Conducir sigue matando: por qué el coche autónomo es ya una necesidad moral

IMAGE: A white autonomous vehicle moves forward against a dark background filled with abstract silhouettes of car crashes, evoking the contrast between human-caused road deaths and the promise of safer self-driving technology

Cada año, la carretera se cobra en Estados Unidos un número de vidas que debería resultar inaceptable en cualquier sociedad que pretenda considerarse moderna. Las estimaciones preliminares más recientes de la National Highway Traffic Safety Administration indican que en 2024 murieron en el país aproximadamente 39,345 personas en choques de tráfico, casi cien vidas al día, aunque la cifra suponga un ligero descenso respecto a los más de cuarenta mil muertos del año anterior. La tasa de mortalidad por cada cien millones de millas recorridas, situada en torno a 1.20 en 2024, es la más baja desde 2019, y sin embargo no logra disimular lo evidente: la conducción humana sigue siendo una actividad estadísticamente letal, un riesgo estructural que aceptamos con una normalidad que roza lo patológico.

A ello se suma un factor que agrava la situación y que revela hasta qué punto hemos construido un ecosistema urbano hostil: la muerte de peatones. El Washington Post publicó recientemente una investigación demoledora sobre el fracaso de las políticas Vision Zero en Estados Unidos, mostrando cómo, lejos de reducirse, las muertes de peatones se han disparado hasta crecer un 70% entre 2010 y 2023, de 4,302 a 7,314 al año. Las ciudades que se comprometieron públicamente a una «tolerancia cero» con la siniestralidad siguen registrando incrementos sustanciales, en muchos casos porque sus calles anchas, rápidas y fragmentadas diseñadas fundamentalmente para facilitar el flujo de vehículos son incompatibles con la vida humana. Sólo Nueva York ha logrado reducciones sostenidas, mientras que en Los Angeles las muertes de peatones crecieron más del 60% entre 2015 y 2024. El reportaje describe un patrón desolador: medidas anunciadas con entusiasmo que nunca se implementan, proyectos que se diluyen en oposición vecinal o política, y una aceptación social implícita de que miles de muertes forman parte del «coste» de mantener nuestras ciudades dominadas por el automóvil.

Detrás de estas cifras y fracasos sistémicos se esconde una discusión ética que en pocas ocasiones abordamos con la seriedad que merece: el conflicto entre el derecho a la movilidad y el derecho a la seguridad. Durante décadas hemos interpretado la movilidad como una libertad individual casi sagrada, muy explotada e idealizada en publicidad, una prerrogativa que nos permite desplazarnos cuando y como queramos, incluso si para ello convertimos nuestras calles en espacios profundamente peligrosos. Sin embargo, esa libertad mal entendida termina imponiendo un coste insoportable a quienes no participan activamente de ella: peatones, ciclistas, usuarios de transporte público o simplemente quienes tienen la mala suerte de cruzar el camino de un vehículo que circula demasiado rápido o que responde a los impulsos erráticos de un conductor cansado, distraído, drogado o simplemente imbécil. La pregunta ética no es si podemos sacrificar algo de movilidad para ganar seguridad, sino por qué durante tanto tiempo hemos permitido que la libertad de unos se imponga sobre la vida de otros. En un ecosistema que combina error humano, vehículos cada vez más grandes y pesados, y una infraestructura urbana orientada al automóvil, seguir defendiendo la movilidad como derecho absoluto sin reconocer sus externalidades mortales es, sencillamente, irresponsable.

Este diagnóstico coincide con otro fenómeno que agrava aún más la ecuación: la popularización de vehículos absurdamente más grandes y más pesados como SUVs, pick-ups, todocaminos, etc. que añaden muchísima energía cinética a cada impacto y multiplican la probabilidad de que una colisión se convierta en una muerte, especialmente cuando se trata de peatones o ciclistas. Las características de «seguridad» de estos vehículos protegen a quienes van dentro, pero a costa de aumentar el riesgo para quienes están fuera, una prueba mayúscula de egoísmo social. Un ecosistema vial cada vez más letal, combinado con el aumento del tamaño de los vehículos y con el error humano como elemento permanente, no puede aspirar a resultados diferentes por mucha regulación incremental que pretendamos añadir.

