Cosas que he aprendido en un año utilizando videoconferencias

IMAGE: Alexandra Koch - Pixabay (CC0)

A mediados de febrero del año pasado, coincidiendo con las primeras preocupaciones incipientes derivadas del coronavirus, comencé a tener reuniones a través de videoconferencia de manera habitual. En marzo, con el primer confinamiento, se convirtieron en prácticamente diarias: cuando no era una reunión, era una clase o una conferencia. Lo que al principio supuso simplemente utilizar aplicaciones que ya tenía, como Skype, Webex o Teams, evolucionó para convertirse en un hábito cada vez más especializado y basado en herramientas mucho mejores, en el que me iba encontrando cada vez más cómodo y menos limitado, hasta el punto de convertir mi uso de la videoconferencia en algo claramente diferencial – según me comentan alumnos o personas con las que me reúno.

Todo indica que la mayor parte de la gente, tras tener que aprender de manera forzada a hacer videoconferencias, se dio por suficientemente satisfecha con el nivel mínimo necesario para que se le viese y se le oyese. Pero cuando trabajamos, no deberíamos buscar «el nivel mínimo necesario», sino que deberíamos buscar el óptimo, el que nos permite ser percibidos como buenos profesionales a cambio de un esfuerzo razonable. Sin embargo, si bien el progreso fue rápido al inicio del año pasado, la mayor parte de los usuarios de videoconferencia se han quedado ahí, sin tratar de buscar mejoras adicionales, que las hay, y muchas de ellas, muy sencillas.

¿Qué he aprendido en un año de uso constante de videoconferencias? Intentaré reducirlo a una serie de puntos, algunos de los cuales te podrán parecer sencillos e inmediatos de implementar, mientras otros puede que sean difíciles, imposibles, o simplemente inútiles. Pero en todos los casos son cuestiones que me han ayudado bastante a hacer de la videoconferencia una herramienta cómoda a la que extraigo sistemáticamente mucho partido, y en la que, al menos para mí, era fundamental poder mostrar un buen nivel de profesionalidad:

