Hay movimientos en la industria tecnológica que, aunque aparentemente sean sólo un detalle en la hoja de ruta de un gigante, pueden tener implicaciones enormes para el futuro de toda una categoría. La decisión de Apple de integrar Qwen, el modelo de inteligencia artificial generativa de Alibaba, en los iPhones vendidos en China es uno de esos movimientos. Y no es precisamente menor.
Apple no da puntada sin hilo: la compañía californiana lleva años adaptándose a la compleja y muchas veces opaca regulación china. Sin embargo, dar el paso de añadir un algoritmo de inteligencia artificial de Alibaba en sus terminales marca un antes y un después, no sólo a nivel tecnológico, sino también geopolítico y cultural. Apple se encuentra en la disyuntiva de ...