Niños y tecnología: un pequeño decálogo

IMAGEN: Andrés Rodríguez - 123RF¿Hasta qué punto debe evolucionar la educación de los niños a medida que evoluciona el entorno que la rodea? ¿No es una pregunta completamente obvia? Simplemente extrayendo elementos de la página de Wikipedia correspondiente, podemos ver cómo la genuina educación es un aprendizaje abierto que va más allá de esquemas preconcebidos y que tiende a favorecer el desarrollo de la conciencia, la razón e inteligencia, y con éstas cualidades el mejor desempeño de cada persona educada para llevar a cabo en lo posible su óptima forma de vivir (la cual, se sobreentiende, es una vida culta en sociedad). ¿Para qué educamos a nuestros hijos? Sencillamente, para que sean capaces de desarrollar una vida óptima en un contexto determinado. ¿Debe, por tanto, evolucionar la forma de educar a medida que cambia el contexto? Si alguien no lo piensa así, si alguien cree que es mejor mantener a sus hijos en una burbuja aislada de ese contexto social, es que tiene un problema. Problema que, además, está dispuesto a transmitir a sus hijos.

¿Qué elementos debemos, por tanto, tener en cuenta a la hora de educar a nuestros hijos en relación con el desarrollo tecnológico? De cara a estructurar mis ideas para una charla que tengo esta tarde en la Cidade da Cultura de Galicia, he intentado organizarlas en un pequeño decálogo:

