La Fiscalía de París acaba de abrir una investigación penal contra X por «manipulación algorítmica con fines de injerencia extranjera» y extracción fraudulenta de datos.
Entre las primeras diligencias figura el requerimiento de entregar el código de recomendación y datos de tráfico en tiempo real. La empresa se ha negado alegando que la causa está «políticamente motivada» y que incluso se la investiga bajo legislación contra el crimen organizado, lo que permitiría intervenir comunicaciones de sus empleados.
El detonante fue la denuncia del diputado Éric Bothorel, que reprocha a X haber amplificado contenidos de la ultraderecha, incluido el partido alemán AfD, y de haber degradado deliberadamente mensajes considerados progresistas. La investigación francesa se superpone a un procedimiento de la Comisión Europea en el marco de la Digital Services Act, cuyo dictamen preliminar se espera para septiembre.
La ofensiva gala no es un caso aislado. En septiembre de 2024, el Supremo brasileño llegó a bloquear X cuando Elon Musk desobedeció órdenes de moderar cuentas que difundían desinformación, lo que desembocó en un pulso público con el gobierno de Lula da Silva. Un mes después, un estudio universitario detectó que, tras el apoyo explícito de Musk a Donald Trump, la plataforma triplicó la visibilidad de sus propios tweets y la de perfiles republicanos, un cambio a nivel de plataforma llevado a cabo de forma no transparente y que nunca fue explicado a sus usuarios. A finales de 2024, el propio Musk admitió que los tweets con enlaces externos se despriorizan, limitando de facto el acceso a noticias y dirigiendo la atención al contenido interno de X.
Cuando el algoritmo se alinea con la agenda personal de su dueño, la red social deja de ser una infraestructura neutral de conversación para convertirse en un canal editorializado omnipresente, capaz de moldear la esfera pública de países enteros. El problema ya no es la vieja disyuntiva entre moderar o no moderar contenidos, sino la opacidad de un sistema de recomendación que incorpora sesgos deliberados y que se ofrece, además, como servicio global. Para un gobierno, tolerar que una plataforma con semejante efecto de red oriente la conversación política según los intereses particulares (o geopolíticos) de un solo individuo equivale a aceptar el equivalente a un medio de propaganda con una potencia sin precedentes.
Aquí radica la diferencia esencial entre un medio tradicional y una plataforma social: un periódico, una cadena de radio o un canal de televisión declaran abiertamente su línea editorial, su audiencia es finita y su distribución, limitada. Una red social, en cambio, actúa como una infraestructura crítica: agrega millones de discursos ajenos, aplica un ranking algorítmico sin revelar criterios y, sobre todo, retroalimenta la atención de la ciudadanía en tiempo real. Por eso la ley la obliga – y es bueno que así sea – a ser neutral en el transporte de mensajes (como una red eléctrica con la electricidad), y transparente en el funcionamiento de sus «transformadores» algorítmicos.
Regularlas de forma distinta es, por tanto, una exigencia funcional y no ideológica. El marco europeo, con la Digital Services Act y la Digital Markets Act, parte de la premisa de que las grandes plataformas son «guardianes de acceso», y les impone auditorías, acceso a datos para investigadores y un régimen sancionador. Francia va un paso más allá al invocar el código penal cuando la presunta manipulación implica la «alteración de un sistema de datos automatizado» o la «obstaculización de procesos democráticos». Si Musk mantiene a X en rebeldía, la vía penal permitirá embargar servidores, multar a ejecutivos e incluso prohibir temporalmente el servicio en territorio francés.
Frente a ello algunos comentaristas conservadores alegan que cuando X era Twitter ya estaba sesgado (ahora a la derecha, antes a la izquierda) y nunca nadie habló de multarlo. El argumento es completamente falaz: los informes internos sobre la etapa previa mostraban errores de moderación, sí, pero no intervenciones sistémicas dirigidas por la propiedad para amplificar un espectro ideológico concreto. La diferencia es que hoy el dueño modifica la arquitectura técnica para maximizar la visibilidad de sus propias posiciones y de aquellas afines, como ilustra su creciente conversión en «portada mundial de la derecha».
El caso contrario lo hace todavía más claro: una red como Bluesky puede, posiblemente, tener un sesgo hacia la izquierda, pero ese sesgo no está provocado por una editorialización algorítmica, sino por otras circunstancias, como el hecho de que muchos usuarios provengan de una X en la que ya no se sentían cómodos, y que pasan a crear sus contenidos en esa nueva red. Pero mientras Bluesky pueda demostrar que no utiliza herramientas para forzar una editorialización determinada, estará en perfectas condiciones frente a posibles demandas.
