La era de la comunicación instantánea

IMAGE: Kaisa Savolainen - 123RFLa adquisición de WhatsApp por Facebook ha desencadenado toda una oleada de reacciones que dejan ver con claridad la característica del momento que se avecina: tras muchos años de uso de mensajería instantánea, tras haber superado la era del Messenger, del SMS y de muchos otros, llegamos finalmente a una era en la que la comunicación instantánea pasa a ser parte habitual del día a día de un segmento demográfico cada vez más amplio de la población.

Para explorar las consecuencias de un momento como este, debemos tratar de descontar todo tipo de sesgos. En primer lugar, el de la relevancia. Si en su momento pasaste por el Messenger de Microsoft, o incluso antes con cosas como ICQ, o por Yahoo! Messenger, o por alguno de los mil clientes desarrollados sobre Jabber, es posible que te  cueste entender cómo algo que viene desde tan lejos, una forma de comunicación tan «normal», puede convertirse de repente en algún tipo de «revolución». Olvídalo, resígnate… eres un adelantado a tu tiempo. No trates de entenderlo, a no ser que estés dispuesto a estudiarte toda la teoría detrás de la curva de Rogers y la difusión de innovaciones.

El otro gran sesgo es el geográfico: como ya he dicho en otras ocasiones, si tratas de entender algo como la estratosférica valoración de WhatsApp desde el punto de vista de un español, siendo España el país en el que WhatsApp ha alcanzado su mayor cuota de mercado en todo el mundo y en el que hasta las abuelitas corrían a las tiendas a comprarse un smartphone para poder usarlo, te equivocarás. Pero el problema es que si lo haces desde la perspectiva de un norteamericano, en donde WhatsApp tenía un nivel de uso relativamente escaso, y cosas como Facebook Messenger o los mismísimos SMS mantenían una popularidad relativamente elevada, es posible que te equivoques también, y que pienses que WhatsApp es «the next big thing». O que si lo analizas desde el punto de vista de un tailandés, donde WhatsApp ya estuvo de moda, cayó víctima de la pujanza de Line, y hoy se ve como algo completamente passé, te equivoques también. La lección es evidente: para analizar un fenómeno como este hay que hacerlo con una mirada global, por encima de fenómenos regionales de adopción. Pensar que el hecho de que WhatsApp haya conseguido pasar a formar parte del vocabulario habitual de los españoles significa que de alguna manera «tiene el éxito garantizado» es simplemente carecer de visión internacional.

Visto esto, ¿de qué estamos hablando? Sencillamente, de lo que ocurre cuando la mensajería instantánea pasa de ser algo característico de un segmento particular de la población de una región en concreto, y pasa a convertirse en un modo de comunicación generalmente aceptado. Hablamos de mensajería instantánea como parte de la normalidad, como un canal más en manos de todo el mundo. El what’s next de WhatsApp tras la desmesurada adquisición de Facebook, después de todo, solo puede entenderse así, pensando en un cambio de era, lo que además permitiría entender incluso el intento anterior de la empresa de Zuckerberg de adquirir Snapchat por tres mil millones de dólares.

Por otro lado, no podemos olvidar dos cosas: la primera, que hablamos de un panorama enormemente volátil. La reciente popularidad de Telegram, una aplicación infinitamente mejor que WhatsApp en sus prestaciones, deja claro que a pesar de la gran importancia del efecto red y de encontrarte con que, al instalar una aplicación determinada, las personas con las que quieres hablar ya están en ella, basta con un período de cierta actividad para que cualquier aplicación que hace pocos meses no existía entre en la categoría de alternativa. Si además es capaz de diseñar su proceso de popularización de una manera un poco avispada, de hacerse presente en tu smartphone de forma habitual (cada vez que una persona de tu lista de contactos abre cuenta en ella), y de presentarse como una solución a los muchos problemas de la alternativa anterior, las posibilidades, en principio complejas, se incrementan. Además de la creciente popularidad de Telegram, vemos movimientos como la más que probable salida a bolsa de KakaoTalk, el anuncio de un producto de voz en Line, o la adquisición de Viber por el gigante japonés Rakuten. Decididamente, un mercado que no se está quieto.