  1. La incorporación de las tecnologías a la vida cotidiana es imparable, responde a una aceleración constante del propio progreso y desarrollo tecnológico, y no responde a ningún tipo de moda o de fenómeno pasajero. Declararse de alguna manera «objetor» a la tecnología es un acto banal, absurdo y sin sentido, que supone una renuncia a disfrutar de ese progreso. Como opción personal, discutible, aunque obviamente incluida dentro del libre albedrío. Como opción en la educación de los hijos, completamente irresponsable. Tan irresponsable es criar a tus hijos en una «burbuja sin tecnología» como pretender renunciar a su escolarización.
  2. No existe una supuesta «edad adecuada» para acceder a la tecnología. El acceso a la tecnología debe ser algo natural, una simple interacción progresiva con un elemento presente en el entorno. ¿Cuándo debe tener acceso el niño a un smartphone? En cuanto sea capaz de no llevárselo a la boca. Toda familiarización del niño con las interfaces de los elementos tecnológicos presentes en su entorno es positiva.
  3. La idea de que los niños está más preparados para el uso de la tecnología por haber nacido en un año determinado o pertenecer a una generación determinada es completamente absurda. Los nativos digitales no existen. Lo único que existe es la capacidad para incorporar mejor los elementos tecnológicos si (y solo si) se ha llevado a cabo un proceso natural de inmersión en esos elementos tecnológicos. Los niños no manejan la tecnología ni saben más de tecnología que sus padres, salvo que estén más expuestos naturalmente a ellas mientras sus padres llevan a cabo un proceso voluntario de exclusión. El sentido común necesario para manejarse en un entorno determinado por elementos tecnológicos se desarrolla con la experiencia, y por tanto, los padres están mucho más preparados para desarrollarlo y transmitirlo. La idea de que los niños son de alguna manera nativos digitales y de que los padres, por saber supuestamente menos, deben inhibirse en su educación, es completamente irresponsable, y lleva a la aparición de huérfanos digitales.
  4. Los niños, sin supervisión en el uso de la tecnología, la utilizan simplemente para unos pocos usos, determinados generalmente por la interacción social, pero no profundizan en su entendimiento. La curiosidad, el interés, el razonamiento, la deducción, la conciencia, la razón y, en último término, la inteligencia, deben ser necesariamente estimuladas. La idea del «buen salvaje» que aprende todo por sí mismo es completamente absurda e irresponsable. Los padres deben estar ahí en esa labor educativa de estimulación, y no llevar a cabo una dejación de su responsabilidad bajo ningún concepto. El ordenador o el smartphone no son un baby-sitter ni un apaga-niños: los padres deben necesariamente interesarse por lo que sus hijos hacen en la red, del mismo modo que se interesan por lo que hacen cuando están en el colegio, en casa de un amigo o en la calle, y proveer las adecuadas normas que regulen la conducta en cada uno de esos entornos.
  5. Los filtros parentales son una mala idea. Su uso crea una burbuja supuestamente exenta de peligro en el entorno de la red. Eso genera dos efectos: por un lado,una inhibición de los padres, que creen «haber cumplido» con la instalación del filtro, y que tienden a renunciar a una ulterior supervisión. Por otro, una falta de preparación en el niño, que se evidencia en el inevitable momento en que tiene la oportunidad de acceder a una pantalla sin ese filtro parental, y afronta de repente una serie de contenidos para los que no está preparado, que ejercen un potente efecto llamada, y que además, han pasado a tener el atractivo de lo desconocido o incluso de lo prohibido. No, no todos los contenidos en la red son obviamente adecuados para los niños de cualquier edad, y no tiene sentido buscar esos contenidos o renunciar a su control. Pero ese control no debe ser llevado a cabo mediante un elemento tecnológico, sino mediante una supervisión consciente, atenta y preparada para proporcionar explicaciones. Si de verdad crees que es adecuado explicar y alimentar durante algunos años en tus hijos en la creencia de que vinieron de debajo de una col o que los trajo una cigüeña desde París, de verdad… tienes un problema.
  6. Lo más importante de la tecnología no es su uso, sino el entendimiento de lo que tiene detrás. Usar un ordenador o una app es sencillo y las barreras de entrada al aprendizaje no han hecho más que disminuir a lo largo del tiempo. Entender por qué el ordenador funciona no lo es tanto. Es exactamente igual que la Física: entender que u objeto cae cuando lo soltamos es fácil, pero entender por qué cae no lo es tanto. La tecnología y las ciencias de la computación son ya una ciencia al mismo nivel que la Física, la Biología o las Matemáticas. No enseñamos Física a un niño para que se convierta en físico, sino para que entienda que vive en un mundo gobernado por las leyes de la Física. Del mismo modo, debemos enseñar Ciencias de la Computación a niños que están necesariamente destinados a vivir rodeados de objetos programables. La tecnología no puede ser una asignatura accesoria, extraescolar o «que no entra en la media». Tratar de elegir, en la medida de lo posible, colegios en los que el desarrollo de esas habilidades sea considerado importante es una buena métrica de tu responsabilidad. La educación ha cambiado una barbaridad, la memorización y los libros de texto dejan paso a metodologías apoyadas en la cualificación de la información, en la comprensión activa, en el contraste de fuentes, en los proyectos y en la interacción con el entorno. Si el colegio de tus hijos no va por ese camino, es muy posible que tengas a tus hijos en el colegio equivocado.
  7. La incorporación de juegos que potencian el aprendizaje de la tecnología es fundamental para que los niños desarrollen habilidades en ese sentido, del mismo modo que lo son el mecano, los bloques, o los puzzles. Jugar con tus hijos a iluminar LEDs, a hacer un robot o a programarlo es una tarea que potencia los vínculos familiares y contribuye en gran medida al desarrollo de esas habilidades. Pensar que ese tipo de contenidos o esa parte fundamental de su educación se desarrolla únicamente en el colegio es absurdo e irresponsable.
  8. El control es fundamental. Del mismo modo que nunca se permitió a los niños jugar durante todo el día, no se les puede permitir que no se desconecten a ninguna hora, o que renuncien a otros modos de interacción por estar frente al smartphone o la pantalla. La imagen del niño usando su smartphone sentado a la mesa durante la comida o la cena es aberrante, del mismo modo que la idea de que «no se le puede controlar o reprimir en su uso porque se le puede provocar algún tipo de trauma» es completamente absurda (y obviamente implica que los padres deben ejercer un efecto de demostración y de responsabilidad en ese mismo sentido). La tecnología genera estímulos potentes y gratificaciones instantáneas, y necesita de un cierto nivel de control – como lo necesita prácticamente cualquier otra actividad. Existen juegos muy adecuados para desarrollar numerosas habilidades, pero eso no quiere decir que los niños deban pasar horas sin salir de ellos. El sentido común es fundamental.
  9. Todo cambia. La labor de vigilancia y monitorización tecnológica de los padres debe adecuarse a la evolución de los usos y costumbres de la sociedad, de manera que se vaya exponiendo a los niños a aquellos desarrollos que van surgiendo y van siendo adoptados por ella. No, haber comprado un juego no debería llevarte a pensar que «ya has cumplido». La educación es un proceso largo, con requerimientos importantes en términos de atención, que no puede ser subcontratado en su integridad, y que debe ser llevado a cabo con responsabilidad. Todo tiene peligros, desde salir a la calle hasta usar un bolígrafo, pero caer en la paranoia y en la idea de que debemos alejar a nuestros hijos de todo posible peligro es una barbaridad. Si haces caso de todo lo que te dicen que es peligroso en la red, te dedicarás a alejar a tus hijos sistemáticamente de ella… y eso es un grave error. No, la Wikipedia no es una fuente de mentiras, no hay un hacker colgado de cada poste de teléfonos, y la red no nos está volviendo idiotas ni atrofiando nuestros cerebros. No te preocupes. Todo va a ir bien.
  10. Una persona que voluntariamente se excluye del progreso tecnológico está renunciando a transmitir a sus hijos una educación que los prepare para un futuro adecuado en una sociedad cada vez más determinada por el desarrollo tecnológico. La educación de los hijos comienza por nuestra propia educación, el desarrollo de habilidades importante para su futuro desarrollo empieza por nuestro propio desarrollo. No, no puedes decir eso de «mis hijos saben más que yo», por mucho que te enorgullezca ver lo que saben hacer en tal o cual juego.  Su cerebro es más plástico que el tuyo y la incorporación de determinadas habilidades se puede desarrollar más rápido o de manera más natural, pero en sentido común y en desarrollo de experiencia deberías llevarles ventaja – o eso se supone, salvo que hayas renunciado expresamente a ello. Algunas habilidades, como la gestión de información, el filtrado y acceso a fuentes, la verificación, la búsqueda, etc. son FUNDAMENTALES para el futuro de tus hijos. Si eres de los que creen que algo «es verdad porque lo vi en internet» o que «se queda con el primer resultado de Google», no estás preparado para transmitir a tus hijos valores fundamentales de cara a su desarrollo futuro. Ponte las pilas. Aprende.

