Una frase que suele atribuirse al filósofo nacido en España y criado en los Estados Unidos George Santayana, afirma que «aquellos que no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo», una idea que previamente Karl Marx había apuntado en 1851, «la historia se repite, primero como tragedia, y después como farsa«.
En la historia de los Estados Unidos, la Gilded Age, o Edad Dorada es el período que va desde fines de la década de 1870 hasta fines de la década de 1890, que recibió su nombre de Mark Twain, que en una novela de 1873 dejaba claro que esa época de excesos materialistas marcados por una corrupción política generalizada no era, en realidad de oro, sino que simplemente tenía una fina capa de oropel que hacía parecer impresionante algo que no lo era en absoluto.
La Gilded Age se caracterizó especialmente por una política prácticamente ausente, los llamados forgettable presidents, y por una serie de empresarios y financieros, los llamados robber barons (Cornelius Vanderbilt, Andrew Carnegie, J.P. Morgan, John D. Rockefeller, Jay Gould, Jim Fisk y Russell Sage) que supieron aprovechar la total ausencia de regulación, la debilidad y corruptibilidad de los políticos del momento y el rápido crecimiento económico, asentado sobre un consumo desenfrenado, la destrucción de los recursos naturales, la influencia sobre los altos niveles de gobierno, la esclavitud salarial, y en la adquisición de competidores para crear monopolios en sectores enteros que controlaban completamente el mercado, sin restricciones de ningún tipo.
Me pareció muy interesante ver al presidente saliente, Joe Biden, en medio del último frenesí por promulgar órdenes ejecutivas que intentasen por todos los medios evitar la destrucción de su legado por parte de Donald Trump, aludir precisamente a esa Gilded Age y a la oligarquía que va a dominar la política estadounidense los próximos cuatro años, un conjunto de billonarios tecnológicos megalómanos que conforman un complejo industrial, agrupados en torno a la figura de un presidente débil que les ha prometido, a cambio de donaciones a su campaña, dejarles actuar a su antojo y, sobre todo, sin regulación de ningún tipo que les detenga. Corruptibilidad y capitalismo de amiguetes al poder, la misma que parece legitimar que un presidente lance memecoins para enriquecerse personalmente. Aquí vale todo.
La idea de que «la democracia está muerta» y que lo que hace falta ahora es un presidente fuerte que actúe como un CEO, sin contrapoderes que obstaculicen su gestión – y por tanto, cuantos más CEOs con gran experiencia cercanos al poder, mejor – proviene de pensadores con afinidad republicana como Curtis Yarvin, que en una reciente entrevista en The New York Times afirma que la democracia estadounidense debería ser reemplazada por lo que él llama una «monarquía» dirigida por lo que ha llamado «un CEO», básicamente un término más amigable para lo que, a todos los efectos, sería un dictador.
La Gilded Age norteamericana se caracterizó, fundamentalmente, por un enriquecimiento desmesurado de unos pocos empresarios que jugaban con las barajas marcadas que un poder político ausente les permitía utilizar, mientras se desarrollaba una época que, en realidad, era de pobreza, especialmente en un Sur del país devastado por la guerra, y de creciente desigualdad en general, a medida que millones de inmigrantes llegaban a los Estados Unidos y la alta concentración de riqueza se hacía más visible y más polémica.
Los llamados robber barons solían ser, en la época, retratados de forma muy positiva y aspiracional, como «personas hechas a sí mismas» fundamentales en la construcción de la nación y en la creación de riqueza y puestos de trabajo. Muchos de ellos, conscientes de la desigualdad social que representaban, fueron evolucionando para convertirse en filántropos y en benefactores de las artes. Sin embargo, el ánimo público, a finales del siglo XIX, fue volviéndose progresivamente contra ellos: las crecientes críticas de los periódicos empezaron a encontrar audiencia, y los trabajadores norteamericanos comenzaron a organizarse a medida que el movimiento obrero se aceleraba. Huelgas consideradas simbólicas, como las de Homestead (1892) o Pullman (1894), fueron intensificando progresivamente el resentimiento público hacia los ricos, con unas condiciones de los trabajadores que contrastaban fuertemente con los lujosos estilos de vida de esos megalómanos industriales millonarios. Otros empresarios se sintieron explotados por las prácticas monopolísticas, ya que la posibilidad de competir con ellos era algo lejano para cualquiera, prácticamente imposible e inimaginable.
