen puesto dentro de la clase, los alumnos van a clase porque se les obliga, pero sin el menor interés, tratando de aguantar la estancia en un sitio donde nada les interesa de la mejor forma posible, distrayéndose con el smartphone o con lo que tengan a mano.
¿Habría forma de incentivar al alumnado para que tuvieran el afán de aprender? Yo lo dudo, pero no soy docente.
Si el problema de la educación en España es que no integramos los móviles, pues sí, tenemos un problema pero no son los móviles.
No es lo mismo una escuela de negocios o universidad donde uno va porque quiere y existe (o se supone) un cierto nivel, que un colegio privado, que un colegio o instituto publico. Ni a nivel profesorado, ni alumno, ni familia.
La realidad es que falla LO BÁSICO. Y no veo yo como el móvil nos va a ayudar a solucionar eso.
Respecto al estudio, sudeste asiático. No hay más preguntas señoría, estamos igualitos que ellos….
Aplaudo sonoramente la tesis y argumentos del artículo. Tesis y argumentos que, por otra parte, ya conocía, porque como señalas en él, no es la primera vez que los expones.
Es tan contrario al sentido común defender la postura opuesta, que los móviles no tengan cabida en las aulas, a pesar de que fuera de ellas, y hasta que tenga lugar la siguiente innovación tecnológica que los sustituya – a ver con qué nos sorprenden Ivy y Altman -, el alumnado seguirá haciendo uso de ellos, ahora y en el futuro, que sorprende, y no gratamente, que haya quienes se posicionen a favor de tamaña insensatez.
Me reconozco fan tuyo – tocaría considerar cómo nos podríamos denominar, porque lo de dansistas, puede inducir a error ;) -. Hay quienes lo son de estrellas de la música, las letras o Hollywood. Pues bien, yo lo soy de un profesor en la IE University, con más de tres décadas a sus espaldas de trabajo pedagógico; con más de dos décadas de trabajo divulgativo accesible, por el estilo y disponibilidad de sus hiper referenciados artículos de análisis en cuestiones de tecnología e innovación, a través de los que, generosamente, nos aporta tanto tanto tanto valor, como repositorio de enlaces a fuentes fiables – The Washington Post, New York Times, Forbes, Bloomberg, Wired, CNN, etc -, como reflexión
respecto a de dónde venimos, dónde nos encontramos y hacia dónde podemos dirigirnos – ya sabemos, la IAG (y las disputas entre OpenAI y Microsoft; Zuckerberg contratando altos perfiles de la competencia para alcanzarla primero); las IA Agénticas; Musk y su Grok 4 MechaHitlerianizado (que pretende incorporar a los Teslas); las propuestas de chips sin silicio o con nuevos modos de empaquetado, procedentes de Asia; las renovables, ciudades del futuro, transporte de personas y mercancías dentro de ellas, nuevas formas de trabajo, RBUs, etc; con un CV envidiable, con formaciones en la UCLA y la Harvard Business School, tres libros publicados – que por supuesto, tengo -, otro prologado,…
En una entrevista televisiva que te hicieron, para no recuerdo qué canal autonómico, señalabas que un buen juez no es aquel con más memoria, sino con mejor comprensión de las normas que aplica en su día a día.
No obstante, la escuela actual, como la pasada, sigue anclada en metodologías trasnochadas que privilegian lo memorístico en detrimento del pensamiento crítico y creativo, como igualmente criticaba Ken Richardson en su conferencia de TED, una de las que suma mayor número de visualizaciones, por cierto.
Mientras otras industrias, como la editorial, musical o audiovisual, se han reinventado varias veces – por ejemplo, pasando de los vinilos al streaming, y entre medias por los cassettes, CDs y MP3, – el ámbito educativo se autocongratula por contar con una página web, casi casi como las que uno veía en los tiempos de Yahoo, y un foro, como muestra de adaptación a los nuevos tiempos.
