Si usas un iPhone, es seguro que te ha ocurrido: un autocorrector que propone palabras que no tienen nada que ver con ningún contexto razonable, que hace desaparecer para siempre las sugerencias correctas si tecleas un carácter más, o que corrige frases enteras de forma inexplicable. Y que, además, se ha vuelto mucho peor desde que supuestamente tiene inteligencia artificial frente a cuando supuestamente era más tonto.
El artículo del The Guardian titulado «Ducking annoying: why has iPhone’s autocorrect function gone haywire?« documenta cómo, después del lanzamiento de iOS 26, un buen número de usuarios han comentado que la función de autocorrección del teclado ha entrado en una fase completamente caótica.
La sorpresa no es tanto que un algoritmo falle, que es algo que los ordenadores hacen habitualmente, sino que, en plena era de los teléfonos «inteligentes», ese mismo algoritmo debería ser infinitamente mejor. Y aquí se abre una pregunta fascinante: teniendo en cuenta que un usuario promedio teclea miles de palabras al año, que su teléfono conoce qué palabras usa, con qué frecuencia, en qué combinación y con qué construcciones gramaticales… ¿no debería el autocorrector del iPhone estar entre las funciones más refinadas del mundo? Y si no lo está, ¿a qué se debe eso?
El artículo revela que Apple ha reemplazado sus antiguos modelos de autocorrección basados en n-gramas por modelos de lenguaje tipo transformer que corren directamente en el dispositivo. Modelos más potentes, sí, pero también mucho más opacos y más difíciles de depurar. Como explica uno de los pioneros de la autocorrección, los fallos ya no son simples reglas erróneas, sino problemas de interpretación del contexto.
Aquí entramos en otra capa interesante: la del modelo inteligente personalizado. Lo lógico es pensar que un teléfono en el que tecleas con tanta frecuencia podría aprender de ti. Podría reconocer tu vocabulario, tus expresiones, tus errores frecuentes, y ofrecer correcciones casi invisibles y precisas. Podría incorporar un pequeño modelo de lenguaje (un «small language model«) adaptado al usuario, sin enviar todos los datos a la nube, preservando la privacidad. Los estudios sobre modelos pequeños indican precisamente que son «suficientemente potentes, inherentemente más adecuados y necesariamente más económicos» para este tipo de tareas especializadas y cercanas.
Entonces, ¿cuál es el problema? Algunas hipótesis:
- La privacidad como obstáculo: Apple prioriza que el modelo funcione «on-device», lo que limita la cantidad de datos que puede usar, algo que posiblemente le haga perder precisión
- La escala del modelo vs. los recursos: para funcionar sin agotar la batería o la memoria, el modelo debe ser compacto; pero las correcciones cada vez más frustrantes sugieren que ese equilibrio no está funcionando adecuadamente
- La opacidad del algoritmo: cuando un error ocurre no se puede «ver» por qué lo hizo, a diferencia de un simple cambio de ortografía. Eso rompe la confianza del usuario
- Expectativas demasiado altas: En un mundo donde hablamos con inteligencias artificiales de forma cada vez más habitual, se espera que todo lo «automático» sea casi perfecto. Sin embargo, un autocorrector es idealmente invisible, y que falle lo hace visible y molesto
Esto me recuerda lo que me cuentan mis estudiantes cuando analizo estos temas: confianza frente a eficacia. Cada palabra que alguien escribe es privada, cotidiana, incluso íntima. Que el teléfono falle en ese nivel es una especie de traición funcional. No solo es incómodo, es que además es particularmente frustrante.
La cuestión mayor quizá sea la siguiente: ¿estamos dispuestos a aceptar un autocorrector que simplemente «no moleste»? Porque si uno espera que «aprenda de mí», que «me entienda» o que «sea mi herramienta», pero lo que obtiene es un reglamento opaco que a veces actúa como un troll y te mete incluso en líos, el resultado es una pérdida de confianza. Y en tecnología, la confianza es un capital más frágil que la pantalla del teléfono.
El autocorrector del iPhone debería ser uno de esos servicios discretos que ni te das cuenta que tienes… hasta que empieza a fallar. Y cuando falla, descubrimos dos cosas: que el dispositivo conocía mucho menos de nuestra escritura de lo que creíamos, y que la promesa de «inteligencia personalizada» no basta para conquistar al usuario si no viene acompañada de transparencia, control y previsibilidad. Si Apple o cualquier otro fabricante aspira a que sus teclados «aprendan a escribir por nosotros», tendrán que empezar por aprender a no equivocarse tanto.
This article is also available in English on Medium, «Autocorrect gone rogue: why your iPhone keeps getting it wrong»


Uno de los problemas de tener un ecosistema cerrado es que es como el regimen de paquita, no hay alternativa. Por ejemplo en Android, tuve un problema, que google dejó de tener a disposición una función que considero más importante que el corrector, que es la de dictar un texto e insertarlo en cualquier app. Entonces busqué en la store de android (más abierta) y encontré el teclado de Microsoft que la incluía esa feature (dictado) y a la vez tenía una IA incluida hace ya más de un año… la correción solo la uso cuando la palabra sugerida mientras escribo es la que voy a usar. Diria que de cada 4 palabras solo 1 no tiene que ver. Lo cual me parece un buen porcentaje. Claro que el auto rellenado (normalito) de Notepad++ en el PC usando palabras ya escritas cuando tienes bastante contexto tiene un porcentaje similar. Igual es hora de dejar de usar productos que tienden a empeorar. Yo me salí de ese mundo ya hace años.