La visión cada vez más negativa del público sobre los robber barons y los monopolios terminó convirtiéndose en legislación con la aprobación de la Sherman Antitrust Act en 1890, que no terminó abruptamente con el reinado de los robber barons, pero sí indicó que la era de los negocios sin regulación estaba llegando a su fin. Con el tiempo, muchas de las prácticas de los robber barons se convirtieron en ilegales a medida que nuevas leyes buscaban garantizar cierta equidad en los negocios, como de hecho intentó Joe Biden con el nombramiento de Lina Khan, una académica de la legislación antimonopolística, al frente de la FTC.
Así es la Historia. En aquel momento, los robber barons explotaron las tecnologías del momento: el acero, el ferrocarril, el petróleo o los mercados financieros. Ahora, explotan el comercio electrónico, las redes sociales o la inteligencia artificial, pero se comportan de la misma manera, explotan los mismos mecanismos, y con los mismos resultados en cuanto a incremento de la desigualdad. Y lo siento, pero si alguien me dice que cualquier parecido con la realidad actual es mera coincidencia, tendrá que hacer bastantes esfuerzos para demostrármelo.
This article is also available in English on my Medium page, «Under Trump, the United States is about to enter another Gilded Age«
+1000
Intuyo que expones que 2025 es el nuevo 1870… Por cierto, ocho años después del final del Gilden Age se hundió el Maine… será Groenlandia la nueva Cuba? Esperarán tanto?
Sembrar la duda es un arte !
Tengo sentimientos encontrados con este post:
Por una parte, mi sesgo de confirmación me dice:
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Pero, de algún modo, una parte de mí siente que al pensar de esa manera, estoy cayendo, además, en un sesgo de exceso de confianza.
Por otro lado, también trato de ser consiente de que no poseo, cual Demonio de Laplace, toda la información que necesito para (en este caso) creer que lo que pasó antes, va a pasar también ahora, y por lo que, como dijo sabiamente Daniel Kahneman:
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Sí, todos estamos convencidos de que «la historia no se repite, pero rima». Lo cual, si lo paso por «mis filtros» resulta tremendamente paradójico porque, de hecho, !los cisnes negros existen!.
Creo que lo mejor que puedo hacer (por ahora) es hacer introspección, arriar velas y esperar a que la tormenta pase, porque:
1. El futuro es impredecible.
2. Explicar el pasado es fácil.
Una vez que algo ha sucedido, nos resulta relativamente sencillo construir una narrativa lógica que «explique» por qué ocurrió lo que ocurrió. Ahora sí vemos patrones y causas que parecen obvios (en retrospectiva) aunque antes del evento no los habíamos identificado.
Entonces, como somos capaces de explicar el pasado con tanta claridad, caemos en la ilusión de que podríamos haber previsto esos eventos antes de que ocurrieran. Esto es un problema, porque nos lleva a sobrestimar nuestra capacidad de predecir el futuro y eso es precisamente lo que quiero evitar: contaminación por exceso de información.
Lo dicho: según mi saber y entender, toca esperar, ver como se desarrollan los hechos, meditar misntras suceden, y serán el tiempo y la aleatoriedad de la vida las que nos den las respuestas.
Com osiempre fue.
En 1914/18 fue la Primera Guerra Mundial, dudo que la propiciaran Vanderbilt, Carnegie, J.P. Morgan, Rockefeller, y compañía, por que ellos ganaban dinero major en la paz.
