Albania ha dado un paso que muchos considerarían impensable: nombrar a una «ministra» virtual para encargarse de la contratación pública. Se llama Diella y, según el primer ministro Edi Rama, será inmune a presiones, favores o amenazas, y adjudicará todos los concursos públicos con la frialdad de los datos.
Albania no es un país cualquiera para este experimento: su democracia es joven, sufre un historial de clientelismo y corrupción, y tiene la vista puesta en una adhesión acelerada a la Unión Europea. Si algo puede mejorar la calidad de su democracia no son más discursos, sino mejores procesos. Y la inteligencia artificial, bien usada, puede ser una muy buena herramienta para la supervisión de procesos.
Conviene hablar del contexto político del país: Rama, un líder que lleva más de una década en el poder, aspira a un cuarto mandato y a cerrar el camino hacia Bruselas apoyándose en una agenda de digitalización ambiciosa y polémica a partes iguales. La novedad del anuncio no surge de la nada: Diella empezó este año como asistente en la plataforma e-Albania atendiendo a ciudadanos y empresas, y ahora se anuncia como responsable de adjudicaciones públicas con la promesa de «adjudicaciones 100% libres de corrupción». La duda obvia es el cómo: ¿qué controles humanos, qué auditoría pública, qué defensas necesitamos ante la posible manipulación del propio sistema? El gobierno no ha detallado aún ese diseño institucional, lo que constituye un punto crítico que no se puede dejar en el aire.
¿Puede una inteligencia artificial ayudar de verdad contra la corrupción en contratación? Sí, si se hace lo sencillo primero: detectar anomalías. La contratación pública produce un caudal ingente de datos: pliegos, lotes, ofertas, bajas, unidades de coste, adjudicaciones, modificaciones, certificados, pagos. Con esos datos, cualquier sistema mínimamente serio puede marcar patrones sospechosos: concursos con un único ofertante en exceso, bajas temerarias repetidas de los mismos licitadores, rotación de adjudicaciones entre empresas vinculadas, modificaciones tardías que inflan precios, unidades de coste que se disparan respecto a su histórico, redes de proveedores y apoderados que confluyen siempre en los mismos contratos. La literatura académica y técnica abunda: desde enfoques no supervisados para SICOP (Costa Rica), a métodos en grafos que detectan subestructuras propias del fraude, o revisiones sistemáticas recientes sobre el uso de datos abiertos y aprendizaje automático en compras públicas. No hace falta ciencia-ficción: hace falta higiene de datos, reglas claras y trazabilidad.
No es solamente teoría, y de hecho, ya existen experiencias que han funcionado en entornos hostiles y de elevada complejidad. Ucrania abrió sus datos de contratación con ProZorro y articuló una comunidad cívica, Dozorro, que usa algoritmos para marcar contratos de riesgo y elevarlos a las autoridades. El resultado fue un ecosistema de vigilancia distribuida con datos abiertos, algoritmos y ciudadanía, que muchos países han mirado con envidia, incluso con el país en plena guerra. Transparencia Internacional Ucrania explicó hace años cómo su inteligencia artificial identificaba irregularidades, y Harvard Kennedy School ha documentado el modelo de gobernanza. Brasil vio surgir «Rosie«, un sistema ciudadano que analizaba reembolsos de diputados y los publicaba en abierto, con un impacto ejemplar en rendición de cuentas. ¿La constante? Datos públicos estandarizados, reglas auditables y participación social. Es decir, exactamente lo contrario de un «oráculo» opaco.
Este enfoque puede ser especialmente valioso en democracias jóvenes, porque ahí la corrupción no es un accidente: es un sistema de incentivos que se hereda, se perfecciona y se naturaliza. Frente a ello, la inteligencia artificial no es una varita mágica, pero sí puede ser un agente de fricción que encarece el engaño, reduce la discrecionalidad y hace visible lo que antes era opaco. Si cada expediente deja un rastro inmutable de decisiones, si las reglas de scoring son explicables y el modelo es versionado y auditado, el político o el funcionario ya no decide en penumbra: decide a la vista de todos. En ese marco, el escepticismo social que registran las crónicas sobre Diella («hasta la inteligencia artificial se corromperá») es sano y necesario, pero debe canalizarse para exigir diseño institucional, no hacia desechar la herramienta.