La causa francesa es, por tanto, un choque entre un Estado que defiende la integridad de su espacio público digital y un empresario megalomaníaco que trata a la red social como una extensión de su voz, y sin duda, no será el último. Si se confirma la manipulación algorítmica, como no puede ser de otra manera teniendo en cuenta que alcanza incluso a su chatbot, Grok, la lección será inequívoca: convertir una infraestructura de comunicación en un altavoz personal no es solo una mala política empresarial, es también un riesgo democrático que los gobiernos ya no están ni deben estar dispuestos a tolerar.
You can also read this article in English on my Medium page, «Musk’s megaphone: France investigates X for undermining democracy«


Se avecina «RABO» para Musk…
Ja ja ja
Ahora toca X… habrá que ir con ello. Pero…
«declaran abiertamente su línea editorial…» (EDans) es más prejuicioso, que la consideración de que cualquier obispo está más cerca de Cristo que el mismo Judas.
No hay más que tratar de leer las babosadas de la prensa española (ya no digamos TV, con tertulianos incluidos) para darse cuenta, que los sicarios clandestinos del poder son muchos muchos.
Y, como islote insignificante de X, que, gracias a la virtualidad de la internet, puede ver algo mucho más allá de lo que se ve con con simples prismático… he notado que la fuga de cerebros de X (usuarios), incluidos los sacrosantos popes, tiene más de izquierda con glamour, que de izquierda con praxis… así que no me vale como ejemplo de nada. Ni siquiera ha provocado un leve tirón, en mis. intenciones de resistencia redil. La propia estructura de la red favorece la acumulación de cerebros «en línea».
E incluso el pesado de Mr. Musk ha retomado un perfil bajo en su apariciones públicas (directas)… y, por otro lado, la acciones del megacentralista estado presidencial francés, no me parecen un dato positivo para nada.
La doble vara de la ultraderecha yanqui respecto a la libertad de expresión es clave para entender su lógica de poder.
Cuando están fuera del gobierno, exigen una libertad absoluta de expresión para decir lo que quieran —aunque eso incluya desinformación, discursos de odio o ataques a las instituciones—, escudándose en la Primera Enmienda.
Pero una vez que toman el poder, como se vio con Trump, esa defensa de la libertad desaparece.
Lo que antes era “libertad de expresión” se convierte en censura selectiva: expulsan a periodistas críticos, bloquean fondos a medios públicos, presionan a universidades y bufetes, y usan demandas legales como forma de intimidación, en el caso de Trump, y en elcaso de Musk , tambien acerrimo «defensor de la libertad de expresión absoluta» le parece normal comprar el medio de expresión mas influyente a nivel mundial y ponerlo al servicio de su ideología fascista.
El patrón es claro: libertad para ellos, silencio para los demás.
La libertad de expresión no les interesa como valor democrático, sino como herramienta para avanzar su agenda y luego restringir el disenso.
Juan, con todos los respetos, no crees que eso también pasa con la izquierda?
Intenta no ser pueril por favor. Todo el que gobierna y/o tiene poder intenta barrer para casa, en libertad de prensa y en cualquier otro tema.
Ojalá no fuera así. En su época, Twiter era un paraíso Woke. Ahora lo es de la ultraderecha. No es más que un reflejo del resto de instituciones de un país en función de quien gobierna.
Triste, pero es así…
No, claro que al contrario no pasa por mucho que los de derechas insistais. En España despues de siete años de gobierno del PSOE practicamente todos los medios de comunicación estan al servicio de la derecha. En cambio, lo primero que sucedió cuando Rajoy llegó al gobierno es que los tres principales periodicos cambiaron su dirección por otras más afines al PP. Hemos visto al rasputin de IDA amenazando con machacar y hacer cerrar a medios de comunicación y estos días vemos como el ministro de hacienda de M. Rajoy amenazaba a periodistas y medios de comunicación.
Y ni hablar de la dictadura trumpista donde se acosa hasta a las universidades si no abrazan el trumpismo.
«En España despues de siete años de gobierno del PSOE practicamente todos los medios de comunicación estan al servicio de la derecha»
Mentira, y gorda. Hay medios afines al gobierno (empezando por TVE, la que pagamos todos) y medios beligerantes. Siempre ha sido así, independientemetne del color del que gobierna.
Lo que pasa es que solo te duelen los que critícan al gobierno. Supongo que Canal+, la Sexta, etc no cuentan, no?
En fin, algunos ven la paja en el ojo ajeno y no ven la viga en el suyo…
Saludos. Y dejo este hilo por no entrar más en política española, pues no es el temad de hoy.
Canal+…??? Eso existe aun?