La segunda cuestión es la generalización del uso. Para que el uso de la mensajería instantánea pueda considerarse realmente generalizada, tenemos que pensar en hablar de mucho más que nuestra comunicación informal con nuestros amigos: hay que considerarla como algo que llega a imbricarse en todas nuestras actividades, incluyendo cosas como nuestro trabajo, nuestra comunicación con compañías, o incluso cuestiones como la banca. ¿Resulta posible imaginarse a una empresa en su sano juicio utilizando WhatsApp para su comunicación interna? Me consta que las hay, pero desde un punto de vista meramente técnico es una barbaridad impensable que daña incluso su reputación. La empresa que permite que WhatsApp, una aplicación esencialmente insegura en todos los sentidos, se convierta en un elemento de su estrategia de sistemas de información es que está dirigida por irresponsables. El concepto «WhatsApp banking», que he escuchado en ocasiones dentro de la industria, partía siempre de una base: que WhatsApp no fuese una aplicación tan mala como realmente era, algo que aunque podría cambiar tras la enorme infusión de recursos que supone la adquisición, no ha ocurrido aún.

Es este entorno, el de la mensajería instantánea profesional, donde pueden producirse novedades interesantes. Para cualquier compañía de mensajería instantánea, la adopción por parte del mercado corporativo es una especie de «prueba del 9», una cierta demostración de confiabilidad. Herramientas como Lync o Yammer, de Microsoft, cuentan con la fuerte implantación de la compañía en el entorno corporativo, pero no parecen haber conseguido, por el momento, generar procesos de adopción mínimamente interesantes o comparables a los de la mensajería instantánea en entornos personales. Skype, igualmente de Microsoft, cuenta con una importante tracción en la comunicación por voz (es desde hace tiempo la «operadora» líder a nivel mundial en número de minutos de voz internacionales), pero no tanto éxito como herramienta de mensajería instantánea en modo texto.

Mención aparte merece la mensajería instantánea de BlackBerry, BBM, que tras haber logrado hacerse con un nicho importante en el mercado corporativo y conseguir su espacio en las comunicaciones personales en una amplia variedad de mercados, se encontró de repente fuera de juego por la fortísima caída en desgracia de sus terminales y la falta de versiones más allá de estos. Cuando finalmente fue capaz de ofrecer versiones de su cliente para otros sistemas operativos, la mayor parte del daño ya parecía estar hecho, y todo indica que uno de los mejores clientes desde un punto de vista estrictamente técnico está ya en franca fase de abandono.

Los hangouts de Google tienen igualmente muchas características funcionales que generan interés y una estrategia de posicionamiento intermedio entre ambos mundos, y no sería descabellado pensar en maniobras que los revitalizasen dada la actividad de la categoría y la privilegiada posición que poseen en la plataforma que supone Android.

Y por otro lado, surgen herramientas aún poco conocidas por el gran público pero con un enfoque directo en el mercado corporativo como Cotap, fundada por uno de los creadores de YammerSlack, de varios de los miembros del equipo fundacional de Flickr; Zula, de Jeff Pulver; o IMBox.me, española y de los creadores de Spotbros (con quienes mantengo una relación de asesoría), pugnando por obtener instalaciones en clientes corporativos que puedan ser considerados como referencia, y ofreciendo propuestas de valor centradas en la simplificación y la eficiencia de las comunicaciones integradas a través de múltiples plataformas.

Ninguna de estas herramientas tiene por qué convertirse en «el estándar» que todo el mundo usa. Es posible que vivamos una fase larga de competencia, de mercados segmentados geográficamente, por tipo de uso, por factores sociodemográficos o por otras variables, y que tardemos bastante en poder observar fenómenos de consolidación. Sin duda, un mercado interesante, que iremos viendo cristalizar de una manera cada vez más evidente, y una realidad: la mensajería instantánea ha alcanzado el momento dulce en su proceso de adopción y está aquí para quedarse.