Y eso es lo que voy a intentar transmitir hoy, la necesidad de enfocar con la adecuada responsabilidad la educación de los niños en un mundo en el que cada vez están más rodeados de tecnología. La imprescindible reforma de la educación para adaptarla a los tiempos que vivimos es algo que solo va a tener lugar si se logra un amplísimo e inequívoco consenso entre familias, profesores y legisladores. Si las familias no lo tienen extraordinariamente claro y no se percibe una amplia demanda social, si los profesores no ven estímulos en la superación del isormofismo y la inercia que supone la renuncia a metodologías que llevaban siglos implantadas, o si seguimos manteniendo gobiernos incapaces de usar un ordenador o de entender la importancia de la tecnología, tendremos un problema como país. La tecnología no es un «accidente» ni una «moda», está aquí para quedarse y forma parte del entorno como lo forman muchas otras cosas. Preparar a nuestros hijos para ese entorno es simplemente una cuestión de responsabilidad.

 

This article is also available in English in my Medium page, “Children and technology: top ten tips«

 

22 comentarios

  • #001
    Luis Hernández - 3 octubre 2015 - 13:24

    A ver si lo he entendido bien:

    1) No evites el contacto de tus hijos con la tecnología.
    2) No hay una edad mínima para empezar.
    3) Los niños no tienen un conocimiento innato de la tecnología.
    4) Necesitan ser supervisados de forma directa en su uso.
    5) Los filtros parentales no son una alternativa a la supervisión.
    6) Comprender el funcionamiento mejor que aprender el manejo.
    7) Juega con ellos a crear y experimentar con tecnología.
    8) Pon límites claros al tiempo y uso que dan a la tecnología.
    9) Mantente atento al uso social y no sobreprotejas por miedo.
    10) No les transmitas tus reticencias a los avances tecnológicos.

