Mi columna de esta semana en Invertia se titula «Europa y la logística robótica urbana» (pdf), y trata sobre el despliegue creciente de robots de reparto autónomos en las calles de varias ciudades europeas, un fenómeno que hasta hace poco parecía propio de la ciencia ficción y que empieza a consolidarse cada vez más y en más sitios como una realidad cotidiana.
Empresas como Starship Technologies, fundada por uno de los creadores de Skype, han convertido la idea del «reparto autónomo de última milla» en un servicio operativo que ya ha realizado más de diez millones de entregas en ciudades como Milton Keynes en el Reino Unido o Tallinn en Estonia. En estos lugares, pequeños vehículos eléctricos autónomos circulan por las aceras transportando pedidos de supermercado, comida o medicinas, desplazándose a velocidad de peatón, esquivando obstáculos y comunicándose con los clientes mediante notificaciones móviles.
Europa, con su trazado urbano denso, sus centros históricos y sus calles estrechas, es paradójicamente un terreno ideal para esta nueva forma de logística. En muchas ciudades del continente, una simple furgoneta de reparto bloquea una calle durante varios minutos, interrumpe el tráfico y genera una molestia desproporcionada para una entrega que podría hacerse de forma mucho más fluida. Los robots, en cambio, se integran sin fricción: se mueven con el flujo de peatones, no emiten ruido ni gases, y permiten mantener la vitalidad de los cascos urbanos sin deteriorar la experiencia de quienes los habitan. En lugares donde el espacio público es limitado y valioso, esta tecnología puede convertirse en una herramienta esencial para reducir la congestión y mejorar la calidad de vida.
En Zúrich, por ejemplo, Just Eat ha lanzado un piloto con robots autónomos con forma de perro, desarrollados por RIVR, que entregan comida rápida de manera completamente automatizada. En Knokke-Heist, una localidad costera belga, Carrefour prueba un servicio de reparto autónomo dentro de un radio de 400 metros, mientras que en Alemania y los Países Bajos, Bolt y Starship colaboran para ampliar el uso de estos robots en entornos urbanos densos.
Estos proyectos no son simples demostraciones tecnológicas: representan el inicio de una transformación profunda en la logística de última milla, un sector que hoy concentra buena parte de las emisiones urbanas, el tráfico y los costes operativos del comercio electrónico. Los robots de reparto prometen reducir drásticamente las emisiones y los atascos urbanos al tiempo que mejoran la eficiencia de las entregas en pequeñas distancias. En muchas ciudades europeas, especialmente en zonas residenciales o universitarias, ya empiezan a verse como una alternativa viable y sostenible al reparto en furgoneta.
El reto, como siempre, no está solo en la tecnología, sino en la integración urbana y social. Algunas ciudades han comenzado a regular el uso de estos robots para garantizar la seguridad de los peatones y la protección de los datos que recogen sus sensores. Pero la mayoría están adoptando una actitud más abierta, dispuestas a colaborar con las empresas para adaptar las normativas y crear zonas de prueba. Este enfoque experimental, más flexible y basado en la evidencia, representa un cambio de mentalidad importante en Europa, que tradicionalmente se ha mostrado más cautelosa frente a la automatización.
También hay que tener en cuenta las implicaciones laborales. Cada robot que entrega una pizza o una compra sustituye potencialmente a un repartidor humano, lo que plantea interrogantes sobre el futuro del trabajo en el sector logístico. Sin embargo, la automatización no elimina necesariamente empleo: lo transforma. Aparecen nuevos perfiles en mantenimiento, supervisión o coordinación de flotas, y se abre espacio para trabajos mejor cualificados y menos precarios. La clave está en acompañar la transición con políticas adecuadas, no en intentar detener el progreso tecnológico.
Europa cuenta con ventajas que podrían permitirle liderar esta nueva fase. Tiene una larga tradición en robótica en universidades como ETH Zürich o la Universidad Técnica de Delft, y una sólida base industrial y urbana para desplegar soluciones de movilidad autónoma a gran escala. Si a eso se suma el compromiso político con la sostenibilidad y la calidad de vida urbana, el continente podría definir su propio modelo de automatización: menos invasivo, más humano y centrado en el beneficio público.
Los pequeños robots que hoy recorren las calles de Milton Keynes, Tallinn o Zurich representan una nueva manera de pensar la logística, la movilidad y la convivencia entre humanos y máquinas en el espacio público. Y Europa, por una vez, parece estar en una posición envidiable: la de un continente que no solo regula, sino que puede ser capaz de experimentar, aprender y liderar.
You can read this article in English on my Medium page, «Small wheels, big change: how delivery robots are transforming European streets»


Creo que hay que decir que la imagen que acompaña este artículo es una generación de DallE, pero no es un síntoma que esto sea una invención que no está funcionando.