En este contexto, lo que durante años se presentó como un avance futurista, el coche autónomo, empieza a revelarse no como una opción tecnológica discutible, sino como una necesidad moral urgente. Si queremos reducir drásticamente la siniestralidad, necesitamos tecnologías que no se distraigan, no se duerman, no conduzcan enfadadas, no se piquen, no aceleren sin sentido, no revisen compulsivamente su teléfono móvil, y no tomen decisiones impulsivas o negligentes. Las máquinas no son perfectas, pero al menos no están sometidas a los sesgos fisiológicos y emocionales que hacen de la conducción humana una ruleta rusa cotidiana.

Los sistemas autónomos actuales no están libres de problemas: necesitan regulación, supervisión, estándares claros y pruebas exhaustivas, pero su potencial para reducir accidentes es enorme, y en muchos entornos urbanos ya empiezan a mostrar resultados evidentes y tangibles. Mientras seguimos debatiendo sobre cuestiones filosóficas o casos anecdóticos, olvidamos un hecho insoslayable: mantener el statu quo significa aceptar sin resistencia que decenas de miles de personas seguirán muriendo cada año a causa de decisiones humanas tomadas en fracciones de segundo.

La constatación del fracaso parcial de Vision Zero en Estados Unidos no debería llevarnos al cinismo, sino a comprender que las políticas urbanas, aun necesarias, no bastan cuando la infraestructura cultural, política y emocional del país está demasiado alineada con la prioridad absoluta del automóvil privado. La tecnología no es una panacea, pero sí puede ser un punto de inflexión cuando la sociedad se muestra incapaz de corregir sus propios sesgos. Si cambiar el comportamiento humano es lento, conflictivo y a menudo inútil, sustituir la conducción humana por sistemas autónomos puede ser la vía más directa para evitar miles de tragedias cada año.

Convertir el coche autónomo en parte central de una política de seguridad vial no es un acto de futurismo ingenuo, sino un acto de responsabilidad. El verdadero debate no es si queremos coches autónomos, sino si estamos dispuestos a seguir aceptando la muerte como consecuencia inevitable de nuestro modelo de movilidad. Si conducir sigue matando a esta escala, y todos los datos apuntan a que seguirá haciéndolo mientras la conducción dependa de seres humanos, entonces la única postura moralmente aceptable es acelerar la transición hacia vehículos autónomos, no como lujo ni como capricho tecnológico, sino como la infraestructura esencial de una sociedad que quiere dejar de matar a sus ciudadanos en la calle.


This article is also openly available in English on Medium, «The moral imperative for autonomous vehicles»

30 comentarios

  • #001
    Gorki - 6 diciembre 2025 - 13:18

    No seré yo el que se oponga al coche autónomo, Lo que mas me gustaria es poseer un coche autónomo. Incluso me conformaría con que existieran robotaxis. Pero ya lo dije hace poco:

    #001 Gorki – 9 noviembre 2025 – 12:40
    Como en el cuento de Pedro y el lobo, algún día llegará de verdad el robotaxi a mi ciudad y no me lo creeré.

    Vienes hablando del tema como algo inminente desde 2014.
    Cuando el futuro se asoma ya a cinco años vista

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  • #002
    Xaquín - 6 diciembre 2025 - 13:42

    Las máquinas no son perfectas, nosotros tampoco, ya lo decía aquel maravilloso final de la peli de Wilder… pero, es que además, la perfección no existe. Como en todo solo existe su búsqueda. Los límites por definición son inalcanzables.

    Lo que sí es cierto, es que pocas versiones actuales de homo sapiens están dispuestas a admitir lo del rico de la peli… como mínimo, se cree, todo el mundo, que él es más perfecto que el vecino.

    El dichoso ego que tanto nos devora. Es como el poder, realmente son auténticos siameses.

