A lo largo de las últimas décadas hemos asistido a un progresivo debilitamiento de las reglas de juego internacionales, marcadas por el constante avasallamiento por parte de Estados Unidos y sus gigantes tecnológicos. Las últimas ofensivas de la Unión Europea contra estos colosos — y, por extensión, contra el omnipresente «sueño americano» que pretende imponer sus normas al resto del planeta — no son más que la confirmación de algo que llevamos tiempo denunciando: hace falta una emancipación regulatoria y sobre todo cultural de la UE con respecto a un país que se ha dedicado a incumplir sistemáticamente todo tipo de reglas de la competencia internacional, ahora ya con Donald Trump bajo el infausto estandarte del «America First». Por supuesto, cuando alguien en la Casa Blanca dice «America ...