El síndrome Obamacare, en la columna de Expansión

El síndrome Obamacare - Expansión (pdf)Mi columna de esta semana, titulada «El síndrome Obamacare«, hace uso de uno de los peores escándalos tecnológicos recientes en los Estados Unidos, la espantosa puesta en escena del sitio healthcare.gov con constantes caídas de servicio, errores de todo tipo, problemas de usabilidad y lentitud exasperante.

Uno de los principales elementos en el  programa electoral del presidente Obama, cuya aprobación cuesta un colosal esfuerzo político, convertido en un desastre de cara al ciudadano por una mala elección de proveedor tecnológico, fundamentalmente por hacer uso de un sistema de licitación de proyectos públicos que en lugar de otorgar el trabajo a quien está más preparado para hacerlo, lo otorga a quien mejor sabe orientarse en las complejidades del sistema de licitación de proyectos públicos.

Un síndrome muy habitual en muchos países, incluido el nuestro: proyectos tecnológicos de la administración pública que terminan teniendo un coste desmesurado y unas características sensiblemente inferiores a lo que da de sí el «estado del arte», porque el sistema favorece que los proyectos de ese tipo se los lleven siempre los mismos, los que «saben orientarse» en la administración. Empresas que dedican enormes esfuerzos a ganar concursos, y que, tras haberlos logrado, entregan proyectos mediocres, mal hechos, en muchos casos subcontratados a terceros (cuando no a cuartos o a quintos). Proyectos que, cuando finalmente llegan al ciudadano, le hacen sentir que una cosa es una página web, y otra muy distinta y en casi todos los casos mucho peor, una página web pagada con dinero público.

A continuación, el texto completo de la columna:

 

El síndrome Obamacare

El durísimo camino que la reforma sanitaria propuesta por Barack Obama en los Estados Unidos ha sufrido en su tramitación parlamentaria ha culminado en un desastre final: el sufrido por la página web en la que los muchos millones de norteamericanos carentes de cobertura sanitaria debían entrar para examinar las opciones que tenían disponibles.

Fallos en el sistema de registro, caídas del sistema, lentitud exasperante o problemas en la base de datos que obligaban a hombres a solicitar seguros que incluyesen coberturas por maternidad han llevado a la Secretaria de Estado de Salud, Kathleen Sebelius, a afirmar que se equivocó cuando afirmó que la página estaba lista para su lanzamiento. En sus tres primeras semanas de vida, de los veinte millones de personas que intentaron acceder a la página, únicamente quinientos mil lograron completar su aplicación, y un porcentaje aún menor consiguió obtener cobertura.

Las razones para un fracaso tan sonrojante hay que buscarlas en la forma en la que el Estado licita sus compras de productos y servicios relacionados con la tecnología. Un código de procedimientos farragoso y complejo que lleva a que, de manera sistemática, las compañías que obtienen los contratos no sean las mejores o las más adecuadas para el trabajo, sino únicamente las que son capaces de enfrentarse a semejante complejidad.

Basta investigar un poco en las páginas de muchos servicios públicos españoles para ver que, con seguridad, nos hallamos ante un caso similar: contratos adjudicados mayoritariamente a pocos proveedores, empresas expertas en gestionar la complejidad de la licitación pública… que después, en muchos casos, subcontratan toda la tarea al proveedor más barato.

La apuesta política más importante de un gobernante, frustrada porque “la cosa pública” no sabe escoger proveedor tecnológico. Háganselo mirar.

 

(This post and the corresponding newspaper column are also available in English in my Medium page, “The Obamacare syndrome, in Expansión«)

17 comentarios

  • #001
    Oscar - 8 noviembre 2013 - 10:59

    Qué razón hay en esta columna. Como director de una PYME dedicada al desarrollo de sistemas de información, puedo dar fe de ello. Es prácticamente imposible no ya ganar, sino acceder a un concurso público si no dedicas una ingente cantidad de recursos. En nuestro caso, siempre preferiamos ofrecernos como «partner» tecnológico a los ya sabiamos que iban a conseguir la licitación. Eso sí, nosotros facturábamos por el 40% del presupuesto de licitación entregando un proyecto «llave en mano» (a veces, incluso, hacíamos las reuniones de presentación de fases acabadas y la presentación oficial).

  • #002
    Oscar - 8 noviembre 2013 - 11:08

    Por otra parte, presentar un proyecto según el «estado del arte» a una institución es difícil. Aunque siempre hay excepciones, los gestores públicos en general no suelen arriesgar y prefieren tecnología «conocida». Cuando les presentas algo nuevo, suelen decirte que «sí, nos gusta mucho vuestra propuesta, pero yo había pensado en…» y lo que han pensado generalmente es algo con entre 2 y 5 años de antigüedad, porque es lo que les parece que es lo más puntero. Menos mal que esta tendencia, por mi experiencia, está cambiando.

  • #003
    Luis Villaverde - 8 noviembre 2013 - 11:15

    Creo que más bien el problema es que el tinglado se lo dieron a una amiga de la mujer de Obama, que no tiene nada que ver con el saber entender la administración y sus viricuetos.
    http://dailycaller.com/2013/10/25/michelle-obamas-princeton-classmate-is-executive-at-company-that-built-obamacare-website/

    Aquí en España, también funciona así. No es la MEJOR oferta, sino quien mejor sabe venderse, moverse, tiene contactos, mejor ofrece regalos ocultos, etc.

    Por ejemplo que te vayan arreglando el piso o el chalet, con obras menores, que no llaman la atención. O si tu puesto es político, que dentro de unos años te contraten como asesor (soborno diferido le llamo yo).

    Recuerdo un compañero funcionario que se negó a puntuar positivamente a cierta empresa que tenía que suministrar unos servidores y tuvo que dejar el puesto por el acoso al que le sometían, y como tenía varias oposiciones aprobadas, pues se cambió a otra administración. Es el problema de que los cargos altos, son políticos y les importa un pito las leyes, los criterios objetivos y demás mandanga. Es lo que digan ellos y listo, y los de abajo a obedecer que para eso son los jefes y el reglamento lo dice claro, tienes que obedecer, aunque sea un delito, después denúncialo, pero antes obedece sino culo culo. Y la coña es después demostrarlo, tu palabra contra la mía. Aunque últimamente estamos viendo que los superiores políticos, son bastante burros y van dejando pruebas, ahora esperemos que los condenen.

    En resumen, no es saber entender el papeleo, es saber con quien contactar. Los papeles si hay errores, no pasa nada, luego aparecen sellados con las fechas correctas y todo bien arregladito.

  • #004
    Luis Villaverde - 8 noviembre 2013 - 11:20

    En resumen creo que el artículo es erróneo, no es saber moverse entre papeles.
    Deberías titularlo saber moverse entre buitres y darles la carroña que buscan.
    Creo que eres muy ingenuo diciendo que es por burocracia, o eso entiendo que dices en el artículo. Cuando debería ser es POR MANGONEO.

    Oscar en su comentario1 creo que lo deja bien claro.

    La de pasta que ahorraríamos en el Estado y la de buenos servicios que obtendríamos. Un pariente que se dedica a la gran obra pública siempre me dice tal tramo nos cuesta realmente 1/3 de lo presupuestado, el resto ya te imaginas para que es.

  • #005
    Sunfas Tradelo, Garepubaro - 8 noviembre 2013 - 11:32

    Pero siempre nos olvidamos que el sector publico de EEUU es el mas grande del mundo, tanto en porcentaje como en presupuesto, el sector militar directo e indirecto, hasta mas del 50 por ciento del PIB, inventor de internet y que sera capaz de llevar un hombre a Marte como lo llevo a la Luna, ahora bien segun no interese no funciona, como le tienen mania a una sanidad publica en EEUU pues no funcionara nunca … las cosas del no querer …

  • #006
    Luis Hernández - 8 noviembre 2013 - 12:21

    Esto no sólo sucede con los servicios públicos. Las grandes empresas adolecen muchas veces del mismo problema y terminan pagando sobrecostes desmesurados por la subcontratación de muchos desarrollos.
    Así se dan situaciones donde los proveedores básicamente se dedican a «hacer contactos» y subcontratar proyectos.

  • #007
    gonzalo - 8 noviembre 2013 - 12:40

    Si. Aquí en eso también somos expertos. Proyectos adjudicados a a dedo a la empresa del amiguete de turno, que hacen de todo pero expertas en nada (a lo sumo en subcontratar), que resultan en un presupuesto «descomunal» para una página web/servicio de lo más cutre (muchas veces un wordpress o drupal que no se molestan en tunear ni lo más mínimo), con un diseño espantoso y una funcionalidad de risa.
    Los que nos dedicamos a esto, nos dan ganas de llorar.
    Así que señores americanos, no se preucupen, vengan por aquí para comprobar que aun se puede hacer peor…

  • #008
    DavBismarck - 8 noviembre 2013 - 12:44

    Buenos días

    Pues voy a poner la nota discordante, dado que soy jurista especialzado en el ámbito de la contratación pública…

    Aunque todo el procedimiento de licitaciones parezca farragoso (que lo es), también es necesario, ya que de lo contrario se estaría dando contratos a dedo al amiguete de turno (y todos sabemos las corruptelas y la podredumbre que esto genera).

    Una licitación abierta da más oportunidades de concurrencia, aunque evidentemente sea mucho más difícil de gestionar que una compra en una empresa privada.

    En todo caso, guste o no, la normativa europea nos obliga a esa libre concurrencia, por lo que guste o no, vamos a seguir teniendo que hacerla.

    Otra cosa es que el Sector Público, en sus «tres niveles de contratación», en lugar de exprimir todas las posibilidades de la Ley en «compras innovadoras» (se denomina así), preferan seguir con el A-B-C de un «Procedimiento Abierto», y no tiren del «Procedimiento de Diálogo Competitivo», por ejemplo, que sería más adecuado para discutir con diversas empresas sobre la mejor solución técnica, respetando siempre el principio de igualdad y libre concurrencia.

    No he querido dar una explicación jurídica más desarrollada para no aburrir con temas que al 90% de la gente le producirían bostezos, pero hay que tener en cuenta que las contrataciones financiadas con nuestros impuestos, deben tener un régimen mucho más estricto que lo que pudieran hacer dos particulares.

  • #009
    Victor - 8 noviembre 2013 - 12:53

    Primero mi disculpa por los futuros errores ortograficos :)

    Alguien ha dicho Renfe? O los certificados de el resto de la administracion espanola? O la usabilidad del DNIe.

  • #010
    Cristina - 8 noviembre 2013 - 13:08

    #008 DavBismarck
    En el procedimiento de dialogo competitivo, aunque se establezca la mejor solucion, seria en base a criterios tecnicos y no necesariamente basada en llegar a la cantidad «abonada».?

  • #011
    Mario - 8 noviembre 2013 - 13:15

    http://arstechnica.com/security/2013/11/new-denial-of-service-attack-aimed-directly-at-healthcare-gov/

    ¿Y sabotear el site mediante un ataque DDoS no tuvo nada que ver con los «fallos en el sistema de registro, caídas del sistema, lentitud exasperante» que usualmente se producen con este tipo de acción? Lo cierto es que no se sabe que tanto haya tenido que ver este sabotaje pero el arma sí fue descubierta.

    De la otra parte no se dice quién fue el contratista, a quién corrompió, por cuánto dinero, qué parte de la reglamentación impide la competencia, cómo la impide y a quiénes perjudica, etc. Toda la entrada parte de dos geeks que se han quejado porque la reglamentación para contratar con el Estado, que ni siquiera han leído, es muy larga y no la entienden. Es decir, la ociosidad a la enésima potencia.

    Si quieres un contrato multi-millonario con el Estado y el Estado establece una serie de condiciones y requisitos en mil páginas pues las lees y las sigues o si no puedes contratas a alguien que si las pueda leer y entender. Esto no es para una start up que hace una aplicación que anime las fotos del perro, ni los fondos públicos pueden disponerse como capital de riesgo.

    Dos cosas buenas son rescatables de todo esto: Ars technica practicando un periodismo más responsable que «The Guardian» y un Presidente de EEUU disculpándose por el mal funcionamiento de un servicio público.

    La solución obvia es corregir los defectos del servicio, pero de allí a proponer que se relajen o eliminen las normas de manejo de fondos públicos para «adaptarse» a la inmadurez de un chiringuito tecnológico incapaz de participar en una licitación es despistar a la gente.

  • #012
    aldelgadog - 8 noviembre 2013 - 13:17

    Lo que realmente ha pasado con la web de obamacare ha sido esto -> http://politikon.es/2013/10/23/implementando-una-reforma-sanitaria/

  • #013
    Gorki - 8 noviembre 2013 - 13:18

    Que te voy a contar, si intervine junto a otros 700 informáticos, en el monumental Proyecto ARCO, liderado por Artur Andersen, para Telefónica, que fue tirado a la papelera, después de dedicar dos años de trabajo y cientos de millones de pesetas, posiblemente miles de millones.

    Si bien Artur Andersen, eran buenos consultores de negocios, en el área de la informática eran de temer, no he encontrado un solo profesional de la informática, que hablara bien de los productos que ellos habian construido. Sin embargo, se llevaban una gran cantidad de los proyectos que salían a concurso, tanto de la Administracion como la grandes empresas (banca, seguros, quimica etc.) porque como tu indicas, eran los que mejor “saben orientarse” en la administraciónse y tambien con los grandes empresarios.

  • #014
    DonnieRock - 8 noviembre 2013 - 19:00

    Por jugar un poco a abogado del diablo, también he visto cómo las administraciones (al menos en España) tienen la manía de decir a la empresa desarrolladora cómo hacer las cosas (en lugar de decir qué necesitan), de exigir cosas que luego no van a usar (recuerdo haber visto un proyecto de la Xunta de Galicia, en una empresa en la que pasé unos meses, en el que pedían un webservice SOAP que luego no se utilizaba en ningún sitio, pero que debía abarcar un montón de funcionalidades), de querer «ver» la página a medio hacer (obligando en muchos casos a empezar por la presentación)… gente que no sabe de desarrollo ni de ingeniería del software empeñada en dirigir cosas que no están capacitados para hacer.

    Por otra parte también es cierto que en España los criterios para elegir a la empresa vienen por una relación entre tiempo/precio/títulos del equipo de desarrollo «al peso», eso cuando el proceso es limpio y no directamente «dedocracia». O cuando gente que no tiene ni idea de las tecnologías que necesita es la que analiza las propuestas (vuelvo a experiencias personales con la administración gallega, recuerdo una que hace unos años aprobó un proyecto basado en tecnologías de Microsoft porque así podían conectarse a la aplicación usando para la autenticación su cuenta de Windows… y los equipos que tenían para trabajar usaban OpenSUSE). En fin, que se junta el hambre con las ganas de comer… yo en estos casos soy tecnócrata, no puedo evitarlo cuando he visto tantos despropósitos.

  • #015
    Julio - 8 noviembre 2013 - 23:02

    Para trabajar con la Administración se debe cumplir con unos criterios que marcan unas leyes y unas normas. Es decir que en principio debes poder acreditar la experiencia o la solvencia y no sé que mas criterios. Entras de lleno en la burocracia más salvaje. Esto hace de barrera de entrada pues cualquiera no puede ni tan siquiera ofertar a lo que va proponiendo la Administración.

    Este título o acreditación de la empresa evidentemente cuesta dinero, así que esto se repercute en la oferta económica.

    En un principio puede parecer razonable (la administración sólo admite oferta de «las mejores empresas» que han pasado por su tamiz) se pervierte hasta el infinito y lo que debería ser bueno se convierte en algo deleznable.

    Vamos que se retuerce y hace que al final se fomente la subcontratación hasta el infinito, con lo que hace ineficiente el sistema, lo cual me hace pensar que las normas para validar quien puede presentar ofertas a la Administración se deberían revisar sí o sí para mejorar «su» sistema.

    Un ejemplo claro puede ser la empresa más arriba citada en los comentarios Arthur Andersen, que es seguro que tenía el nivel más alto de calificación para poder ofertar y a la vista está lo que ofrecía en realidad después.

  • #016
    Miguel A. Tovar - 10 noviembre 2013 - 04:38

    «…En el diseño original de la ACA [Affordable Care Act], cada estado iba a encargarse de gestionar su propio portal de internet. El gobierno federal pondría el dinero, pero cada estado crearía su propia página. Todos los portales estarían conectados con los ordenadores del IRS (la agencia tributaria, vamos) y utilizarían esta conexión para calcular las subvenciones para familias con derecho a ayudas, pero la administración e implementación sería local…»

    «…El pequeño problema, como de costumbre, ha sido el partido republicano y su negativa a colaborar en la implementación de la ley. Los gobernadores del GOP, casi de forma unánime, han rechazado crear su propio portal de internet para la ACA. Los estados con mayorías legislativas conservadoras han hecho lo mismo. El gobierno federal, lejos de tener que crear un portal para seis u ocho estados, ha tenido que crear una web para 36…»
    http://politikon.es/2013/10/23/implementando-una-reforma-sanitaria/

  • #017
    Ozofeliz - 14 noviembre 2013 - 16:04

    #016 Miguel,si son capaces de poner un hombre en el espacio,matar a una persona desde un avioncito a varios miles de metros de altura o controlar un robot que está en Marte haciendo que aterrice allí, pueden hacer lo que sería, en términos relativos, una mierdecilla de web.

    Han contratado a la peor empresa posible y eso no es culpa de los republicanos.

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