La Sexta…??? receptiva al gobierno?
TVE siempre ha sido del que manda…
1) Con otros nombres, pero si
2) Si, totalmente
3) Correcto!
Saludos.
Yo os dejo este articulo…:
(pongo la traduccion directa)
De Montoro a Montero hay una letra y ya
No se engañen: eso que llamamos “caso Montoro” parece una cosa y es otra. No es el escándalo de un ministro corrupto que utilizó la Hacienda española para perseguir a adversarios políticos. No es ni siquiera la historia del PP convirtiendo a la Agencia Tributaria en un arma de guerra sucia contra el independentismo catalán y contra Podemos. Todo esto ocurrió, es cierto, pero el verdadero escándalo es otro: el “caso Montero” acredita que la corrupción no es una desviación del sistema, sino el propio sistema.
Porque en el 2018, cuando el PSOE llegó al poder y encontró lo que encontró, ¿qué hizo del entramado que había montado Montoro? ¿Le desmanteló? ¿Depuró responsabilidades? ¿Creó mecanismos de control para evitar que se repitiera? No. Nada de todo esto. Sencillamente, cambió de objetivos. Y así hemos visto cómo María Jesús Montero –la sucesora socialista de Cristóbal Montoro– ha utilizado exactamente los mismos métodos contra la pareja de Ayuso que Montoro había empleado contra Monedero o contra dirigentes independentistas catalanes.
De Montoro a Montero existe solo una letra de diferencia, pero la misma lógica: el estado utiliza todas las herramientas –legales e ilegales–, para defenderse de cualquier amenaza a su poder. Y esto no es casualidad, sino la naturaleza misma del estado español posfranquista.
El historiador Giles Tremlett lo ha contado con una claridad que hiere: la corrupción es la mayor huella que el franquismo ha dejado en la democracia nacida con la transición. Tremlett argumenta que la transición no fue una ruptura real con las prácticas del régimen anterior, sino una simple adaptación. Allí dentro, en las profundidades, se encuentran los mismos personajes, las mismas redes, los mismos hábitos, pero con una nueva vestimenta democrática.
Durante el franquismo, la corrupción era el lubricante que hacía funcionar el sistema: el régimen repartía privilegios entre las élites a cambio de lealtad, creaba redes de dependencia que aseguraban la sumisión y convertía la transgresión de la ley en un instrumento de control social. Quien tenía acceso al poder tenía acceso a la impunidad. Quien no lo tenía, se exponía a la represión total.
Y ésta es la lógica, argumenta Tremlett, que no desapareció con la democracia. Únicamente se metamorfosó. Las redes clientelares del franquismo se reconvirtieron en partidos políticos, federaciones empresariales y lobbies de influencia. La impunidad selectiva se institucionalizó gracias a leyes de amnistía, pactos de silencio y una cultura política basada en el “café para todos”. Y así fue que la corrupción dejó de ser un efecto secundario indeseable del poder y se convirtió en el mecanismo fundamental de estabilización del estado y de la nación –atención, de la nación– española.
Pensemos en ello. Cómo se mantiene unido un estado donde más de la mitad de Cataluña quiere la independencia y lo ha manifestado; donde el País Vasco reclama más autogobierno y está siempre dispuesto a la posibilidad de irse; donde en la Comunidad Valenciana o las Islas, que daban por muertas nacionalmente después de la transición, los partidos nacionales tienen cada vez más peso; donde en Galicia el soberanismo es ya la alternativa de gobierno; donde hay regiones enteras en decadencia económica, chupadas por una Madrid dopada políticamente; ¿dónde en cualquier minuto puede volver a estallar el polvorín de las colonias africanas? ¿Cómo se mantiene la lealtad de unas élites políticas que gobiernan territorios que cada vez tienen menos en común? La respuesta es simple: con privilegios, con puertas giratorias, con contratos públicos, con información privilegiada, con la complicidad silenciosa de quien sabe que callar le conviene más que hablar, si quiere prosperar.
El sistema funciona así: quien juega de acuerdo con las reglas no escritas –pero bien conocidas– del estado tiene una inmunidad de facto, puede dormir tranquilo. Pero quien se opone, se arriesga a que todas las instituciones –de Hacienda a los tribunales, pasando por la prensa afín– lo conviertan en objetivo y le hagan la vida imposible. Es un mecanismo casi perfecto de control social que durante cuarenta años no ha necesitado ni leyes de excepción ni estados de sitio –hasta el 155, y eso dice mucho de nosotros. En realidad sólo necesita que todo el mundo entienda cuáles son las reglas del juego y, sobre todo, quién manda.
