Durante muchos años, la narrativa dominante sobre China en el ámbito climático ha sido bastante simple: el mayor emisor de dióxido de carbono del mundo, adicto al carbón, con ciudades cubiertas de smog y una economía supuestamente insostenible desde el punto de vista ambiental. Sin embargo, los datos más recientes apuntan a una realidad mucho más matizada, e incluso, en ciertos aspectos, profundamente inspiradora.
Según los análisis más rigurosos publicados recientemente, China ha conseguido, por primera vez en la historia, revertir su tendencia de emisiones de dióxido de carbono, un descenso que no es fruto de una recesión o de medidas coyunturales, sino de una estrategia deliberada, masiva y sistemáticamente implementada basada en tres pilares fundamentales: el despliegue masivo e intensivo de energías renovables, una electrificación del transporte de proporciones gigantescas, y una transformación estructural del mercado energético.
Es interesante intentar entender lo que supone el despliegue de energías renovables a escala china, porque la magnitud del esfuerzo es muy difícil de imaginar en términos occidentales. Solo en 2024, China instaló más energía solar que todo el resto del mundo combinado. Actualmente, el país representa más del 50% de todas las instalaciones solares fotovoltaicas globales, y su capacidad eólica instalada también supera con creces a la de cualquier otro país. Abastecer su descomunal mercado interno, además, ha permitido que sus compañías se hagan enormemente competitivas a nivel mundial. Esta expansión se está produciendo en un contexto de planificación centralizada que permite acelerar proyectos a velocidades que resultarían impensables en los marcos burocráticos de muchos países europeos, o en los vaivenes regulatorios del modelo estadounidense.
La generación de energía a partir de fuentes no fósiles, esencialmente solar, eólica, hidroeléctrica y nuclear, representa ya más del 40% del mix eléctrico chino, y sigue creciendo a gran velocidad. Pero lo más importante no es solo la cantidad, sino la dirección: el crecimiento del consumo eléctrico en China se está cubriendo casi en su totalidad con estas fuentes limpias, lo que está consiguiendo algo que me parece completamente histórico: desacoplar por fin el crecimiento económico de las emisiones de carbono.
Otro factor decisivo ha sido la electrificación del transporte. El coche eléctrico está siendo utilizado, gracias a una escala masiva, como una palanca de eficiencia: China no sólo es el mayor fabricante mundial de vehículos eléctricos, sino también el mayor consumidor. Más de la mitad de los coches eléctricos vendidos en el mundo en 2024 se vendieron en China, donde ciudades enteras están sustituyendo sus flotas de autobuses y taxis por versiones eléctricas, y donde los consumidores particulares están adoptando el cambio con una rapidez sorprendente. Este fenómeno tiene un efecto multiplicador sobre las renovables: a mayor electrificación del parque móvil, mayor demanda de electricidad, y por tanto, mayor necesidad de incrementar la capacidad instalada renovable. Y viceversa, con esa dimensión de cambio en el parque móvil, las compañías petroleras están viendo la mayor caída de la demanda de la historia.
El impacto de esta transición en las emisiones es descomunal. Dado el tamaño del parque automovilístico chino, la reducción en emisiones de dióxido de carbono derivada del reemplazo de millones de vehículos térmicos por eléctricos no solo es significativa, sino también tremendamente eficiente desde el punto de vista del coste-beneficio. Ningún otro país del mundo tiene una palanca tan potente y con tanto recorrido.
Además, China está planificando una política energética muy centrada en la eficiencia del sistema. Una tercera pata del enfoque menos visible, pero igual de crucial: la reforma del sistema eléctrico para priorizar la energía más barata, la renovable. Las autoridades chinas han modificado las reglas del mercado para asegurar que las fuentes más limpias y económicas tengan prioridad en la distribución, desplazando a las térmicas de carbón a un papel más marginal y de respaldo. Esto no significa que China haya abandonado el carbón, que sigue siendo parte del mix, especialmente para garantizar la estabilidad en picos de demanda, pero el rol del carbón está claramente en retroceso como fuente base de generación. Con el tamaño de China, hay cambios que no se pueden hacer de la noche a la mañana. Por otro lado, rebajar el coste de la energía gracias a las renovables tiene un efecto adicional absolutamente estratégico: afrontar con más garantías el incremento de la demanda derivada del crecimiento de la inteligencia artificial.
