China Life y el futuro de las aseguradoras

China Life - Didi ChuxingChina Life, la aseguradora china cuyo capital está en un 70% en manos del gobierno del país, ha anunciado una inversión de seiscientos millones de dólares en Didi Chuxing, la competencia china de Uber, de la que hablamos no hace mucho tiempo.

La aseguradora pública china, clasificada en el número 94 del Fortune 500 y en el número 13 del Fortune China, es el mayor competidor en el mercado asegurador chino, aunque ha visto caer su cuota de mercado en el país a menos de la mitad desde que en 2007 se liberalizó el mercado chino siguiendo las directrices de la WTO.

Además de esta inversión, China Life anunció en abril del año pasado una inversión de doscientos millones en Uber, no en su subsidiaria china, sino a nivel global. Las participaciones cruzadas entre competidores muy directos no son habituales debido a la obligación de compartir información confidencial con inversores. Cuando una compañía como China Life realiza inversiones en empresas competidoras en una misma industria, es habitual que se vea obligada a aceptar restricciones en su acceso a la información sobre la marcha de las compañías, lo que puede dificultar la monitorización de sus posiciones. Cuando esas inversiones tienen lugar a pesar de estas más que esperables restricciones, se debe a que el interés de la compañía por participar en esa industria es muy elevado.

¿Qué lleva a una gran aseguradora a invertir de forma tan importante en compañías de transporte de personas? Como ya comentamos en su momento, el mercado asegurador va a sufrir, en los próximos cinco años, más cambios que los que ha experimentado a lo largo de toda su historia, y una gran parte de los mismos van a provenir de una de sus divisiones más rentables: la automoción. A medida que el mercado del automóvil se transforme, y vayamos pasando de modelos de posesión individual o familiar del automóvil a esquemas de pago por uso, las compañías aseguradoras pasarán a tener al otro lado a grandes compañías propietarias de grandes flotas, con un poder negociador muy superior y márgenes claramente inferiores.

Este paso se verá aún más reforzado a medida que esas compañías vayan desplazándose a modelos de conducción autónoma, momento en que la responsabilidad de un hipotético accidente pasará a estar en manos del fabricante del vehículo o del software que lo conduce. Pasar de propietarios individuales, a tener al otro lado a potentes plataformas de transportes, a fabricantes de automóviles, a empresas tecnológicas o a compañías que se mueven entre ambos mundos (el caso de Uber, que se niega a definirse como una compañía de transporte y afirma ser una compañía tecnológica con una velocidad de innovación típicamente muy superior, parece un caso claro): una constelación de compañías bien capitalizadas en torno al automóvil capaces de plantear estructuras de márgenes muy diferentes

Si añadimos a esto una reducción muy marcada de la accidentalidad, y los cambios igualmente anticipados en ramas como la salud (wearables, monitorización, etc.), la propiedad (Internet of Things, sensorización, etc.) y otras, está claro que las perspectivas de cambio dentro de la industria aseguradora son cualquier cosa menos exageradas.

Para China Life, todo indica que la estrategia consiste en tener mucha más información que su competencia con respecto ya no tanto a la evolución que afecta a una de sus ramas principales, sino más bien a poder anticipar su impacto y, sobre todo, sus tiempos. Contar con información directa sobre los planes de dos de las empresas que claramente van a dominar el transporte de pasajeros en las ciudades de todo el mundo permite, sin duda, prepararse para esos cambios con un mayor conocimiento de causa. Según parecen indicar las estrategias de ambas compañías, mientras Uber, valorada ahora en 68,000 millones de dólares, lleva a cabo adquisiciones tecnológicas y alianzas para posicionarse fortaleciendo su cartera de expertise mientras crece ciudad a ciudad, Didi Chuxing parece decidirse por una estrategia de compra de cuota, y participación o adquisición de competidores locales. El tiempo dirá cuál de las dos estrategias de expansión tiene más sentido. Pero para una aseguradora con pasado de compañía pública y que domina su mercado gracias al peso de las conexiones de su accionista principal, tomar posiciones en ambas puede tener mucho sentido.

O al menos, es seguramente mejor que sentarse a esperar, no hacer nada y que los cambios te suenen a chino…

 

This article is also available in English in my Medium page, “China Life and the future of the insurance market«

 

6 comentarios

  • #001
    Gorki - 13 junio 2016 - 11:27

    Las motivaciones pueden ser las que tu dice, pero lo habitual, es que simplemente esperen una revalorizacion a muy corto plazo.

    Por ley, y en China sera parecido, las aseguradoras tiene que tener invertida buena parte de su inmenso capital en negocios muy seguros, ( y poco rentables) ,como Bonos del Estado o bienes Inmobiliarios, (razón por la que son propietarios de tantos edificios de oficinas y centros comerciales), que garanticen su estabilidad como para pagar tu seguro dentro de 30 años, cundo fallezcas o se produzca un incendio en tu casa. Pero otra parte, del capital lo tienen que tener fácil de convertir en metalico para atender a los siniestros de entidad que de repente se producen.

    Para esta parte suelen elegir acciones que se espera a corto plazo una revalorizacion, (acciones especulativas), pues saben, que pronto las venderán para hacer caja con que atender a siniestros. Puede que esa aseguradora china, haya comprado esas acciones porque espera que en un corto plazo (entre tres y seis meses), suban por encima de lo que pueden conseguir en un banco, (actualmente eso supone una esperanza de más del 3/4% anual).