  • Software: es evidente que no siempre podrás elegir qué software utilizar para tus videoconferencias. Pero si depende de ti, tengo clarísimo que Zoom es, de lejos, la mejor opción, y no soy el único que lo piensa. No solo sigue teniendo la mejor gestión de la latencia, sino que, además, tiene la mejor interfaz, la que ofrece más posibilidades en una reunión de manera sencilla, y la que minimiza la tarea de administración. Después, seguramente elegiría Meet, después GoToMeeting, Webex, y Teams, por ese orden. A evitar siempre que sea posible, Skype. Las compañías que, a principios de la pandemia, prohibieron el uso de Zoom por sus supuestos problemas de seguridad o por aquellos episodios de zoombombing, simplemente, hicieron el ridículo: la compañía solucionó los problemas muy rápidamente, y su software sigue siendo, con mucho, el mejor en todos los sentidos.
  • Virtualiza tu cámara: independientemente del software que uses, virtualiza tu cámara. Siempre. Es seguramente lo que más marca la diferencia. Mi recomendación absoluta es mmhmm, pero hay otras opciones, como OBS Studio. Virtualizar tu cámara te dará más grados de libertad sobre lo que haces en términos de fondos virtuales, presentaciones, etc., y mejorará el aspecto y la profesionalidad de tu imagen. Las cámaras virtuales de este tipo aparecen como una opción más de cámara que puedes elegir en lugar de la webcam de tu equipo en el menú de tu software de videoconferencias: en realidad, seguirás usando la webcam de tu equipo o la cámara que uses habitualmente, pero la usarás mucho mejor y le sacarás mucho más partido. Si no encuentras la opción de cámara virtual en tu software de videoconferencias, investiga.
  • Fondos virtuales: no, no son una frivolidad. Son una forma de, por un lado, proteger tu privacidad – ¿por qué vas a andar enseñando tu casa a aquellos con los que te reúnes? – y, por otro, mejorar sensiblemente tu imagen. No hace falta que hagas la horterada de ponerte un fondo de playa tropical, y tampoco intentes engañar a nadie: tienes infinidad de fondos discretos, puedes utilizar además cualquier imagen con buena resolución que encuentres por ahí, y siempre, siempre, quedará mejor que una pared blanca, que da un aspecto completamente patibulario, o que prácticamente cualquier fondo real que busques en tu casa.
  • Pantalla de chroma: es el consejo más sencillo que puedo dar, pero también el más eficiente. Compra una tela de color verde chroma o de otro color que no vayas a llevar encima, y cuélgala detrás de ti, creando un fondo físico que será sustituido por los fondos virtuales que utilices. pero dando un aspecto infinitamente mejor que si no lo tienes. Tendrás que decirle a tu programa que estás usando una pantalla chroma – todos permiten esa opción – pero habrás acabado con las patéticas «auras» que se generaban alrededor de tu imagen, que dan una imagen de lo menos profesional. Una pantalla de chroma puede ser desde una tela grande colgada con chinchetas en la pared, un par de trípodes que la sujetan, una pantalla enrollable o cualquier otra cosa, pero de verdad: mejorará tu imagen muchísimo. Te recomiendo que la dimensiones por exceso: si dispones de espacio, más vale que sobre tela, que no que falte.
  • Iluminación: otro consejo que puede parecer excesivo, pero no lo es. Una buena iluminación es clave a la hora de dar una buena imagen en una videoconferencia: por buena que sea tu cámara, tu imagen será un desastre granulado y feo si la iluminación es insuficiente o está mal dirigida. Trata de iluminar el sitio en el que hagas tus videoconferencias con un foco suave lateral a cada lado y uno central, idealmente un anillo, delate de ti, un poco más arriba que el monitor (pero no mucho más). Los anillos, por cierto, tienen que tener un tamaño grande, más que tu cabeza. Anillitos ridículos de bolsillo no valen absolutamente para nada.
  • Conexión por cable: si la configuración de tu casa y de tu instalación lo permite, no hagas videoconferencias usando una conexión por WiFi. Hazte con un cable de red suficientemente largo, y conecta tu ordenador directamente al router. Notarás la diferencia.
  • Cámara: ¿qué tal es la cámara de tu ordenador? Si no es suficientemente buena y vas a aparecer borroso, puedes optar o bien por una webcam externa, o por utilizar tu móvil mediante aplicaciones como EpocCam, idealmente conectándola al ordenador por cable (también se puede mediante WiFi). Si usas anillo de iluminación, la mayoría tiene un soporte para sujetar el móvil. Si quieres rizar el rizo, incluso puedes utilizarla como segunda cámara y disponer así de dos planos diferentes.
  • Micrófono: si el de tu ordenador no es especialmente bueno, puede ser recomendable optar por uno externo, y no es necesario llegar a calidades profesionales. Yo lo dejo a la altura del teclado del ordenador, fuera de plano, y gano bastante en claridad de sonido – y eso que el micrófono de los Mac es razonablemente bueno.
  • Segundo monitor: si puedes, conecta un segundo monitor a tu ordenador. Con el software que uses para la videoconferencia ocupando tu pantalla, lo ideal es contar con otro monitor, configurado en modo extendido, para poder dejar ahí otras ventanas de trabajo en las que poder hacer otras cosas, desde tomar notas hasta gestionar una presentación, redactar un correo, etc. Ah, y si lo configuras como extendido, asegúrate que indicas a tu sistema en la configuración de pantallas dónde está, para que el movimiento del ratón entre uno y otro sea natural (si no, te volverás loco buscando el cursor).
  • No compartas tu pantalla: a la hora de hacer una presentación, compartir pantalla es casi siempre la peor opción, salvo en algunos casos específicos (uso de hojas de cálculo, etc.) En su lugar, comparte tus presentaciones mediante la cámara virtual, o utiliza los fondos virtuales para ubicar tu presentación. Tendrás muchas más opciones para presentar, se te verá en todo momento a un tamaño razonable, y no perderás fuerza comunicativa. Si compartes pantalla, es prácticamente como si desaparecieras.
  • Lugar específico: si tu casa lo permite, trata de organizar esas cosas – el fondo, la iluminación, la conexión, la cámara, etc. – en un sitio concreto de la casa donde lo tengas preparado cuando lo necesites, en lugar de tener que organizarlo en cada ocasión. Las diez primeras veces a lo mejor te da igual, pero llega un momento en que resulta espantosamente cansino y da una pereza que te mueres. Además, todo apunta a que, incluso cuando la maldita pandemia haya pasado a la historia, seguiremos trabajando desde casa y utilizando videoconferencias de manera muy habitual.
  • Raciónate: las videoconferencias fatigan. A estas alturas seguro que ya no hace falta que lo advierta porque lo habrás notado, pero eso, que no eres tú: hay varios factores que hacen que sea así. Por tanto, si depende de ti, no planifiques un día de trabajo con demasiadas videoconferencias: que estés en casa y no tengas que moverte de un lado para otro no quiere decir que no vayas a a acabar completamente harto y con resultados claramente subóptimos a partir de determinado momento. Plantea la videoconferencia como una actividad específica, que planificas de la manera adecuada y con las herramientas adecuadas, si quieres obtener los resultados esperados.