Por eso no ha habido depuración después de Montoro. Y por eso Montero –con una sola letra de diferencia– utiliza los mismos métodos. Por eso la alternancia al poder en Madrid nunca cambia ni cambiará nada esencial. En España el problema no es quién gobierna, sino cómo se gobierna un estado que ha hecho de la corrupción la principal herramienta de cohesión.
Precisamente, esto, el nacionalismo catalán lo descubrió de la forma más dura posible. Durante decenios, dirigentes de CiU participaron en este sistema de corrupción “estabilizadora” de España –la ABC llegó a nombrar a Jordi Pujol “español del año”. Y, mientras lo hicieron, gozaron de inmunidad. Completa. Pero cuando decidieron romper las reglas del juego y unirse a la presión popular por la independencia, de repente todos sus pecados, que hasta entonces habían sido perfectamente guardados y protegidos, salieron a la luz. Pujol, que durante años se había mantenido como un socio fiable del estado, un hombre respetado y respetable, se convirtió en un paria de hoy para mañana, cuando dejó de asegurar el sometimiento catalán, cuando dejó de ser el muro de contención que salvaba a España.
Por tanto, el mensaje es claro: puedes ser corrupto, pero debes ser corrupto dentro del sistema. Puedes robar, pero debes robar para España. Puedes mentir, pero debes decir las mentiras oficiales.
Y así, casi cincuenta años después de la muerte de Franco, hemos llegado a la situación actual: un estado en el que la corrupción es tan omnipresente que ya ni siquiera escandaliza; en el que las filtraciones interesadas de Hacienda –impensables en cualquier estado democrático– se consideran descontadas; en el que todo el mundo asume sin que se le revuelva el vientre que las instituciones sirven primero los intereses del poder y, por extensión, del nacionalismo español; y después, si acaso, los ciudadanos.
El caso Montoro es transparente y paradigmático, si lo miramos así: España postfranquista no es una democracia con problemas de corrupción, sino un sistema de corrupción institucionalizada que se sirve de formas democráticas para perpetuarse. Y por eso, a pesar de todos los escándalos, a pesar de todas las revelaciones, nada cambia en serio. Ni va a cambiar.
Porque cambiar significaría tener que cuestionar los fundamentos de un estado que –claramente desde el franquismo, pero quizás de mucho antes– no sabe existir si no es con el privilegio, el amiguismo y el abuso de poder. Por eso prefieren perpetuarse tal y como son y aguantar de vez en cuando un escándalo, que no arriesgarse a una verdadera regeneración democrática que, como explica muy bien Jason Webster, siempre les obligará a arriesgarse a aceptar la independencia de Catalunya como una amenaza permanente.
De Montoro a Montero hay una letra. Y esa continuidad no es ninguna casualidad. Al contrario: es la prueba de que el problema es España.
———Vicent Partal
Tanta mierda hay a un lado como al otro…
«tabta mierda hay en un lado como en el otro»
No puedo estar más de acuerdo contigo, LUA.
Saludos y me alegra verte por aquí.
Chipiron
Mira esto, y dime que te parece el despliegue mediático que hace los buleros de la dercha para hablar del caso Montoro
Portadas
Para mentira gorda, la tuya. En España salvo algunos medios digitales como ElDiario o publico y los medios de prisa (y a ver con el nuevo cambio de dirección como queda la cosa) todo el resto de medios del país son un ariete contra el gobierno. Lo unico que has podido citar es la television publica, que eso logicamente se inclina más para el gobierno que toque pero aun así está a años luz de lo que hace el PP cuando gobierna. Los telediarios de antena 3 son mucho más partidistas que los de la propia TVE y en las tertulias de tve española puedes encontrar a muchos representantes de la derecha defendiendo lo suyo … a ver cuantos encuentras en Telemadrid o TVG dando discursos izquierdistas. Y que menciones a los del «es muy burdo pero vamos con ello» entre los medios progubernamentales, en fin …
No me molestaré en contestarte. Cada vez dices más tonterias. Además, no es el tema de hoy hablar de política española.
Con todos los respetos, Chipiron.
Espero que no consideres como derecho de informacion los discursos de odio , difamación o similares, por que eso es lo que cualquier persona juiciosa entiende como un limite a la libertad de expresio, y es ese limite el que la ultraderecha no quiere aceptar.
Y dime tambien cuando ha sucedido que los democratas demanden a periodicos ante cualqueir critica, retiren fondos masivos a universidades por el tremendo crimen de permitir manifestaciones contra los genocidios, , miren lo que has puesto en facebook antes de dejarte entrar en el pais, etc, etc.