    Los grandes especuladores de la bolsa son hoy las compañías aseguradores.

    • Rosendo Hernández Rubio - 14 junio 2016 - 00:55

      Me lo has quitado de la boca. Yo también creo que el principal motivo de esa operación es la rentabilidad aunque no precisamente a corto plazo. De hecho, su negocio es el seguro de vida y la situación financiera complica donde invertir. Además, en sentido estricto, la intención de Uber no es tener una flota de coches. Cada conductor contrata su seguro, si bien es cierto que existen coberturas específicas (como Metromile con Uber o Axa con BlaBlaCar o SocialCar) que no sustituyen el seguro obligatorio. Por lo tanto, tampoco se estaría buscando una ventaja negociadora. Pero todo esto es transitorio y el futuro será la conducción autónoma. Sin embargo, pensando en ese horizonte, los mejores aliados son los fabricantes pues tendrán acceso a los datos. Incluso se aventura que se conviertan en aseguradores.
      Y aún añadiría otra motivación: solucionar el problema del transporte. No debería extrañarnos que una empresa privada se implique en ello: no deja de tener vínculos con el Estado y se beneficia de la reducción de la siniestralidad vial, de la contaminación y de los atascos, verdaderas lacras en China. La economía colaborativa en el transporte aporta racionalidad, que es lo que necesitan. El mismo interés parece haberse despertado por China y el futuro del transporte en Volvo o Nissan. Así que quizá no sea tanto una cuestión de seguros sino de participar en el «negocio del siglo». Habrá que estar atentos a las propuestas y experiencias que provengan de allá.

  • #003
    Jose Antonio Garcia - 13 junio 2016 - 11:49

    La libertad de empresa en China es algo que se puede hablar mucho, ¿ Quién nombra el CEO? ¿ Quiénson los dueños de las empresas? Imaginemos un país en el que se planifica la economía, imitando la estética y modos de Occidente, logra pasar de una renta per cápita de 812€ en 1999 a 7200€ en 2015 ( En España de 14700€ a 22900€)

    ¿Quiere eso decir que el sistema milagro es un ejemplo a seguir?

  • #004
    Pablo Martínez-Almeida - 13 junio 2016 - 13:04

    Efectivamente las aseguradoras tienen un serio problema con el acceso a los datos que necesitan para calcular y ajustar riesgos y primas. Las tecnológicas generan Big Data muy valioso, por lo que pueden optar por ofrecer el producto ellas mismas o vender los datos al sector. En uno u otro caso los márgenes de las aseguradoras se van a resentir. Es razonable pensar que muchas empresas desaparecerán y el ajuste en el empleo va a ser muy fuerte.

    No veo muy claro lo de las alianzas entre aseguradoras y startups. Las primeras buscan preservar su modelo de negocio el mayor tiempo posible, y tienen el hándicap de sus estructuras de venta y estructuras corporativas, mientras muchas de las segundas están interesadas en un cambio radical y capturar el excedente que se lleva hoy el sector.

    Coincido contigo en lo del seguro del automóvil, y creo que el mismo problema que señalas para las aseguradoras lo van a tener los fabricantes. Precisamente publiqué la semana pasada una reflexión al respecto: Empresas automovilísticas, ¿camino a la perdición?

    Lo que parece claro es que el producto ‘seguro’ debe reinventarse en un escenario en el que la información disponible se multiplica día a día, tanto a nivel agregado como individual.

  • #005
    Jose Antonio Garcia - 13 junio 2016 - 15:14

    Y si una compañía dirijida por el Partido comprara un Linkedin con todos los datos de los Occidentales. Perdón que eso ya lo ha hecho Microsoft.

  • #006
    Angel - 14 junio 2016 - 15:54

    El riesgo entre una persona monitorizada para recabar datos e información y otra que no lo este, es el mismo.
    Tener conocimiento de la salud y hábitos de una persona, son factores y variables, que, las proyecciones de evaluación de riesgo, tienen en cuenta, para a ciencia y conocimiento de causa construir patrones que luego se pueden emplear para calcular probabilidades de riesgo. Algo habitual para una aseguradora.
    ¿Quién deseo asegurar? Un individuo que no me aporta ningún dato sobre los hábitos de su existencia, o un individuo que por lo contrario, sí me ayuda a comprobar su nivel de protección?
    Si fuese una aseguradora invertiría en cualquier negocio que pudiera proporcionarme cualquier información, ademas de tener posibilidad accionista de controlar mejor dicha empresa, sobre los hábitos, opiniones, costumbres y biodatos que los usuarios o clientes de la mencionada estructura pudieran graciosamente proporcionarme.
    Invertir con inteligencia a futuros nunca es arriesgado, siempre y cuando uno no se adelanta demasiado por riesgo a que te copie alguien más fuerte que tu la inversion, o por lo contrario, llegar demasiado tarde. En cualquier caso, pues es mejor no dar demasiadas ideas que den pie para propiciar efectos colaterales no deseados o peor, pervertir las buenas intenciones: el futuro pasa por la monitorizacion y el control de los riesgos.
    A nosotros usar las bases de datos y éticas adecuadas para eventualmente hacer negocios o no con ello. Claro está, después de los análisis previos que fueran necesarios para generar las formulas y las lecciones que implicaría, por gracia o desgracia, el estudio de la información en posesión de los profesionales y por descontado de los inversores.

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