Asimismo, China está utilizando su capacidad de producción masiva para reducir los costes de tecnologías clave como los paneles solares, las turbinas eólicas y las baterías. Gracias a su escala, ha logrado llevar estos precios a niveles que hacen inviable competir con fuentes fósiles en igualdad de condiciones. Irónicamente, buena parte del resto del mundo está importando esta tecnología china y beneficiándose indirectamente de su estrategia, mientras mantiene discursos críticos sobre el supuesto inmovilismo ambiental del país asiático.
La comparación con el mundo occidental es inevitable: mientras muchos países europeos se enredan en debates políticos, subvenciones contradictorias y calendarios de descarbonización constantemente revisados, y mientras los Estados Unidos siguen divididos entre estados progresistas y otros que niegan la crisis climática como el absoluto ignorante de su presidente, China ha optado por una estrategia pragmática, basada en datos y con visión de largo plazo.
Sí, China sigue siendo el mayor emisor del mundo, pero también es, de lejos, el país que más está haciendo para cambiar esa realidad. Y lo está haciendo no por presión internacional, sino por convicción estratégica: sabe que quien domine las tecnologías limpias dominará también la economía del futuro. Que reduzca sus emisiones sin renunciar al crecimiento económico y garantizando al mismo tiempo su seguridad energética es, sencillamente, un caso de estudio de eficiencia política.
No se trata de blanquear a China, algo que no tengo ninguna necesidad de hacer, ni de ignorar sus problemas ambientales o sociales, sino de reconocer que, en lo que respecta al cambio climático, su estrategia no solo es coherente, sino también extraordinariamente eficaz. En un momento en que la crisis climática exige respuestas contundentes y rápidas, convendría que más países miraran menos al dedo que señala el problema… y más a la luna que lo está resolviendo.
This article is also available in English on my Medium page, «Beyond coal: how China is quietly leading the clean energy race«
No me extraña esos pasos, desde mi punto de vista en un “Estado totalitario” eso es posible, mi pregunta es por ejemplo qué pasa en India qué es un Estado Occidentalizado políticamente y es del nivel de China en volumen.
No se trata de que lo consiga por ser un estado totalitario, si no por hacerlo muy bien a pesar de serlo.
USA tambien va camino de ser un estado totalitario.
¿Te imaginas a Trump haciendo algo bien?
Noruega ha conseguido 99% renovables, 97% de vehículos eléctricos, y calefacción por aerotermia y no es «un estado totalitario» sino una de las democracias más reconocidas.
Y todo eso a pesar de tener el lobby del petróleo y gas en casa.
Si la gente vota bien las cosas se hacen bien.
Vaya, resulta que centrarte en crecer usando todas las fuentes de energía disponibles, al final ha resultado en acelerar la transición tecnológica.
Justo lo que dijo hace años Michael Shellenberger.
Capitalismo salvaje, centrarse en el crecimiento, uso de fuentes de energía de todo tipo e impuestos de risa.
Pero bueno, en la UE tenemos unos informes verdes, unos impuestos verdes y una súper regulación en unos años estamos ahí peleando con China y USA ¿te imaginas?
Curioso que te tengas que justificar al final… ¿hasta cuándo habrá que decir que no se es lo que no se es… sobre todo si leyéndote (bien) se nota perfectamente.
«(planifique para que) reduzca sus emisiones sin renunciar al crecimiento económico y garantizando al mismo tiempo su seguridad energética» (EDans).
