Mi columna de esta semana en Invertia se titula «Multas millonarias por deepfakes: ¿Protección democrática o barrera legal para la innovación?» (pdf), y trata sobre la propuesta legislativa española que contempla sanciones de hasta 35 millones de euros o el 7% del volumen global de negocio de una empresa para quienes no etiqueten de manera adecuada los contenidos generados por inteligencia artificial.
La idea, que ha sido recogida por medios internacionales, coloca a España en una posición de aparente vanguardia en la lucha contra los deepfakes y la desinformación, al exigir transparencia en un ámbito en el que la manipulación tecnológica se ha convertido en una amenaza cada vez más sofisticada.
El problema, como ocurre tantas veces, no es la intención sino la ejecución. La obligación de etiquetar todo contenido generado por inteligencia artificial puede sonar lógica y necesaria, pero plantea retos técnicos y prácticos que no están ni mucho menos resueltos. ¿Cómo se garantiza que una etiqueta digital no pueda ser eliminada, manipulada o falsificada? ¿Cómo se controlan los contenidos que llegan desde jurisdicciones en las que esa obligación no existe? ¿De qué sirve sancionar a una empresa española o europea si la mayoría de los deepfakes virales se generan en otras geografías más allá de nuestras fronteras? La tecnología no entiende de fronteras, mientras que la legislación, inevitablemente, sí.
A este debate se suma la contradicción con otras iniciativas gubernamentales. Mientras se anuncian subvenciones millonarias para que las empresas españolas adopten y desarrollen inteligencia artificial, se amenaza al mismo tiempo con sanciones astronómicas que pueden desincentivar la innovación. El resultado es un marco regulatorio incoherente, que oscila entre el impulso y el freno, y que corre el riesgo de ahuyentar a startups y pymes que ya de por sí se enfrentan a un ecosistema poco propicio para competir globalmente.
Europa ya tiene experiencia en este tipo de contradicciones. La aprobación del GDPR convirtió a la Unión Europea en referente mundial en materia de privacidad, pero no sirvió para crear un ecosistema digital capaz de rivalizar con los gigantes estadounidenses o chinos. Con la AI Act, Bruselas ha vuelto a optar por una regulación estricta y preventiva, mientras que en Estados Unidos y el Reino Unido se confía más en la autorregulación y en la colaboración público-privada para desarrollar estándares técnicos. El riesgo es evidente: que Europa se quede otra vez en el papel de gran regulador global, pero incapaz de producir actores competitivos en las nuevas industrias digitales.
En España, la creación de la Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial (AESIA) añade otra capa al debate. AESIA tendrá que vigilar el cumplimiento de esta nueva obligación de etiquetado, pero es difícil imaginar que cuente con los recursos suficientes para perseguir y sancionar cada incumplimiento en un entorno caracterizado por la abundancia y la facilidad de generar y distribuir contenidos. La medida puede tener más valor simbólico que práctico y servir para tranquilizar a una ciudadanía cada vez más preocupada por las falsificaciones digitales, pero muy difícilmente será capaz de resolver el problema de fondo.
La desinformación y los deepfakes son, sin duda, uno de los grandes retos de nuestra época, pero las soluciones pasan por combinar educación digital, alfabetización mediática, transparencia de las plataformas y cooperación internacional, más que por imponer sanciones que resultan difíciles de aplicar y que pueden convertirse en un obstáculo para la innovación. Apostar por la regulación como única respuesta es volver a cometer el error de siempre: creer que con normas y sanciones basta para moldear un fenómeno tecnológico que evoluciona mucho más rápido que la capacidad de legislarlo.
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Nada nuevo bajo el sol. Este país tiene una solvente, acerada, acrisolada y siempre muy celebrada, tradición represiva. No solo lo demuestra la historia, sino también los datos.