    Yo añadiría mis propias 10 :-)

    11) La tecnología tiene muchas caras: no dejes que se ciñan solo a una.
    12) Tecnología y ciencia van unidas: potencia una con la otra.
    13) La tecnología es una herramienta que utilizar para sus intereses.
    14) No hay tecnología buena o mala. Depende del uso que le demos.
    15) La tecnología no siempre es sofisticada. Juega a construir inventos.
    16) Fomenta su autonomía: que aprenda y experimente por sí mismo.
    17) No temas no saber. Aprender con ellos es la mejor manera de hacerlo.
    18) Siempre hay mil maneras de aprender algo. Ellos tienen la suya.
    19) La tecnología también puede ser arte.
    20) Haced ejercicio :-)

    • Enrique Dans - 3 octubre 2015 - 13:49

      Muy buena capacidad de síntesis y muy buenos tus añadidos. Es por comentarios como el tuyo por lo que la bidireccionalidad en la comunicación es una cosa tan buena :-)

  • #003
    Raul SB - 3 octubre 2015 - 13:56

    Absolutamente de acuerdo. Sólo una cosa, a ver quién me hace una lista de más de tres colegios donde el uso de la tecnología esté incorporado de manera natural, y donde el profesorado esté preparado para un uso eficiente e interesante de la misma, más allá de la cesión de tabletas a los alumnos.

  • #004
    Muadib - 3 octubre 2015 - 14:34

    Gran post me tomara digerirlo varios dias. La aberracion de comer con el smartphone probablemente sea imitacion de los padres del niño!!

  • #005
    Garepubaro - 3 octubre 2015 - 14:48

    tecnologia y ciencia, hay que familiriciar a niños como se pueda que es dificil, con conceptos de quimica, ecuaciones diferenciales, fisica electronica, las complejisimas instrucciones de un procesador de hoy, ( INTEL SONY IBM) no queda otro, cada dia mas y mas dificil… en fin todos esos conceptos muy pesados y aburridos que dan lugar a que exista television y smartphone y demas que disfrutais SIN PENSAR, y bien, conectarlos con la ciencia … para que OTROS puedan ver, y hacer posible los tele5 la web de Enrique Dans los Facebook los Twitter… el trabajo tecnologico para que tanta gente, OSEA TODOS LOS MILES MILLONES QUE NO SABEN NADA DE TECNOLOGIA pueda seguir viendo Tele5 Instagram la web de Enrique Dams es inmenso, eso no se valora, seguid disfrutando y visitando las webs a soltar vuestras …en fin

    SEGUID SIN PENSAR ni crear estos aparatos tecnologicos ( americanos ) QUE VA BIEN

    me voy a comprar un Lenovo de la pujante tecnologia china, los mas avanzados de todos nosotros, ya que lleva Windows e Intel lo menos de serie …