No, no se trata de que te metas a actor de Hollywood. Simplemente, que puedas estar cómodo en un ambiente que ya se ha convertido en habitual, que dispongas de más grados de libertad a la hora de trabajar, y que des una imagen razonablemente profesional, en lugar de parecer un delincuente que está siendo fotografiado por la policía. Si crees que no tiene importancia, te equivocas: obviamente, será seguramente más importante si estás haciendo entrevistas de trabajo o dando una conferencia que si estás reuniéndote con tus compañeros de toda la vida, pero aún así, importa, y mejora tanto tu percepción como tu seguridad. Si algo he aprendido durante un año de utilizar videoconferencias constantemente es que cuesta muy poco mostrar una imagen profesional, y que el efecto se nota muchísimo.


This article was also published in English on Forbes, «Twelve things I’ve learned after a year of videoconferencing«


25 comentarios

  • #001
    Pedro - 28 febrero 2021 - 20:11

    He visto por la red muchas recomendaciones de dispositivos de todo tipo para grabarse en vídeo o partipar en una vídeo conferencia… aunque ningunas tan fáciles de implementar, sencillas y eficaces como las que nos das en este artículo.
    Gracias.

    • baquerik - 2 marzo 2021 - 07:05

      No te lo vas a coger.

  • #003
    Gorki - 28 febrero 2021 - 20:55

    La digitalización de una tarea pasa por tres fases,

    1º Generar un sucedaneo.- En este caso dar una clase por skype, puro sucedaneo de dar una clase presencial y como todo sucedadeo de mucha peor calidad que el original, En el mundo de la literatura serían los libros en PDF En el periodismo pasar el escaneado de la páginas de los periódicos, (Asíi recuerdo que lo hacían)

    2º Potenciar el sucedaneo con tecnologñia.- Todo lo que indica Dans de elegir Zoom con una croma,. poner luces y microfonos, camara virtualizada, (que no se bien lo que es), escenario,…
    En el mundo de la literatura serïa el e-book un PDF potenciado que hasta se pueden escribir en los m´ñargenes y compartirlo con otros lectores-
    En el mindo del periodismo lo que hacen una copia del diario con videos y entrevistas grabadas.