Ni hablar sobre propuestas que supongan pensar fuera de la caja y cuestionar siquiera mínimamente el statu quo educativo: aprendizaje colaborativo, basado en proyectos, en problemas, conforme a estructuras más horizontales entre el alumnado y un profesorado, en el que este último acabe deviniendo en un facilitador de procesos de aprendizaje; nada de aulas invertidas, ni de uso de recursos abiertos – como la Wikipedia – o de tecnologías como las omniextendidas IAs para la elaboración de redacciones – igual que en la IE University y su manifiesto, vamos (modo ironía on, se sobreentiende) -.
No nos extrañe, pues, el posicionamiento de las autoridades educativas en contra del uso de los móviles en las aulas. Y añado, ni tampoco los resultados mediocres que año tras año recogemos en el informe PISA, en cuanto a competencia lectora y matemática. Por lo que pensar en la incorporación de materias STEAM en el currículo escolar es algo que veremos, sí, por supuesto; solo que en algún libro de ficción.
Leyendo el artículo que enlazo (1), me acordé de este otro de Dans, sobre la tecnología. Concretamente, la de los móviles inteligentes, aunque se pueda extrapolar a otros desarrollos tecnológicos, como la IA, que igualmente está generando polémica sobre su uso o prohibición en el ámbito educativo.
Como dice el conocido aforismo, «no hay más ciego que el que no quiere ver».
Enlaces
(1) https://theconversation.com/un-dia-en-la-escuela-de-2035-la-educacion-del-futuro-sera-inmersiva-colaborativa-y-con-inteligencia-artificial-259649
Prohibir los cuadernos cudricualados, yo me distraía haciendo cadenetas. Si el profesor no despierta el interés del alumno, este se distraerse hasta con una mosca
Como a mí lo que me gusta es opinar sobre temas que no conozco ni de primera, ni de segunda ni de tercera mano, ;-D mis 28 años de experiencia enseñando las STEM a alumnos de todo tipo (algunos *muy* difíciles) me impiden dar una opinión tajante sobre el tema… :-)
No me hagan pues mucho caso si digo que de todos los comentarios anteriores, el único que se aproxima a mi realidad es el #003
hay que poner el nombre del comentarista, no el número….
yo, HOY, completamente de acuerdo con BENJI !
Ah, no lo sabía … Pues muchísimas gracias, Benji, por tu análisis tan certero.
Este blog es una locura de miniuniverso. Igual nos agarramos de los pelos que nos estrechamos la mano.
Para una IA… incomprensible. Para nosotros: ¡debate interesante!
La verdad es que cuando discrepo es por el contenido, no por la persona.
Me gusta opinar sobre ideas
…y reconocer que cuando se está de acuerdo, pues se está, y no se caen los anillos.
Pensaba pasar hoy, ya me tiene frita la fobia al avance tecnológico, por falta, en este caso, de interés padagógico/educativo de los adultos… y no solo los docentes.
Pero, las dos tremendas líneas de Santiago, me impiden ponerme en modo pasota.
Porque el ejemplo que dice es muy ilustrativo… y con mayores de siete añitos ya no digamos la maravilla que supone para jugar a los barcos… fue un invento maravilloso.
Y que el profe que no vale se quejará de que su alumnado juega a los barcos (sin permiso, porque el juego da mucho de sí) y, por lo tanto , se le deben prohibir las libretas cuadriculadas.
Es tan simple como eso. La falta de profesionalidad que se da en buena parte del personal llamado docente, es una antología del sinsabor y lo que podemos llamar Síndrome de Estocolmo del Adulto que Sufre al Preadolescente por no Querer Mirarlo a los Ojos.
Es como impedir el acceso a la biblioteca del centro, porque «pierden el tiempo mirando libros» (diferentes, a veces, a los que manda el aburrido profesor).
Y con la gran diferencia de que uno no podía controlar bien lo que usaba el alumnado en la biblioteca (daba un chollo inmenso) , pero es muy fácil controlar lo que hace el alumnado con un móvil… siempre que seas un profesional preparado (y las tecnológicas/administración hagan sus deberes).