Y preguntate por que la ultraderecha es completamente reacia a que se prohiban o regulen, los discuros de odio, la difamación, o la desinformación.
¿No será quizá por que el 90% de los bulos es consumida por sus votantes, segun todos los estudios?
Con todos los respetos Juan: Y quien decide que es un discurso de odio?
Mencionar la nacionalidad no española de un agresor sexual, por ejemplo, lo consideras discurso de odio? (siempre partiendo de la base de que la información sea veraz, claro). Te hago esta primera pregunta porque cuando el agresos es español, normalmente hasta se especifica su pueblo natal.
Dar las estadisticas del porcentaje de detenidos que son inmigrantes (siempre que las cifras se ajusten a la realidad), lo consideras un delito de odio? Este caso te lo menciono porque el porcentaje es alarmante, pero muy pocos medios de comunicacion se atreven a dar los datos reales.
Remarcar que las políticas de Miley en Argentina están obteniendo resultados económicos espectaculares, es delito de odio por ser su partido es, mal llamado, de extrema derecha?
Lo que no yo no estoy dispuesto es a acatar la dictadura de lo politicamente correcto que quiere imponer la izquierda woke. Porque para empezar a abordar una problemática determinada se deben barajar datos y discursos veraces, duela a quien duela.
Y no, sea lo que sea que tu entiendas por «discurso de odio» no tiene porque implicar «difamación».
Yo estoy por la información veraz, sea agradable o desagradable, politicamente correcta o no. Y en contra de la información falsa, de lo que tu llamas difamación. La verdad debe siempre estar delante.
Y tu? Que prefieres? Información veraz y objetiva o titulares «politicamente correctos» aunque oculten información incómoda pero fundamental?
Si , claro , la verdad por delante.
Pues como tu modelo sea Trump:
Una de las fuentes más conocidas y rigurosas es el Washington Post, que llevó una base de datos llamada «Fact Checker» durante toda la presidencia de Trump. Según esa fuente:
Trump hizo más de 30,000 afirmaciones falsas o engañosas durante sus 4 años como presidente, desde enero de 2017 hasta enero de 2021.
Mi modelo no es Trump. A ese hay que darle de comer aparte. No merece ni un parrafo de discusión, tranquilo.
Si estas, como dices, con la verdad por delante, estamos en el mismo bando.
Siempre verdad por mucho que duela, y al carajo con la dictadura woke de corrección política.
Chipirón:
Me recordaste una cita muy interesante.
“La verdad os hará libres, pero antes o enfurecerá”.
Parece ser que decía Otegui…, quien es una persona con la que nunca jamás quisiera yo compartir ni el aire de una misma habitación…, que en la izquierda, hablar de inmigración (y por ende, algunas de las connotaciones que se le puede achacar), resta votos y deja marca electoral.
Y que habría que quitarse ese miedo.
A mi me parece coherente esto. Si la inmigración acaba superando un 30% como marcaba un periodista de corte euskaldún (bajo el prisma de lo ya mencionado por Otegui), ¿quién va a hablar euskera dentro de 50 años? ¿Y tocar la txalaparta? La identidad nacional se diluye. Pero claro… es importante saber a qué identidad nacional nos referimos. Vaya por delante que yo no tengo, pero respeto e incluso me parece sano quien pueda tenerla (sea cual sea).
Por cierto, lo hablaba hoy con una persona muy cercana. Un abogado de oficio en San Sebastián podría estar acudiendo a defender los derechos de un extranjero en el 70% de los casos, mientras que si hablamos de ertzainas (y conozco más de uno y de dos…), el dato de detenciones podría ser ciertamente similar.
Resulta curioso que los datos estén siempre tan convulsos entre quienes tienen que lidiar en su día a día con dichos datos y quienes trabajan en oficinas.
Yo con arroz puedo hacer una paella y cualquier otro puede hacer un arroz a la cubana.
Utilízanos el mismo alimento pero cada uno lo cocinamos como mejor queramos ¿verdad?
No, mencionar la nacionalidad de un agresor sexual no es delito de odio, llamar a cacerías de inmigrantes porque todos son unos violadores, sí (pero si el que «viola a nuestras hijas» es blanquito, la cuestionamos a ella y lo defendemos a él porque la presunción de inocencia es sagradísima y condenar la violación sin que este condenado y haya agotado todos los recursos es linchamiento). No es tan difícil de entender.
Ya sabemos que tú estas en contra de ese espantajo que os habeís inventado de la dictadura de la corrección política, tú eres más de dictaduras de las de verdad de cerrar los medios de comunicación y las universidades que no se presten a vuestros intereses, de prohibir los libros que no os gusten, de encerrar a los que protesten contra un genocidio, etc.