    3º Crear un producto netgrafico, es decie que no es copia de algo real, porque en la realidad no podrias hacer lo que hacemos en la red..Esto úiltimo es eln lo que está metido Dans y yo espero que lo consiga,

    Hacer un producto que no es una solucion circunstancial a la pandemia sino un producto de IE diferente que nada tiene que ver con las clases presenciales porque es otra cosda, que habrña quien prefiera y quien no, pero que es algo mas que antes no había.

    En el mundo de la literatura serian los videojuegos on.line, pero con mas literatura y menos parte lúdica en el que descubres una historia con diferentes finales a los que tu llegas interactuando, que no podria estar escrita en papel.

    En el mundo del periodismo, no han llegado , (y asíi los va), pero lo que yo veo que mi periódico fuera diferente del de Dans porque yo tengo otros intereses que Dans, Por ejemplo a él le vendrian noticias de La Coruña y a mi de Valladolid, Con la posiblilidad de uacer tertulñia con lectores con tus mismo interes, poder hacer sencillas consultas a la hemeroteca para enterarse de las raices de la noticia, dejar alarmas para seguir la noticia en el futuro,…..

    Quiza el futuro de la enseñanza netgrafica sea hacier pasar a los alumnos por ejercicios/plataformas diferentes y cada vez mas complejas, que solo pueden superar con los conocimientos que hayan adquirido en las anteriores y que se puedan estudiar tanto en solitario, como en equipo y que tengan distintos recorridos segun los intereses en profudizar en el tema de los almnos,… .

    • Enrique Dans - 28 febrero 2021 - 21:15

      Lo intento explicar “a lo bestia”, sin saber bien si es correcto terminológicamente o no: una cámara virtual te permite tomar la imagen de la cámara y separar sus componentes. El software de mmhmm reconoce, por ejemplo, mi imagen, y me permite redimensionarla, hacerme más grande, más pequeño o semitransparente (o transparente del todo y desaparecer) – parece una gilipollez, pero si estás mostrando algo, puede ser muy útil. Puedo, por ejemplo, hacer que reconozca gestos de mi mano y los sustituya con un gráfico llamativo verde o rojo (para indicar, p. ej., mi aprobación o desaprobación cuando estoy en una reunión con muchos asistentes y en un cuadradito diminuto). Puedo hacer que el software identifique el recuadro donde estoy proyectando una presentación y cambiarlo de tamaño. Puedes, lógicamente, identificar todos los píxeles de color verde chroma y sustituirlos por otra imagen. O ya darte al porro, y modificar mi imagen con todo tipo de efectos (cosas que sueles hacer para poner un punto de humor, para romper un poco el ritmo, y que si usas demasiado te conviertes poco menos que en un payaso :-)

      Esa señal de cámara “procesada” virtualmente la vuelves a componer y la envías como si fuera la señal de una cámara adicional, de otro dispositivo, y le dices a tu programa de videoconferencia que use esa en lugar de la de la cámara normal. Con todas las posibilidades que ello conlleva.

      ¿Se entiende algo?

      • Pedro - 28 febrero 2021 - 21:49

        Se entiende. Lo mejor sería llevarlo a la práctica para explorar las posibilidades que parece tener.
        Gracias por la explicación.

      • Javier - 28 febrero 2021 - 21:59

        Ferpecto

      • Gorki - 28 febrero 2021 - 22:46

        Ya nada me asombra, pero parece mágico. (Gracias) .

      • sin censura - 1 marzo 2021 - 09:47

        Enrique

        Entiendo tu comentario, en el entorno de mejorar la visualización y la forma que te presentas a una reunión o a una clase en tiempo real si postprocesar esa señal. El curso que te ponía el otro día sobre ML sería algo a conseguir (en técnica) en tiempo real.