Y un poco de Confucio (casi nada del Mao prosoviético)… porque planificar no es hacer planes quinquenales al modo soviético, para beneficio de unos pocos, la nueva clase dirigente. Y nada diferente del capitalismo occidental. Planificar es el arte de poner un pie en un futuro posible, que solucione problemas del presente. Y no necesita políticos, y menos » de mierda», lo que necesita son buenos profesionales «en lo suyo». Es decir, todo lo contrario de tecnócratas, de cualquier calaña. Como los famosos del Opus Dei español, que solo modernizaron la forma de robar dinero en el franquismo. Eficacia capitalista a lo Harvard/Chicago. La «planificación» clandestino cuántica del mercado.
Por cierto, no dejé claro, que me cago (intelectualmente) en esos que ligan «reorganizar el consumismo energético», con «crecer menos socioeconómicamente», cuando lo que se dice, por algunos, es que hay que seguir creciendo (si siguen naciendo bocas), pero evitando el consumismo excesivo, así como su concentración planetaria (y dentro de cada país), para establecer un nuevo equilibrio terrestre medianamente aceptable. Y parece que en esa línea trabajan los chinos.
El que NO quiere leer NO lee.
Y menos mal que, además de Portugal, nos empieza a quedar la China Popular… porque allí, según dicen (algunos), siguen con muchas ganas de aprender. con esfuerzo.
El ignorante siempre acaba siendo siervo del esforzado.
A menos que haya demasiados ignorantes y demasiado pocos esforzados como le pasó a los romanos frente a los bárbaros
Aquí mientras tanto seguimos poniendo trabas a sus coches para que NO se vendan aquí y terminen de darle la puntilla a nuestra industria automotriz y a Alemania en particular.
Intereses espurios. Al final la lógica se impondrá
¿Como han solucionado las recargas?
Por lo que veo en videos, la clase media baja china, vive en edificios de muchos pisos, (hasta 60 pisos), con viviendas muy pequeñas, por lo que intuyo que lo habitual no será tener una plaza de garaje
¿Como se arreglan los chinos para recargar los coches eléctricos? ¿Han llenado las plazas de aparcamiento de electrolineras? ¿Tienen sistema de recarga en los lugares de trabajo?
El problema de cómo recargar es uno de los mayores frenos a la venta de coches eléctricos en España
Electrolineras. Pero no como en España. Allá tienen muchas y la mayoría son de carga rápida (800V) que permite cargar coches como los BYD de 0 a 80% en 11 minutos.
Ahora están los de CATL con un nuevo diseño y cargador de 1000V que permitiría recuperar 500km de autonomía en 5 min.
Si cuando llegas hay una libre, 11 minutos de espera es aceptable.
Cuantos más evs mas puntos de carga más cerca.
Cualquiera que tenga un mínimo de interés en tener un EV debería bajarse electromaps y mirar alternativas.
El esfuerzo que está haciendo China en el crecimiento del uso de las renovables es brutal. Pensemos que e 2024 generó 10.000 TWh de electricidad de la cual un 18% aproximadamente se obtuvo entre la solar fotovoltaica y eólica; en comparación España no llegó a los 300TWh de generación durante ese mismo año. Aunque tienen un hándicap y es el crecimiento del consumo eléctrico, un 7% en 2024, que se come una cantidad significativa de la nueva generación. Aún así, repito, su esfuerzo es titánico.
En lo que discrepo de tú artículo es en lo referente al carbón: Dices que el papel del carbón ha sido desplazado a un papel más marginal y de respaldo pero el carbón ha generado más del 55% de la electricidad china en 2024, aunque lógicamente está disminuyendo su aportación en porcentaje. No parece que sea respaldo de nada sino la tecnología que sigue generando más electricidad en China.
No te olvides que China está construyendo ahora 25 centrales nucleares y estan planificadas 150 en los próximos 10 años. Es decir, va a superar ya a EE.UU.
