Cada vez son más los casos en los que las mal llamadas «alucinaciones» de algoritmos generativos como ChatGPT, provocan casos suficientemente provocativos como para, como mínimo, reflexionar sobre el tema, y en algunos casos, para directamente generar responsabilidades legales.
Eso es lo que ha pensado Max Schrems, el abogado y activista austríaco que ha puesto en jaque ya en varias ocasiones a compañías norteamericanas y a los mismísimos acuerdos de intercambio de datos con los Estados Unidos (diciendo algo tan razonable como que un país en el que existe una NSA no puede garantizar en ningún caso los derechos de nadie), y que ha demandado a OpenAI por inventarse información falsa sobre sus usuarios, algo que OpenAI ha admitido claramente que no puede ...