  • #006
    Ricardo Leithner - 3 octubre 2015 - 15:09

    Excelente análisis. Un decálogo para guardar (Hasta la próxima y necesaria actualización, eso está claro…).
    Me quiero detener brevemente en los conceptos relacionados con la educación. Aunque nos parezca mentira, modificar el rol «utilitario» de la informática en las escuelas resulta ser una ardua tarea. En general, todos valoran y admiten la imperiosa necesidad de adquirir el debido conocimiento tecnológico. Pero a la hora de implementar esta idea en planes… ahí comienzan los «peros», las luchas por el espacio curricular y hasta los celos profesionelas. «¿Una nueva materia? ¿No son muchas ya?» «¿No es suficiente con que se enseñe transversalmente?» «Si yo uso office, mail y facebook ¿No puedo yo enseñar eso?»
    Se confunde la aplicación de las TIC con su conocimiento. Pedagógicamente hablando, «recurso» con «objeto de estudio». La realidad es que si la informática no tiene un espacio propio, nunca dejará de ser una materia «de segunda». Si no cuenta con docentes especializados (como sucede en cualquier otra área) nunca tendrá su enseñanza la calidad necesaria. Negar esto habla mucho de la subestimación y hasta la ignorancia que existe acerca de lo que hay detrás de las pantallas y los sistemas. Así es cómo estas obviedades acerca del conocimiento tecnológico chocan de frente con la mayoría de las políticas educativas actuales en el mundo que, lamentablemente, aún no manejan el asunto de la mejor manera.
    En la Argentina los docentes de Informática hace tiempo que venimos reclamando este cambio. Repartir dispositivos masivamente no garantiza de ningún modo la reducción de la verdadera «brecha digital»: la del conocimiento. Con mucho esfuerzo y en una lucha que suma coincidencia con otros sectores (ciencia y tecnología) se ha logrado que en los planes de la Ciudad de Buenos Aires se incorporen estos contenidos a los programas dentro de un espacio curricular propio. Lamentablemente en el resto de las regiones no ocurre lo mismo. Aún adhieren a una visión instrumental de las tecnologías como un recurso para aprender, y no como un área de conocimiento. Parece que no se llega a comprender la importancia de que esta formación básica en tecnologías sea orientada con la necesaria neutralidad desde las instituciones educativas (y no desde el mercado) para así poder entender y mirar críticamente el mundo que hoy nos rodea.
    Seguiremos difundiendo estas ideas para que la educación asuma las responsabilidades que el presente y el futuro de nuestra sociedad le están reclamando.
    http://lainformaticacomomateria.blogspot.com.ar/

  • #007
    Javier - 3 octubre 2015 - 16:16

    He oído mucho acerca de este tema y la pregunta de si es bueno o no sumerjir a los niños en el mundo de la tecnología móvil por ejemplo. Hay un artículo un tanto sensacionalista en la red sobre que Steve Jobs restringía mucho a sus hijos el acceso al iPhone o iPad, siendo el practicamente su creador … En realidad lo que pienso es que los niños tienen que adaptarse a la sociedad y a la tecnología que se nos ofrezca en cada momento.

  • #008
    Carlos López - 3 octubre 2015 - 16:17

    Como padre y amante de la tecnología, no podría estar más de acuerdo con usted en este artículo. Introducir a nuestros hijos en la tecnología de la manera más natural posible, permaneciendo siempre atentos al uso que hacen de la misma es la única forma de aprendan a utilizarla en su beneficio, ya sea cultural, intelectual, social o como puro y sano entretenimiento. La tecnología forma parte de nuestras vidas, y como padres, nuestra obligación es intentar que la relación de nuestros hijos con ella resulte siempre enriquecedora. Siempre he pensado que la tecnología es la magia de los cuentos hecha realidad. Usándola bien, pueden lograrse cosas maravillosas. Usándola mal… mejor que nuestros hijos nunca descubran lo que puede pasar usándola mal. Gracias por este gran artículo.

  • #009
    xaquin - 3 octubre 2015 - 20:41

    Nada que decir, todo excelente (incluido resumen y ampliación de Luis Hernández)… espero que los medios tecnológicos le ayuden al niño de la imagen a saber que se está «rascando» la zona cerebral de sensibilidad general (la cosa «cuesta»), lo que resulta mucho más científico (y muestra mejores modales) que si se rasca los pilindrines (que a saber en la mente de cada lector lo que son!)…bienvenida la tecnología, pero mientras no superemos el nivel de homo sapiens (usando la…) convenía no saltar a niveles superiores (no vaya aser que, realmente, estemos descendiendo…).

  • #010
    Imilsis Figueredo - 4 octubre 2015 - 08:58

    Algo muy importante que considero se debe incluir.

    Amenazas, insultos, acoso y hasta vídeos de peleas y muchas más. Situaciones que atentan contra la integridad moral y emocional de niños y jóvenes y que sin lugar a duda afectarán el futuro del implicado, su familia y también la sociedad.

