Inteligencia artificial, satélites, drones… estrategias contra los incendios forestales

IMAGE: Aerial digital illustration of a Mediterranean forest fire, with three drones and a satellite monitoring the flames from above

Mi columna de esta semana en Invertia se titula «Tecnología contra los incendios: lecciones de un verano que ya huele a humo» (pdf), y trata sobre la urgencia de incorporar la tecnología más avanzada a la prevención y extinción de incendios forestales, en un contexto en el que el cambio climático alarga las temporadas de fuego y multiplica su ferocidad.

En el texto repaso cómo la combinación de satélites de órbita baja, cámaras con inteligencia artificial y enjambres de drones está acelerando la detección y el ataque inicial a los focos de los incendios, y cito algunos ejemplos pioneros de uso de este tipo de tecnologías. La inspiración, aparte de mi propia experiencia personal y auténtico trauma como gallego que lleva toda la vida oliendo el humo de los incendios en verano, me vino de artículos como el de The Washington Post sobre la nueva cruzada high-tech contra los incendios, que describe desde sensores hiperespectrales hasta algoritmos de predicción en tiempo real, o este otro sobre la primera torre de vigilancia totalmente autónoma capaz de identificar humo a kilómetros de distancia y dar la alerta en segundos.

En California, la Fire Neural Network vigila y cruza datos de satélite y descargas atmosféricas para señalar, en menos de un minuto, la caída de rayos con mayor potencial para provocar incendios, aunque esos rayos sean una causa relativamente minoritaria de los mismos. Pero obviamente, hablamos de un problema generalizado en una amplia cantidad de territorios, básicamente en todos los que poseen amplias extensiones de bosques: territorios como Carolina del Norte, por ejemplo, se han convertido en un auténtico polvorín climático donde el uso de los recursos tradicionales resulta claramente insuficiente. En este contexto, aprender de la gestión de otros territorios y compartir experiencias resulta fundamental.

Además de la dimensión tecnológica, en mi columna intento hacer hincapié en el factor humano: el 95% de los incendios españoles, y entre el 85% y el 97% en los Estados Unidos, tienen origen humano, ya sea por negligencia o por pura criminalidad. No podemos seguir tratando a quienes prenden el monte como meros infractores administrativos; estamos ante delincuentes ambientales que comprometen vidas, economías y patrimonio natural. Reforzar la persecución penal es tan imprescindible como invertir en cámaras, drones, satélites o inteligencia artificial.

Finalmente, subrayo también la necesidad de reforestar con especies autóctonas y de abandonar los monocultivos pirófitos de pino y eucalipto, cuya combustibilidad dispara la virulencia de los fuegos. Galicia, mi tierra, lo sabe bien: cada verano vuelvo a oler el humo que marcó mi infancia y constato que cada euro destinado a cambiar ese modelo es un euro magníficamente invertido. En un mundo que, además, utiliza cada vez menos papel, seguir invirtiendo en enormes extensiones de bosques de cultivo para pasta de papel que, además, casi nunca se gestionan como cultivos sino que se dejan de la mano de dios sin prácticamente mantenimiento es un sinsentido y un peligro.

Aprovechar la tecnología para monitorizar y evitar los incendios forestales es y ha sido para mí un sueño desde niño. A ver si con el desarrollo de redes satelitales de órbita baja, drones, sensores e inteligencia artificial vamos poniéndonos con ello.


This article in English is available (and with open access) on Medium, «Drones, oaks, and data: a smarter way to fight wildfires«

9 comentarios

  • #001
    Xaquín - 6 agosto 2025 - 18:31

    «además, casi nunca se gestionan como cultivos sino que se dejan de la mano de dios» (EDans).

    Acabas de torpedear, por enésima vez, la línea de flotación de la IH «acomodada». En su falsa confrontación con la IA.

    Estoy seguro de que no se encontrará a ningún bombero autónomo (con IA), que sea capaz de incendiar un monte, para que luego sea contratado. Eso es una pérfida exclusividad de la IH.

    Y sí, también se necesita personal humano que las controle, no por mediocres humanos, pero sí porque nada como una IH, realmente inteligente y actualizada (evolucionada libremente), para que se pueda organizar una prevención eficaz ante los posible incendios forestales. Un bombero no es un ascensorista, aunque sobren muchos de ellos. Sobre todo en alguna plataforma de observación. Pero los drones solo son ojos, no pueden (deben) tomar decisiones.

    Si alguien quiere saber de lo que se habla, cuando se dice que la IA no superará a la IH evolucionada, puede ver la serie Invasión (Apple TV), si es que le gusta la ciencia ficción.

    Lógicamente la frase inicial no la cogí pensando en los eucaliptos, sino en la IH. Porque la IH gallega, como la nigeriana, está en esas santas condiciones.

    • Xaquín - 7 agosto 2025 - 15:26

      Mi afirmación de que un bombero no es un ascensorista, ya me pareció que hacía aguas desde el primer momento.

      Y leyendo ayer a alguien que reflexionaba sobre el transhumanismo (básicamente el tipo ciborg), me di cuenta que era falso en cierto modo.

      Porque solemos ver al ascensorista como el tipo que solo aprieta un botón… y hay que ser muy mediocre, para «quedarse ahí» y decir que eso lo hace perfectamente cualquier IH. Y, en su defecto, un algoritmo «pensante».