(This post is also available in English in my Medium page, “The age of instant communication is here to stay«)

24 comentarios

  • #001
    Detective privado - 3 marzo 2014 - 19:14

    WhatsApp, como Windows, como lo fue el sistema Beta y tantos otros ejemplos, son pésimos productos con tal cantidad de usuarios que resulta difícil escapar de su fuerza de atracción gravitacional. Ojalá continue la migración de usuarios de WhatsApp a Telegram.

  • #002
    Daimiel - 3 marzo 2014 - 19:23

    Hablando de Spotbros un amigo mio trabajaba alli, le despidieron junto a la mitad de sus companheros la semana pasada. Esta el asesor al corriente de esto y de que Spotbros tiene las horas contadas?????

  • #003
    iwre0 - 3 marzo 2014 - 19:30

    Es increible, pero todavía no hay nada que pueda sustituir como método de comunicación a nivel empresarial:

    el email

  • #004
    Daniel Terán - 3 marzo 2014 - 19:47

    Y la plataforma que viene de los creadores de Pirate Bay http://heml.is

  • #005
    Enrique Dans - 3 marzo 2014 - 19:49

    #004: Cierto, hablé de ella aquí.

  • #006
    Fernando - 3 marzo 2014 - 20:20

    #Daimiel,

    Soy Fernando, uno de los co-fundadores de IMbox.me. La semana pasada redujimos parte de la plantilla. La razón es simple. Por definición te diría que las startups tienen siempre los días contados, lo que no quiere decir que sean muchos o pocos, simplemente tienen que ser los suficientes. Suficientes significa los necesarios para cerrar los primeros clientes.

    En nuestro caso, tras dos años desarrollando tecnología, hemos visto una oportunidad muy interesante en el mundo corporativo. De ahí el release de IMbox.me. Hemos cerrado un acuerdo con Everis para comercializar nuestra solución y estamos reunidos con varios grandes clientes en España. Ahora bien, el proceso de venta de una herramienta como IMbox.me no son dos días, es un nuevo canal de comunicación que afecta a toda la empresa y los procesos de venta llevan entre 4 y 6 meses. En estas condiciones, una fuerte demanda por parte de los clientes y una tecnología plenamente desarrollada como es la de IMbox.me, lo que necesitamos es más tiempo para vender la solución a nuestros clientes.

    Espero que te equivoques, que empecemos a facturar cuanto antes y recuperar a esa parte del equipo con quienes por cierto, estábamos muy contentos. Time will tell. De momento ahora mismo tenemos el tiempo suficiente (ni mucho ni poco) para demostrarlo ;)

    Un abrazo

  • #007
    Alberto - 3 marzo 2014 - 20:21

    También los creadores de la red Torre están trabajando en un sistema de mensajería instantánea seguro.

  • #008
    Arturo G. - 3 marzo 2014 - 21:08

    Hola @Fernando, siento la intromisión pero no puedo evitar comentar. Tu mensaje me recuerda en gran medida a acciones llevadas a cabo por nuestro gobierno y sus recortes. ¿Crees que la mejor manera de vender algo es prescindiendo de la base que hace bueno a un producto? ¿crees que vas a vender algo que se encuentra años luz (por detrás) de productos de similares características bien afamados y asentados prescindiendo de lo que puede hacer más pequeña esa distancia o incluso invertirla?
    Desde mi modesto punto de vista me parece un gran error, una apuesta absolutamente equivocada e impropio de una pequeña startup que debe centrar sus medios en la producción, porque si el producto es bueno se venderá. Y si no es así y necesitas seis meses o más para venderlo a una empresa tal vez sea mejor de echar el cierre y emprender un nuevo camino.