    Ya! para muchos es una diversión, una manera de ocupar el tiempo. Me pregunto:

    ¿Hasta que punto somos responsables como padres en educar a nuestros hijos sobre las graves consecuencias de estas actuaciones?

    ¿Le ayudamos a ver, sentir en definitiva ponerse en la piel del otro?

    Empatía o inteligencia emocional, da igual como lo cataloguemos, pero es urgente tomar acción y cerrar filas contra estas prácticas tan denigrantes.

    El uso responsable de los medios. Es deber de todos: padres, maestros y profesores educar en en este sentido.

    Sí! , cada vez más se observa estos fenómenos que están afectando la integridad moral, emocional y en algunos casos hasta física de muchos niños y adolescentes.

    Por lo demás, muy acertados todos los puntos que se han considerado.

    Un saludo!

  • #011
    Dolores Álvarez - 4 octubre 2015 - 09:53

    Me ha encantado el Decálogo, lo comparto y lo difundiré, con su permiso.Últimamente son muchas las voces que transmiten cierta maldad en las tecnologías y esto me tenía mal porque yo pienso que verdaderamente las tecnologías no las podemos ignorar en ningún contexto educativo. Gracias por compartir públicamente sus ideas y que los demás podamos embebernos de su sabiduría. Saludos.

  • #012
    Vero C - 4 octubre 2015 - 10:47

    Genial articulo sobre la relación que se establece actualmente entre padres y niños con la tecnología. El método «apagar al niño» con el móvil y la tablet se ha extendido demasiado y creo que tendrá graves consecuencias en el futuro para los peques. Considero que es el momento de fijar unos pilares para el consumo responsable de tecnología. Nosotros hemos enfocado su utilización como método de aprendizaje por las infinitas posibilidades y recursos que ofrece. Saludos.

  • #013
    Diana - 4 octubre 2015 - 11:20

    Me sumo al comentario de Imilsis sobre trabajar la empatía y la inteligencia emocional. Efectivamente, no se trata de no acosar en Internet, sino de no acosar (en general). Y, aquí, las personas adultas y los medios de comunicación tenemos mucho que hacer, ya que si no queremos que compartan en la Red ese tipo de actitudes, nosotras y nosotros tampoco deberemos reproducirlos.

    Además, me gustaría añadir un tema recurrente y sobre el que debemos pensar: les formaremos en el desarrollo de su propia identidad digital, lo que pasa por no desarrollársela sin su permiso. ¿Queremos fijar una foto suya como nuestra imagen de perfil de WhatsApp, compartirla en Facebook o subirla a Instagram? Pensemos en si él o ella querrá que lo hagamos y preguntémosle. ¿En el colegio piden permiso a las familias para subir imágenes? Perfecto, pero también pidámosles permiso a ellas y a ellos.

    Gracias por el post, Enrique.

  • #014
    Javier Cuchí - 4 octubre 2015 - 11:54

    Estupendo decálogo y estupendo Luis Hernández y sus apostillas. Todo lo cual llevo años predicando -con limitado éxito, me temo- en charlas en APAs, centros juveniles, intervenciones en medios, etc. Anoto y guardo cuidadosamente el enlace a este post, a ver si con la firma de Enrique adquiere la cosa mayor credibilidad (aunque no sé si siquiera la firma de Enrique tiene capacidad para fundir el adoquín mental de mucho gilipollas analógico)

  • #015
    Alfredo Sánchez - 4 octubre 2015 - 12:29

    Muy cierto el análisis, al final lo importante es entender que un ser humano necesita aprender qué está bien y qué está mal y somos los adultos los responsables de conseguir generar una buena identidad frente al mundo. En la infancia que transcurre en el mundo físico lo tenemos más o menos claro pero en la que discurre por el mundo virtual la sociedad ha incurrido en no atender sus obligaciones.
    Buena suerte esta tarde Enrique.