Luego vinieron «Los felices 20» que fueron tremendo avance social no solo en Norteamérica sino también en Europa Occidental. Claro que todo acabó en el lunes negro de 1929 y luego a la Segunda Guerra Mundial
Eso de que el pasado es fácil….no lo acabo de ver. Los propios investigadores en historia siguen debatiendo sobre las causas que originaron la revolución industrial y otros tantos tipping points de la historia
Es muy curioso com JAVIER se contradice y seguro que no está de acuerdo… porque también existe el sesgo de confianza en el propio ego…
Dice primero : El futuro es impredecible…
Dice después : Como siempre fue…
Y el problema es que juntar a un facha y un progre no es lo mismo que juntar hidrógeno y oxígeno, porque esta primera juntanza tiene una tasa de impredecibilidad muy alta, a la hora de buscar una síntesis en sus observaciones sociopolíticas… pero me puedo apostar mejor mis cuartos en el caso de que conozca a uno y a otro bastante bien. Algo imposible si no los conozco.
Esa es la diferencia entre el comportamiento del hidrógeno/oxígeno y un facha/progre, por ejemplo. En los primeros, como científico confío.
De los segundos hay de todo. En la mili tenía un buen compañero en un miembro de CEDADE y en la uni topé con auténticos miserables vestidos de progres.
Y es que a los Rockefeller se les pilla pronto los puntos flacos, por mucho que disimulen. Es más difícil a los bipolares (todos somos un poco, pero eso es secundario) como Elon Musk, que puede desdoblarse en Dr y Mr sin demasiados problemas. Y por esos, cocm con los asesinos en serie, la situación actual es mucho más grave.
Aunque no llegue a ningún Apocalipsis, porque el pueblo usamericano , variado dónde los haya, es más fuerte de lo que quiere creer el hipócrita pueblo europeo.
Así que sí, el futuro es impredecible (al 100%), entre otras cosas, porque puede ser mucho peor de lo que fue el pasado. Dependerá de lo que lo quiera conocer el presente.
En una clase, un alumno preguntó al profesor:
¿Usted sabe cómo se capturan los cerdos salvajes?
El profesor pensó que era una broma.
El alumno contestó que no y con seriedad comenzó su explicación.
Para capturar los cerdos salvajes, primero se localiza un lugar en el campo al que suelen ir, en el suelo se les coloca diariamente un poco de maíz.
Así van todos los días a comer gratis y cuando se acostumbren irán a diario, se hace un lado del cerco de cada vez.
Ellos vuelven a acostumbrarse y vuelven a comer, se va construyendo el cerco poco a poco, hasta que estén los 4 lados. Finalmente se instala un portal, ellos ya están habituados al maíz fácil y al cerco, así comienzan a ir solos por la entrada, ya están acostumbrados y enseñados a comer maíz gratis.
Es entonces cuando se cierra el portal y se queda encerrado todo el grupo. Así de sencillo, poco a poco hasta que los cerdos salvajes pierden su libertad. Empiezan a correr en círculo dentro del cerco, pero ya están presos, luego empiezan a comer el maíz fácil y gratuito.
Se acostumbran tanto a eso que se olvidan como buscar alimento por sí mismos y por eso aceptan el encierro, aceptan perder su libertad, incluso se muestran agradecidos con sus captores.
(Recibido por WA)
Nada nuevo bajo el Sol, esa historia fue escrita hace muchos años con otro rebaño:
«El maná caido del cielo»
Hace años… si…
El problema es que actualmente, en
casitodos los congresos de todo el mundo, esta ocurriendo lo mismo…No hemos aprendido nada.
Ahi esta el maiz…
Si no conocemos la historia estamos condenados a repetirla.
Recordemos que Chamberlain y Daladier, no declaran la guerra al nazismo hasta que Polonia no es atacada…. ¿Vamos a esperar a que Trump ataque a algún país?