    Responder
    • Gorki - 6 diciembre 2025 - 13:49

      como mínimo, se cree, todo el mundo, que él es más perfecto que el vecino.
      Al menos conduciendo,tengo claras mis limitaciones

      Responder
      • Buzzword - 6 diciembre 2025 - 15:51

        La estadística no es lo que opine un cuñado…

        Responder
  • #005
    Marcos - 6 diciembre 2025 - 14:25

    Intuyo que es una cuestión de dinero.

    Cuando algo da dinerito bueno… ya se alinean los planetas para que las cosas vayan adelante. Que alguien saque la chorra y ponga los millones encima de la mesa para salir adelante y que esto le haga ganar mucho más de lo que hasta ahora ha ganado.

    Entiendo que es un proceso en el que no hay aún una ganancia del todo clara, sin correr riesgos altos (las denuncias en Estados Unidos por completas estupideces se pueden encontrar por docenas).
    Si se trata de números… Justo escuché esta semana en un programa de radio que ya son más de 70 personas de entre 15 y 20 años en España que han decidido quitarse la vida en lo que va de año.

    Pero eso no da dinero, o no hay manera de economizarlo, por lo que le importa a poca gente de forma práctica o real en el día a día (a poca que pudiera buscar como paliar esta situación).

    Ejemplos de que cuando se encuentra ese nicho de dólares, se monta un circo, también hay buenos ejemplos.

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  • #006
    Buzzword - 6 diciembre 2025 - 15:50

    Creo que el artículo está sesgado… no hay una estadística igual de amplia en vehículos autónomos (VA) que en vehiculos normales. Asumir que el VA va a tener menor incidencia en muertes basándonos en las cifras de EEUU no deja de ser una especulación interesada a favor del VA.

    Si algo ha demostrado el ser humano, es que su comportamiento está condicionado al medio donde desarrolla su vida.

    De Gemini:

    «Las muertes por accidentes de vehículos varían drásticamente por país, siendo los países de bajos ingresos los que tienen las tasas más altas (24.1 por 100,000) frente a los de ingresos altos (9.2 por 100,000) y Europa muestra la tasa más baja (9.3 por 100,000), destacando Suecia y Dinamarca como los más seguros en Europa y Bulgaria y Rumania como los de mayor riesgo; Estados Unidos reporta un alto número total de accidentes, aunque no siempre la tasa más alta»

    https://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Países_por_tasa_de_muertes_por_siniestros_de_tránsito

    En esta página se pueden ver diferencias en la tasa de mortalidad que van desde 0 (Mónaco) a 73 en Libia, pero si tomas como referencia un pais como EEUU… ahí es donde debe analizarse, porque la primera potencia que se creen son tercermundistas en muchos aspectos… otro día buscamos referencias de salud, armas, homicidios, y la mierda que es EEUU como país

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      • Javier - 7 diciembre 2025 - 12:01

        baia baia… parece que el drogadicto supremacista y explotador de personas, cuando el efecto de la ketamina le bajó un poco, se limpió la baba que le chorreaba de la comisura de los labios y se quejó al viento…

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    • Greg - 6 diciembre 2025 - 19:59

      @Buzzword ¡Tus datos (Gemini/Wikipedia) son de… 2016! ‍

      Y esta es la respuesta de Mistral (Make Europa Great) a lo que decías que no había estadísticas:

      Tipo de Vehículo; Tasa de Accidentes (por millón de millas)
      Vehículos autónomos; 9.1
      Vehículos convencionales; 4.1

      Las fechas de los datos que mencionan las tasas de accidentes de 9.1 y 4.1 por millón de millas recorridas para vehículos autónomos y convencionales, respectivamente, son de mayo de 2024.

      El prompt:
      Tasa de víctimas mortales implicando vehículos con conducción autónoma y tasa de víctimas mortales implicando vehículos sin conducción autónoma. Si tienes los datos a nivel mundial, genial. Si no, por países donde este más implementada la conducción autónoma por favor.
      +
      ¿Fecha(s) de los nuevos datos (9,1 & 4,1)?

