Este es sin duda el tema que más me preocupa en el mundo de la tecnología: la incapacidad del mundo y de la especie humana para tomar una decisión de cambio tecnológico, abandonar una tecnología claramente dañina y nociva, y adoptar a tiempo un conjunto de tecnologías claramente más eficientes, más limpias y más adecuadas.
El año 2025 cierra con datos inquietantes: los niveles de dióxido de carbono atmosférico han alcanzado máximos históricos, el metano procedente de humedales crece a un ritmo sin precedentes, y la capacidad de absorción de los sumideros naturales de dióxido de carbono como bosques, suelos y océanos parecen estar debilitándose. La Tierra, literalmente, está perdiendo su capacidad de autorregulación.
Los incendios de 2024 liberaron más dióxido de carbono que cualquier otro año de la última década, y la Organización Meteorológica Mundial confirma que las concentraciones de gases de efecto invernadero están creciendo más rápido que nunca. Es como si los mecanismos biológicos del planeta hubieran pasado de dar señales de estrés, directamente al fallo sistémico.
La narrativa oficial sigue aferrándose a la idea de la transición energética, pero los hechos desmienten el optimismo. No hay señales reales o mínimamente esperanzadoras de una reducción global del uso de combustibles fósiles, y las emisiones siguen aumentando. Europa celebra que la energía solar haya liderado por primera vez su generación eléctrica con un 54% del total: un logro admirable, pero completamente insuficiente frente al crecimiento del consumo energético mundial y la reactivación del carbón en otras partes del mundo.
El problema ya no es solo de emisiones, sino de inercia política y económica. Los grandes bancos están retirando discretamente sus compromisos climáticos, disfrazando la desinversión como «ajuste estratégico» al hilo del panorama político. A la vez, la Casa Blanca vuelve a tratar la emergencia climática como un tema ideológico. Mientras Donald Trump considera la acción climática como «una broma», JP Morgan la califica de esencial para sostener la infraestructura que permite el propio desarrollo de la inteligencia artificial.
El contraste es brutal: los ecosistemas colapsan mientras los gobiernos discuten la semántica de la cuestión en convenciones inútiles celebradas en países que desean intensamente seguir viviendo de los combustibles fósiles. Y el mercado, que prometió ser motor de la transición, ha pasado a comportarse como un freno. Los sumideros naturales, que hasta ahora absorbían cerca del 50% de las emisiones humanas, se están saturando. Si dejan de hacerlo, el cambio climático entrará en una fase exponencial, en la que cada tonelada de dióxido de carbono emitida permanecerá en la atmósfera durante siglos.
Lo más inquietante no es la falta de soluciones tecnológicas, que existen, sino la apatía moral y la ausencia de escalas de valores mínimamente razonables. La humanidad está actuando como un sistema nervioso que deja de sentir dolor: el daño ya no duele, solo se normaliza su umbral de percepción. Llevamos décadas hablando de un «punto de no retorno» como si fuera una frontera futura, cuando en realidad ya lo cruzamos hace tiempo sin notarlo. Los datos de 2025 ya no son advertencias: son diagnósticos.
La paradoja es casi poética: mientras nos dedicamos a desarrollar inteligencias artificiales cada vez más potentes, capaces de escribir, pintar y razonar, el planeta que las sustenta se vuelve menos inteligente, menos capaz de corregirse y menos vivo. La Tierra se está olvidando de respirar, del mismo modo que nosotros nos olvidamos de escucharla.
La cuestión ya no es si aún estamos a tiempo de evitar el desastre. Es si seremos capaces, al menos, de reconocer que el desastre ya está teniendo lugar.
You can read this article in English on my Medium page, «The planet is dying, and we’re looking the other way«


Seré breve, los PHEV ha sido la meta en vez de una etapa de la electromovilidad total tanto de US como la UE no porque no quieran sino porque no quieren «coches chinos» mejores y más baratos. Tan sencillo como eso.
Pues para no querer coches chinos, se están vendiendo como pan caliente…
Y se seguirán vendiendo con nuestras políticas de venta.
Mercedes acaba de abrir las ventas de un magnífico vehículo eléctrico, el CLA. Se fabricará en China para China y en Alemania para Europa. El mismo vehículo.
En China se venderá por unos 30.000€, en Europa desde 54.000€.
Y ahora esperemos a que Europa se electrifique…
¿Es el momento de insistir en que cerrar las nucleares es una soberana estupidez y que en el corto plazo sólo el gas la reemplaza?
¿O preferimos vivir en los mundos de yupi y seguir pasando miedo mientras el mundo se carboniza irremediablemente?
¿Y que con la implantación masiva de la IA esto no va a hacer sino crecer?
Sí, ya, o sease, que tú te crees que abriendo centrales nucleares como si se acabase el mundo, se iban a dejar de quemar fósiles, ¿verdad? ¿Tú de verdad te crees esa patochada merovingia que no se la cree ni un niño de 5 años? ¿En serio?, ¿de verdad?