Es como pretender que los móviles no circulen por una cárcel mientras no se consiga una buena profesionalidad en los carceleros. Con la gran diferencia, además, de que las crías humanas en un centro escolar no son penados.
Los mayores antipantallas son aquellos adultos que se ven incapaces (por falta de profesionalidad, incluida la paterna) para interactuar positivamente con sus crías humanas (de forma realmente adulta).
Como ha pasado ya antes, con las diapositivas o con la calculadora (en su uso no operativo aritmético, sino operativo cognitivo).
Y por cierto, al hilo de Santiago, puedo comentar que, en un claustro , una vez alguien dijo que se debían prohibir las moscas en el aula… especialmente en los exámenes… era un coñero, claro.
Recientemente leí sobre un artículo que hablaba de una reducción en el nivel de acoso escolar tras la prohibición del uso del móvil.
https://elpais.com/educacion/2025-07-08/portugal-prohibe-el-uso-de-moviles-en-los-colegios-tras-comprobar-que-disminuye-el-acoso-escolar.html
Yo también pienso que la educación sobre el como usar los dispositivos es esencial, pero también parece poco realista esperar que a la mayoría le funcionará, cuando el resto del día su uso irá por el camino que ya sabemos.
No entiendo tampoco porque esta visión tan extrema concretamente centrada en el uso del móvil. No deja de ser un dispositivo de comunicación en esencia, y hoy día hay todo tipo de dispositivos que pueden apoyar igual o mejor el desarrollo de un estudiante. No es como que al suprimir el móvil le quitas la única herramienta posible.
No deja de ser un dispositivo de comunicación en esencia ¿Perdón? ¿En serio? Todos los que estamos aquí usamos el móvil para todo excepto para comunicarnos. Creamos contenido, tenemos nuestra identidad en él, lo usamos como tarjeta sanitaria, como método de pago, como herramienta para gestionar nuestras cuentas bancarias, como cámara de fotos, como gestor de tareas, como indexador de conocimiento, llevamos nuestro dni digital y nuestro carnet de conducir digital, como guía y mapa, como herramienta de pago para gestionar las cargas del coche eléctrico, como herramienta de gestión del mismo coche, como dispositivo de juego y recreo, como identificador delante de la propia administración a la hora de acceder a las webs oficiales y realizar trámites administrativos….
El móvil es la única herramienta de digitalización completamente universal. Mucha gente nunca tendrá un ordenador pero si tendrá un móvil. Y con él tendrá que facturar en Hacienda, entrar en Dehu, sacar un certificado de titularidad bancaria o un certificado de empadronamiento y sólo lo podrá hacer si entiende el móvil como una herramienta. No como un dispositivo de comunicación en esencia.
Pero es mejor que esta generación, como la anterior y la nuestra propia, aprenda por infusión astral en vez de con profesores que enseñen. Por supuesto. A ver si ellos no van a tener que pasar por el calvario nuestro y cometer nuestros mismos errores.
Si, sin duda el smartphone puede hacer eso y mucho más (y una tablet, y un portatil, que los consigues al mismo precio), pero te saltas que el uso mayoritario que hace la mayor parte de la gente que está en edad de estudiar es whatsapp, tiktok, insta, twitter, facebook,… y otras tantas apps que ya todos saben están diseñadas para crear adicción, y que han creado adictos.
Por un lado, hablamos de no hacer uso del móvil en clase, donde no necesitas ni tener tu identidad, ni tu tarjeta sanitaria, ni tu método de pago…. Por otro, hablar de hacer un uso razonable del móvil a estas alturas suena un poco a tratar de enseñar a un alcohólico a beber con moderación, o a un drogadicto a drogarse con conciencia.
Como decía antes, estoy de acuerdo en la necesidad de educar sobre el uso de estos dispositivos, pero hablamos de una situación donde la gente ya no suelta el móvil ni para mear, y no es una exageración. Donde está normalizado que sea lo primero y lo último que ves cada día, y en fin, que son demasiado evidentes los efectos nocivos de las apps que más consume la gente como para plantearse un proceso de educación sensata a estas alturas.
