Un interesantísimo articulo en The New York Times, «Biased algorithms are easier to fix than biased people«, invita a reflexionar sobre el concepto del sesgo y la discriminación, muy de moda al hilo de noticias de algoritmos que contenían sesgos y provocaban desde problemas a la hora de contratar mujeres, a discriminación en apps de citas, determinar el riesgo en perfiles criminales, en el cuidado de la salud o en la administración de publicidad.
Un algoritmo, por el hecho de serlo, no asegura la inexistencia de sesgos. De hecho, un algoritmo obtiene sesgos de los datos que utilizamos para entrenarlo, que pueden perfectamente contener sesgos implícitos de diversos tipos, fácilmente apreciables o no por una supervisión ...