Cuando puedes clonarte a ti mismo: la ética y el absurdo del gemelo digital

IMAGE: A human writer typing beside a glowing blue digital clone, both working at laptops symbolizing human–AI collaboration

Tras escribir más de un artículo al día durante los últimos veintitrés años, he acumulado un volumen de textos lo suficientemente extenso como para poder entrenar un modelo de inteligencia artificial que pudiera escribir convincentemente «como yo». Con la tecnología actual, no sería difícil construir un sistema capaz de generar opiniones «que suenen como» si vinieran de Enrique Dans, un «profesor algorítmico» que siguiera publicando mucho después de mi muerte.

Aparentemente, esa es la próxima frontera de la productividad: el digital twin, o gemelo digital. Startups como Viven y herramientas como Synthesia están creando «clones de IA» de empleados y directivos, entrenados con sus voces, su escritura, sus decisiones y sus hábitos. La idea parece seductora: imagina escalar tu negocio infinitamente, responder correos electrónicos, grabar videos, escribir actualizaciones, etc., mientras te dedicas a hacer otra cosa, o a no hacer nada en absoluto.

Pero que sea seductor no significa que sea sensato.

Un mundo lleno de fantasmas digitales

Estamos entrando en una era en la que los profesionales no solo automatizarán tareas, sino que replicarán sus identidades. Una empresa podría crear una copia digital de su mejor vendedor o de su mejor agente de atención al cliente. Un director ejecutivo podría capacitar a un gemelo virtual para responder consultas. Una universidad podría implementar una versión de inteligencia artificial de un profesor popular, para impartir cursos a gran escala.

En teoría, suena eficiente. En la práctica, genera cierta confusión existencial: si la réplica es lo suficientemente convincente, ¿qué le sucede a la persona? ¿Qué significa ser productivo cuando tu versión digital es la que realiza el trabajo?

La fascinación por clonarnos digitalmente refleja la misma tentación que ha impulsado la automatización durante siglos: externalizar no solo la mano de obra, sino también la identidad. La diferencia radica en que la inteligencia artificial ahora puede replicar la voz de esa identidad, tanto literal como metafóricamente.

¿Qué tal me vería como algoritmo?

En efecto, podría hacerlo fácilmente. Si alimentara un gran modelo de lenguaje con los millones de palabras que he escrito desde 2003 (cada artículo, cada publicación, cada comentario), obtendría una simulación bastante precisa de mí. Probablemente tendría mi tono, mi vocabulario, mis subordinadas anidadas e inacabables, y el ritmo adecuados. Podría escribir artículos razonablemente plausibles, tal vez incluso publicarlos con la misma cadencia.

Pero simplemente, perdería mi objetivo.

Lo he comentado en mil ocasiones: yo no escribo para llenar una agenda (aunque la llene), ni una base de datos (aunque la tenga), ni para cobrar (aunque cobre). Escribo para pensar o para enseñar. Escribir, para mí, no es un acto de producción, sino de reflexión. Por eso, como expliqué recientemente, nunca dejo que la inteligencia artificial escriba mis artículos por mí. No tiene sentido. Pedirle a un modelo que piense por mí iría en contra de la razón misma por la que me siento cada mañana a escribir.

Por supuesto, eso no quiere decir que no use la inteligencia artificial constantemente: resumo fuentes, verifico datos, exploro contraargumentos, busco referencias, corrijo o traduzco un montón de cosas. Para mí, es una herramienta de productividad brutal. Pero nunca dejo que escriba por mí, o que termine mis frases. Ése es el límite que mantiene mi trabajo como mío.

La ilusión de escalarse a uno mismo

La promesa de los clones digitales se basa en la misma idea errónea: que replicar resultados equivale a replicar valor. Las empresas ahora hablan de «embotellar la experiencia» o de «escalar el capital humano», como si la personalidad fuera una cadena de montaje.