Dices tantas tonterias en dos párrafos que es imposible superarte.
No me molestaré en contestarte.
..»un periódico, una cadena de radio o un canal de televisión declaran abiertamente su línea editorial»
Ah sí? Donde?
Chico , en la puñetera sección de Opinion.
¿ O es que pretendes que pongan el lema en la cabecera…»Antisanchista hasta la muerte»?
No lo espero, pero que no lo diga Enrique. Una persona poco formada puede tragarse lo que diga un diario o un canal de televisión sin saber de que palo gasta.
Y si no lo crees necesario ponerlo, no esperes que X si haga lo mismo. Sabes que es de Elon Musk y sabes lo que piensa…
No veo porqué unos si y otros no.
El problema aquí no es Musk, ni X, ni la presunta «ultraderechización» de los algoritmos, sino el creciente autoritarismo de los Estados que, bajo el pretexto de proteger la democracia, avanzan peligrosamente hacia el control centralizado de la conversación pública.
Cuando un gobierno exige acceso al código fuente de una plataforma privada o amenaza con embargos y bloqueos si no se alinea con una determinada visión de lo «neutral», lo que realmente está haciendo es tratar de imponer su hegemonía discursiva. ¿De verdad alguien cree que el Estado francés —con su historial de control mediático y subsidios a prensa afín— es un garante imparcial del pluralismo?
Muchos aplauden estas medidas porque creen que combaten a «la derecha», pero están abriendo la puerta a un modelo orwelliano donde el Estado define qué se puede decir, quién lo puede decir y cómo debe distribuirse esa información. Hoy es X, mañana cualquier medio que no pase por el aro.
La libertad de expresión no consiste en que el algoritmo de una red social sea «neutral según Bruselas», sino en que nadie —ni Musk, ni Macron— tenga el poder de imponer su filtro sobre lo que otros deciden leer, publicar o compartir.
Si una plataforma editorializa, los usuarios tienen la opción de marcharse, criticarla o competir con alternativas. Si el Estado editorializa, lo hace desde el monopolio de la fuerza y con la legitimidad coactiva del aparato legal. Y eso, precisamente eso, es lo que sí debería preocuparnos.
Creo que se nos ha olvidado cuando…
Al partido derechista español, se le puso entre ceja y ceja el querer limitar la parodia y los chistes a costa de los políticos. Creo que fue en torno al 2015, en pos de limitar discursos de odio (contra la corona, por ejemplo).
Personalmente, tras lo sucedido en Torre Pacheco, que es absolutamente avergonzante todo, diré lo que siempre he dicho. A fascistas solo se les para eliminando cualquier atisbo de posibilidad de argumento para ellos. Es decir, sea de donde sea un agresor, creo que en España debería de haber de un la revisión del endurecimiento de las penas, que actualmente al menos yo, las entiendo como infinitamente laxas.
No hay mejor manera de callar la boca, que haciendo más seguras las calles y más jodidas las medidas para quien infrinja la ley.
Has nombrado un pueblo, Torre Pacheco, y unos fascistas, los de ultraderecha, pero ¿por qué no nombramos todos los pueblos y a todos los fascistas? Venga, ya te añado yo otros caso:
https://www.google.com/search?q=incidentes+en+hernani&ie=UTF-8&oe=UTF-8&hl=es-es&client=safari
https://www.navarraconfidencial.com/espana/explosion-racista-en-hernani-contra-los-magrebies-al-grito-de-gora-eta/
Todos, espero, criticamos a los fascistas de ultraderecha pero, ¿por qué nadie habla de los nacionalistas, de derecha e izquierda, cuando habla del peligro que corre la pureza de su pueblo, de expulsar inmigrantes, etc, etc? Y lo hacen abiertamente, en televisión, pero nadie dice nada…
Yo ya lo he hecho. Y llevo tiempo pensando en que, posiblemente se estén malinterpretando términos. Supongo que Xenofobia es más complicado y tiene muchas más connotaciones que simplemente la palabra racista. El Neo lenguaje de Ingsoc, que todos (todos) los partidos usan.
Yo suelo hablar en medida en la que me suscita resquemor de alturas morales. Es decir, ¿quién eres tú para juzgar a nadie? (No lo digo por ti).
Resulta curioso porque me acaba de pasar hace cinco minutos.
Estando en la casa de campo de la familia de mi mujer, una tía suya, andaluza como ella sola… me sorprendí reflexionando acerca de a qué partido u otro votaría y como ello sería motivo de descalificación (fuera el que fuer, reconozcámoslo).
