Negacionistas, mi columna en Expansión de esta semana

Negacionistas - Expansión (pdf, haz clic para ampliar)Mi columna en Expansión de esta semana se titula «Negacionistas» (pdf), e intenta describir la sensación que me produce, en infinidad de artículos sobre tecnología, ver la infinidad de argumentos negativos basados en atributos que, en prácticamente todos los casos, están destinados a mejorar de manera exponencial y a perder, por tanto, su cualidad de limitantes.

A lo largo del tiempo, lo he podido ver en infinidad de ocasiones, lo que me ha llevado a plantear esta columna como un auténtico ejercicio (o casi «terapia») de innovación: toma una tecnología, experiméntala en la medida de lo posible, plantea las limitaciones que te llevan a pensar que no va nunca a impactar tu negocio, e intenta imaginarte qué ocurriría si esas limitaciones, por arte de magia, desapareciesen.

El escepticismo y el pragmatismo no son necesariamente malos (de hecho, en muchos procesos de toma de decisiones es bueno tener un escéptico a mano). El negacionismo sí lo es.

A continuación, el texto completo de la columna:

 

Negacionistas

Escribir una página de tecnología durante más de diez años permite apreciar un interesante fenómeno: cada vez que hablas de algo suficientemente novedoso como para poder considerarse una amenaza para alguna industria o modelo establecido, surge una inmediata reacción de negación, de descalificación en base a todo tipo de criterios.

La reacción suele ser particularmente virulenta entre personas procedentes de esa industria: amparándose en su condición de “expertos”, arremeten contra la tecnología porque no cumple tal o cual requisito que, según ellos, es completamente imprescindible.

La realidad es que las tecnologías recientes suelen, lógicamente, representar una primera iteración. E igualmente cierto es que, tras esa primera iteración, el incremento que suele darse en sus prestaciones es, en muchos casos, exponencial. Pensemos en la calidad de las primeras cámaras digitales, en el peso de los primeros teléfonos móviles, o en la velocidad de las primeras conexiones a internet: juzgando en función de aquellos parámetros, ninguna de esas innovaciones suponía una amenaza para prácticamente nadie. Sin embargo, entender que aquellas limitaciones serían rápidamente superadas no parece, visto retrospectivamente, demasiado complicado.

Da igual que hablemos de inteligencia artificial, libros electrónicos o impresoras tridimensionales: automáticamente surge el negacionista de turno que afirma que nunca llegarán a nada, porque les falla este o aquel atributo. Sin pensar no solo que dicho atributo podría mejorar, sino que incluso podría dejar de ser importante. Una mirada al cementerio empresarial permite ver infinidad de cadáveres que subestimaron tecnologías emergentes.

Cuando examine una tecnología emergente, hágase un favor: evite el negacionismo. Analice sus limitaciones, y piense qué pasaría si, mágicamente, desapareciesen. Plantéelo como hipótesis, como ejercicio de innovación aplicada. Una moderada dosis de escepticismo puede ser sana. Pero el negacionismo, en los veloces tiempos que vivimos, puede suponer un suicidio empresarial.

 

9 comentarios

  • #001
    Miguel Ángel - 4 octubre 2013 - 18:00

    Es una reacción natural y lógica, en cualquier caso inherente al ser humano. No nos escandalicemos, según el dicho, el tiempo es el que pone a cada uno, cosa o situación en su sitio.

  • #002
    Antonio - 4 octubre 2013 - 18:01

    Cuando me encuentro con un negacionista compulsivo, siempre me acuerdo de este video doble: http://www.youtube.com/watch?v=D3c9YSrNRgY (espero haber puesto bien el link – y si no funciona al hacer click, copien y peguen la dirección: el video merece la pena y mucho).

  • #003
    Daniel Rodríguez Herrera - 4 octubre 2013 - 21:13

    Tienes razón en cuanto al principio general, pero el ejemplo de la Inteligencia Artificial no puede ser peor: lleva prometiendo desde los años 50 y dando sistemáticamente mucho menos.

  • #004
    Sunfas Tradelo ("Garepubaro") - 4 octubre 2013 - 22:12

    Estamos en un punto donde se va adquiriendo consciencia real de todas estas Nuevas Tecnólogias, antes de los 2010 se afrontaba como «un mundo de nuevas posibilidades a ver» y esto fue a menos hasta llegar a lo que viene ahora «a ver como solucionamos y nos quitamos este problemazo de encima», creo que habrá alguna discográfica y editoriales que el capital que le queda lo estara invirtiendo en cárnicas de hamburguesas y kebabs etc, por que la comida si que hay que pagarla … Cuando vino la television la atencion de la poblacion se volvio mas vaga y ociosa, mas floja, no habia que prestar tanta atencion a la television como a un libro para asimilarlo, una de las razones por las que engendros como Twiter y sus pocos carácteres tendra exito en el mercado va a ser por lo mismo, un «avance tecnológico» al servicio de que la atencion de la poblacion no tenga que trabajar y una cultura basada en la falta de esfuerzo, un mundo donde leer mas de 100 caracteres seguidos es tabu, se produciria informacion compleja y eso se acabo, y se mantiene en la anestesia y flojera… la holgazaneria de internet y las nuevas TI

  • #005
    Anónimo - 5 octubre 2013 - 10:59

    Destacar los inconvenientes de las nuevas tecnologías, no me parece negacionismo.Por ejemplo:como aficionado a la fotografía,la moda digital,repleta de ventajas,ha perdido en la imagen digital, toda la enorme definición y claridad que conseguíamos con un simple carrete de 100 ASA.Pero la moda y la tirania del mercado nos ha hecho tirar a la basura aquella maravillosa tecnología.

  • #006
    Anónimo - 5 octubre 2013 - 11:05

    O en un sentido anecdótico:¿Hay algo mas tonto que Twitter? Si,ya se estamos en una época – a la comunicación me refiero- de grandes,increíbles y carisimas tecnologías para transmitir…nada.

  • #007
    mercadder - 5 octubre 2013 - 12:41

    #003 si, la IA es un claro ejemplo de cuando no pasamos un pueblo, cuando nos creemos más la posibilidad de una visión futurísta, que los hechos de la realidad aplastante. Hay mucho poeta disfrazado de tecnólogo que se cree cosas. Prefiero ser lo contrario.

    La IA es un concepto tan utópico como ese de que las impresoras 3D se auto-fabricaran ellas mismas sus propias piezas. Me imagino que una máquina de estas debería usar esa IA para predecir fabricar sus piezas antes de que deje de funcionar y no pueda fabricar nada, pero en el momento justo para evitar el desperdicio y reciclando correctamente. Si no, no estuvieramos hablando de IA.

  • #008
    Eva - 5 octubre 2013 - 18:06

    #005 ¿La tiranía del mercado o lo que la gente quiere? La tiranía hubiera sido que un tirano ordenara conservar algo oponiéndose a lo que la gente quiere. Nadie fabrica lo que nadie quiere o lo que no se vende.
    No dudo que aquello sería fantástico, pero si la gente ha decidido que lo que hay ahora es preferible será porque tendrá algunos puntos positivos que lo contrarresten.
    Otra cosa deseable sería que más gente estuviera concienciada de lo que suponía aquel cambio. Pero así funciona la ignorancia de las masas.
    Saludos.

  • #009
    Cesar Meza - 7 octubre 2013 - 07:47

    En el mercado de la educación, sobretodo en la superior, el negacionismo existe, cuando se habla de los MOOCs, y similares. Hay muchas barreras que aparecen imbatibles, pero no lo son, el consumidor cambia, los profesores cambian, la tecnología cambia los hábitos de estudio; en fin, que las universidades dejen de existir, no lo creo, lo que sucederá es que sus modelos cambien, y logren convertirse finalmente en lugares donde se aprecie más el potencial de conocimiento y la genialidad de la colectividad, que el dinero que tengas para acceder a tal o cual escuela o universidad.

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