Sony dirige cartas a varios cientos de compañías tecnológicas avisando contra el uso no autorizado de la música de su catálogo para el entrenamiento de algoritmos, y previniendo sobre posibles acciones legales en caso de infracciones.
La pregunta, una vez más, vuelve a girar en torno a las posibilidades de compañías que viven del consumo de sus productos, pero que pretenden ser capaces de restringir ciertos usos de los mismos: cualquiera puede escuchar libremente una canción del catálogo de Sony, bien pagando por ello o bien simplemente encontrándosela en infinidad de canales en los que se puede consumir de manera gratuita, y puede, por supuesto, inspirarse en una o varias canciones, en un estilo o en lo que buenamente ...