Estaba cocinando, cosa que yo sé de forma muy, muy limitada, lo reconozco. Y pensé … ¿por qué un urbanita de la capital, muy moderno él debiera quizás de utilizar palabras peyorativas hacia una persona que al menos sabe hacerse una comida de mil maneras o sabe coserse mucho mejor los botones?
Quizás el fallo no es que esa persona votara a fachas (vamos a ser claros aunque no sepa ni me importe a quien voté la señora), sino en un sistema que desde luego no ha resultado lo suficientemente efectivo para que sus ciudadanos tengan un sentido crítico de las circunstancias.
Como decía, cuando decimos que esos malditos fachas son todos gilipollas, pero al menos pueden poner una mesa familiar con comida bien elaborada y variada y nosotros tiramos de Globo… ¿en qué lugar nos deja eso?
En referencia a lo de tu último párrafo, créeme que he tenido problemas en mi entorno más de una vez con eso. Sin ir más lejos en el trabajo, no me hablo más que lo justo y necesario con una compañera con la que me llevaba muy bien.
Tome la decisión de que como siempre nos enredábamos porque cualquier crítica al nacionalismo vasco más recalcitrante, solo recogía opiniones acerca de las (reales) torturas en las comisarías y las ilegalizaciones de periódicos (qué curioso, antes echar a periodistas a la puta calle estaba mal visto por algunos qué hora lo aplauden). Que conste que es mi compañera y la trato igual que antes, con el mismo respeto, educación y compañerismo. Pero ya no hay nada más allá que lo profesional o laboral. No quiero dar pie a enredarnos en una discusión porque no me gusta discutir con ella y prefiero no correr el riesgo.
Se lo dije a Lua hace unos meses, casualmente en un comentario. El año pasado tuve una metida de pata que podría haber hecho saltar mi vida por los aires. No vale el y tú más. Agachas las orejas y te callas. Y aceptas comerte el plato de caca. Por muy malos y sucios que sean los demás. Hablamos de uno mismo.
El problema es que siempre estamos mirando lo que hace el de al lado.
Tanto en Torre Pacheco, como en otros muchos sitios, sobra gente con pocas razones necesarias para ser violento, sobra gente que no quiere entender nuestra posición socio cultural donde a los demás se les respeta… y así un largo etcétera. Pero hay que lidiar con ellos. Y suele haber 2 opciones, o bajar al fango (que todos lo hacen) o parar de una puta vez y pensar si ese es el tipo de persona que uno quiere ser.
De cualquiera de las maneras , no se puede conducir la vida desde el odio. Punto. Los que tenemos enfrente, sea quien sea, es igual que nosotros. Pero con su experiencia vital propia. Para bien o para mal.
¿por qué nadie habla de los nacionalistas de izquierdas?
Molt senzillo!
No existen. Todo nacionalista es de extrema derecha, aunque piense otra cosa.
«Si se confirma la manipulación algorítmica, como no puede ser de otra manera teniendo en cuenta que alcanza incluso a su chatbot, Grok, (…)» (Esa manipulación está más que mostrada y demostrada…).
Pero como depende de que la empresa la remita al fiscal, esperad que me voy a sentar a esperar. Y, como me voy a quedar más que dormido, despertarme para mi entierro, que quiero cortarme antes el pelo y afeitarme para estar presente. :-)
Nada. A no ser que a Elon le encuentren algun antepasado ruso (que entonces sí sera una terrible injerencia extranjera), los vasallos europeos le dejaran seguir haciendo lo que quiera.
Mira cómo está ahora mismo el tema en Brasil…
A mi este tipo de cosas me suenan como un Déjà-Vu de libro.
Elon Musk esparciendo mensajes de extrema derecha, anti-woke, anti-EU, anti-Partido Dem…etc es lo que han hecho los últimos 40 años A3Media o Media set expandiendo su pestilente nacionalismo español, centralismo o infinita intolerancia a las lenguas minoritarias del estado español.
El algoritmo de Musk en X tiene cara de Ana Rosa Quintana o Susana Grisso. Ambos quieren desviar votos a mandatarios que están alineados con sus ideas o favorecen sus negocios. Cierto es que Elon y su ego le ha hecho romper con Trump, al que pensaba poder dominar desde su plataforma de red social y ha palmado mucha pasta, pero hasta el día de la ruptura, Musk y la «brunete mediática» hacían exactamente lo mismo.
Gracias LUA por ese artículo que me parece brutalmente acertado.
No estoy de acuerdo con algunas afirmaciones, ahí veo que tira un poco para casa, pero en lo fundamental es totalmente correcto.
https://www.enriquedans.com/2025/07/de-red-social-a-megafono-personal-la-querella-francesa-contra-x.html#comment-519917
Quería eliminar, las referencias a Catalunya, por aquello del “dedo y la luna, o el árbol y el bosque”… pero entonces, estaría transmitiendo información sesgada (censurada), justo lo que estamos criticando.