Pero clonar resultados no es lo mismo que ampliar la competencia. El valor profesional de una persona no reside en sus palabras ni en sus gestos: es su criterio, su propósito, construidos con el tiempo a través del contexto y la curiosidad. Un modelo entrenado con tus decisiones pasadas puede imitar tu tono, pero no puede anticipar tu evolución. Es un fósil, no un futuro.

Un clon de inteligencia artificial mío podría imitar mi estilo de escritura de 2025. Pero si lo dejara publicar por mí, me congelaría en ese año para siempre, como una pieza de museo actualizada a diario.

De la productividad a la presencia

Directivos, emprendedores y creadores deben tener mucho cuidado con lo que desean. Un «gemelo digital» puede gestionar tu bandeja de entrada o grabar videoconferencias, pero también diluye lo que da sentido al liderazgo o la creatividad: la presencia. Si gestionan tu bandeja de entrada, perderás el control sobre lo que has recibido o enviado, y si es tu clon digital el que participa en una reunión, no tendrás en la cabeza lo que dijiste en ella y a quién: es así de sencillo.

En la cobertura que hizo Axios sobre los «clones de CEO», muchos ejecutivos confesaron que les gustaban sus dobles de inteligencia artificial (o el verse «tan importantes» como para que «tuvieran que clonarlos»), pero no confiaban plenamente en ellos. El clon podía gestionar interacciones repetitivas, pero no la empatía, la puntualidad ni los matices, cualidades que definen la credibilidad.

Delegar estas tareas a un algoritmo es como enviar un maniquí a una reunión: técnicamente presente, emocionalmente ausente.

La inmortalidad corporativa y la ética del legado

También está la peliaguda cuestión de qué sucede cuando tu gemelo digital te sobrevive. Algunas empresas ya tratan los datos de sus empleados como activos, así que ¿por qué no tratar a sus clones digitales de la misma manera?

Imagine una empresa o una universidad que continúa implementando la «versión de inteligencia artificial» de un líder o un educador querido después de su fallecimiento. Apple siendo dirigida en 2025 por un clon de Steve Jobs, por ejemplo. Puede parecer un homenaje, pero en realidad es una forma de nigromancia corporativa: utilizar los restos intelectuales de una persona para perpetuar una marca.

No es difícil imaginar universidades vendiendo «profesores virtuales», o corporaciones reutilizando a antiguos directores ejecutivos como avatares permanentes. En un artículo académico reciente sobre gemelos digitales, los autores advirtieron que la frontera entre «representación» y «posesión» se está difuminando. ¿Quién posee el clon? ¿Quién se beneficia de él?

Al replicar a las personas como objetos de datos, corremos el riesgo de convertir la identidad en infraestructura, en algo que se puede licenciar, monetizar o renombrar a voluntad.

La forma correcta de usar la inteligencia artificial para ser más escalables

Sin embargo, existe una forma racional de usar la inteligencia artificial para ser más escalables: como complemento, no como imitación.

Utilizo la inteligencia artificial a diario como compañera de pensamiento. Como decía Steve Jobs, «una bicicleta para mi mente«. Lee borradores, resume artículos, propone estructuras, sugiere referencias y critica mi lógica. Es como tener un asistente de investigación incansable e insaciable, y que además nunca se ofende si ignoro sus consejos, si decido pasar de él y de sus peces de colores. El acto de razonar, la decisión de qué decir y de cómo decirlo sigue siendo mía.

Esa es la diferencia clave entre usar la inteligencia artificial y convertirnos en ella. Cuando externalizamos el pensamiento, perdemos el ciclo de retroalimentación que nos hace humanos: el proceso constante de reflexión, revisión y crecimiento.

Los profesionales que adoptan la inteligencia artificial con responsabilidad ampliarán su alcance sin diluir su esencia. Quienes no lo hagan, acabarán descubriendo que sus propias voces son indistinguibles de las de sus máquinas.