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      • Buzzword - 6 diciembre 2025 - 23:36

        Bueno, cuando señalo a la luna con el dedo, siempre hay alguien que se queda mirando el dedo…

        Yo aqui no vengo a responder… busca tu lo que te interese.

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      • Rafa Soler - 8 diciembre 2025 - 16:22

        No sé hasta que punto esa estadística sería representativa, ya que se basa en distancia reocorrida sin tener en cuenta el número de vehículos que participan en cada estadísitica.

        Ni siquiera se sabe si los vehículos autónomos y los convencionales están dentro de la misma categoría de vehículos.

        También habría que ver cuantos de esos vehículos autónomos estaban bajos supervisión humana, o en pruebas, en el momento de tener un accidente.

        Sesgos, sesgos everywhere

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  • #012
    Gorki - 6 diciembre 2025 - 16:47

    Lo que no llego a entender, es que, (salvo en cuatro ciudades), aun no podemos poner un LMM al frente de la furgoneta de transporte de la compañía, pero en cambio estamos poniendo LMM en puestos donde jamás dejaríamos opinar al chofer de la furgoneta de reparto, (RRHH, Marketing, Atención al Cliente, Análisis de Datos e Inteligencia Empresarial,…)

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    • Buzzword - 6 diciembre 2025 - 18:38

      Tu crees que ¿estamos poniendo LLM en puestos? o es la publi de los que hacen LLMs y Pisateclas de los medios…

      Responder
  • #014
    Enrique - 6 diciembre 2025 - 20:00

    La voluntad política por evitar las 40.000 muertes por accidentes de coche debe ser la misma que la de evitar las 700.000 por cardiopatías. ¿Quién es el psicópata que se mete contra el Fortune 50 y el sueño americano a la vez? Suerte

    Responder
  • #015
    Eric Roda - 6 diciembre 2025 - 21:14

    Cuando entenderemos que el coche autónomo es para el que no quiere o no sabe conducir. Yo no quiero que me lleve mi coche a ninguna parte, quiero conducir yo, decidir yo.

    Responder
    • Rafa Soler - 8 diciembre 2025 - 16:24

      Pues yo cuando tengo que hacer carretera y me tengo que «pimplar» 300kms a 120km/h en una carretera sin desvíos… echo de menos un vehículo autónomo.

      No es para todas las ocasiones, pero en algunas, ayudaría.

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      • Lua - 8 diciembre 2025 - 20:03

        Pues yo 4/5 veces al año me casco 1000km atravesando toda España y tan pancho… respeto los tiempos de descanso (e incluso me los salto, parando antes de lo debido o donde me da la gana) porque entre otras cosas, me encanta conducir…

        y para que el coche, tome el control, preferiria coger el AVE y mas pancho aun…

        Responder
  • #018
    Dedo-en-la-llaga - 6 diciembre 2025 - 22:10

    Viendo videos solo en YouTube de accidentes de patinetes, bicicletas, motos, coches, camiones y trenes, estos contra todos ellos incluidos peatones, es obvio y evidente de que a la gente, querámoslo o no, nos duela o no aceptarlo, sufre de una pasión por hacerse daño y matarse verdaderamente inverosímil. Y es que no hay más. Y si le quitan un método, me temo que pronto encontrarán otros… Lo cual no justifica que no haya que hacer algo para evitar semejante masacre. ¡¡¡Las víctimas de tráfico son superiores a las de cualquier parte de guerra!!!

    Responder
    • Marcos - 6 diciembre 2025 - 23:58

      El ser humano es absolutamente impresionante.

      Salvando las distancias, obviamente, hace meses vi un vídeo de un niño chino que metió la cabeza entre dos cristales en una barandilla de un centro comercial.