    Ojalá no esté en lo cierto y consigáis el éxito que lleváis dos años buscando.

    Un abrazo desde Suiza.

  • #009
    Alejandro Milian - 3 marzo 2014 - 21:23

    Hola, sobre Telegram, a nivel de seguridad la recomendacion es no usarlo segun Steve Gibson, coautor del clasico podcast de seguridad Security Now. En el ultimo epidodio le dedica unos minutos y no lo deja nada bien.

  • #010
    Felix Maocho - 3 marzo 2014 - 21:24

    En esto de los negocios tecnológicos, que como le pasaba a Descartes, «Yo solo se que no se nada.»

    Es difícil entender negocios no basados en vender un producto o un servicio, pero como decía Galileo, «Eppur si muove»

  • #011
    Anónimo - 4 marzo 2014 - 01:41

    Esta bien eso de despotricar a saco del Was y su falta de seguridad…
    Pero vender a Telegram como Olimpo de la seguridad… hace una semana un error produjo que aparecieran en las agendas de muchos usuarios, telefonos de sus contactos (a quien por supuesto, no les unia nada) incluso de desconocidos.

    http://www.hojaderouter.com/noticias/un-fallo-en-telegram-inunda-las-agendas-de-sus-usuarios-de-contactos-desconocidos/11934 (entre otras)

    La gracia que le hizo a mi amiga A. ver el telefono de dos amantes de su novio F. XDDDD

  • #012
    Sunfas Tradelo ("Garepubaro") - 4 marzo 2014 - 02:02

    Pues muy contento de no ser consumidor de telefonos moviles y demas, aunque si de ebooks, me lo voy a perder afortunadamente, vendre a leer al Enrique Dans para a ver si me entero de algo de que es el Wasap ese, aunque si uno no lo tiene es dificil pero de algo se da cuen

  • #013
    Adrián Melic - 4 marzo 2014 - 08:40

    Una palabra: Hangouts.

    Fácil, fluida, segura y multiplataforma.
    No necesitas dar tu teléfono móvil, solo tu G+ o email.
    No pone cuándo te has conectado por última vez: ¿Alguna vez has tenido que explicar por qué no contestaste a alguien si estabas conectado o por qué te acostaste tarde esa noche?
    Puedes permitir o no que gente que no conoces te envíe un mensaje: En WhatsApp solo con añadir tu teléfono es suficiente para ver tu foto o abrasarte a mensajes (Una vez con una clienta en ebay me llegué a sentir hasta acosado).
    Llamadas de voz y vídeo: Compartir tu pantalla, hacer presentaciones, dar y recibir clases, aprender idiomas, hacer freelance, tener reuniones privadas, hacer eventos en directo y públicos (HOA: Hangout On Air). Unido a YouTube casi tienes tu propio «canal de TV».

    Las posibilidades son tan ilimitadas y tan disruptivas para tantas áreas que creo que todavía mucha gente ni es capaz de imaginárselo. Y aún falta hablar de:
    – Helpouts: http://www.youtube.com/watch?v=K-VFC9AQM1k
    – De Obama hablando con ciudadanos: http://www.youtube.com/watch?v=XsnlXMAjk5o
    – De publicaciones escritas como Masable haciendo sus entrevistas y programas como si fuera su propio canal de TV: http://www.youtube.com/watch?v=9TxdVYAQuws
    – De comunidades de intercambios de idiomas: https://plus.google.com/communities/117021348126795052161
    – De paseos virtuales: http://www.youtube.com/watch?v=y1Uv7as5ZmI
    – …

    Y todo en torno a Hangouts y Google+. Esto es la mensajería instantánea desde una perspectiva mucho más a largo plazo y con muchísimas más posibilidades (moonshot) que las demás alternativas.

