Perforar al revés: la Noruega que devuelve el dióxido de carbono al subsuelo

IMAGE: A nighttime Nordic seascape shows an illuminated CO₂ tanker moored beside an offshore storage terminal, while vivid green ribbons of the aurora borealis sweep across a clear, star-studded sky and shimmer on the dark water below

Hay algo poético y profundamente irónico en ver a la principal potencia petrolera de Europa taladrar de nuevo el fondo del mar, pero esta vez para empujar el carbono hacia abajo en lugar de extraerlo. Esa inversión del flujo, literalmente «drilling for oil in reverse», resume la apuesta noruega por convertir el viejo yacimiento del mar del Norte en una gigantesca esponja subterránea para el dióxido de carbono europeo.

El proyecto Northern Lights, que ya opera desde la isla de Øygarden, es el primer puerto comercial diseñado para recibir cargamentos de dióxido de carbono licuado. El gas, capturado en origen y mantenido a –26 °C para que viaje en estado líquido, se trasvasa a tanques terrestres y luego se inyecta a 2,600 metros bajo el lecho marino, donde queda atrapado bajo una capa de esquisto que hace de tapón geológico. Sus promotores son compañías como Equinor, Shell y TotalEnergies, que estiman que la instalación podrá almacenar al menos cinco millones de toneladas anuales en su primera fase, equivalente a una décima parte de las emisiones anuales de Noruega.

El primer cargamento de 7,500 toneladas procedentes de una cementera de Brevik llegó este verano a bordo del Northern Pioneer, un buque construido ex profeso para transportar dióxido de carbono. Cada viaje consume energía, sí, pero incluso contando esas emisiones, el balance resulta netamente negativo: por cada cien toneladas almacenadas, el sistema emite apenas tres.

Detrás, llegan los contratos comerciales que dan músculo a la operación. Yara enviará 800,000 toneladas anuales desde su planta de amoniaco en Sluiskil a partir de 2026, Ørsted aportará 430,000 toneladas biogénicas desde dos centrales danesas, y la sueca Stockholm Exergi ha firmado para mover hasta 900,000 toneladas al año, un acuerdo que ha impulsado la ampliación de capacidad hasta un mínimo de cinco millones de toneladas y una inversión adicional de 7,500 millones de coronas.

La ecuación económica es, por ahora, una mezcla de dinero público y apuestas industriales. El Gobierno noruego financió el 80% de la primera fase, unos mil millones de dólares, mientras Bruselas aporta 131 millones de euros para escalar el proyecto. Con el precio de la tonelada de dióxido de carbono en la Unión Europea EU ETS rondando los 72€ este verano, almacenar carbono sigue costando más que emitirlo, pero la tendencia es clara: la Comisión prevé un mercado cada vez más estricto y caro para quien no reduzca o capture sus gases, y los sistemas que ponen precio a las emisiones y crean un mercado para ellas son, claramente, uno de los elementos clave en su reducción.

Sin embargo, es crucial separar herramienta y excusa. La captura y almacenamiento no puede convertirse en licencia social para seguir quemando combustibles fósiles. Su lugar es el de «último recurso» para procesos industriales sin alternativa como el cemento, el acero, los químicos, etc. y para generar emisiones negativas con biomasa. Si se usa como coartada para prolongar la era del carbono, como podríamos pensar viendo algunos de los proponentes iniciales, el remedio terminará siendo peor que la enfermedad.

El propio alcance del proyecto lo ilustra: cinco millones de toneladas suponen el 11% de las 44 Mt de dióxido de carbono que emite Noruega y apenas el 0.2% de los 2.5 Gt que lanza la Unión Europea cada año. Para ponerlo en contexto: almacenar esa cifra equivale a retirar aproximadamente 1.1 millones de coches de la carretera, según el conversor de la EPA. Y hablamos solo de la primera ampliación: habrá que multiplicar estos volúmenes por cien para que el impacto se vuelva sistémico… y eso exige una política de incentivos mucho más robusta.

Mientras tanto, otras tecnologías complementarias avanzan: la flota mercante experimenta con velas mecánicas de 45 metros de altura capaces de recortar un entre un 10% y un 20 % el consumo de combustible. No basta, pero cada ahorro de dióxido de carbono cuenta y, sobre todo, reduce la cantidad que luego habría que capturar y enterrar.

La idea es clara: «perforar al revés» es técnicamente posible y políticamente valioso como demostración, pero no sustituye a la reducción directa de emisiones. Noruega ofrece la infraestructura, pero Europa debe decidir si la usa como trampolín hacia la descarbonización real o como alfombra bajo la que esconder su suciedad industrial. La opción correcta, como siempre, dependerá de cuánto estemos dispuestos a pagar (y a exigir) por un futuro libre de combustibles fósiles.


This article in English is open to everyone using this friend link on Medium, «Europe’s carbon capture plans: funded by Big Oil — and public money«

15 comentarios

  • #001
    Javier - 5 agosto 2025 - 17:18

    Su lugar es el de «último recurso» para procesos industriales sin alternativa como el cemento, el acero, los químicos, etc. y para generar emisiones negativas con biomasa. Si se usa como coartada para prolongar la era del carbono, como podríamos pensar viendo algunos de los proponentes iniciales, el remedio terminará siendo peor que la enfermedad.

    Se levantan apuestas

  • #002
    Alqvimista - 5 agosto 2025 - 18:24

    A mi lo de Noruega me sigue pareciendo un petrolwashing de manual.
    ¿Siguen exportando petróleo? ¿Cuánto CO2 producirá ese petróleo? Pues eso.

    ¿Cuánto CO2 produce la industria noruega y cuánto pretenden enterrar ahí? ¿Una décima parte? Ah, bien, perfecto. Qué majos estos noruegos.

    • Dedo-en-la-llaga - 5 agosto 2025 - 18:48

      Esperad ambos, Javier y Alqvimista, que ya me estoy oliendo esto:

      https://greenkw.es/el-fraude-multimillonario-del-mercado-de-carbono/

      Si es que no aprendemos nada, y aquí, en españistán, hay otro por lo mismo, en el que están involucradas tanta gente, y de TANTO nivel, que DE ESO NO SE HABLA. Vamos, como siempre, como lo de toda la vida. Eso sí, de Cerdán y cía, de eso, ¡¡¡hasta jartarnos!!!

      En definitiva, los noruegos nos toman por lo que somos, unos borregos al cuadrado. En fin, pirulín.

      • Gorki - 5 agosto 2025 - 21:42

        Espera que salga a la luz el «fraude de los hidrocarburos»

      • Alqvimista - 5 agosto 2025 - 23:32

        Bueno negocio a la vista.
        ¿Se pueden comprar acciones del Fondo Soberano Noruego? Me da que van a subir como la espuma.

        Ah, no, que son como los chinos y lo hacen sólo por el bien del planeta. Más majos estos noruegos.

  • #006
    Xaquín - 5 agosto 2025 - 19:16

    «Si se usa como coartada para prolongar la era del carbono» (EDans).

    Parece más que evidente, dada nuestra mediocridad «genética» (socialmente)… pero es un cierto avance.

    Está claro que solo el dejar de quemar fósiles y, sobre todo, disminuir el consumismo energético ,permitirá avanzar en sentido positivo.. incluso favoreciendo una mejor distribución en los nacimientos.

    Pero, para eso, se necesita abandonar igualdades como : consumo «normal» y exceso de consumo… anular el exceso de consumo con dejar de consumir… o, en más moderno y conspiranoico, dejar de crecer con crecer armónicamente… como si darle el exceso de comida del rico al pobre, fuera alguna forma mágica de evitar la producción de comida (tal como ahora, incluso más… pero mejor distribuida).

  • #007
    Gorki - 5 agosto 2025 - 20:06

    Parece mágico, pero muchos años descubrí que los papás son los Reyes Magos.

  • #008
    Buzzword - 5 agosto 2025 - 21:57

    EL más listo Florentino: «Proyecto Castor». Vamos a usar los pozos de Tarragona para meter gas y tendremos unos depósitos increibles…

    Pero por si acaso cerramos un contrato por si no sale bien… no perder pasta….

    Resultado: Terremotos por meter presión….. No pasa nada… paga Papá Estado…

    Noruega, encima lo que meten no vale para nada….

    En fin; lo del hombre y la piedra… 1350 millones nos costó a los españoles…

    https://es.wikipedia.org/wiki/Proyecto_Castor

    • Dedo-en-la-llaga - 5 agosto 2025 - 23:50

      A ver Buzz, que ya estaba acabando el día con cierta alegría, y vas tú, y no recuerdas esto. Hombre, esto no se hace, coño!
      (Florentino, otro de los de toda la vida, y van…)

  • #010
    Jota - 6 agosto 2025 - 08:15

    Esto en Noruega; en Francia andan afianzando las nucleares por décadas…

    A ver si al final los más «verdes» vamos a ser nosotros.

  • #011
    Asamoraga - 6 agosto 2025 - 11:58

    ¿Y qué ocurriría si en un futuro se produjese un enorme terremoto en la zona que resquebrajase el lecho marino? ¿Habría consecuencias ambientales en la zona? Perdón por la ignorancia.

    • Alqvimista - 6 agosto 2025 - 12:53

      Hombre, nada es imposible, pero si esos depósitos de petróleo llevan ahí millones de años sin romperse… no es previsible que lo vayan a hacer pronto, ¿no?
      En el peor de los casos, como pasó con el Proyecto Cástor, puede que el suelo no acepte la inyección de materiales en cuyo caso fiasco y aquí no ha pasado nada. ¿Y los millones de Coronas invertidos? El Fondo Soberano tiene mucho dinero, no hay problema.

      • Dedo-en-la-llaga - 6 agosto 2025 - 13:35

        Claaaaaro, unas miles de perforaciones aquí, otras pruebas nucleares allá, unos cientos de miles de barriles radioactivos en el fondo del mar acuyá, una isla de plásticos más pa’llá, un… Verás que bonito nos está quedando todo. Y verás qué risas nos vamos a echar cuando nos tengamos que comer crudo y con patatas del McDonald’s todo el fondo soberano.

        • Alqvimista - 6 agosto 2025 - 14:12

          ¡Ey que no soy yo el que propone inyectar CO2 en viejos depósitos de petróleo! Yo sólo respondo a una pregunta técnica.
          En cuanto al peligro de su liberación, más me preocupa que se liberen los depósitos de hidratos de metano del permafrost o de los fondos marinos debido al calentamiento global.
          Yo preferiría que invirtieran en no producir CO2 más que en cómo enterrarlo.

          Y lo de los barriles con residuos radioactivos de baja actividad estuvo mal, muy, muy mal. Me sorprende que se tardara tanto en abandonar esas prácticas. Si no es por GreenPeace igual todavía estaban haciéndolo.

          • Dedo-en-la-llaga - 7 agosto 2025 - 00:41

            Lo SIGUEN haciendo.

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