El co-CEO de Netflix, Ted Sarandos, ha confirmado en Cannes que, tal y como habían ya anunciado a sus empleados, la compañía comenzará a insertar publicidad en sus emisiones hacia finales de 2022, para un segmento de clientes que quieren acceder a sus contenidos pero los encuentran demasiado caros, y no les importa verlos con publicidad. Supuestamente, los servicios sin anuncios se mantendrán para aquellos usuarios dispuestos a pagar por una emisión limpia y sin distracciones.
La compañía afirma que «quiere hacerlo mejor que la televisión«, lo que probablemente implique que tratará de poner en marcha algún tipo de sistema de segmentación destinado a servir la publicidad en función de las características sociodemográficas, datos explícitos y datos implícitos en función del uso que consiga capturar de sus usuarios. Por el momento, todo indica que los mejor posicionados para hacerse cargo de la gestión de esos espacios publicitarios son Google y Comcast.
Además de incorporar publicidad en determinados segmentos para hacer frente a la caída de ingresos y a la caída de suscriptores de largo plazo (un 13% de las cancelaciones actuales en el servicio corresponden a usuarios que llevaban suscritos más de tres años, algo sumamente preocupante), la compañía ha recortado más de trescientos empleos y busca formas de recortar la tendencia a compartir contraseñas entre distintos hogares o facturar al menos cargos adicionales por ello, algo que ya está poniendo en práctica en países como Chile, Costa Rica o Perú, con niveles de éxito muy variables.
Durante mucho tiempo, Netflix fue la acción con mejor comportamiento en bolsa de toda la segunda década de este siglo, con rendimientos superiores al 4,000%, y llegó a acaparar más del 10% del consumo de televisión en los Estados Unidos. La década de los ’20, en cambio, parece habérsele atragantado completamente, y tras la debacle del pasado mes de enero, en el que se inició una brutal caída que supera ya el 70%, la compañía atraviesa muchísimas dificultades. El hecho de que esas dificultades coincidan con la subida al poder de un co-CEO no formado en la compañía y proveniente del mundo de los videoclubs tradicionales y de una directora de contenidos que proviene de la televisión tradicional prueba claramente que la cultura es fundamental en las compañías, y que muchos de sus problemas suelen venir cuando no son capaces de mantenerse fieles a ella.
El secreto de Netflix estaba en ser radicalmente diferente de las compañías tradicionales en su industria, y ahora, bajo esa generación de directivos, se parece cada día más. Pero su fundador, Reed Hastings parece estar a otras cosas y no dispuesto a asumir un papel activo en la dirección, lo que dibuja un futuro cada vez más complicado para una compañía que, hasta hace relativamente poco, tenía ante sí unas perspectivas increíbles. Estamos ante la progresiva destrucción de lo que fue un prodigio de la disrupción en el sector del entretenimiento, que comenzó a caer, simplemente, cuando puso al frente a directivos tradicionales y dejo de ser disruptivo. Ya veremos dónde acaba esto.
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Lo creo que seguramente veremos es un proceso de concentración en el sector y me da que Netflix será una de las primeras en caer, hay otros con mucha mas musculatura. El auge de las plataformas de streaming ha propiciado una etapa de extraodinaria creatividad en la TV, de la que los usuarios nos hemos beneficiado. Pero Netflix, Apple, Amazon, HBO, Disney, … parece demasiada oferta para un consumidor que probablemente no está dispuesto a pagar varias suscripciones, y menos en el contexto actual. Para las plataformas, aumentar la base de usuarios sin incrementar los costes; para los usuarios, reducción de la oferta. El sol se pondrá, pero para los usuarios.
En ese contexto, lo de la publicidad puede ser un movimiento desesperado para huir de la quema.
No puedo criticar a Netflix, por la simple razón que hace años que no veo la televisión, ni de pago ni gratuita. Ani me echo el mal uso del telemando, o sea la culpa en mi caso fue del espectador, pero cuando alguna vez la he encendido, (la gratuita), he encontrado unos programas no solo aburridos, sino hechos para una audiencia de nula curiosidad e inteligencia.
Aunque según dice hay programas de cierta calidad, como el Hormiguero, pero mala suerte nunca lo daban cuan yo exploraba que había para ver.
Sin embargo, me parece bien que el usuario tenga la opción de pagar por ver la TV sin publicidad ,o pagar un poco menos, por verla con algún anuncio.
Claro, si como hace la «televisión gratuita», , te trocean una película en 10 trozos y ponen cinco minutos de publicidad en esos intermedios, será insoportable, Pero si antes de la película ponen un par de minutos de publicidad, yo creo que es soportable sabiendo que pagas menos.
Pues si El Hormiguero es un programa de cierta calidad como seran los otros …
¿Pero donde iran los anuncios?
Si es al principio de la emisión rollo Movistar que te ponen uno al principio vale. Si van a estar interrumpiendo la emisión, les pueden ir dando.
En mi opinión esto sólo será un primera paso para ir poniendo publicidad en todos los segmentos excepto quizás el más alto.