He preferido el articulo entero y confiar que, al leerlo, veríais la esencia del asunto.
Lo pase por el traductor de Google y alguna palabra “patina”
El original
De Montoro a Montero hi ha una lletra i prou
Lua,
Me alegra que estes en esta barricada de nuevo.
Que flojo veo a Chipi, que esto no es politica nacional, sino plurinacional…
habrá que echarle un ancla
Cómo están ustedes?
Como me pica la nariz…
Una pena que Chipi no sepa poner enlaces
PS: No son todos iguales, esa es la gran mentira de la derecha.
El problema, para mí, siempre ha sido que de la noche y sin saberlo puedes acabar convertido en un auténtico facha.
Lo digo en pos de tus citas musicales.
¿Habéis probado a revisar la letra de “Si eres buena cocinera”? Tiene una estrofa que es puro centro del análisis feminista de hoy.
Lo que me lleva también a pensar que, llevo ya muchos años vaticinando que “La vida es bella” va a acabar siendo una película absolutamente defenestrada.
-Le chupa una rodilla nada más conocerla.
-La “persigue” por el pueblo.
-Se presenta en su trabajo….
-…Y se queda en paños menores”.
-Incluso…, la “secuestra” haciéndose pasar por otra persona, para que se vaya con él.
Es cuestión de tiempo.
Yo sí que te veo mal, Buzz…
Joder dime algo que no sepa… para eso no malgaste tu tiempo
Eliminar esa parte hubiese sido bastante más que un acto de censura, pero bastante más. Gracias.
OffTopic o no:
«Peter Thiel es considerado por muchos como el próximo gran supervillano de Silicon Valley. Un empresario nacido en Alemania, pero afincado en Estados Unidos desde hace ya muchos años, que está estrechamente ligado a algunas de las tecnológicas más importantes a nivel global. Fundó PayPal junto a Elon Musk, fue uno de los primeros inversores de la red social Facebook y actualmente dirige Palantir, considerado por muchos como el mayor aparato de vigilancia digital de la historia. Una serie de movimientos que le han permitido colarse entre las personas más ricas del planeta y utilizar todo este dinero para tratar de moldear el mundo a su imagen y semejanza.»
– Bajo su punto de vista, la democracia está vista para sentencia desde hace cerca de un siglo, cuando se dejó votar tanto a las mujeres como a la gente de clase baja: «Ya no creo que la libertad y la democracia sean compatibles.
El peligroso plan de Peter Thiel, el próximo gran «supervillano» que viene: «La democracia es un experimento fallido»
Bueno. Hay algo de clasismo en aquello de no dejar votar a las mujeres ni a las clases bajas, pero que tiene su punto de interés.
Creí aprender o al menos conocer el dato de por qué algunas mujeres se oponían al propio voto femenino en España y tenía cierta base de lógica.
Si vas a permitir que el voto valga lo mismo, para una persona que se forma y se informa, que otra que vota porque el político es muy guapo, sí, la democracia debe de tener puntos de mejora.
Pero en fin, yo no diría lo que él. Creo que los negros valen para algo más que recoger algodón y las mujeres estar en la cocina. Otra cosa es el típico americano que se casa con su prima, lleva gorra el pelo largo, vaqueros y le faltan algunos dientes. Supongo que toca lamentarse también que un voto contara lo mismo en este caso que alguien que ha hecho horas extras para poder pagar las tasas y los préstamos universitarios.
Pero habría que ver. Estos hombres “hechos a sí mismos”, me asquean bastante.
Es el personaje más siniestro de toda esta opereta, y llevo años diciéndolo…
Demócrata es quien piensa como yo, peligroso antidemócrata es el que piensa otra cosa. Lógicamente no voy a permitir que un antidemócrata utilice Internet para dar a conocer sus corrosivos puntos de vista..
Gorki
Por que una persona que no sabe hacerse una lazada él solo en un aspecto de la vida,… tenemos que presuponer que es hábil en otras…
Me explico, muchas veces nos has expuesto tu conocimiento (muy básico) en temas de IA, pero defendías tu postura como un terraplanista defiende que la Tierra es plana, o un negacionista defiende que hay que ser antivacunas…
Ahora bien
¿Cuando te expresas ideológicamente porque razón vas a convencernos que tu forma de pensar es la adecuada? No porque puntualmente utilices tu ironía al respecto, creo que al único que engañas es al que tienes enfrente del espejo cuando te afeitas…