Qué deberían aprender las empresas de esto

Para las empresas que están considerando la posibilidad de clonar a sus empleados o de crear avatares de inteligencia artificial, aquí va una lista de cuestiones que creo que vale la pena recordar:

  • Hay que definir el propósito, no la imitación. No fabriquemos gemelos de inteligencia artificial para replicar a las personas. Generemos sistemas que les permitan realizar trabajos de mayor valor.
  • Mantener al humano en el proceso creativo. La inteligencia artificial puede ayudar en la redacción, la codificación y el resumen, pero la decisión final debe ser humana.
  • Tratar los datos como un legado, no como una propiedad. Respetemos la autonomía de los empleados y creadores. Nadie debería convertirse en un activo digital perpetuo sin su consentimiento.
  • Centrarse en la mejora, no en la automatización. Usemos la inteligencia artificial para mejorar la inteligencia colectiva, no para eliminar su necesidad.

La inteligencia artificial no está aquí para reemplazar la experiencia humana: está aquí para desafiar cómo la aplicamos.

La paradoja de la autorreplicación

Pronto, cualquiera con suficientes datos podrá construir una versión digital de sí mismo. Algunos lo verán como inmortalidad, otros, como redundancia. Yo lo veo como un espejo, como una prueba de lo que realmente importa en el trabajo humano.

Cuando mi propio gemelo digital pueda escribir un buen artículo sobre inteligencia artificial, no me impresionará en absoluto: la cuestión no es si puede escribirlo, sino si puede apetecerle hacerlo y si de alguna manera, el que lo haga me sirve para el propósito que intento lograr.

Y hasta que los algoritmos se interesen genuinamente por la verdad, por los matices, por la curiosidad o por el propósito, seguiré haciendo lo que he hecho durante los últimos veintitrés años: sentarme, pensar y escribir. Y no porque tenga que hacerlo, sino porque todavía puedo hacerlo.


(This article was previously published on Fast Company)

26 comentarios

  • #001
    Juan T. - 27 noviembre 2025 - 09:41

    Vale, dices que con la IA «resumo fuentes, verifico datos, exploro contraargumentos, busco referencias, corrijo o traduzco un montón de cosas. Para mí, es una herramienta de productividad brutal. Pero nunca dejo que escriba por mí, o que termine mis frases.» estas diciendo que te reservas el ultimo criterio sobre el resultado.

    Pero ¿que tal que, cuando siga perfeccionandose la IA, y tomando como base todo lo que has escrito, deduzca el criterio tambien , lo replique y despues lo mejore?

    ¿No sería una evolución darwiniana del pensamiento de EDans que deje obsoleto al EDans humano?

    Responder
    • f3r - 27 noviembre 2025 - 10:23

      «el criterio» es una cosa cambiante porque la gente evolucionamos (bueno, algunos), y lo hacemos en base a un conjunto gigantesco de factores, entre los cuales se encuentra la interacción con el mundo físico (en tiempo real) y otros seres sintientes.

      Me ha parecido, por ejemplo, que a lo largo de los años EDans iba incorporando algunas opiniones o matices que los «comentadores» iban sacando, incluso algunas veces con confrontación emocional con él.

      Replícame todo eso con un LLM y luego empezamos a hablar, no?

      Responder
      • Juan T. - 27 noviembre 2025 - 18:09

        Bueno es cierto que una IA con una input de datos concreto no puede predecir como va a evolucionar una mente humana , que va a tener experiencias despues de la entrada que hacen imposible adivinar la evolución, pero por otra parte se puede configurar el algoritmo para que evolucione a su vez.

        Lo que está claro que un gemelo digital solo lo es con el contenido de la fecha en que se le incorporan los datos.

        Responder
  • #004
    Marcos - 27 noviembre 2025 - 10:07

    A veces pienso que la tecnología avanza al punto de llevarnos al universo del videojuego “Final Fantasy X”, donde hay 2 facciones reconocibles que son las que están a favor de la tecnología y los que no.

    Básicamente al leer ya el inicio del artículo… me acuerdo también de Withman y de su pregunta ¿cuál será tu verso?

    Como bien dice Juan T., cabría preguntarse el papel final de nuestra voz (y que no acaben las frases o pensamientos la IA) y recordar que todo el potencial del universo está concentrado en cada ser humano, a disposición de lo que busquemos hacer, ser, ver o experimentar. Luego podremos comunicarlo de la forma que sea. Si eso lo delegamos…, ya sea en IA, en una secretaria de un universo anclado en los 90, en papá y mamá que nos lo hagan todo…

    No digo que no se deba utilizar o IA, en absoluto. Pero que cuando lo hagamos, nuestra intencionalidad, objetivo y misión sea nuestro. Como cada cosa que hacemos en la vida, casi de forma literal, de forma genuina. Todo tiene un fin, pero decidamos nosotros eso.

    Generando gemelos virtuales, lo siento pero no.

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  • #005
    Buzzword - 27 noviembre 2025 - 10:10

    Personalmente estoy con la postura de Enrique que el gemelo digital de personas no tiene sentido, pero mucho menos en personas que no tienen una obra publicada. Así que comerciales y CEOs no os preocupéis.

    Pero pongámonos en otro escenario posible. Supongamos que alguien quisiera hacer un gemelo digital de Enrique, creo que sería posible por lo siguiente:

    a) Para imitar a alguien, es sumamente posible si tiene «tics» repetibles. Que se lo prgunten a Julio Iglesias, JC I o Raúl Cimas… Es decir tener un «estilo definido» es más fácil que alguien que no lo tenga. Más allá de los temas de escritura, está el estilo de escritura… creo que estaremos de acuerdo que Enrique tiene un estilo marcado.
    b) Para imitar a alguien hay que tener material para poder entrenar una IA. Esto hay de sobra.
    Ese entrenamiento tiene en si la adquisición de estilo y de temas tratados.
    c) La crítica que siempre he mantenido es que la IA no es creativa. Pero el mismo Enrique, nos dice que su blog se basa en leer la actualidad a partir de ciertas fuentes: «esumo fuentes, verifico datos, exploro contraargumentos, busco referencias, corrijo o traduzco un montón de cosas»
    En esta faceta «compiladora» los LLM son muy buenos. El blog gemelo no sería parte de la «internet muerta», al contrario, estaría al día…
    d) Lo que si tendríamos que tener en cuenta es en la elección de temas, es usar una ponderación de pesos semejante al blog, e incluso ver que esa tendencia no es estática. Habría que fijar que esos temas tuviera cierta cadencia temporal. Por ejemplo en el pasado «remoto», ciertos temas ocuparon muchos días, p.ej. uber, Tesla, Uber,… y eso en un lustro cambia y entran temas como IA, Trump, … y otros tienen presencia anecdótica como p.ej. la plantación de lechugas en entornos extraños,….

    Así que cuidado, el gemelo clonado por otros, es muy posible, no es una utopía. Esto al final podría ser como los videos de gatitos de youtube, blogs clonado omnipresentes. Ya le pasó en twitter con las cuentas parodia, si ahora quiere imitar su blog con IA, no sería un arco de iglesia.

    Responder
    • f3r - 27 noviembre 2025 - 10:28

      Lo más importante para que fuera creíble el blog «clon» sería que se indignase correctamente con Meta, Trump, etc. jeje

      Y otra: algún comentador veterano también sería clonable, no? Tendríamos a 3 o 4 comentadores clon, con artículo clon, y algunos comentadores humanos que aún no se han coscado.

      Responder
      • Buzzword - 27 noviembre 2025 - 11:13

        Que sea posible, no quiere decir, que para hacerlo fuera fácil… y lo que salva hacerlo es que no sería monetizable… ya sabes que cuando las cosas cuestan, pocos lo harían… ( lo del estado de mínima energía del cerebro)

        Responder
      • Alqvimista - 27 noviembre 2025 - 13:04

        ¡Qué pesadilla!
        El clon iAlqvimista discutiendo hasta la eternidad con el clon iBuzz de que los Mac no son tan malos…
        Y con el clon iDans de que las nucleares son seguras y flexibles…
        XD

        Por cierto, ¿cómo se comportaría el clon iDans cuando se enterara que en UK van a cobrar 3p/milla a los vehículos eléctricos? ¿Saltaría automáticamente a escribir un artículo o alguien tendría que empujarle?

        Responder
        • Buzzword - 27 noviembre 2025 - 14:38

          Pues la solución es i-jam

          https://www.youtube.com/watch?v=ChGfdd1HW2k

          PS: Que mal envejecen los videos a 360p

          Responder
          • Alqvimista - 27 noviembre 2025 - 17:16

            ¿No tiene un carísimo iSoporte? Supongo que eso se lo dejará a Belkin…

            Responder
      • Marcos - 27 noviembre 2025 - 14:37

        Cuando apareció un “clon”… muchos se dieron cuenta enseguida.

        Responder
  • #012
    Benji - 27 noviembre 2025 - 10:38

    Es un tema fascinante. Pero puede ser como internet: bots escribiendo artículos para que lo lean otros bots y pongan publicidad para bots y que hagan click otros bots.

    Sería como conectar a otros 8 mil millones de personas (o más) a internet para que acaben comunicando entre sí. Ya hemos visto este experimento y es hilarante cuando dos IAs hablan entre sí.

    Por otro lado, aunque suene como yo, yo soy capaz de cambiar de opinión. He pasado de satanizar el coche eléctrico a ver su potencial y/o sus riesgos y estoy en el brete. Cuando salga uno barato y bueno estaré convencido. No sé si un gemelo digital es capaz de cambiar de opinión conmigo.

    Y todo esto ya estaba escrito en un cuento corto de Asimov llamado «La Última Pregunta» donde la gente se acababa integrando en una suerte de conciencia global y universal y formaban parte de un todo. Multivac o Univac se llamaba.

    Responder
    • Buzzword - 27 noviembre 2025 - 11:30

      No sería un LLM que le cargas un RAG y ya está,

      Se me ocurre que habría que crear un workflow que tuviera en cuenta por ejemplo un ML con algún algoritmo de regresión que deberiamos entrenar con una DB de distintos campos: tema central, punto de vista, fecha, aparición en el blog. Y a la vez relacionarla con los principales temas que salgan en las fuentes que suele citar Enrique wirde, TecCrunch), incluso poner webs de otros blogueros similares, se trat de sacar la correlación, ver similitudes, coincidencias, etc… al final la agenda de tecnología no es tan dificil le das tópicos en los que no vas a cambiar: clima, no nuclear, solar, VE,… luego pones ovejas negras que tampoco vas a cambiar: petróleo, carbón. Y buscar dinámicas de progresión en personas como lideres de los Big Techs,… no citar casi referencias de tu pais, … e ir quemando etapas como Elon genio, Elon gilipollas,…

      Otra fuente de inspiración serían los comentaristas, tanto a favor como en contra, una vez que los tienes catalogados, analizar su evolución temporal

      Complicado para montarlo, pero en el fondo sencillo. De ese análisis con ML sacas los prompts para alimentar al LLM y que curre….

      Responder
      • Benji - 27 noviembre 2025 - 12:27

        Pues está buena la idea. Tal vez no nos guste pensar que somos cuantificables con tan pocos datos, pero es verdad lo que dices.

        Agrégale los sesgos familiares de origen y de la esposa y tendrás un buen cuadro de por donde van los tiros.

        Responder
    • Dedo-en-la-llaga - 27 noviembre 2025 - 11:43

      Eeeeepa!!! No te vayas tan lejos, monsieur…, no te me vayas tan lejos: Hace dos semanas alguien recibe un texto de IA con el pedido de que, por favor, lo leyese y lo modificase bajo su criterio, experiencia y sabiduría en el tema… O sea, le diese un toque humano por parte de alguien que sabe mucho del tema.

      Pero, cosas que pasan, como es alguien muy ocupado, lo fue dejando, lo fue dejando y, cuando se dio cuenta, se le echó el tiempo encima y no le daba tiempo de cumplir el pedido… ¿Qué hizo? Meter el texto en la misma IA que lo había elaborado y, una vez escupido el nuevo texto por esa misma IA, enviárselo al interfecto que se lo había enviado…

      Resumiendo: «Ya ves -me decía el que tenía que haberle dado el toque «humano» al texto-, al final, ¡¡¡ChatGPT respondiendo a ChatGPT!!!

      Pues así están siendo las cosas, y así os las estoy contando…

      Responder
      • Dedo-en-la-llaga - 27 noviembre 2025 - 11:45

        Sorry, mi respuesta era para Benji.

        Responder
      • Benji - 27 noviembre 2025 - 12:25

        Sí, me llegó. Está en el hilo correcto :-)

        El absurdo de esto puede ser tremendo, como dice Enrique y como dices tú. Hay muchos escenarios donde no tiene sentido.

        Por otro lado está la nueva generación que igual al crecer con esto, le da matices o usos nuevos que nosotros no somos capaces de imaginar o ver porque venimos desde otra cosmovisión.

        Responder
        • Dedo-en-la-llaga - 28 noviembre 2025 - 12:38

          Aclaré que era para ti porque mi respuesta, salía, inicialmente, justo debajo de la de Buzz.

          Y, en efecto, el factor generacional nunca hay que descartarlo, porque muchas veces te da sorpresas. Totalmente de acuerdo.

          Responder
  • #019
    Xaquín - 27 noviembre 2025 - 13:19

    «además nunca se ofende si ignoro sus consejos, si decido pasar de él y de sus peces de colores.» (EDans).

    Nunca existirán dos clones biológicos exactamente iguales, ese podía se un principio para la reflexión (comentario).

    No veo razón alguna para que no valga como máxima del clonaje virtual.

    Y es que la naturaleza (sea lo que eso sea), descubrió la diversidad para algo. La descubrió y luchó por ella como una leona por sus cachorros. Porque la necesitaba para abrazar la religión (idea) de la evolución… sin diversidad (como sin libertad) no hay evolución posible, solo repetición (y mediocre, degenerativa… como toda dictadura).

    Lo que no supo prever es que el paso evolutivo de instinto a inteligencia, sobre todo sin etapas previas, llevaba consigo la creación de un EGO. Nunca «pensó» que la «idea de libertad que tenia en mente» (esa «mente» colosal que tiene, si es que tiene alguna), de fomentar la libertad del ser vivo, con un defensor que «la defendiera», no derivaría en una exaltación de ese ego, dando la enfermedad humana del egoísmo (no empático, insolidario… negando dos genes biológicos esenciales).. .y aquí si estamos jodidos, porque envidiar al prójimo y frenarlo en su carrera es la esencia del mediocre humano al que llamamos actualmente homo sapines.

    ¡Qué jodido!

    ¿Por qué motivo puedo pensar que la IA del futuro, la más inteligente casi que nosotros (si nosotros permanecemos mediocres) podrá evitar ese gen social negativo (virtual) del egoísmo? ¿No puede pecara de querer ser tan buen clonador/a, que se clone con el patrón del humano egoísta que nos está mandando ahora?

    Y el egoísmo del poder es lo que nos ofende a todos los humanos, incluso los santos, por ser tan mediocres.

    En fin, que la pelota sigue estando en nuestro tejado.

    Responder
    • Xaquín - 27 noviembre 2025 - 13:31

      No quedó bien claro el carácter ambiguo del último párrafo (defecto del animal), porque el egoísmo del poder ofende a los oprimidos, pero gusta (y mucho) a los opresores. Y no está nada claro que «ofenderse una IA» tuviera que ser negativo… ¡podemos ser muy muy mediocres! Recordemos el cabreo de Sonny…

      Así que, el dilema de ofenderse/cabrearse positiva/negativamente, seguirá en las IA como existe en las IH… ¿o seremos/serán capaces de superarlo?

      Responder
  • #021
    Gorki - 27 noviembre 2025 - 14:32

    Para mi, como lector, lo importante es que me interese lo que leo, que lo haya escrito un señor, o una máquina, es algo que me importa menos.

    Comprendo que cada cual tiene un objetivo, y para ti, el escribir es obligarte a reflexionar, y que por eso tienes que escribir tu y no una máquina, pero yo, al leer pretendo obligarme a reflexionar , (igual que tu), pero que lo escrito salga de un cerebro humano, o digital, es de muy segunda importancia, si me obliga a reflexionar.

    Responder
  • #022
    Greg - 28 noviembre 2025 - 01:04

    Me recuerda a la diferencia entre el precio (clon digital) y el valor (ser humano). Lo primero es puramente material mientras que lo segundo es completo.

    A mayores está lo que mencionas Enrique de que la escritura le permite a uno mismo reflexionar más en profundidad e investigar sobre un tema.

    Siento discrepar @Gorki: leer lo que escribió una máquina en comparación con lo redactado por una persona, aunque ambos me puedan aportar información nueva y ser fuente de una reflexión posterior, se diferencia para mí tanto como comer en (buena) máquina de vending y en un (buena) restaurante casero. Ambos me van a alimentar, pero lo segundo me va a generar emociones e/o interacciones reales con el cocinero/autor.

    ¿Igual que 3 horas de redes sociales VS. 3h de cañas con amigos? ¿Igual que ver una excelente peli sin o con su guionista?

    Responder
    • Lua - 28 noviembre 2025 - 09:26

      «Vaya puta basura es la IA

      No es sólo que no tenga ningún valor lo que se haga con ello, es que le resta valor a lo que se hace sin IA

      Veo a un mono haciendo un backflip y lo primero que me pregunto es «¿Será IA?» en vez de flipar porque realmente ha hecho un backflip el macaco.

      Lo que más me jode es que ya no le preguntamos a la abuela por la receta de lentejas

      Se lo preguntamos a un cubo que chupa agua.»

      ———@MisterJagger_

      Responder
  • #025
    Alicia Namesny - 28 noviembre 2025 - 01:54

    Enrique, hola! Felicitaciones por la introducción de subtitulos!! Si me permites, ..
    creo los post son cada vez más largos
    … yo votaria por el estilo anterior, más suscinto. Pero siempre se aprende. Muchas gracias!!!

    Responder
  • #026
    JM - 28 noviembre 2025 - 07:42

    Por muchos inconvenientes que haya tal y como dice Enrique seguramente habrá ya empresas que estarán pensando en contratar a alguien de éxito, crear un clon digital y con él reemplazar a ese empleado.

    Si en algún momento se puede crear un «clon digital» lo suficientemente bueno para esto se me ocurren varias cuestiones:

    ¿Quién tendría derechos realmente sobre ese clon? ¿La empresa que paga la creación o el original?

    ¿Qué ocurre si se crea un clon de alguien sin su autorización? ¿Qué ocurre si al firmar un contrato de trabajo hay cláusulas que dan derecho a la empresa a crear clones y a quedarse con ellos?

    ¿Existe legislación para proteger a los «originales» y darles derechos sobre sus clones para evitar abusos?

    Responder

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