        En general «los podcasts o videos» sobre cursos o charlas que he visto suelen tener los siguientes defectos

        a) Sonido y/o imagen deficiente técnicamente, orador con mala calidad «de serie» en su voz que no engancha.
        b) En otro idioma, falta de capacidad de acceder a subtítulos, o uso excesivo de argot o lenguaje demasiado coloquial. (en entorno profesional o educativo, es imperdornable
        c) Falta estructura didáctica en el discurso. Cosas tan básicas como establecer las ideas principales al comienzo, recapitular cada poco tiempo, … esto también es bueno en reuniones para que el mensaje principal esté claro y sin dudas.
        d) Falta de mensaje a transmitir o mensaje con nula información interesante. Cuanto más conocido y poco novedoso es el mensaje menos aporta a la comunicación, como bien nos demostró Shanon en los 40s.
        e) Uso excesivo de lenguaje poco profesional, mucho artificio, e impacto visual y poca chicha. Esto se ve muy claro en comunicadores profesionales del humo, que se dedican profesionalmente a dar charlas o tener programas con un mensaje simplemente destinado a venderse. Esto va desde los conferenciantes que todos conocemos, a ilustres programas milenarios….

        En definitiva la calidad de la comunicación es fácil mejorar (los que no saben pueden seguir tus consejos), el tener fondo o mensaje que comunicar es algo que no es tan fácil de conseguir, y a veces diría que imposible.

      • Manel Sayrach - 3 marzo 2021 - 06:32

        mmhmm ha sido uno de los grandes descubrimientos TIC en esta época de pandemia. Llegue a él gracias a uno de tus artículos y le he sacado mucho partido tanto en el entorno escolar como en formaciones para docentes. Me fue muy bien seguir los consejos y experiencia de @Gregkulowiec para complementarlo con otras herramientas educativas. Actualmente disfruto de la cuenta prémium educativa y ya divago en pagar o no (otra cuota más) pasado ese primer año…
        Me ha gustado mucho tu lista de consejos, y me ha sugerido la idea de adaptar una para usarla en el entorno escolar, tanto para alumnos como docente e incluso familias, puesto que este curso todas las entrevistas están siendo virtuales.
        ¡Gracias y un saludo!

  • #010
    Gorki - 28 febrero 2021 - 22:56

    Si alguien quiere recomendaciones sobre apartos de imagen luz y sonido para hacer videos y videocionferencias recomiendo este video

    https://youtu.be/IWaC_hTumN8

  • #011
    GABE ABRAHAMS - 1 marzo 2021 - 07:44

    Las videoconferencias son una herramienta de una gran utilidad siempre que el conferenciante aporte algo de interés, cosa que Enrique sabe hacer muy bien, como demuestran sus escritos.

    GABE ABRAHAMS WILLIAMS

  • #012
    Jeroen Sangers - 1 marzo 2021 - 07:52

    Mi recomendación es NO usar fondos virtuales, porque en general genera muchos artefactos que son una distracción para los demás participantes. Un fondo virtual solo funciona si esta bien hecho, es decir con una pantalla chroma y una iluminación perfecta, cosa que he encontrado muy pocas veces.
    Es mucha más fácil arreglar bien las cosas que tienes detrás de ti para que queda algo visualmente atractiva. Es más natural.

  • #013
    Oscar Lazaro - 1 marzo 2021 - 08:19

    Enhorabuena Dans, por haber pensado en tanto detalle y por las recomendaciones: éstas y las que compartes todos los días.

  • #014
    Pablo Langa - 1 marzo 2021 - 09:36

    Mil gracias, Enrique. Con ésto tengo el pack completo ;-)

  • #015
    Juan T. - 1 marzo 2021 - 13:40

    Muy instructivo, muchas gracias.

  • #016
    Mauricio - 1 marzo 2021 - 13:49

    Enrique, al igual que tú, casi desde el inicio de la pandemia, mi esposa y yo impartimos clases universitarias por internet. Pienso que tus consejos son realmente valiosos, aunque no necesariamente válidos en todos los casos. Paso a comentar cada uno de los temas que expones, desde las circunstancias que hemos vivido a lo largo de este tiempo:

    El software es ciertamente un elemento central. En nuestro caso, las videoconferencias las hemos realizado a través de una modesta computadora portátil con un procesador Intel Celeron de 1,10 GHz, 4 GB de RAM y Windows 10 Home. Tuve que hacer cambios en el contrato de conexión a internet para pasar de 6 a 16 Mbp/s y finalmente a 50 Mbp/s. Con estas especificaciones, el único sistema de videoconferencia que hemos logrado que funcione con total fluidez en cursos con 20 alumnos con las cámaras encendidas (algo completamente necesario en los cursos de lengua extranjera) es el muy alabado y criticado Zoom. Puedo decir que Webex está en segundo lugar, aunque no llega al nivel óptimo. Otros como Edudip o BigBlueButton es claro que necesitan de computadoras más potentes.

    La virtualización de la cámara, el uso de fondos virtuales y de una pantalla de chroma tienen total sentido si se tiene una computadora con procesador moderno de más de 2 GHz y al menos 8 GB de RAM, pues, de otra manera, se estarían usando recursos que podrían quitarle fluidez a la transmisión, además de que sin la pantalla verde el fondo virtual puede ser un verdadero desastre. Por otro lado, hay que recordar que todo esto tiene sentido si no se transforma en un distractor. En cuanto a mmhmm no hay que olvidar que solo sirve en las Mac más recientes (en una antigua no funciona y, además, resulta difícil de desinstalar). Prezi Video me parece digno de probarse y en ciertos contextos hay opciones como ManyCam, YouCam, FaceRig que podrían resultar útiles. Si lo que se busca son unos simples y cortos efectos de sonido, Clubpad puede ser una buena aplicación.

    La iluminación es bastante importante. Para quien no tiene la posibilidad de tener algo parecido a un estudio de video, hay dos buenas opciones. La primera es sentarse totalmente de cara a la ventana, de manera que la luz del día caiga directamente sobre los dos lados de la cara. La segunda, que parece que muchos no la conocen, es sencillamente cerrar las cortinas de modo que la habitación quede oscurecida, encender la luz y usar además cualquier lámpara de luz blanca o casi blanca que se tenga a mano para iluminar uniformente nuestra cara. Esta segunda opción se le ocurrió a mi esposa y como no teníamos una lámpara de luz blanca ella adquirió una en Amazon que ha resultado muy adecuada. El error de mucha gente es ponerse de espaldas a la ventana o tenerla a su izquierda o a su derecha y tratar de que la luz artificial compita con la luz solar. En estas circunstancias, cualquier lámpara de baja potencia es de muy poca utilidad.

    La conexión por cable es una buena idea, si es que resulta posible tenerla. Si no, basta con no estar demasiado lejos del enrutador.

    Una cámara barata funciona bien si hay suficiente iluminación y, como digo más arriba, esto puede conseguirse con toda facilidad con las cortinas o persianas cerradas, la luz de la habitación encendida y una lámpara que ilumine de frente nuestra cara.

    Un buen micrófono es definitivamente muchísimo más importante que una buena cámara y el que viene incluido en una computadora barata suele ser poco adecuado para impartir clases por internet. En contextos hogareños donde puede haber muchos ruidos ambientales, lo mejor es utilizar unos buenos auriculares con micrófono integrado. De esta manera, los alumnos pueden escucharlo a uno perfectamente y viceversa.

    Evidentemente, la idea de no compartir la pantalla tiene sentido si se virtualiza la cámara con mmhmm, por ejemplo, pero como ya he dicho, esto puede ser una mala idea cuando se trabaja con computadoras con pocos recursos. Por el contrario, diría que la posibilidad de compartir pantalla es una de las opciones más poderosas de los sistemas de videoconferencia. Lo usual es compartir una presentación, la pizarra virtual, páginas web, videos, grabaciones y archivos. Dependiendo de las necesidades de la clase, puede llegar a ser útil una cámara Jourist DC80 o similar, para mostrar rápidamente una operación matemática, un libro no digitalizado o el montaje o desmontaje de algún aparato. Aun con la propia cámara de la computadora, convenientemente direccionada y utilizando la denominada vista del hablante, es posible mostrar procedimientos manuales, como ha hecho mi esposa, que incluso ha preparado empanadas y panecillos vía Zoom con sus alumnos del centro de idiomas de la universidad.

    Tener un lugar específico para las videoconferencias es primordial, aunque sea la habitación de poco más de 4 metros cuadrados que nosotros utilizamos para impartir nuestras clases.

    Raciónate quizá no es la palabra adecuada, sino más bien organízate. Por ejemplo, los docentes nos hemos olvidado de que inmediatamente después de que la clase ha concluido siempre ha habido gente que quiere hacer alguna pregunta. Esto es perfectamente realizable luego de concluir la clase virtual y pocos lo están haciendo. De igual manera, las tutorías son ahora mucho más fáciles, pues se pueden encontrar horarios que antes hubieran sido imposibles.

    Adicionalmente, debo agregar algunas cosas:

    Los juegos para Zoom (games for Zoom) que proponen algunos youtubers o que aparecen en otras páginas a las que se puede llegar vía Google no son solo para niños o reuniones familiares sino que también sirven en contextos universitarios para romper el hielo o despertar a algún grupo que se haya quedado amodorrado.

    La vista de galería con todas las cámaras encendidas en grupos de hasta 49 personas debería ser la opción por defecto. Nos estamos olvidando de que las clases son un excelente lugar para conocer gente y crear vínculos y que en clases no muy grandes lo ideal es que el docente conozca a todos sus estudiantes.

    Una segunda pantalla con un nombre de usuario de participante puede resultar muy útil para ver nuestra videoconferencia desde la perspectiva del alumno. En nuestro caso utilizamos una antigua HP Compaq con 2 GB de RAM y Windows 7 que para este propósito ha funcionado suficientemente bien. Además, si se dispone de un iPad, es posible usarlo como segundo monitor para ver a los participantes en el momento que se está compartiendo la pantalla, utilizando para ello Duet Display.

    Muchas herramientas complementarias que se pueden encontrar en internet pueden ofrecer un buen apoyo, como por ejemplo Kahoot!, Quizlet Live, Educaplay, Padlet, Miro, Jamboard o Google Docs.

    Hay muchos tutoriales en YouTube o libros que pueden ser muy útiles a la hora de optimizar el uso de Zoom. Por ejemplo, el video How to rearrange the gallery view and spotlight or pin multiple videos resulta bastante importante. Igualmente, el libro de Dan Levy, profesor de Harvard, titulado Teaching Effectively with Zoom: A practical guide to engage your students and help them learn (segunda edición, 17 de diciembre de 2020) resulta de gran ayuda, especialmente por sus recuadros «In Practice» con experiencias reales de profesores universitarios que han dado clases a través de Zoom durante la pandemia.

    Una plataforma de aprendizaje como Moodle o Ilias es el gran complemento de la videoconferencia por Zoom. En ella pueden ir no solo las lecturas centrales del curso sino también muchos materiales complementarios, tareas y foros de discusión. También permite, si resulta necesario, crear módulos de aprendizaje.

    • Enrique Dans - 1 marzo 2021 - 18:00

      Muy buenos recursos, Mauricio, muchas gracias por el esfuerzo de compilarlos! Mañana mis alumnos van a flipar con los efectos de sonido!! :-D

    • Manel Sayrach - 3 marzo 2021 - 06:48

      Uauu Mauricio!! Me he anotado unas cuantas cosas de tu lista!
      Simplemente aportar, cómo alternativa casera a una cámara como Jourist, la app Overviewer para iOS, que nos permite transformar el iPhone en una cámara externa para digitalizar elementos o procesos físicos. Una iniciativa sencilla pero útil creada por un maestro en época de pandemia… ;-)
      ¡Gracias de nuevo!

  • #019
    Xaquín - 1 marzo 2021 - 18:29

    No me convence nada el carácter medieval del sistema educativo español, en todo sus niveles. Pero siempre supe que había estupendas excepciones a la regla.

    Me alegra mucho ver por aquí a una de ellas (caso del Mauricio and partner). Si me quedaran algunos años de docencia estaría encantado de experimentar todas las indicaciones que por aquí se dan, para entrar definitivamente en otra Era Comunicativa.

    • Enrique Dans - 1 marzo 2021 - 18:37

      Me parece que a Mauricio y a su mujer no los pillas en el sistema educativo español… si no me equivoco, más bien en el alemán, ¿no? (corrígeme si me equivoco, Mauricio)

  • #022
    Juan CLM - 2 marzo 2021 - 15:06

    Muchas gracias, Enrique, por compartir tus interesantes reflexiones, experiencias y aprendizajes. Muy útil y oportuno. Estoy de acuerdo en no conformarse con el «nivel mínimo necesario».

    Si se me permite, compartiré mi aprendizaje del último año, pero no desde el punto de vista tecnológico sino desde la experiencia de usuario.

    En mi caso utilizábamos videoconferencia para reuniones desde hacía bastante tiempo (tres-cinco años), pero con la generalización del uso de las reuniones virtuales yo noté un efecto curioso: Cuando en el pasado en una reunión había personas en presencia, que estaban en una sala, y personas que estaban en videoconferencia, -y esto era una fórmula bastante habitual- había que hacer un esfuerzo para no aislar a los que estaban en remoto. De manera inconsciente los que estaban/mos en presencia tendían/mos a interactuar más entre los presentes que con los que estaban en video. Mi sensación era que había varias reuniones, una, presencial, y otra para los virtuales, que estaban/mos, sí, pero menos. Y añadid todas las combinaciones que podáis imaginar: una sala y varios en remoto, varias salas conectadas con varios asistentes en cada una, etc. etc. etc.. Estaba bien, pero no era fácil mantener el nivel de participación de todos.

    Ahora, con todos los asistentes en virtual, mi sensación es que solo hay una reunión y es más eficiente y más fácil que la reuniones «mixtas» presencial/vídeo. Resumiendo: lo que he aprendido ha sido que para mí es más fácil hacer reuniones «todo remoto», que la mezcla presencial/remoto.

    Confío en que si volvemos al sistema mixto virtual/presencial la experiencia nos haya servido y la interacción e integración entre los presenciales y remotos sea cada vez más fácil y más fluida.

    O lo mismo este sistema mixto ya no vuelve. A saber.

    Iremos viendo. Saludos,

  • #023
    Pedro Amador - 6 marzo 2021 - 11:50

    Excelente resumen Enrique. Creo que he llegado a las mismas conclusiones, con una excepción.

    Es muy cierto lo que indicas de compartir pantalla y desaparecer. Por eso a mí me ha ido muy bien poner teclas rápidas para compartir y descompartir. Así puedo cambiar de una cosa a otra cada 60 segundos y genera muy buen impacto.

  • #024
    Gustavo Woltmann - 11 marzo 2021 - 23:43

    Gracias Enrique por tus valiosas recomendaciones.
    -Gustavo Woltmann.

  • #025
    Dr. José Luis Condori - 29 marzo 2021 - 06:38

    Excelentes puntos, luego de haber pasado necesariamente por estos últimos meses en los que muchos han tenido que adaptarse al uso regular de la videoconferencia. Antes era una opción, hoy es una necesidad para continuar realizando cualquier actividad profesional, incluso en el sector salud, en el que la mayoría de profesionales no han ido a la par de la evolución digital.
    Saludos, estimado Enrique.

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