Y, cuando todo un país tiene de guía espiritual semejante tradición, ¿cuál es el resultado? El resultado es exactamente el mismo que cuando a alguien para adelgazar le ponen el famoso Régimen Taurino; que todo el mundo sabe que es un régimen durísimo, pero que ¡¡¡te lo puedes saltar a la torera!!! Y, sobre todo, sobre todo, siempre son los mismos los que se lo saltan con una alegría de risa… Y aquí paz y después gloria.
En definitiva, una propuesta que no irá ni a la esquina; y si va, no se cumplirá ni de casualidad, y cuando se cumpla, no pasará nada. Y si pasa algo, serán los pringados de turno los que pringuen…
Entonces, nada nuevo, ¡¡¡circulen!!!
PD: Oh, así como por supuesto dije cienes de veces que la tecnología NO es neutral, el problema TAMBIÉN son las intenciones del legislador. Las intenciones, siempre, las carga el diablo. Vaya que no.
En Europa no se crean gigantes tecnológicos NO por exceso de regulación (aunque es cierto que lo pone más difícil), sino por 1) falta de mentalidad tendente al riesgo en la inversión, y 2) por nacionalismo (no te voy a invertir en tu startup porque no está radicada en mi país; creedme, lo he vivido). De ahí el consejo de Draghi de crear una unión de mercados de capitales (menos mal que lo ha dicho él, si lo dijero yo sería el típico loco…), aunque eso solo solucionaría (en caso de funcionar) el punto 2).
Por otro lado, es del género imbécil dejar que las tecnológicas yanquis operen en nuestros territorios, dado su historial. Además, a falta de inversión privada en nuestro propio amazon, azure, google, etc, debería ser la propia UE la que pusiera el pastizal, pero eso tampoco va a ocurrir porque (adivina!) otra vez…nacionalismos. No lo voy a argumentar porque el que lo entiende a la primera, lo entiende, y el que no, no lo va a entender aunque se lo explique.
Poco más que añadir aparte de que los gigantes de EEUU gracias a su acceso al capital pueden comprar o ahogar a cualquier alternativa europea para evitar la competencia.
No es la primera vez que sucede ni será la última.
Realmente el objetivo de AESIA es tranquilizar a la población? no será enchufar otro paquete de amigos y conocidos en una agencia totalmente innecesaria? Vamos directos al desastre!!!!!
Al desastre se va por otras cosas. Un país entrenado como este en familiares, amigos y conocidos, ya vive tanto de eso que está completamente inmunizado.
Pero sí, por supuesto, además ese tipo de agencias están plagadas de eso…, o directa o indirectamente.
Creo que es un poco OFF TOPIC, pero creo que este tema de la censura oficial, está relacionado con lo ocurrido en Nepal, donde el cierre oficial de las RRSS ha creado unas revueltas de una inesperadas intensidad. Mi pregunta es, ¿Alguien cree que en un país occidental, como por ejemplo España, el rígido control gubernamental de Internet, puede generar revueltas callejeras de al menos mediana importancia?.
Mi opinión personal, es que no ocurriría, porque aquí existen, o al menos eso creemos, muchos medios donde es posible expresar nuestra protestar, (por ejemplo utilizar VPN), mientras que en el comunista Nepal el gobierno cegó la ultima espita por donde salía la protesta, y la olla política explotó.
A favor de la propuesta (otra cosa es que se vaya a cumplir). Basta de la patente de corso de las tecnologicas para hacer lo que quieran sin ninguna consecuencia a costa de la sociedad.
Y lamento tener que ser portador de malas noticias pero lo unico que funciona son las sanciones de verdad (no esas ridículas que hay actualmente que parecen más incentivos para saltarse la ley que otra cosa), lo de esperar que las tecnologicas se porten bien por decisión propia y repetir otra vez «la solución es la educación» y creer que absolutamente todas las personas van a estar perfectamente formadas, educadas y se van a portar bien es pensamiento magico, jamas ha sucedido en la historia de la humanidad y tampoco va a suceder ahora.