  • #014
    Antonio Castro - 4 marzo 2014 - 08:55

    Usar un producto de mensajería instantánea que sea muy popular y donde puedas comunicar con la mayoría de la gente de tu entorno tiene un interés innegable, pero en nada condiciona que adoptes simultáneamente otros sistemas alternativos para comunicarte con un reducido número de personas. Para iniciar un uso personal importante de una aplicación de mensajería basta participar con un grupo muy pequeño de personas o incluso dos personas que decidan comunicarse por ese sistema por las razones que sean atendiendo a alguna nueva característica que les resulte interesante. Yo con mi hijo que está en EEUU contacto por Line y nos sirve para lo básico y para quedar por Skype. Pasar de un sistema de comunicación a otro es algo habitual.

    Va a resultar muy complicado que un sistema de mensajeria instantánea domine completamente a otro y eso también va a pasar con las redes sociales, con la telefonía, etc…

    No creo que la diversificación en las distintas formas de comunicación disminuya. La pregunta sería si esta diversificación continuará aumentando o se estabilizará.

  • #015
    Enrique - 4 marzo 2014 - 08:59

    Hola. No es un comentario a publicar, sino una sugerencia.

    La frase «cayó víctima de la pujanza de Line, y hay se ve como algo completamente passé,». Ese «hay», refiriéndose a Tailandia, ¿no sería ahí?

    Espero no haber molestado. Muchas gracias. Saludos.

  • #016
    Enrique Dans - 4 marzo 2014 - 09:29

    #015: No, era un «hoy». Pero lo corregí ayer… curioso que te siga saliendo! En cualquier caso, gracias!

  • #017
    Darkenessxd2 - 4 marzo 2014 - 09:43

    Para Mark Zukenberg los únicos productos que vende, somos nosotros

  • #018
    Jucamola - 4 marzo 2014 - 11:25

    #013 Y un cliente para móvil que se arrastra de mala manera en terminales de gama baja. Yo creo que Gtalk era mejor producto que Hangouts. Incluso el mockup falso que se hizo de «Babble» por parte de forocoches era mejor producto que Hangouts

  • #019
    Daniel - 4 marzo 2014 - 14:17

    Me ha encantado tu artículo Enrique, en España hemos tenido la mala costumbre de «promocionar» WhatsApp ante cualquier otra alternativa. Yo creo que principalmente por desconocimiento de las alternativas, y esto ha llevado a la situación actual, donde efectivamente, aunque tengamos alternativas claramente superiores (a mi juicio Telegram lo es) el español medio es reacio a cualquier cambio si no lo hace toda la sociedad en su conjunto, ergo estamos atrapados en un círculo vicioso.

  • #020
    Esteban - 4 marzo 2014 - 16:57

    El acierto de Whatsapp es su sencillez, y que sea gratis. Y sobre todo, que se use en el móvil. La tecnología siempre es complicada para la mayoría de la gente, y muchas veces inútil. Los tecnólogos no suelen comprender porqué la gente y las empresas no adoptan esas maravillosas tecnologías que supuestamente les facilitarían la vida, pero ya Gates y Jobs entendieron que había que rebajar esa complejidad, e incluso hacer de los ordenadores algo estético, si querían que los usasen alguien más que los técnicos y científicos de las universidades o los bancos.

    No se puede comparar Whatsapp con Messenger, ni tan siquiera con las herramientas análogas de Facebook: Whatsapp es otra cosa, es mucho más sencillo, ni siquiera tienes conciencia de estar usando Internet o un ordenador. Así debería ser: un simple sistema de comunicación.

    Tal vez Whatsapp, o un sistema de mensajería análogo, estará destinado a convertirse en el «Internet» de los pobres. Sí, la gente corriente y los pobres, esos eternos olvidados, los últimos de la cola en cuanto a tecnología. Esos que, a base de complicaciones y precios altos, estaban destinados a ser, todavía más, los marginados de la era digital.

    Mientras, mi madre, de setenta y dos años, de siempre ama de casa, tiene ahora un sencillo smartphone (por medio de «los puntos») y de esta forma es la primera vez en su vida que usa un ordenador y un software, el Whatsapp. Y se nota: todavía le resulta un quebradero de cabeza encontrar las letras en el teclado.