Animo Enrique !
Yo no sé ahora en la actualidad, pero a mí, el teclado de Android me parece una basura. Así que lo cambié de inmediato por el de Microsoft y es el que uso de siempre en todos mis dispositivos Android.
Eso sí, ni de coñas, -ni ese ni ninguno otro, incluido cuando escribo bajo Windows-, con el corrector automático: No tengo espíritu de kamikaze, porque eso es lo que hay que ser para utilizar cualquier corrector de texto.
Pues seré un poco viejuno, pero me encantaría que los móviles modernos dispusiesen de un teclado tipo Blackberry con el que se escribía con bastante más comodidad que con los teclados virtuales actuales.
Otro inexplicable paso atrás dado con el propósito de ofrecer una pantalla mas grande.
Yo lo que sí tengo claro es que mi corrector es woke.
Escribo deslizando el dedo para componer palabras, pues bien, pulso la L, subo deslizando a la O y bajo a la izquierda a la S y el autocorrector me dibuja un reluciente LAS. Siempre, indefectiblemente, cambia los por las.
Incluso cuando lo hago tap a tap acabo con una las en vez de un los.
Apple, que tiene la mejor información posible sobre el uso de sus dispositivos, debería ya saber que a lo mejor su sacrosanta privacidad empieza a no importarles tanto a sus usuarios como para a cambio tener una peor IA.
Me olvidaba.
Como comenta Buzz, el dictado en cambio funciona de maravilla y traduce muy bien la voz a texto, incluso en voz muy baja. Ninguna queja en ese sentido.
lo de usar las en vez de los, no es woke, habla bien de ti…
POR? Tienes más amigas que amigos…
Si, si, tú sigue llamando «woke» a lo que no tienes ni idea de lo qué es, (ni siquiera su significado, ni su historia, etc), y así va la cosa… (Qué cruz…, Señor, pero qué cruz.)
Sr. Dans, hacen falta emoticonos en los comentarios, que si no algunes se los toman literalmente y encima van y se enfadan.
(Qué cruz…, Señor, pero qué cruz.)
No es un bug, es una feature.
Steve Jobs
En mi opinión el autocorrector siempre ha acarreado un problema esencial que ha sido a su vez su mayor virtud: la de ampliar la zona de pulsación de una letra en función de la probabilidad que haya de pulsar esta a continuación.
Estos teclados sufren un problema que es muy común hoy en día: la necesidad de estandarizar tu modo de hacer las cosas para que la tecnología en si funcione. Cuanto más «correcto» y menos humano lo hagas, mejor. Pero en el momento en que te pones un poco «creativo», estos teclados se vuelven muy torpes. Y es que a mi parecer, estos algoritmos basados en probabilidades funcionan perfecto en el 90% de las veces, pero es ese 10% restante donde empieza la frustración. Sin olvidar que están capados: el autocorrector de primeras nunca sugiere palabras ofensivas, sexuales o políticamente incorrectas, añadiendo aún más probabilidad de error a la escritura.
De todos modos, por lo que sea hay una clara desventaja a la hora de usar un idioma distinto al Inglés, donde es fácil comprobar que tanto el teclado en si como su nivel de predicción es mucho mejor, y la voz del asistente es infinitamente más natural.
¿Soluciones…? Porque creo que en el teléfono de 900 de Apple España no me las darán….
¡¡¡ De las cosas que nos libramos los que utilizamos teléfonos de cuatro duros !!!
Lo que me llama la atención es que hayan sustituido una funcionalidad que funcionaba razonablemente bien por algo que los usuarios están percibiendo como claramente peor. ¿No se espera que Apple haga mil pruebas/estudios/encuestas antes de poner en marcha una funcionalidad que afecta a todos los usuarios?
Eso es como los logros de reducción de jornada… el otro día leí que los «gurús» de IA trabajan hasta 100h/semana por la causa… agi
Si eso no es degradacaión, tu me dirás que es… al final una agi se conseguirá en 1 año, 5 años o 10 años. Pero si quemas tu vida por la causa de los demás, no es que seas tonto, es que llegas segundo al premio de tonto del año
Hacerle un par de preguntas al altavoz de amazn a ver si con suerte, no os entra habar de tirar el altavoz, por la ventana.
Me llama especialmente la atención, no las palabras que algunas veces sugiere el corrector, esas famosas 3 opciones que se te muestran encima del teclado…
Sino cuando sigues escribiendo sin elegir ninguna de esas 3 opciones y el texto cambia. Me ha pasado en alguna ocasión también en Mac OS y no me puede poner más de mala leche.