No tiene ningun sentido quejarse de que se regule y se sancione y luego indignarse con Meta o cualquier otra empresa cuando ¡sorpresa! hacen lo que les da la gana porque portarse mal no tiene ninguna consecuencia.
«Autoregulación» jajajajajaajajaj claro que sí, dejemos que los zorros se autoregulen a sí mismos sobre si van a comerse esas gallinas o no.
Y se añade que cualquier proceso de sanción (incluidas las idas y venidas de recurrir y ascender hasta la última instancia judicial) puede tardar hasta una década, perdiendo toda eficiencia real. Y además pueden ganar y que tengamos que devolverles todo el lucro cesante, etc. más intereses.
La verdad, dentro de un estado de derecho, no le veo mucha solución.
Perdón, hoy tengo un día complicado, no puedo intervenir demasiado. Lo digo en tono amistoso y risueño (…porque si no es para llorar…) pero leer nombres de Agencias/Cargos como «Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial», me retrotrajo automáticamente a los antiguos nombres de la burocracia soviética:
Nombre normal: «Jefe de Estado»
Nombre pomposo: «Presidente del Presídium del Sóviet Supremo de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas»
Nombre normal: «Jefe de compras»
Nombre pomposo: “Jefe de la Sección de Abastecimiento de Materiales de Oficina del Comité Ejecutivo del Sóviet Regional”
Nombre normal: «Coordinador de bibliotecas»
Nombre pomposo: “Especialista de Primera Categoría para la Coordinación de Bibliotecas Rurales del Ministerio de Cultura”
Disclaimer: fanáticos ideologizados que leen la palabra "comunismo" en cualquier lado y que automáticamente entran en trance echando espuma por la boca, abstenerse. Es solo un comentario en tono de humor. Tómense una cerveza, lean un libro o salgan a caminar y a ver los pájaros.Mi favorito es el «Departamento de Onomástica» de una universidad que no nombraré, jeje
https://elpais.com/tecnologia/2025-09-17/el-supremo-obliga-al-estado-a-abrir-el-algoritmo-que-asigna-el-bono-social.html
Ahora buscar en la SER la entrevista a la representante de CIVIO esta noche sobre las 22:30 hs, y ya vais a ver cómo realmente funciona la Administración Española, y por qué siempre digo que es de las peores del mundo.
Siempre la misma actitud, el mismo desprecio, la misma burla, el mismo choteo, el mismo maltrato, etc., etc. y etc.
¿Se cumplirá la condena, cuando ya ni los prevaricadores de turno no han condenado al Estado a costas ¡¡¡después de 7 años de arrastrarse y pagar por los tribunales para que se les diera la razón a los ciudadanos!!!?
No, no se va a cumplir, punto y pelota. Como muchas otras sentencias.
Y aquí hablando de la AESIA, esa infame.
Se me olvidaba, y no voy a decir nada sobre el Consejo de transparencia y buen gobierno, (ja, ja, ja, ja, «transparencia, dicen…, ¡¡¡es que me meo!!!), porque me pueden denunciar por delito de odio, por llamarles de joputas pa’ arriba.
En esta propuesta legislativa de sanción por «no etiquetar de manera adecuada los contenidos generados por inteligencia artificial»,
¿existe una definición clara de lo que llaman contenidos generados por inteligencia artificial?
Porque vamos
– si la IA hace una corrección ortotipográfica de mis artículos, ha intervenido pero
¿es contenido generado por IA?
– Hago melodías con mi Yamaha y las subo, junto a mi letra, a Suno que las arregla y hace la orquestación de mi melodía.
¿es contenido generado por IA?
Y cuando la IA genera automáticamente emails comerciales a los clientes, ¿se deberá indicar que es contenido generado por IA?
Y cuando la IA esté por todas partes, no sería menos laborioso pedir que se indique que el contenido ha sido generado por humanos? :-)