Un buen artículo de Joaquín Peña en su página, «Your new car is 100% yours«, describe una tendencia común en muchos productos a medida que progresa la digitalización: convertirse en un mixto de producto con servicio, en el que las partes correspondientes a ese servicio se facturan aparte y se convierten, de facto, en suscripciones que permiten a la compañía transformar un ingreso aislado y puntual en un ingreso recurrente.
Es el caso de algunas compañías automovilísticas, que llevadas por esa filosofía han comenzado, por ejemplo, a ofrecer prestaciones como el encendido remoto del motor, la cámara que graba los posibles incidentes de tráfico, el asistente de conducción o el de aparcamiento en forma de funcionalidades ...