      Me pregunté qué llevaba a a meter la cabeza en ese espacio (como en su día yo la metí entre las barras de madera del sofá de mi casa cuando era crío e igualmente se me quedó atascada). Supongo que la curiosidad, el nivel de confianza de “yo controlo, no va a pasar nada…”, sumado al espíritu humano de querer bordear los límites al milímetro hace que el ser humano sea magnífico. Otras especies no lo hacen, un robot nunca probaría nada en base a lo que he dicho. Hay un gen diferencial que nos hace únicos. Para mí, pese a todo, ojalá nunca se pierda (no como en Pluribus…)

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  • #020
    Javier Lux - 7 diciembre 2025 - 07:49

    ¿Haremos el cambio al robo-coche por seguridad o salvar vidas?

    No lo creo. Somos así de estúpidos. Tenemos hoy soluciones para controlar el exceso de velocidad con coches camuflados y apenas hay. No lo hacen por temor a respuestas impopulares. De hecho durante un año se limitó la velocidad a 110 Km/h, una decisión inteligente y positiva, y se montó un lio tremendo que el mismo gobierno que la propuso, la retiró un año después.

    Hay pavor al cambio.

    Responder
  • #021
    f3r - 7 diciembre 2025 - 09:59

    «[Conducir] sigue matando: por qué [el coche autónomo] es ya una necesidad moral»

    «[La polución en las ciudades(1)] sigue matando: por qué [prohibir los coches de combustión] es ya una necesidad moral»

    «[El cáncer de colon(2)] sigue matando: por qué [el vegetarianismo] es ya una necesidad moral»

    «[La obesidad(3)] sigue matando: por qué [el ejercicio obligatorio, la prohibición de de los ultraprocesados, las bebidas azucaradas, etc] es ya una necesidad moral»

    «[El trabajo(4)] sigue matando: por qué [dejar de trabajar] es ya una necesidad moral»

    (1) 4.2 millones en 2019 [https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/ambient-(outdoor)-air-quality-and-health]
    otros dicen 8 millones –que sería la misma que por humo del tabaco [https://www.unicef.org/press-releases/air-pollution-accounted-81-million-deaths-globally-2021-becoming-second-leading-risk] [https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/tobacco]
    (2) casi un millón (aunque se distribuye como causa probable entre carnes rojas, tabaco y alcohol, vida sedentaria…) [https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/colorectal-cancer]
    (3) entre 2.8 y 5 millones [https://www.who.int/news-room/facts-in-pictures/detail/6-facts-on-obesity] [https://www.endocrine.org/news-and-advocacy/news-room/2021/over-4-million-deaths-per-year-worldwide-caused-by-obesity]
    (4) entre 2 y 3 millones [https://www.who.int/news/item/17-09-2021-who-ilo-almost-2-million-people-die-from-work-related-causes-each-year] [https://www.ilo.org/resource/news/nearly-3-million-people-die-work-related-accidents-and-diseases]

    BONUS: por accidentes de tráfico, unos 1.2 millones [https://www.who.int/teams/social-determinants-of-health/safety-and-mobility/global-status-report-on-road-safety-2023]
    MAS BONUS: 150,000-235,000 muertes estimadas por conflictos armados

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  • #024
    FerM - 7 diciembre 2025 - 09:59

    Ayer despues de un dia de andar mucho estaba realmente cansado, por la noche tenía que volver, dos horas de coche, cuanto hubiera desado un vehículo autónomo que me regresara a casa sin tener que preocuparme por la conducción manual.

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    • Gorki - 7 diciembre 2025 - 11:50

      No hay mayor lujo que un coche con chofer

      Responder
  • #026
    Egon - 7 diciembre 2025 - 11:29

    Que pongan la baliza y todo solucionado.

    Responder
  • #027
    Dedo-en-la-llaga - 7 diciembre 2025 - 16:52

    La baliza…

    https://www.hablemosderelojes.com/uploads/db5142/original/4X/5/4/0/5401f44d85228b9aae75c56a86476402c67cf3ab.jpeg

    Responder
  • #028
    Ignacio - 7 diciembre 2025 - 23:22

    El principal problema es de incentivos, por ejemplo que la vía no sea de propiedad privada, pero te paso el resumen de la respuesta que te daría Juan Ramón Rallo según Chat GPT:

    El artículo identifica bien las cifras, pero diagnostica mal las causas y propone soluciones paternalistas.