Para los chinos, la energía nuclear es «verde»
No, no es «verde»… pero en su máximo apogeo, con los planes para 2035, será menos de un 10% de la generación total del país. Ese mix puede tener sentido, porque no distorsiona y porque no dependes de ella y de su escasa flexibilidad. A lo largo del tiempo, sin embargo, la irán eliminando por una simple cuestión de costes. De hecho, ya veremos cuántos reactores de los que están actualmente en estudio (no «planificados» aún, Martín, eso es un estadío más) se terminan construyendo realmente…
Seamos críticos no todo es malo en la Nuucleaaar… Algunos apuestan por la energía de autoconsumo como «alternativa» mental
Dice operador nuclear que en las tiendas ya casi es imposible encontrar U235, se están agotando, habrá que darse prisa XDDD !!!
PS: El día que conocimos que puede que Felix sea Martín…
No, coñe, es que estaba contestando a Martín y a sus datos sobre la nuclear en China…
Ostras es verdad !
Por un momento creía que se habí desvelado el secreto mejor guardado del blog… al menos el 50%
Yo me imagino al Sr. Dans los sábados por la mañana, de meditación, sentado en la posición de Loto, recitando su mantra favorito: “las nucleares son inflexibles, Ommmmmm”.
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Las centrales nucleares chinas están a la vanguardia en términos de tecnología y flexibilidad.
– Escalabilidad: Las centrales nucleares chinas pueden ser diseñadas para satisfacer las necesidades energéticas de diferentes regiones y países.
– Flexibilidad: Los reactores chinos pueden adaptarse a diferentes condiciones de operación y necesidades energéticas.
– Innovación: China está a la vanguardia en el desarrollo de nuevas tecnologías nucleares, como los reactores de cuarta generación (sí, esos que pueden consumir como combustible los actuales desechos nucleares .
– Pequeños reactores modulares (SMR): China está trabajando en la construcción de SMR, como el Linglong One, que es el primer pequeño reactor nuclear modular del mundo fabricado con fines comerciales. Estos reactores ofrecen la ventaja de adaptarse a la flexibilidad que requiere el sector privado.
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Los reactores españoles son ligeramente flexibles -«en general pueden variar carga entre el 70 y 100% a un ritmo lento (1-2 MW/min)- a pesar de que no fueron diseñados para ello. Los franceses son mucho más flexibles ¡cómo no iban a serlo si dependen fundamente de ellos! -no tengo el dato aquí a mano, pero creo recordar que según diseño pueden llegar a 50 MW/min-.
La Nuclear es cara y no es flexible.
La nueva nuclear incorpora cierta flexibilidad reducida elevando aún más el coste.
Pero sigue sin ser de respaldo y hablamos de 100€/MWh en Francia con ayudas o 140€/MWh siendo realistas sin ayudas.
Si Alfredo Operador Nuclear dice que la Nuclear es flexible, MIENTE.
Independientemente de lo que hagan, y de cómo lo hagan ,debemos de felicitarnos de tener al frente de China un dirigente sensato.
Quiera que encuentren la forma de seguir sacando de la pobreza a una cantidad ingente de personas, sin guerras ni revueltas.
Me parece maravilloso, simplemente maravilloso. Esto deberían leerlo los trogloditas anti renovables.
En China la transición a lo verde sólo es posible porque la política la decide y ejecuta un partido a lo largo del tiempo y a lo largo de varios dirigentes. Aquí cada cambio de partido/dirigente supone y punto de ruptura de lo anterior y vuelta a empezar. ¡Que se lo digan si no al Sistema Educativo Español!
Y claro, supongo que toda esa energía solar/eólica estará bien implantada y no como en España, ¿no? Aunque según sus planes para el 2060 ocupará sólo un 50%.
En cuanto a ese 10% de nuclear… no sé, dudo que sea tan poco. Se pretende que sea del 19% en el 2060.
https://www.dropbox.com/scl/fi/lijvj9l15y41g1hf4iq9z/CHINA-ENERGY-TRANSITION.png?rlkey=7h0z4plnp8678rkt3zy9zjfxl&st=whdyxn48&dl=0
Me corrijo yo mismo:
Del 3% actual al 10% en el 2035 y al 19% en el 2060.
Una escalada dentro de lo normal.
Un añadido sobre la eólica marina en China