Con la bajada de calidad de Netflix no creo que los suscriptores vayan a aguantar muchas tonterías.
A mí me parece, Enrique, que el crecimiento espectacular de Netflix en los últimos dos años es parecido al de Zoom y está muy vinculado a la pandemia. Tanto Netflix como Zoom tenían un buen producto en el momento correcto y empezaron a ganar suscriptores de manera acelerada. Una vez que la pandemia ha dejado de ser la principal noticia a nivel mundial y que se ha prácticamente retornado a la presencialidad, es claro que el despegue meteórico ha quedado sencillamente en el pasado.
La verdad es que rara vez veo una serie, pero cuando alguna me llama la atención considero que la suscripción a una sola plataforma es un problema (ahora veo Star Trek: Picard, que no está en Netflix). Lo mismo me sucede con los periódicos. Con gusto pagaría una suscripción que me permitiera acceder sin ningún problema a mis 10 periódicos favoritos, pero en cambio no veo realista que dichos medios aspiren a que la gente pague una cantidad relativamente elevada por el acceso a uno solo de ellos.
Lo lógico es que tu pagaras una cuota de suscripción fija, que te permite entrar en TODOS los contenidos de pago, y que un «algoritmo» reparta tu cuota entre los propietarios de contenidos, en función de lo que descargues de cada uno.
Es absurdo esperar que alguien se suscriba a en veinte, sitios, no solo por el coste, sino que si ve a el Canal A, es imposible ver el canal B, además del follón para la administración familiar que supone llevar el control de si te han cobrado por ejemplo dos veces.
Lo mismo pienso para servicios como el Car Sharing, Es absurdo que me tenga de que dar de alta en veinte sitios, sino que page en un sitio central y que él facture y distribuya a quien corresponda el alquiler del vehículo.
El problema de dicho algoritmo es que costaría que las compañías se pusieran de acuerdo.
¿Reparto por tiempo de visionado?
Eso podría fomentar hinchar las series (como muchas series españolas cuyos episodios duran tanto como una película).
Además, una hora de visionado puede costarles más o menos en función de diversos factores; desde el coste de la propia producción, hasta el simple ancho de banda según sea 4K o 480p.
En mi opinión, lo que necesitamos son opciones de suscripción más baratas pero con límite de horas.
Así, uno podría suscribirse a una única compañía por el precio máximo o a varias por un precio contenido.
Otra cosa que deberían hacer es permitir cuentas gratuitas con las que pudiéramos ver algunas películas muy antiguas (ya amortizadas) y los primeros episodios de toda las series.
Más que nada para usarlo como gancho para atraer clientes de pago.
E incluso dar la opción (en esas mismas cuentas gratuitas) de pagar por películas o episodios concretos en lugar de exigir suscripción para todo.
Muchos usuarios acabarían dando el salto a una suscripción tarde o temprano.
¿Que no me das el producto que yo quiero? Pues me voy a la Mutua. Como en el anuncio, será por plataformas en streaming. Me preocupa poquísimo: no pagaré por aguantar lo que no sufro. Ellos mismos.
Precisamente en ese orden de cosas, Movistar salvó mi adscripción por la campana: hace poco desglosó (¡por fin!) el maldito calzoncillo y separó ese paquete del de las series y películas, así que ahora pago la mitad que antes y no echo en falta ningún contenido, porque me obligaban a pagar por los que no quería. Justo a tiempo: ya estaba mirando otras ofertas de cara a cambiar de proveedor de todo (telefonia fija y móvil, Internet y TV) tan pronto regresara de vacaciones este verano.
Fue bonito mientras duró. En el momento en que me apliquen las clavijas aunque solo sea un poquito, yo también me voy a la mutua.
Entiendo perfectamente lo que dice Enrique, pero…
¿No tendrá que ver también con un supuesto crecimiento infinito? Es decir…, los inversores siempre esperan crecimiento, las empresas siempre deben de crecer. Esa es su supuesta misión.
JA JA JA.
A un lado queda ella responsabilidad de hacer aquello para lo que una empresa, o las personas que trabajan en ella tenían en mente. Cuando el dinero va tomando el papel protagonista, el de reparto, el de productor, compositor, director y guionista, obviamente todo va a salir cuanto menos regular. Quizás no de manera inmediata. Pero obviamente es algo que va a acabar pasando.
Hola a todos.
Precisamente yo me suscribo algo, en este caso es para no pagar publicidad y decidir lo que me apetece ver. Si ahora esta plataforma va a dedicarse a poner lo mismo que en la TV en abierto, porque los ingresos o porque los nuevos directores, piensan en pasado cuando no había más opciones, me da a mí que van a perder muchos suscriptores.
Cuando vean que los ingresos no son los esperados, encima no van a ser 300 empleos, pueden que sean muchos más; que por desgracia pagan la ineficacia de la dirección.
Un saludo
Enrique, te dejo un título para una nota futura: ¿Es Netflix el próximo Blockbuster?