    La respuesta liberal es:

    • El conductor debe internalizar todos los costes que impone.
    • El Estado no puede usar el riesgo como excusa para dirigir nuestras elecciones.
    • Los accidentes no se reducen con prohibiciones, sino con responsabilidad, precios e incentivos correctos.
    • El coche autónomo puede ser una revolución, pero debe triunfar por mérito, no por decreto.
    • No existe un “derecho” a un mundo sin riesgo, pero sí existe el derecho a no sufrir daños ajenos injustificados.

    Epílogo “Rallista”:
    El artículo denuncia la “normalidad patológica” de aceptar riesgo.
    Yo denunciaría la “normalidad patológica” de creer que cada problema social se soluciona prohibiendo, rediseñando o tutelando.

    La libertad no mata.
    Lo que mata es diseñar un sistema donde nadie paga el coste real de sus actos.

    Corrijamos los incentivos y el resto vendrá solo.
    Sin visiones utópicas, sin ingenieros sociales, sin cruzadas tecnológicas,
    y —sobre todo— sin sacrificar libertades individuales en el altar de la seguridad absoluta, que nunca llega y siempre exige más poder para quienes la prometen.

    Dicho esto ojalá llegue pronto el coche eléctrico auto conducido realmente, desspues de poner placas, las baterías y un coche eléctrico es mi segundo y tercer objetivo.

    Gracias.

    Un saludo.

    Responder
    • f3r - 8 diciembre 2025 - 07:17

      «sin ingenieros sociales,…y —sobre todo— sin sacrificar libertades»

      Etapa 1: con multas suficientemente dolorosas se desincentiva XXX

      Etapa 2: el desincentivado por XXX aparece en una micro-manifestación golpeando señales de tráfico con un palo de golf, jersey al hombro gritando «libertad, libertad» (libertad de hacer lo que la multa intenta desincentivar).

      Vuestro modelo YA ha demostrado que no funciona, básicamente lo mismo que vosotros decís del comunismo.

      Responder
      • Ignacio - 8 diciembre 2025 - 14:36

        No se tu, pero a mi en Madrid, me han desincentivado pero bien, ando con el GPS y no me paso ni medio kilometro de la velocidad máxima.

        En cuanto al capitalismo, ha sacado a casi 1.000 millones de personas de la pobreza en los últimos 50 años.

        Es obvio que el único bienestar sostenible es el que procede de la acumulación de capital, inlcluso en políticas «sociales», sólo funcionan, las que parten de una acumulación masiva de capital. Como el parque de vivienda pública de Suecia (capital), como los hospitales públicos (capital), por cierto capital que se está quedando obsoleto y eso una vez que te lo cargas, se tarda décadas de sangre sudor y lágrimas reconstruirlo, gobierne quien gobierne…

        Si lo piensas los dos sectores menos intervenidos y más privatizados son la comida y la ropa y son las dos cosas que no falta a nadie y todos asumimos que no hace falta el estado para proporcionarlos, hay tal abundancia, que la sociedad civil se coordina expontamente para que no le falte a nadie, tienes parroquias, tienes caritas, tienes bancos de alimentos…

        Para que las personas viviesen mejor (no todas pero el 40% de la población perfectamente llegaría), habría que enseñarles a ahorrar, contratar seguros e invertir, así sería común jubilados con entre 0,5 y 1M de euros y personas trabajando a media jornada porque no les hace falta trabajar más… Pero claro, las personas empezarían a entender de donde sale el bienestar y cambiarían radicalmente sus ideas y sus votos y eso no lo quieren, por eso a nuestros hijos van inspectores a enseñarles lo bueno que es que les roben, con impuestos…

        «Lo que das vuelve» dicen… Ni ellos quieren los servicios que vuelven de ahí… Salvo la coca-cola y las p*** eso si que vuelve y se lo quedan…

        Responder

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