      Pero el ascensorista no solo aprieta botones, sino que da la conversación necesaria para acompañar el descenso o ascenso mecánico. Y como todo había muy buenos ascensoristas.

      Es decir, que un bombero le pone inteligencia humana al apagado de un incendio, aunque sea, en general, pura mecánica. Pero su mente está preparada para pelear con lo imprevisto… como el ascensorista profesional… hasta podía hacer primeros auxilios o inventarse una historia, que anime a un usuario que lleva pinta de buscar algo para suicidarse.

      Y todo eso puede que lo haga esa IA de última generación (o lo intente, aparte de que aún está muy lejos. Pero el autor del que hablo, dice que nunca será humano porque le faltará el alma. Si dejamos atrás esa perla medieval del alma, en parte tiene razón… porque la capacidad natural de una IH para pensar en como adaptarse al medio, no la va a tener en mucho tiempo una IA. Y, como digo siempre, entonces la IH también habrá evolucionado… pero sin necesidad de chips de ningún tipo (esa es otra posible evolución).

      Hay mucho más que decir, pero pienso que ya me aproveché bastante del hecho de tener pocos comentarios. Solo quería aclarar que, incluso con profesiones muy «simples», la IH siempre estará por encima de la IA (se llama veteranía)… pero siempre que no nos dejemos comer el terreno de la llamada inteligencia. Que debía ser fértil y no estar tan a secano…

  • #003
    Fernando - 6 agosto 2025 - 21:40

    Ummm la lógica dice eso, pero el negocio está en los incendios y apagarlos. No hay dinero en la prevención, claro como pagar una administración por algo que no se produce.

    Eso sín hablar de la distribución administrativa, como si los incendios conocieran el alcance de las autonomias.

    Saludos

    • RaulSB - 6 agosto 2025 - 22:33

      «Gestión forestal sostenible». Esa es la clave. Y más barata que el resto de medidas. El monte ya no preocupa, y las labores agrícolas tradicionales que ayudaban a su cuidado (pastoreo, leña, generación de carbón, creación de superficies cultivables,…) se han perdido. Podemos y debemos tener tecnología que nos ayude a la detección temprana de un incendio, pero si la cantidad de combustible es mayor que nunca, la cosa no termina de ser redonda.

      Ya no voy a entrar en que determinados colectivos pudiesen usarse como mano de obra para la limpieza del bajo monte. Es una discusión vacía y perdida. Esos colectivos tienen todos los derechos y menos obligaciones que el ciudadano medio.

  • #005
    Alqvimista - 7 agosto 2025 - 07:33

    Y añado otro factor del que oí hablar ayer en el telediario: la falta de pilotos de helicóptero.
    No sé si es la dificultad de adquirir el título, el bajo sueldo o ambas causa, pero el caso es que somos muy deficitarios en pilotos de helicóptero, tanto en su trabajo como bomberos como para vigilancia de la DGT. Y menos mal que los Canadair CL “botijo” son militares que si no, ni eso tendríamos.

    En estos tiempos los drones pueden hacer perfectamente muchos de sus papeles, especialmente los de simple vigilancia. Tal vez sea el momento de dejar de desarrollar drones-taxi y pasar a desarrollar drones-bombero (que no tienen por qué ser eléctricos de baja autonomía).

  • #006
    Guillermo - 7 agosto 2025 - 08:00

    Por un lado el campo está hecho un desastre, lleno de maleza lo que lo convierte en una tea muy difícil de apagar.
    Por otro como ya se ha dicho hay mucho negocio desgraciadamente.
    Otro elemento que no ayuda son las bajas penas y lo difícil que es condenar a quien quema el bosque.
    Con prevención limpiando el monte, teniendo planes organizados para los incendios y tecnología que ayude a detectarlos puede ayudar a reducir los mismos.

  • #007
    Javier - 7 agosto 2025 - 10:07

    Hay soluciones españolas interesantes. A veces echo en falta en tus artículos una referencia a las empresas locales o europeas. Quizá muy centrado en norteamérica.
    Lo digo por enriquecer. La refelxión me parece soberbia.
    Ejemplo:
    https://vexiza.com/caso/gestion-incendios-tiempo-real-tecnologia-gis/

  • #008
    Luis - 11 agosto 2025 - 17:19

    Vaya, siento decir que tus fobias arruinan tu discurso. ¿Has visto las estadísticas de incendios forestales en lo que llamas tu tierra? ¿Cuánta superficie de eucalipto arde en Orense, provincia con el mayor número de incendios forestales en Galicia? ¿Cuánta superficie arde en el norte de Galicia (desde Ferrol a Ribadeo), donde abundan las plantaciones de eucalipto? Un cordial saludo.

  • #009
    Echedey - 19 agosto 2025 - 21:18

    Justo sobre lo que Dans comentaba, la utilización de la IA en la prevención e intervención contra los incendios forestales, que lamentablemente, están asolando buena parte del país y del de nuestros vecinos europeos.

    La gran aportación de la inteligencia artificial es un modelo que permite la detección temprana, a través de las imágenes de las diferentes cámaras instaladas en la corona forestal, de fuego o humo, y a geoposicionar un posible foco o conato. Su capacidad de acierto es superior al 85%.

    A medio plazo, quizá para antes del próximo verano, Gesplan trabaja en otro modelo de IA basado en imágenes satelitales, como las que aporta la red europea Copernicus, para medir la humedad de la masa forestal, que actúa como combustible en los incendios.

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