Hay videos más allá de los de la factoría Disney, que demuestran que están de verdad en la calle, y tratan de adaptarse al medioambiente.
https://www.youtube.com/shorts/rmRuULILHYY
https://www.youtube.com/watch?v=pBlT421vfVk
https://www.youtube.com/shorts/OKcBQxF10G8
https://www.youtube.com/shorts/z_XI0_JaiHA
«No es la más fuerte de las especies la que sobrevive, tampoco es el más inteligente el que sobrevive. Es aquel que es más adaptable al cambio».
Darwin
Te me adelantaste… XDDD
Ni que decir, que dependerá mucho, del tipo de sociedad (y el tipo de barrios) por donde se les haga circular… como ya dije hace tiempo, energúmenos que martillo en mano, pretenderán hacerse con su contenido lo habrá por doquier… XDD
(he visto en el centro de Barcelona, asaltar a un repartidor de Telepizza… todo dicho)
https://www.youtube.com/shorts/ibTqmOycyKI
Hasta los gatos odian a los robots !!
Nietzsche consideraba que las personas sobreprotegidas se debilitan porque no experimentan situaciones difíciles…. los individuos fuertes son aquellos que son capaces de enfrentar grandes adversidades y salir victoriosos, demostrando su propia voluntad.
«Todo lo que no mata al Starship lo hará más fuerte»
Y la de videos que colgarán
https://www.youtube.com/watch?v=X3C_rpUTYuk
Y luego se cabrean
https://www.youtube.com/shorts/Sa4XaSA-9Us
Aora mismo me preocupa mas este OffTopic…
One-man spam campaign ravages EU ‘chat control’ bill
«La propuesta «Chat Control» obligaría a la inspección de todas las comunicaciones digitales privadas, incluyendo mensajes cifrados y fotos. Cada foto, cada mensaje y cada archivo que envíes serán inspeccionados automáticamente, sin tu consentimiento y sin que te des cuenta. «
Un concepto así no es escalable.
Necesitan movilizar millones de estos vehículos en todas las poblaciones del mundo, la mayor parte de los empleados deberían existir en un taller de reparación en cada población y diseñar un vehículo estandarizado para fácil reparación.
Observe que Starship, Kiwibot y otros tiene exactamente el mismo vehículo, existe una marca blanca de «robot» con el mismo diseño y ruedas revendido por docenas de estas compañias.
Lo interesante es encontrar artículos donde como los CEOs mencionan que toda la investigación se enfoca exclusivamente en como mover el «robot» controlado remotamente por un call center en India, el robot no tiene cámara así que un empleado tiene que seguir al robot, y dar instrucciones al call center.
Sigo demasiado “descolocao”, para comentar sobre maleta autónomas con ganas de ser desvalijadas…
Como todos sabemos los robot son un realidad,…. desde 2017 igual que son realidad bien son realidad los repartos con drones y los taxis aereos. El problema en estis temas es cundo la realidad se generaliza fuera de cinco ciudades´¿Para cuando estos «viejos inventos» pasan a ser tan vulgares en nuetras ciudades como los autobuses urbanos,? ¿Cuando el futuro se hará presente?
Escribíia el – 8 diciembre 2017 en este blog
Ni está suficientemente avanzada la tecnología ni lo está la legislación. Tardaremos mucho en ver compartir tranquila y legalmente calzadas y aceras entre transeúntes y vehículos convencionales y vehículos autónomos.
Actualmente comienza a haber serios problemas simplemente con la circulación de vehículos mini-motorizados, (bicicletas, patines, seaways, tablas, etc) por las aceras, como para complicar más la cosa con vehículos autónomos. Con seguridad, habrá problemas que solo el tiempo irá solucionando..
Ocho años después creo que hemos avanzado poco en este área del reparto con robots autónomos.
En el centro de las ciudades será superguay: ya no solo tendras que moverte como si estuvieras en un Tetris esquivando turistas y gente haciendo fotos, tambien tendras que hacerlo con los robotitos.
De repente he recordado que hace dos años en España debimos ser pioneros en este tema ¿Que pasó de este experimento de un DIA de Alcobendas?
Robots inician en Madrid un reparto pionero de la compra a domicilio
«Los robots, en cambio, se integran sin fricción»
¿lo dices en serio, o es broma? Vamos a tener que empezar a discutir el uso del espacio público, porque entre coches (aparcados o moviéndose), bicis, patinetes, gente corriendo, chuchos cuya correa se prolonga toda la extensión de la acera, etc, va a acabar en guerra civil.
Siguiente paso, campaña de boicot «dele una patada a un robot»
Lo siguiente, «ley de bienestar robotil»
(empiezas a parecerte peligrosamente a mi…) XDDD