Mi columna en Expansión de esta semana se titula «Barreras de entrada» (ver en pdf), y es un pequeño análisis sobre cómo los procesos de disrupción suelen estar determinados por una reducción brusca de las barreras de entrada a una actividad determinada. ¿Cómo explicar fenómenos de adopción rápida y elevado desarrollo de determinadas herramientas tecnológicas? ¿Qué barreras de entrada tiene tu negocio? ¿Cuáles de ellas pueden ser afectadas por una innovación tecnológica?
Efectivamente. Eso lo están viviendo muy claramente las empresas postales con las que era prácticamente imposible competir.
Desplegar una red de oficinas por todos los pueblos de la geografía nacional era una iniciativa de dimensiones faraónicas. Pero ahora, el cambio tecnológico (e-mail) ha hecho que el uso del papel para las comunicaciones descienda muchísimo por lo que ya no tiene tanto interés entrar en ese mercado y, por otro lado, para servicios de más valor añadido como certificados, envío de facturas, etc…, la barrera de entrada, sin ser nula, es razonablemente baja. La legislación que equipara las comunicaciones electrónicas a las físicas, hace que añadiendo prestaciones criptográficas al sistema de mensajería empleado se puedan cumplir los requisitos legales que muchas de estas comunicaciones necesitan.
De hecho, hay ya un buen número de iniciativas en España en este sentido. Por ejempo, www.twindocs.com, http://www.metaposta.com/, http://www.confirmsign.com/, http://www.mailcertificado.com
Nunca había pensado en el concepto «barrera de entrada», me parece esclarecedor para explicar los problemas que afectan a muchos sectores industriales en este momento. Negocios en los que solo podían competir empresas con grandes capitales se encuentran derepente con miles de empresas compitiendo nacidas de la noche a la mañana.
Para aprender a poner barreras de entrada basta con mirar por ejemplo a Telefónica y ver como lo hacen ellos.
Así verás que no puede florecer un negocio en ese nicho de mercado.