Sí.
Renovables + nuclear = menos carbón y gas.
Renovables – nuclear = más carbón y gas.
Ja, ja, ja, ¿cuándo has visto tú semejante cosa?
Renovables (que no renuevan nada) + Nuclear (de toda la vida) + Carbón (de siempre) + gas (apestoso) + hidrocarburos (contaminantes) = el tren de los hermanos Marx (sólo que con más risas).
¿Apostamos?
«está perdiendo su capacidad de autorregulación.» (EDans).
Todo ecosistema tiene la necesidad de autorregularse, sobre todo teniendo en cuenta los cambios que de forma natural (o artificial) se deben producir en él. El planeta es el conjunto de todos los ecosistemas parciales que lo forman, y la ley del equilibrio natural es aún mucho más rigurosa.
Se supone que hay un punto crítico, a partir del cuál todo equilibrio perdido se hace irrecuperable… y se pasa (el ecosistema) a otra etapa evolutiva, con o sin planeta. La extinción al 100% dudo mucho que esté escrito en los planes de eso que llamamos naturaleza (sea lo que eso sea).. y hasta donde llegue el llamado universo conocido).
El cerebro humano es un ecosistema muy especial, muy regulado, pero con la posibilidad (ecosistema mental) de que pueda dejarse llevar por un modo operativo cuántico, que lo haga inusable por parte de su teórico propietario. Algo así como tener un ataque cerebral trumpista. Lo que ahora, parece, se pueden considerar como alucinaciones algoritmicas.
Podemos jugar a los tronos todo lo que queramos, que antes o después nos pasarán la factura ambiental y seremos lo que seremos. Porque cuando Hamlet se hace su famosa pregunta, no sabe realmente lo profunda que es… ya que no se trata de ser o no ser (un asesino de tu tío), se trata de existir o no existir como especie… el «to be» inglés siempre ha sido un poco simplón.
Pero vamos a ello, que en el contrato que tenemos con la madre naturaleza dudo mucho que exista una cláusula de recuperación energética… como mucho nos dejarán pillar todo lo que hemos «ahorrado» en el Banco Universal de la Entropía.
Y esas «inteligencias artificales cada vez más potentes que nos dedicamos a desarrollar» contribuyen a aumentar más el problema.
Acabo ayer acá en Guanajuato, México, de entrar a una instalación de Michael Pinsky, artista británico, se llama Pollution Pods, en cada receptáculo ambienta como se siente respirar el aire de una ciudad noruega, Nueva Dheli, Beijing, Rio de Janeiro…. impresionante la tolerancia que hemos desarrollado al mal estar.
Todo esto no importa un carajo de la vela, nada, cero:
El tío está que aplaude con las orejas: en su casa comen, beben, mean y cagan gasofa. Y así hasta el infinito y más allá.
“Los fondos tienen más claro lo que va a pasar en el mundo de 2030 que cualquiera, porque reciben información de miles de empresas”. A cambio, dice, exigen “lo mismo que exigiría cualquier accionista racional”.
Y los fondos —y él— piensan que la gasolina tiene mecha para rato».
Es decir: ¡¡¡a rañarla!!!
https://elpais.com/economia/negocios/2025-10-13/jose-rodriguez-de-arellano-el-rey-de-la-gasolina-barata-el-aditivo-no-vale-para-nada-lo-ponemos-porque-la-gente-piensa-que-es-bueno.html
La verdad es descorazonador ver que a muchos jóvenes les da igual. Hace poco tuve una reunión familiar y a un chico joven (veitipocos) que está temporalmente en Pontevedra le pregunté por cómo veía la peatonalización de la ciudad, de la que he oído hablar muy bien. El chico soltó un triste argumentario Vox del tipo «si la gente quiere ir coche al centro debería de poder ir», «En Galicia llueve mucho y si llueve la gente no sale y se queda en casa si no puede coger el coche»…. Obviamente no entré en la discusión, pero es obvio que la visión irresponsable, irreflexiva e infantil del chico, de generalizarse, nos lleva a la destrucción del planea en 100-200 años.
Y qué se puede hacer? Porque muchos jóvenes piensan así, y gente de mediana edad también. No hay una visión holística de las cosas, de los problemas, parece que los sistemas educativos no logran inculcarla. Solo hay una visión cortoplacista y de corta distancia. Lo que ocurre en otras partes del mundo, lo que ocurre en Palestina o cualquier otro problema del mundo no les incumbe, a una gran mayoría.
Qué se puede hacer?
Hola, a ver creo que otro tema es que los chavales de 20 años en España, en general, todavía son bastante infantiles y es raro ver a chavales con un poco de cabeza. Pero ese mismo chaval dentro de 10, 15 o 20 años no será tan jilpo***
Me ha pasado viviendo de joven en otros países, viendo cómo aquí con 20 años era un niñato bebiendo calimocho y en Holanda, mis compañeros de 20 años eran todos gente con responsabilidades.