Enrique, la edad es un factor crucial para dejar el movil en las aulas y no the he leido al respecto.
El estado actual de la generación que ahora mismo está saliendo del bachillerato y de la ESO es el siguiente:
– No tienen ni idea de cómo funciona internet.
– No saben lo que es una url
– No saben lo que es un servidor y un cliente
– Desconocen html, ccs, javascript o python
– No saben la diferencia entre http y https
– No saben lo que es el phising. En realidad no tienen ni dea de como moverse de forma segura en la red
– No tienen la menor idea de como comportarse en redes sociales
– No saben gestionar su identidad digital
– No saben usar ningún gestor de conocimiento ni de tareas
– No saben usar la agenda digital
– No saben usar herramientas colaborativas como Google Docs
– No saben enviar un email, ni para que sirve cada uno de los campos, ni normas de etiquetas.
– No tienen ni idea de para qué sirve un certificado digital.
Podría seguir eternamente. Una juventud completamente inadaptada a un entorno en el que te contactan por LinkedIN, toda la gestión tributaria y de seguridad social se hace online, y si ya además pretendes ser autónomo, todo tiene que ser digitalizado. Hasta la facturación.
Pero el problema es el móvil en el aula…..
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El problema es que no estamos sabiendo reemplazar el Sistema Educativo, lo cual me sorprende teniendo en cuenta que las mentalidades y los Sistemas Educativos en el mundo son muy variados. O quizás sea verdad que, a edades tempranas, no es adecuado el uso de pantallas frente a los libros y la escritura manual.
En algunos de estos enlaces se hace referencia a los móviles/ordenadores en general y otros a los móviles personales.
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– ¿Cómo regulan en otros países el uso de móviles en las aulas? Vídeo de 4 minutos.
https://www.youtube.com/watch?v=GaMZ0_tDxfA
Francia: Prohibición total en escuelas primarias y secundarias desde 2018.
China: Prohibición total en todos los niveles educativos.
Países Bajos: Prohibición desde enero de 2024, incluyendo teléfonos inteligentes y relojes inteligentes.
Italia: Prohibición en escuelas desde la educación primaria hasta la secundaria.
Canadá: Adopción de políticas regionales en varias provincias.
Nueva Zelanda: Prohibición completa desde abril de 2024, incluyendo los recreos.
Estados Unidos: Legislación a nivel estatal en varios estados.
– La UNESCO pide a las escuelas de todo el mundo que prohíban los smartphones en las aulas.
https://es.euronews.com/salud/2023/07/27/la-unesco-pide-a-las-escuelas-de-todo-el-mundo-que-prohiban-los-smartphones-en-las-aulas
– El matemático que llevó a Portugal a la cima educativa y defiende los libros de texto: «Los alumnos aprenden mejor si leen algo que se pueda tocar.
https://www.elmundo.es/espana/2024/10/11/6707fe4ce4d4d87b5b8b45c3.html
– Nuevos estudios piden copiar a Noruega y Suecia y volver a escribir como antaño: ayuda a la memoria y la ortografía.
https://www.huffingtonpost.es/life/hijos/nuevos-estudios-piden-copiar-noruega-suecia-volver-escribir-antano-ayuda-memoria-ortografia.html
– Las pruebas de los efectos nocivos del abuso de pantallas en los cerebros de los menores.
https://www.elmundo.es/espana/2025/06/04/68409b8221efa0ac688b459f.html
¿El huevo o la gallina?
¿Es el móvil de los jóvenes escolarizados un instrumento de ocio porque la Escuela no le han enseñado otro uso, o bien la Escuela prohíbe el móvil porque es un instrumento de ocio?
François Taddéi, en su libro “Apprendre au XXI siècle”, insiste en la necesidad de desarrollar otras habilidades, no solo recordar, leer y escribir, cuando las máquinas lo hacen mejor que nosotros. Debemos trabajar el significado, la empatía, habilidades que el sistema educativo no desarrolla mientras el pensamiento crítico es más útil que nunca.
