Las novedades sobre el absurdo conflicto de egos entre el juez brasileño Alexandre de Moraes y Elon Musk, con el cambio de proveedor de red llevado a cabo por X para pasar a utilizar Cloudflare, que ha hecho que X vuelva a estar temporalmente disponible para los ciudadanos del país, deberían servirnos para reflexionar no tanto sobre este caso concreto, sino sobre la conveniencia, en un mundo hiperconectado, de mantener la posibilidad de que un gobierno o un juez puedan tener autoridad para bloquear el acceso a una página web.
La compañía afirma que la restauración del servicio derivada de este cambio ha sido involuntaria, pero a nadie se le escapa el desafío que una acción como esta supone para la autoridad del juez, y la evidente intención de ...