Un saludo
Precisamente que el hecho de que la carbonización sea un problema del aquí y el ahora, la apuesta de un mix renovable-nuclear debería ser la apuesta más racional.
El 100% renovable es puro pensamiento mágico
Enrique: el tema que mas te preocupa a ti, y a mi, es el que menos preocupa a la población en general hoy en día.
Importa mas la imposibilidad de emanciparse de los jóvenes, que las consecuencias del cambio climático. Lo mismo que los bajos sueldos, la carestía de la vida, las bajas perspectivas sociales, la pérdida de calidad de vida, etc. Esto en lo que a los jóvenes se refiere. Los que ya tenemos mas edad, sabemos que nos libraremos de sufrir las mayores consecuencias de este deterioro
Pero las lineas rojas que ya hemos cruzado y las que estamos cruzando en este momento, esas no son noticia, ni se tienen en cuenta por quienes mas van a sufrir las consecuencias: los jóvenes y los niños de hoy, pues lo peor vendrá para la segunda mitad de este siglo
La población mundial ha superado los 8 mil millones, y vamos camino de los 10 mil millones, que se espera se alcancen antes de fin de siglo. Las recursos alimentarios ya son insuficientes, el agua potable no es asequible a toda la población, pues mucha hoy se muere de sed. La polarización y el militarismo están causando estragos, y la consecuencia de todo esto es el aumento de la tensión migratoria en las zonas tensionadas hacia el primer mundo.
Las élites financieras y políticas, los Think Tanks, las grandes consultoras, los foros mundiales ya están analizando el futuro que se avecina, tomando posiciones, y se están preparando para imponerse en un mundo hostil para vivir, pero aún posible para sobrevivir, pero no para todo el mundo, pues para todos no alcanza.
Algunos futurólogos climáticos pronostican que en el Siglo XXII el mundo habitable, climáticamente hablando, estará en las tierras situadas por encima del paralelo 45 en el hemisferio norte (Rusia y norte de China Japón, los países nórdicos, Canadá y norte de los EE UU), y su equivalente en el hemisferio Sur.
Las principales y ricas autocracias (Rusia, China y los Países del Oriente Próximo) lo tienen claro, se están preparando para este futuro, y pueden hacerlo sin problemas pues tienen el control político y económico de sus países y zonas de influencia, además de controlar la mayor parte de los recursos disponibles, y los países democráticos: EE UU. y Canadá, Europa, el lejano oriente (Japón, Corea del Sur, Australia, nueva Zelanda, Filipinas, indonesia), por su división de poderes y su democracia no pueden ejercer ese férreo control que tiene China por ejemplo sobre su población y la gestión de su economía.
El clima en el resto del mundo por el calentamiento global tenderá a parecerse mas al del Africa Central que al de la verde Galicia.
Yo hice un ejercicio de proyección de futuro partiendo de la fecha en que nació mi nieto, 2022, y proyectando se vida en periodos de esta: su infancia (2022 a 2032), su adolescencia y su juventud (2032 a 2047) su edad madurez (2047 a 2077) y su vejez 2077 hasta fin de siglo.
Llevé las previsiones establecidas a día de hoy en aspectos como es el trabajo, el nivel de vida, la salud, y otras.
El trabajo disponible será lo que deje la IA y la robótica, y habrá empleo de calidad para muy pocas personas, que serán las que dispondrán de buen nivel de vida. Serán las nuevas élites del futuro.
Para el resto se están pensando soluciones como la RBU (Renta Básica Universal), el SMV (Salario Mínimo Vital) cuyos nombres ya indican hacia donde van destinados: renta básica, salario vital…m mínimos de subsistencia para una mayoría.
Esto, a grandes rasgos, pues hoy en día existen previsiones mucho mas precisas para el periodo 2020/2050, y no tan precisas para las proyecciones de 2050 en adelante, por causa de la velocidad del deterioro que está acelerando el daño y acortando los periodos de evolución del daño climático.
Pienso finalmente que el mundo se ha dado la espalda a si mismo porque no aprendemos del daño que hacemos, y de ahí (y volvemos al inicio de lo escrito) nace la causa de esta No preocupación por un futuro que está mas cerca de lo que pensamos.
Fíjate si es así, que en este país el dilema si sitúa en este momento en si Alcaraz si, o Alcaraz no,.
Mientras tanto los tuertos insisten en culpar al capitalismo, como si los ejércitos y la ambición humana hubiera aparecido con su fundación.
Todos somos verdes de boquilla, pero todo adicto al ventajismo mira más allá de la ciudad y piensa: BASURALEZA, ¿CÓMO TE PUEDO UTILIZAR PARA FORRARME?
Las consecuencias empiezan a llamar a nuestra puerta.