  • #016
    Gorki - 4 octubre 2015 - 15:24

    #001 LUIS HERNÁNDEZ con su ampliación al comentario ne deja poco que añadir, Magnífica labor de sístesis

    • Garepubaro - 4 octubre 2015 - 21:34

      Y hay que enseñarles a los chavales que cada dia esto sera mas complicado y habra mas competencia, sera muy raro llegar hasta donde ha llegado un Luis Hernandez, un Gorki un Zukerberg etc, en fin, no hay modelos donde agarrarse, cada dia mas atrapados e insignificantes por no se conoce que …, y a todo esto la metafora de 1984 cada dia mas verdad

  • #018
    Félix Martínez - 4 octubre 2015 - 20:56

    Gracias por el artículo Enrique.

    Como profesional que me muevo entre los dos mundos, la tecnología y la educación, estoy totalmente de acuerdo contigo.

    Debemos poner las nuevas tecnologías a nuestro servicio para mejorar todas las facetas de nuestra sociedad, empezando por la educación.

    Una iniciativa para la educación de adolescentes a través de herramientas web es mi página web:

    http://padresenlanube.com/

    Si somos creativos y entendemos cómo funciona este mundo digital que se nos viene encima encontraremos sus usos positivos y lo mejoraremos juntos.

    Y lo más importante, podremos dotar a nuestros jóvenes de herramientas que – como sugiere IMILSIS – permitan trabajar la empatía y la inteligencia emocional, no sólo generar violencia.

  • #019
    Toni Soto - 5 octubre 2015 - 23:44

    Una vez más, enhorabuena a Enrique por su reflexión compartida sobre el binomio Educación y Ecosistema digital.

    Del decálogo, si tengo que quedarme con una idea fuerte yo me quedo con la número 6: Comprender el funcionamiento mejor que aprender el manejo.

    Ser sólo usuario de tecnología sin un mínimo de conocimiento sobre cómo funciona es muy peligroso.

    Soy docente y del área STEM por eso me gusta la aportación número 12 de Luis Hernández (Tecnología y ciencia van unidas: potencia una con la otra) . Mi enfoque básico es que las tecnologías en general y en particular las TIC deben contribuir a resolver problemas así que supongo que los padres queremos esta competencia para nuestros hijos.

    Creo firmemente que la tecnología resuelve problemas incluso en los procesos de enseñanza-aprendizaje pero el reto a veces es demostrarlo (a poder ser científicamente) ya no es oro todo lo que reluce.

    Gracias una vez más Enrique. Lamento no haber sabido que venías a Galicia ya que me hubiese acercado al evento. Quizás AMTEGA debería haberlo promocionado mejor entre el profesorado ya que es un tema que nos incube como profesionales.

  • #020
    GoIiat - 6 octubre 2015 - 14:23

    Maravilloso post, maravillosos comentarios, bendita tecnología. Gracias.

  • #021
    Marta Gómez - 7 octubre 2015 - 05:05

    Muy buenas noches Enrique y muy buenas noches a todos. Me parece bastante práctico lo que comentas pero creo que no va a ser nada fácil su aplicación. Soy maestra de Infantil hace muchos años y sólo hace dos años que tenemos pizarras digitales en el centro y los ordenadores de las aulas o bien de la sala de informática, sólo se utilizan como un recurso de refuerzo.

    Hace unos años, realicé un pos-grado que se llevó completamente a cabo on-line y fuí consciente de la importancia real de lo que tenemos delante. Muchas cuestiones que comentas, se trabajaban en el pos-grado.

    El pasado verano, estuve en Londres por un tiempo y me percaté que la allí tratan a la » tecnología » como una asignatura más en la que enseñan a programar a los niños. Será todo un avanza en España, si ocurre lo que comentas.

    ¿ Qué opinas entonces sobre el Inglés !? Tienen los padres que aprender Inglés ahora !? Porque puedes imaginar la respuesta.

    Muchas gracias y un cordial saludo.

    Marta.

