Como ya mencioné en artículos anteriores, a los ejecutivos les gusta mucho decir es de que «están integrando la inteligencia artificial». Pero la mayoría aún trata la inteligencia artificial como una característica, no como una base. La integran en los sistemas existentes sin darse cuenta de que cada automatización esconde una capa invisible de trabajo humano y un creciente conjunto de riesgos ocultos.
La inteligencia artificial puede estar transformando la productividad, pero también está cambiando la naturaleza misma del trabajo, la rendición de cuentas e incluso la confianza dentro de las organizaciones. El futuro del trabajo no se limitará a la colaboración entre humanos y máquinas: se centrará en gestionar las alianzas invisibles que surgen cuando las máquinas empiezan a trabajar ...