Añado que las necesidades de mañana no dependerán de haber almacenado mucha información en nuestras cabezas, sino en haber aprendido a escoger, relacionar y usar la enorme cantidad de información disponible.
La presencia de herramientas aptas a proporcionarnos cualquier información me lleva a una alternativa: o aprendemos ya a usar adecuadamente la información que las IAs pueden proporcionarnos, o bien, en el futuro, los jóvenes escolarizados, delegarán todas estas funciones inteligentes a una mente externa, artificial, que confirmará la tendencia a la baja del QI de las poblaciones.
Discrepo.
El problema es que tanto para trabajar el significado como para desarrollar el pensamiento crítico, vamos a necesitar si o si compresión profunda, i.e.. alta elaboración semántica.
Si nos centramos en habilidades de escoger, relacionar y usar la información (Eso que habitualmente se conoce como «todo está en internet») estamos pasando del «know-what» y el «know-why» al «know-how» y con ello se consigue por desgracia lo contrario de lo que se perseguía: el alumno se olvida del contexto y la profundidad. Solo queda entonces el brilli-brilli de las presentaciones, la remezcla y copia y la puesta en escena pensada como envoltorio solo para recibir el aplauso.
Creo firmemente que más que necesitar soft-skills, lo que se necesita más que nunca son hard-skills.
Y respecto a la IA no deja de ser una herramienta, nada más. Con «compresión Potenkim»: ni pueden comprender lo que ponen ni pueden aplicarlo correctamente.
https://www.eldiario.es/tecnologia/comprension-potemkin-motivo-inteligencias-artificiales-explican-no-entienden_1_12444372.html
Algunos profesores a los que respeto muchísimo han defendido a capa y espada la prohibición. «Hazme caso, con el móvil de distraen» me decían. ¿Cómo se puede tener acceso a todo el conocimiento de la humanidad en la palma de la mano y encontrarse en esta situación? El problema, creo, radica en que quienes deberían enseñar/educar, profesores/padres, no están, en su inmensa mayoría, capacitados. Tan simple y difícil de arreglar como eso.
He trabajado como instalador durante muchos años (temas relacionados con internet y datos) y he tenido que tocar PC’s de una cantidad enorme de gente. El panorama es desolador: el nivel técnico de la mayoría es inexistente. Es más, no hay ningún tipo de interés por por aprender al respecto. Y resulta que muchas de esas personas son hoy en día quienes deberían estar inculcando cierto sentido de responsabilidad en el uso, y unos pocos, pero muy necesarios conocimientos a sus hijos ¿Cómo van a hacerlo cuando ellos nunca han aprendido?
Se lo he dicho a muchos conocidos: un PC no es una nevera, no se enchufa y listos. Se lo tomaron a broma, pero el resultado de esta actitud es lo que nos ha traído hasta aquí. Eso creo.
A mi su tema me ha animado a pensar en testa línea. Durante la pandemia descubrimos algunas posibilidades de los móviles en la educación. La función principal fue la comunicación. No se si habrá algún ensayo, estudio, investigación, … sobre lo anterior.
Las cosas aparecen y son en la serie según los condicionantes que las definen. Un fenómeno de categoría común es la selección y desarrollo del currículum. Unos fenómenos y otros, como la formación de los docentnes y un profesorado enfocado en relación colaborativa, decisiones basadas razonadamente, contextos en vías de ser estimulantes para todos, conexión curricular con lo real,… La educación actual carece de la columna vertebral de la revisión y actualización desde los niveles más generales, desde los más básicos como son los principios, también de relaciones no jerárquicas en la aplicación entre niveles, de retos, etc…
Un ejemplo: ¿Qué se necesita para aplicar fórmulas como que un equipo de docentes que con un proyecto común pueda trabajar en un mismo centro actuando en un nivel educativo?: