La industria musical puede tropezar por segunda vez en la misma piedra

Garth Brooks exclusively on Amazon Music

El anuncio del debut de Garth Brooks en las plataformas de streaming, en rigurosa exclusiva con Amazon Music, es la clara y evidente confirmación de que la industria de la música está tropezando por segunda vez en la misma piedra, cometiendo otra vez los errores que la condenaron, durante casi una década, a ver cómo sus clientes dejaban progresivamente de adquirir sus productos para obtenerlos a través de mercados irregulares.

En efecto, la fragmentación es, en este momento, lo peor que puede ocurrirle a la industria musical. En el momento en que todo indica que comienza a extenderse el hábito de pagar por una plataforma de streaming, en el que Spotify alcanza los cuarenta millones de suscriptores de pago en todo el mundo sobre unos cien millones totales, Apple Music supera los quince millones, y una pléyade de otras plataformas como Tidal, Amazon Music, Google Music, YouTube Music, etc. compiten por hacerse con los favores del público, una de las cosas que más desincentiva la llegada de nuevos usuarios de pago es la posibilidad de pagar por plataformas incompletas, de tener que sufrir la frustración de pagar un dinero al mes por tener un supuesto acceso ilimitado a la música, pero no poder escuchar a algunos de tus artistas favoritos.

La fragmentación, en este momento, empieza a plantearse como una de las grandes tendencias en las plataformas de streaming. Ahora mismo, la lista de artistas que no están disponibles en todos los servicios no para de crecer. Además de los artistas que simplemente no quieren estar en ninguna de ellas, la situación en este momento hace que si decides pagar por Apple Music, te encuentres sin posibilidad de escuchar a artistas británicos como Adele, White Stripes, Weekend, The Strokes, Def Leppard o Queens of the Stone Age. Si optas por Spotify, te puedes ir olvidando de escuchar en el servicio a Taylor Swift, Prince, Jason Aldean o Thom Yorke, o con que Adele, Coldplay, Radiohead o Black Keys deciden temporalmente que sus canciones no estén disponibles ahí. O te puedes encontrar, según observadores como Bloomberg, con otra preocupante tendencia: que los artistas que firman exclusivas con otros servicios aparezcan «enterrados» en los algoritmos de recomendación

Tidal es otro servicio que parece estar abanderando la tendencia de las exclusivas: no son pocos los artistas, generalmente relacionados con Jay Z, como su mujer, Beyonce, o su amigo Kanye West, que han lanzado sus ultimas creaciones en exclusiva para esta plataforma, aunque generalmente, ante lo relativamente minoritario de la plataforma, solo han mantenido esa exclusividad durante un cierto tiempo. Pero lejos de no tener importancia, la molestia que supone para un fan no poder hacer streaming de las nuevas creaciones de su artista favorito en el servicio que optó por pagar puede llegar a suponer un problema y un nivel de frustración importante.

Además de los intentos de Tidal por mostrarse como la más dispuesta a jugar al juego de las exclusivas, la tendencia parece estar abanderada más por artistas que por sus discográficas, pero repartir responsabilidades en este juego resulta tremendamente complejo. En general, una discográfica debería poder presionar a casi cualquier artista con el que mantenga un contrato firmado para ofrecer su música donde buenamente quisiera, aunque esto puede ser más difícil en el caso de artistas fuertemente consagrados. Y lo que parece estar faltando es la conciencia de que la fragmentación, lejos de poner en marcha una competencia que favorezca al mercado, está jugando precisamente el papel contrario, el de generar incertidumbres ante la decisión de pagar por una plataforma.

Si la tendencia continúa, me atrevo a vaticinar malos tiempos para la expansión de los servicios de streaming. Se trata, simplemente, de competencia mal entendida. Bien está competir en interfaz, en algoritmos de recomendación, en versatilidad o en ubicuidad. Pero competir en repertorio, en este caso, por muy consolidado que esté dentro de la industria, es un error. Tal y como funciona el cerebro de unos consumidores que se acostumbraron durante años a poner el nombre de una canción en un navegador y descargarla instantáneamente, la posibilidad de pagar por una plataforma y no encontrar en ella la música que buscan funciona como un fuerte desincentivo. No olvidemos que la costumbre de descargar música simplemente escribiendo el nombre de una canción en un navegador y bajándola sin más problemas sigue estando perfectamente disponible, hacerlo sigue siendo enormemente sencillo, y el nivel de uso jamás descendió por culpa de las persecuciones legales, sino por la aparición de servicios de calidad que lo convertían prácticamente en innecesario, en una especie de atavismo. Si esa conexión falla y surge la incertidumbre, podemos desandar una parte importante de un camino que costó muchísimo recorrer.

 

 

This article is also available in English in my Medium page, “Will the music industry never learn?«

 

30 comentarios

  • #001
    Muadib - 23 octubre 2016 - 14:53

    Cuando entenderan que los torrents no tienen esos servicios de exclusividad, ademas de contenidos completos y a un costo infimo.

    Es ilegal!? Bueno eso es harina de otro saco. Inevitablemente es una tendencia a considerar.

  • #002
    Eme Navarro - 23 octubre 2016 - 15:30

    Garth Brooks es el pantojo yanqui. Ya ves tú que pena.

    • Ernesto Perez - 23 octubre 2016 - 19:04

      Tu comentario te retrata.

      • emenavarro - 25 octubre 2016 - 08:17

        En que me retrata?

  • #005
    Gorki - 23 octubre 2016 - 16:34

    Si, es posible que se confundan, como bien dices, no será la primera vez, No obstante, creo que están en su derecho, (puesto que son sus perras las que se se juegan), en llevar sus negocios como mejor les plazca.

    Realmente es muy triste no poder oír en un determinado canal a Adele, pero mi opinión, es que Adele o su representante, tiene el derecho de llegar a acuerdos con los canales que le plazca y no con todos por fuerza. Si se equivoca, pagará las consecuencias.

    Y a nosotros nos toca aguantarnos, o apuntarnos a todo lo que haya. Al fin y al cabo, es lo que ha pasado siempre, Vas a un Hipermercado y no tiene la marca de aceite que hay en otra, vas a una sala de multicines, y no dan la película que dan en otro multicine, y no por ello nadie se ha rasgado las vestiduras, lo mas que haces es decir, no vuelvo a este Hiper que no tiene de nada (con terrible injusticia, porque, como Spotify, tiene miles de referencias que a tí no te interesan)

    • Jose Miguel - 23 octubre 2016 - 22:05

      El problema para ellos, Gorki, es que mientras no se puede obtener una copia del aceite, sí que se puede obtener de una canción.
      Ahora bien, lo mismo se podría decir de Netflix y sin embargo triunfa. En Netflix tampoco puedes ver todo.

      • Enrique Dans - 23 octubre 2016 - 22:10

        Tú espera a que Apple Music siga los pasos de Netflix y empiece a producir a sus propios artistas… Spotify no puede porque tiene al enemigo en casa, pero otros sí!

        • nunes - 24 octubre 2016 - 11:49

          Lo malo es que esa estrategia conduce de otra forma a la situación que criticas en el artículo: canales que se convierten en productores en exclusiva de los contenidos que sirven.

          • Alberto - 25 octubre 2016 - 07:03

            el doble rasero de medir de Edans es pasmoso……

  • #010
    Javier March - 23 octubre 2016 - 17:03

    Esa industria todavía se está revolviendo en sus cenizas: ya se les acabó lo de vender un CD por tres mil pelas y se resisten a desaparecer.
    Que les dén, ya han abusado bastante. El tiempo pondrá a todos en su sitio.

    • Gorki - 23 octubre 2016 - 20:09

      Por lo pronto ya les han dado 85.400 millones de dólares, lo cual no está nada mal, aunque me hace el efecto que hace solo unos años valía el doble cuando en 2000, AOL lo compró.

      Le mercado del espectáculo, siempre ha sido muy especulativo, un lugar donde muchos pierden, pero a cambio unos pocos dan un pelotazo asombroso.
      Por poner un ejemplo, casi todos en el cine español pierden dinero a espuertas, pero llega una productora y hace «Torrente»-y se forra, luego viene otra y hace «8 apellidos vascos» y también se forra. ¿Son películas de calidad excepcional? — Pues yo creo que no, son graciosillas. Pues asi pasa en toda la industria del espectáculo, ¿Alguien sabe explicar el pelotazo de los Del Rio con Macarena?

  • #012
    Pepelu - 23 octubre 2016 - 20:25

    ¿Y cual es el problema? Si Garth Brooks (que no es la Pantoja americana por mas que algunos musicos de tres al cuarto quieran clasificarle asi. Y en cualquier caso si lo fuera ¿no tiene derecho a serlo?) decide poner su musica en exclusiva en una plataforma. Pues si quieres oirla puedes comprate sus discos, o conectarte al servicio de Amazon Music y si no pues no le escuches. Es tu decision.

    Como explica Gorki, pasa en muchos otros sectores. ¿A caso tu das clases en IE, IESE, ESADE o en otras escuelas de negocios? Parece que tienes una exclusividad con el IE (para dar clase en sus Masters) y esa exclusividad supongo que ati te parecera bien, porque te pagan lo suficiente. Pues con los musicos si ellos quieren podran hacer lo mismo.

    Parece que toca una temporada de posts sobre el mundo de la música, y tanto en este como en el de las fundas que protegen los moviles en los conciertos, creo que no es sencillo ser coherentes. A ti supongo que tampoco te gustaria que tu clase estuviera llena de gente grabando en video tus clases y luego las colgara en Youtube ¿no?

    A lo mejor a ti si, pero al IE, es probable que no.

    • Antonio Arias - 24 octubre 2016 - 11:56

      El artículo no se corresponde con lo que dices. Con estas exclusivas, lo que puedes lograr es una especie de vuelta a las descargas, o en su defecto, a descargarlas sin más y añadirlas a tu servicio de streaming de forma local o a través de la nube (iTunes Match, Google Music…). A la gente le va dar igual que lesdigas que es ilegar, que si los artistas tienen sus derechos, etc.
      Una cosa es lo que crees como deberían ser las cosas, y ptra la realidad. Ya lo pasaron malcon lad descargas ilegales, para que ahora comiencen a flirtear con exclusividades, etc.

    • emenavarro - 25 octubre 2016 - 08:14

      Querido Pepelu. Brooks, al igual que Bruce, son los pantojos yanquis, o los Rocío Jurados, como prefieras. Su popularidad allí es tal que firmar en exclusividad por una plataforma no les afecta en absoluto a sus ventas.
      De nada.

      • pepelu - 25 octubre 2016 - 18:43

        Ya me imagino que si tu grupo de musica tuviera ese nivel de popularidad dejarías la musica para que no te llamen «pantojo»… Gracias por iluminanos en lo que es la.buena musica.

        • emenavarro - 25 octubre 2016 - 19:04

          ¡Buff, que nivel más bajo de comprensión! (o eres un amargado que pretende hacer daño sin conseguirlo). Te guste o no Pantoja y Jurado, ésta bajo mi punto de vista más, eran artistas de calidad en lo suyo-aunque no autoras, como éstos-comparativamente interpretaban un tipo de música similar a éstos (en su equivalente español de música popular) más a Brooks, evidentemente, aunque yo prefiero el country que la tonadilla, pero he de admitir que he pasado buenos ratos escuchando tonadilleras, aunque mejor la copla. Esta gente está acostumbrada a firmar contratos en exclusividad con discográficas. Y a la gente eso les da igual y seguirán comprando. Así que fíjate tú que pena que aquí se opine que se han vuelto a equivocar porque no creo que lo noten ni en sus cuentas de resultados ni en sus bolos ni en nada.

          • Enrique Dans - 25 octubre 2016 - 19:09

            No, yo no he dicho que se hayan equivocado. Cada uno es cada uno y tiene sus «cadaunadas». Opino, y sostengo en mi entrada, que el hecho de que cada músico o intérprete empiece a hacer acuerdos en exclusiva con cada canal que le dé la gana es una mala situación que termina por generar una fragmentación peligrosa, porque lleva a que muchos usuarios vuelvan a los canales irregulares ante la imposibilidad de encontrar todo lo que quieren en un solo proveedor. Da lugar a una situación frustrante para el usuario, y frustrar al usuario, por lo general, nunca ha sido un negocio demasiado sostenible…

  • #018
    Jose Miguel - 23 octubre 2016 - 22:22

    Estáis todos obviando el concepto de SUBSCRIPCION, es decir, si voy al super y no hay aceite «Gorki» pues voy a comprarlo donde lo haya, no le pago nada al que no lo tiene. Si en estos multicines no ponen la película «Gorki» pues me voy a otros donde la pongan, y no le pago nada al que no la pone. Si en una escuela de negocios no está E. Dans pues me voy al IE, y no le pago nada a la otra.

    Luego cuando me subscribo a un servicio por el que voy a pagar, consuma más o menos, espero que se ajuste a mis demandas de consumo. Y que lo restrinjan puede echarme atrás y buscar «otras vías».

    • Gorki - 24 octubre 2016 - 00:14

      No lo dudo que puedes pedir que te den de baja y buscarlo en el P2P. Ellos también lo saben y corren el riesgo.

      Mientras se jueguen su dinero tiene perfecto derecho de hacer las cosas como mejor les parezca, lo cual no quita que se puedan equivocar, como ya se equivocaron antes.

      Pero pese a ello , si tuviera que tomar la decisión de abrir o no ventanas de explotación, antes me fiaría de la opinión de un especialista en venta de clips musicales, que en la de un un profesor de tecnología.

  • #020
    Tomás - 23 octubre 2016 - 23:14

    La industria musical lleva equivocándose, Enrique, desde los tiempos. Desde el forzado cambio de formato de vinilo al cd, que parece revertirse o reordenarse ahora por propia inercia. En aquel entonces, se vendía 1 Cd por el mismo precio por el que ahora se compran tres, con un mero cambio de formato y sin remasterizar, sin temas extras…etc cuando el master ya estaba más que amortizado. Precisamente, ese cambio de formato provocó que el sonido fiel a la grabación de estudio que proporcionaba el Cd impulsase el intercambio de archivos en un creciente y infravalorado (por ellos) mundo tecnológico. Todo esto, entre otros cuestionamientos. Como la gran aberración contra el marketing y el sentido comercial: el que sea la primera industria que litiga contra sus clientes.

    En fin, no son de extrañar estas decisiones que mencionas en el ámbito del streaming, algo que no olvidemos les ha venido llovido del cielo. En lo que no creían y miraban de reojo de entrada (como todo lo que no controlan tecnológicamente), que les ha salvado un poco presupuesto anual, y que no parte de una iniciativa suya, sino de una mera gestión de catálogo solicitada por los emprendedores de las ideas tecnológicas. Y es que, en esa industria, se sigue trabajando prácticamente con la misma pauta marketiniana de antaño, aquella bien influída por el oligopolio que gobernaban y les daba tanta comodidad a aquellas multinacionales. Ha cambiado la forma de escuchar la música y no ha sido impulsada precisamente por la industria que la soporta. No nos olvidemos que son los mismos dinosaurios o sus descendientes, los que siguen copando los cargos directivos de la misma. Triste, pero cierto.

    Respecto a algunos comentarios que abogan por legitimar que ellos son los que deciden con su dinero. Hablamos de unos «dineros» que especialmente en las descargas y el streaming se están ganando con abusivos contratos de reparto con los autores e intérpretes, o con un histórico vacío legal con estos mismos en los acuerdos que pertenecen a una época pre-new technologies.