Patricia Hemphill asaltó el Capitolio hace cuatro años, tiene 71 años, y rechaza el indulto de Trump, ya que se encuentra arrepentida del crimen que cometió y ahora considera que es un insulto a los muertos que se produjeron, a la dignidad de la democracia y al Estado de Derecho. No justifica sus actos de atentar contra su democracia
Para mi es un ejemplo de honestidad y de recuperación de la decencia ante tanta falta de decoro en Estados Unidos, eso nos pasó España en 2021, con la diferencia que nadie lo rechazó. Todo el mundo sabía lo que estaban haciendo.
Muy buena visión y descripción del momento actual. Se agradece, en medio de todo el ruido actual y de todo el ruido y la desinformación que aún está por venir.
Jacques Attali, antiguo asesor de Mitterrand y fino analista de lo que ocurre globalmente, escribía ayer sobre esto y vaticina un enfrentamiento entre estos oligarcas y el clan Trump a final del mandato.
Por si alguien le interesa:
https://www.attali.com/en/geopolitics/who-will-be-the-master-trump-or-musk-and-company/
Muy bueno el artículo de Enrique y muy bueno el artículo que recomienda Javier Lux. Gracias!!
Estados Unidos sigue siendo un país con los mismos pesos y contrapesos que ha tenido siempre, no se ha aprobado ninguna norma que debilite esos pesos y contrapesos y sigue siendo una gran democracia (con serios fallos en su proceso electoral).
Sólo son 4 años de un señor que no te gusta, con normas que no te gustan, da gracias a Dios que vives en España (UE) donde, al parecer, te gusta más como funciona todo y no hagamos un drama de esto por favor.
Ignacio, siempre se ha considerado que los Estados Unidos son una democracia sólida, pero no hay que olvidar el asalto al Capitolio ocurrido hace cuatro años, por parte de un Trump que se dedicó sin fundamento a decir que se había cometido un fraude.
Este me parece ya un antecedente bastante grave y es una pena que los seguidores del partido Republicano hayan sencillamente caído en el populismo y dejado totalmente de lado cualquier línea de acción más seria, como la que aportaba gente como el difunto John McCain.
Completamente en desacuerdo con este artículo, y no es habitual, que soy un fan de Enrique.
Los «ministros» escogidos son billonarios porque han sabido crear riqueza de la nada. Ya no necesitan más dinero. Tienen mucho más de lo que podrían gastar en 10 vidas.
Llamame iluso, pero prefiero mil veces un empresario exitoso que un político de carrera, que no ha trabajado honradamente ni un minuto en si vida, que no sabe gestionar ni la paga de sus hijos.
Cómo empresarios de éxito no olvides el concepto quiero más
Muy oportuna y muy acertada la reflexión de hoy.
El articulo de hoy es un buen ejemplo de por qué no se puede deslindar nada de la política , y que refuta a los que por aquí hablan de no mezclar la política en un blog de tecnología.
Y es que cuando la tecnología , que hoy ostenta el poder económico mundial establece una simbiosis con el poder político de la mayor potencia mundial cuyo único interés es defender sus propios intereses, en detrimento de la sociedad, a un tecnólogo con un mínimo de decencia moral no le queda otra que escribir un artículo como éste.
De esto me di cuenta de forma palmaria cuando lei un libro de Peter Thiel que me demostró como una persona puede combinar una inteligencia brillante en el campo tecnológico con una personalidad verdaderamente oscura en lo ético, y personas como esta no son precisamente las que nos van a salvar.
La historia es una lucha constante contra la plutocracia. Cuanto antes lo entendamos, mejor. La concentración de capital, y/o poder, es el enemigo común. Todo lo demás es secundario.
Excelente post !!.
Alto debate y comentarios.
Sigamos asi.
Totalement de acuerda.
Al ver a míster x levantar el brazo el otro día, se me revuelven las tripas