Osea… Si quiero escribir “aparato reproductor sexual” lo escribo. Y punto. Pero no me cambies el texto una vez que le he dado a la tecla espaciadora para seguir con la siguiente palabra, porque a veces coge una palabra “que pasaba por allí” y entonces sí que sí, pone lo que le salga de los huevos al corrector. En iPhone ya no me pasa, no o de forma muy pero que muy rara, no sé cómo lo desactive, pero en Mac a veces… en fin.
Por lo demás no suelo tener problema porque tiendo a escribir correctamente de forma natural, con tildes incluidas. Tanto en teclado como con bolígrafo y papel en mano, soy bastante nacionalsocista con estos temas.
Lo mismo me ocurre a mí pero con Android: cuanto más correctamente escribes es cuando más te cambia las palabras.
Además muchísimas veces me marca como erróneas, o me cambia, palabras que son usuales en España pero no se suelen usar en Hispanoamérica. Quizás es que han usado a mexicanos para el español de todo el mundo.
Ya, por eso ese «Osea» está tan bien escrito…, igual que «desactive», cuando era «desactivé», etc.
Si a los mejores escritores del mundo, les dieren 1 euro por cada error que cometen escribiendo, se harían ricos.
Fíjate, que ese osea, pueda haber estado escribiéndolo mal. Me extraña que lo haya escrito así, pero no sé hasta qué punto “de corrido”, pueda meter la pata. No soy de los que me escondo.
Lo que sí me extraña a niveles universales es la tilde que señalas.
Ya digo que no suelo revisar lo que escribo, puesto que ya me encargo directamente de acentuar bien o generalmente bien, de forma personal y esa clama el cielo. Pero no sería la primera vez que el iPhone en ese tema, me toca las narices.
Creo que aquí se ve una de las cosas que me gustan mucho, una especie de «coste marginal de la complejidad».
Y con «coste» no me refiero al coste monetario, sino al referido a incremento de riesgos de fallos, pérdida de rendimiento por excesiva complejidad, etc.
Si tengo algo que funciona razonablemente bien, es rápido, barato, consume poco, es real, está rodado, sé cuándo y por qué falla, etc., ¿me sale rentable «mejorarlo» con nuevas funcionalidades y poderes a costa de incrementar más de la cuenta el riesgo de fallos, coste computacional, requisitos para ejecutarlo…
Este sería, aparentemente, un claro ejemplo y, aunque a medio-largo plazo pueda resultar un movimiento adecuado porque consiga mejorar el autocorrectos, el hecho es que, por lo que comentáis, ahora es peor a pesar de ser (teóricamente mejor).
Es decir, ha tenido un coste marginal que no ha salido a cuenta.
¿No sería de aquello que mencionas…, un ejemplo los cajeros automáticos y esa leyenda urbana (yo no lo sé, siempre se ha dicho) que dice que llevan SO del año de la polca? ¿O los chips para automóviles para funciones muy concretas y nada modernas?
Me has recordado a eso, la verdad.
MARCOS, en el caso de los cajeros es más por el tema de las homologaciones para que el «conjunto» (hardware, software, firmware, etc.) esté homologado por todos los implicados y se fíen de él. Algo que puede tener todo el sentido del mundo para determinadas actividades (p. ej. cuando se habla de dinero), pero que, si acaba haciendo que te veas manteniendo tecnologías obsoletamente obsoletas o ya sin soporte (p. ej. con los cajeros con Windows XP), deja de tener sentido.
Quizá sería el caso opuesto al que estamos comentando: ay, no lo toques por si se rompe algo y al final te sale más caro y problemático mantenerlo como estaba y casi lo de menos es que no puedas hacer las cosas nuevas con esa antigualla.
Son un poco coñazo los correctores digitales, pero nada que ver con los correctores analógicos.
Por ejemplo uno que se llama Reverte…
Jamás he usado un autocorrector y me niego a usarlos. Prefiero saber ortografía.
El motivo principal para mí es que no detecta bien (ni word, ni android ni iPhone) cuando estás en un entorno multi-idioma. Con mis padres en alemán, el trabajo el inglés y los amigos en español, no hay autocorrector que te deje en paz.
Por otro lado esto generará fricción a otro nivel: Si no te puedes fiar de un autocorrector con IA (reglas fijas, contexto, conocimiento del usuario) ¿cómo vas a delegarle a un «agente» (me viene Mr. Smith a la cabeza) que se encargue de algún proceso de tu empresa?
Al fin alguien lo dice!!!!
Te doy otro ejemplo de corrección personalizada que debería tener el iPhone: no sé si la yema de mis dedos se están deformando, pero en los últimos años tengo un dilema de presionar una tecla y suceder la de al lado. Las veces que presiono la A y aparece una S, es frustrante. ¿Como es que no hay un algoritmo que detecte esto!!! si me la paso borrando Ss para poner la Aes.
Y otra cosa relacionada pero distinta: algo se cruzó mal en mi Mac & iPhone respecto a los “textos de sustitución” (ej uno escribe “minombre” y el SO lo reemplaza por “Angel xxx”). Por algún motivo esotérico (Apple desintelligent) se definió una sustitución al revés: al tipear mi número de DNI, me lo reemplazaba por el texto “midni”. De película.