  • #021
    Gabriel - 24 octubre 2016 - 07:13

    Hola.

    El problema es el alto ego que suelen tener los artistas. Se creen que por su sola presencia en una plataforma y no en otra todos irán a subscribirse en la que elllos están.

    Nada más lejos de la realidad. Pero como digo su ego les impide verlo.

    Gracias.

  • #022
    Javier Cuchí - 24 octubre 2016 - 11:09

    ¡Madre mía! Después de tantos años de tiros, bombas y puñalaes, después de horas y más horas de debates radiofónicos y televisivos, gigas y más gigas de contenido en blogs y redes sociales, después de miles de actos, simposios, congresos y jornadas, después, incluso, de una verdadera revolución en la SGAE (por no salir de España), cuando todo el tema de la música y, en parte, incluso el del cine, parecía ya reconducido, cuando daba la impresión de que el sector productor/empresario se había resignado, por fin, a servir al cliente el producto que éste desea y recibía, por fin, retribución económica de ello, cuando muchos de aquellos activistas de principios de siglo ya estamos jubilados o a cuatro días de estarlo, cuando sólo recordábamos esta temática en el único ámbito que queda aún abierto, el del libro, mucho más delicado, complicado y difícil, resulta que ahora los de antes vuelven a las mismas, buscando los recovecos del oligopolio, de la restricción… ¿y qué más? Tras todo esto, desazona comprobar que no han aprendido aún eso que hemos repetido hasta el hastío: que al campo no se le pueden poner puertas.

    Cuando ya estamos debatiendo (aquí mismo, sin ir más lejos) que la publicidad clásica se está cayendo víctima de la tecnología, cuando nos estamos preguntando cómo se pagarán los contenidos abiertos sin publicidad, es decir, cuando estábamos ya debatiendo problemas de ahora y de 2025, estos tíos regresan a los procedimientos de los años 90: exclusivas, restricción, escasez…

    Sólo porque han oío campanas de cambio climático, se les ocurre que pueden vender neveras en el Polo Norte.

    Qué triste…

  • #023
    Carlos Quintero - 24 octubre 2016 - 14:03

    En primer lugar, si un artista considera que lo más importante son sus fans, no pondría sus obras en canales exclusivos, sino en todas las plataformas.

    Si el artista (o su representante, o su discográfica) consideran más importante sus beneficios económicos que la relación con sus fans, allá ellos, están en su derecho, pero que sepan que perjudicará a su relación a medio o largo plazo con ellos, y muchos volverán a los mercados «alternativos». Especialmente si, como leí en algunas noticias, hay rumores de que Apple está considerando para dentro de unos años dejar de vender música en descarga y ofrecer solamente el modelo subscripción, al menos en los países donde el streaming no es un problema.

  • #024
    chema - 24 octubre 2016 - 19:02

    Si quiero escuchar 3 artistas de tres plataformas diferentes lo logico es ¿que no pague ninguna? o ¿que pague las tres ?, Si tengo suficiente poder económico igual pago las tres , pero si es mas complicado ir cambiando de plataforma que bajarse una discográfica completa , igual no pago , por muy barato que sea, si no hay de donde bajarse nada , igual pago, pero si mucha gente piratea y me da vergüenza ser el tonto que paga igual no pago una o dos o ninguna, pero…. ….. se pueden dar miles de explicaciones en función de lo que queramos defender o justificar.

    Prefiero un poco de historia personal. En la época de los vinilos y CD , me tocaba las narices que si solo quería una canción tuviese que comprar todo el CD , pero los CD / vinilos se vendían y mucho y cintas piratas había para aburrir, yo pirateaba porque mi economía no me daba para hacer otra cosa y lo justificaba (o no) pero la razón era que no podía pagar y que molaba trapichear cintas, luego mi economía me alcanzo para comprar, pero no compraba demasiado , tampoco pirateaba , simplemente continué la inercia de no comprar , luego empece a consumir música en vivo pagando y no lo he dejado. .