  • #021
    J. Pedro Aguayo - 5 marzo 2014 - 01:21

    Hola Enrique,
    Es una pena que Spotbros no haya sido la alternativa en estas 2 semanas. Me lo instalé e intenté invitar a conocidos pero el proceso de invitar a gente era, si no complicado, muy difícl y laborioso. Lo probé yo y algunos familiares y desistimos. Al final nos hemos pasado a Telegram donde el proceso de invitación va como la seda. Es una pena que no se pueda apostar por las cosas del terreno debido a detalles tan tontos pero muy significativos en el proceso de adopción de una APP.

    Saludos

  • #022
    Enrique Moragues - 5 marzo 2014 - 10:38

    Sinceramente, creo que cualquir tipo de herramienta «simple» tiene los días contados.

    Me encanta el poder escribir desde la app de escritorio de Telegram, pero la mayoría de mis conversaciones de mensajería siguen sucediento a través de Hangouts. El «Todo integrado» teniendo herramientas por separado que ofrece Google y otras empresas (De ahí la adquisición de Facebook) terminará predominando.

    Sí creo en pequeños casos puntuales de éxito, pero creo que ante el actual panorama los grandes cada vez se están adelantando más en las compras. Ahí está el tema de las empresas de drones, domótica, electrónica.

    El gran problema es como esas grandes empresas son capaces de no darnos una supernavaja suiza cuando sólo queramos untar la mantequilla.

  • #023
    Pedro Torres - 7 marzo 2014 - 18:06

    Estimado Enrique,

    Me ha encantado leer «pasa a convertirse en un modo de comunicación generalmente aceptado»

    Son los términos en los que me expresé en este comentario:

    «¿Que saben en FB? Como economista, me quito el sombrero ante WhatsApp por ser “Generalmente Aceptado” (en España). “Generalmente Aceptado” es magia en economía.»

    https://www.enriquedans.com/2014/02/en-la-noche-en-24-horas-hablando-sobre-whatsapp-y-el-canon-de-aede.html#comment-384144

    La cultura, los usos y costumbres (RAE), es la base de la productividad de un pais, y no el I+D+I, ni los emprendedores, ni los empresarios, ni los trabajadores….

    Cultura que puede ser positiva, como la ética de trabajo de los alemanes, y cultura que puede ser destructiva, como las burbujas que se inflan cuando se aceptan generalmente falacias, como que la vivienda no puede bajar…

    El gran reto del modelo de crecimiento de Solow, es como explicar una depresión o crisis económica si el crecimiento depende de A, una variable que resume el nivel de «conocimiento».

    ¿Se puede des-aprender? No, pero de poco sirve el conocimiento si no es aceptado generalmente por la mayoría.

    Si A representa la cultura, los usos y costumbres, tenemos una sencilla base para entender que como sociedad puede equivocarse y ser castigada por la realidad.

    Hay un papel para el Estado, un papel para la cultura, al igual que para el mercado, o el I+D+I.

    Por ahora Rajoy presume de que al IBEX 35 le va bien… Mal vamos…

  • #024
    delivolicita - 11 marzo 2014 - 10:34

    Me hubiese gustado ver que se hablará de la necesidad de un protocolo libre, algo que favoreciera la competencia y el libre mercado. Pero no…se menciona Jabber pero como algo del pasado, y seguimos enfrascados en terminos de esta empresa trinufará y esta otra no. Ese debate tiene poco recorrido…que triste es ver como nos empeñamos en involucionar; desde hace más de 25 años disponemos de un protocolo de correo que nos permite a cada uno elegir el programa que queremos utilizar como cliente y comunicarnos entre diferentes proveedores (tengas el correo en gmail, telefonica o un servidor en tu casa). En cambio, para la mensajería instantanea nos empujan a estar capturados por empresas. En fin…para cuando un análisis con algo de profundidad.

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