  • #022
    Josema - 13 octubre 2015 - 22:30

    Estimado Enrique, soy lector tuyo desde hace años, te veo en TVE, etc… y antes de nada voy a darte mi más sincera enhorabuena por todo ello. Me pareces una persona muy coherente, profesional y directa, soy de tu misma generación, de tu misma profesión y te sigo desde hace mucho.

    Estoy (casi) de acuerdo con todo lo que dices, y me parece una buena reflexión sobre nuestros menores y las TIC. El «casi» que nombro es porque difiero bastante en tu punto 5, cuando hablas de controles parentales. Voy a escribirte mis 10 puntos al respecto. Muchos profesionales de la enseñanza y la seguridad pensamos que son necesarios, por varias razones:

    1) Una buena educación y acompañamiento no impide que el menor, en cualquier momento, pueda encontrarse con contenidos totalmente perjudiciales, no sólo para su desarrollo emocional, sino para su capacidad de entendimiento y su camino hacia el descubrimiento personal y su progreso educacional.

    2) En nuestra sociedad, es imposible que la inmensa mayoría padres estén acompañando a sus hijos en la utilización de dispositivos todas las horas que ellos lo hacen.

    3) Una correcta monitorización con herramientas del menor en internet/smartphone no significa ponerles una venda, sino asegurarte de que impides la mayoría de los peligros a los que están expuestos… ¿enseñarías a tu hijo que no debe hablar con desconocidos y lo dejarías solo en el parque…?

    4) En las charlas y conferencias que impartimos, los padres nos preguntan (el 90% de ellos) cuál es la herramienta más adecuada para instalar en el móvil de sus hijos y controlar los peligros que hay ahí afuera. Eso es lo que piensa la sociedad española )y europea).

    5) Está demostrado (infinidad de veces) que un menor no tiene la capacidad de discernir el peligro, por mucho que previamente les hayamos enseñado. ¿Y si un conocido/amigo/compañero les incita a hacer algo y lo hacen? Es imprescindible pues, controlar (en su justa medida a cada edad) lo que realiza en sus conexiones a la red, y poner determinados obstáculos a los malos, igual que «echamos» las llaves de casa.

    6) Los menores, por su propia idiosincrasia, son aventureros, curiosos, fisgones, exploradores… pero no siempre han de descubrirlo todo de golpe! Cada cosa tiene su edad, y si les dejas las puertas abiertas…

    7) Los depredadores han refinado y especializado sus técnicas, en chats, redes sociales, mensajería, webcam… si no les impedimos entrar… entrará,, con mil artimañas y argucias, engañarán al menor y lo acosarán.

    8) Se supone que un padre debe saber enseñar a su hijo a manejar y utilizar las nuevas tecnologías. ¿Y qué ocurre con la brecha digital? Deberíamos asomarnos a los conocimientos que tienen la mayoría de los padres. Por supuesto que hay programas de formación para ellos, pero la tecnología avanza no, vuela, a una velocidad infinitamente mayor que esa formación elemental y efímera que impartimos con mucho esfuerzo a una minoría de progenitores.

    9) Los padres, además de (por supuesto) enseñarles, educarles y acompañarles, debemos utilizar una herramienta que asegure que no van a poder emplear apps o programas que son perjudiciales para ellos, que nos alerte de comportamientos anormales o que nos avise de contactos virtuales potencialmente peligrosos. Estamos hablando de un mundo de bits donde no hay normas de comportamiento ni leyes, y el ciberbullying, el grooming o la suplantación de identidad, entre otros, campan a sus anchas, esperando una víctimas que no estén, además de educadas, protegidas tecnológicamente.

    10) Estamos esperando muchos especialistas en seguridad, educadores, orientadores, pedagogos, profesores, etc una herramienta que permita al mismo tiempo MONITORIZAR y ACOMPAÑAR al menor en su andadura por caminos que, al fin y al cabo, van a ser extraños en más de una ocasión.

    Querido Enrique, te aseguro que he hablado con cientos de familias de este tema, por mi profesión, y estos diez puntos que te escribo son fruto de la reflexión sobre el sentir y las opiniones de todos y cada uno de ellos.

    Saludos cordiales,

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