    De esa experiencia personal, creo que lo importante es la inercia del cliente, si el consumidor se acostumbra a tener la música online , y se puede permitir el pago de 3 plataformas , se maximiza el beneficio de hacerle pagar 3 veces.
    Cierto es que se corre el riesgo que muchos empiezan a piratear, pero es una nueva generación , el verbo es «empezar» , no es «volver».

    Si se empieza a piratear , es muy complicado decidir dejarlo y pagar . Pero no es algo que de repente empiece a hacer todo el mundo , es una bola que va creciendo pero tarda en tener peso. Por lo que exprimir al consumidor con múltiples pagos puede ser un movimiento muy interesante , tal vez para tener beneficios a corto plazo aunque ponga en peligro a la empresa a medio y largo plazo o tal vez no , dificultando la piratería se frena la bola lo suficiente para hacerlo muy muy rentable .

  • #025
    Albert Vilella - 26 octubre 2016 - 22:57

    Enrique, la segunda piedra a la que hace referencia el título ha quedado muy bien definida, pero ¿cuál fue la primera piedra?

    ¿Te refieres a la digitalización de la música, a la irrupción de los mp3? yo creía que esa era la primera piedra, si no, ¿cuál fue?…

    • Enrique Dans - 26 octubre 2016 - 23:12

      No, para mí el error de la industria no fue la digitalización, sino todo lo que supuso la reacción a Napster. Si en lugar de perseguir a Napster, a todos sus clones, a los usuarios y al Sursum Corda se hubiesen lanzado a ofrecer sus productos a través del canal digital desde el día uno, hoy todas las alternativas de descargas, streaming y demás modos de consumo estarían en manos de la industria.

      • Albert Vilella - 27 octubre 2016 - 00:12

        Ok, muchas gracias por la aclaración

      • emenavarro - 27 octubre 2016 - 06:48

        Al final será así. Fusión de medios de comunicación e industria en un gran monopolio o duopolio.

      • Tomás - 31 octubre 2016 - 16:42

        Bueno, hablo de la «digitalización» como un ejemplo en las «malas» decisiones de la industria musical frente al cambio. Es decir, cambiaron de vinilo a cd como vehículo de obtención de «revenue» rápido y con un margen enorme cuando los masters y el marketing de su «roster» estaban más que amortizados ya, imponiendo precios abusivos. Un hecho que les supuso recibir el boomerang de vuelta con gran estrépito y convertido en Napsters y P2P. Históricamente, los responsables musicales de las grandes compañías, no han sabido enfrentarse a los retos tecnológicos. Voy a poner el ejemplo de RCA, ahora bien conocida como discográfica que en sus inicios era vendedora de dispositivos para escuchar contenidos musicales (del gramófono en adelante).O, un caso posterior, SONY que engulló a CBS… No sabemos si ocurrirá lo mismo con las multinacionales del disco en un futuro no muy lejano, pero lo que si se conoce es el arcaico ideario de los generadores del contenido en la industria. que les lleva a no contemplar prácticas lógicas como las que mencionas en aquel entonces, y que siguen aplicando a día de hoy el hermético cierre de filas ante todo lo que consideran amenazante hacia el formato que dominan: el físico. Y lo que es peor, se sienten recelosos, dolidos y agredidos por quienes son SUS CLIENTES. Así no.

  • #030
    djibizaproject - 16 noviembre 2016 - 15:52

    Efectivamente como usuario lo quieres tener todo en la plataforma online que estás pagando. No obstante no tengo claro el que no beneficie el tema de las exclusivas a determinadas plataformas como Tidal. Podría ser que se vieran «imposibilitadas» para competir en otros ámbitos y lo que les es más fácil es competir por exclusivas. En el corto plazo pueden salir beneficiadas pero también es cierto que como comentas, desde una visión global y a más largo plazo, puede ser negativo para todas.

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