El peligro, lógicamente, no es la inteligencia artificial, sino su posible captura institucional. Una inteligencia artificial «ministra» puede ser tan corrupta como el fichero CSV que la alimenta, o tan arbitraria como el código que no podemos ver. Por eso, si Albania quiere que Diella sea algo más que un gesto, debería anunciar desde el primer día la publicación proactiva y en formato OCDS de todos los datos del ciclo de contratación, unas reglas de riesgo y métricas de anomalía documentadas y versionadas, logs públicos de cada decisión con firmas de tiempo, auditorías externas y bug bounties para el modelo, una ventanilla cívica para impugnaciones rápidas cuando el algoritmo se equivoque, e incompatibilidad absoluta entre cargos públicos y proveedores para cerrar el circuito de posibles connivencias. Si falla cualquiera de esos puntos, no habrá «ministra» que valga. Y esto no solo aplica a Albania: hay lecciones claras de quienes ya han recorrido ese camino, como Ucrania o Brasil.
La parte técnica no es el mayor reto. Cualquier universidad con un equipo de data science medianamente serio puede desplegar en semanas un pipeline de detección de outliers por unidades de coste y familias de productos (puede hacerse directamente «out-of-the-box» con aplicaciones como BigML), un detector de «bid rotation» en grafos de licitadores, o un clustering de expedientes por semejanza para encontrar modificaciones atípicas y conflictos de interés. Eso ya está descrito y probado en papers y repositorios públicos, y se puede construir con herramientas abiertas y sencillas. El reto es político y cultural: aceptar que, a partir de ahora, cada euro adjudicado queda expuesto y que habrá que explicar cada excepción. Y esa es precisamente la línea que separa a las democracias que maduran de las que se estancan.
¿Es posible que todo esto sea simple «teatro cívico»? Algunos tienen dudas sobre el encaje legal de la figura y sobre la transparencia de su operación, pero la alternativa a un algoritmo no es la neutralidad: es volver a una intermediación humana que históricamente ha sido el origen del problema. Prefiero un sistema que se equivoque de forma trazable y corregible a uno que no deja rastro. La oportunidad, tanto para Albania como para cualquiera que quiera copiar el modelo, no es tener una ministra con rostro digital: es convertir cada licitación en un dataset público y en un caso de estudio continuo. Eso sí mejora la democracia, porque es calidad institucional en estado puro.
Un país que nombra una inteligencia artificial para vigilar contratos no está «sustituyendo políticos por máquinas»: está reconociendo que donde hay reglas y datos, la disciplina algorítmica funciona mejor que la discrecionalidad. Si Diella se queda en avatar, será una anécdota. Si se convierte en procesos auditables, código abierto y datos abiertos, será una revolución silenciosa que otros países, incluyendo muchos que se autodenominan o consideran democracias maduras, tendrán que imitar. Y ojalá lo hagan lo antes posible.
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A mí es que eso de democracia joven, en realidad me suena a vieja dictadura…
Desconozco a nivel técnico, cómo se puede manipular una inteligencia artificial para que acabe diciendo lo que le interese a quien le interese…. Pero estoy seguro que tratarán de hacerlo.. aquel que ha vivido toda la vida al amparo de jueces corruptos, no va a dejar de hacerlo de la noche a la mañana,, pero que todo sea un buen comienzo….
«Tengamos siempre presentes las palabras del inmortal Lenin, qué decía: ‘No se fien de las palabras, vale más que vean a quién benefician’.»
Hoxha (ser recordado por citar a otros.. manda huevos)
Albania, Sin Enver Hoxha no será lo mismo… para acabar con la corrupción tenía mano de santo, aplicaba el mismo principio que paquita la culona; «Disciplina, Disciplina y Disciplina» ( …ya que estamos citemos a otro intelectual)
Edi Rama no cabe duda que es un político de altura, mide más de dos metros, casi lo mismo que Felipe VI que casi los mide, pero la diferencia que a uno le viene el puesto de papá y a otro por ganar elecciones, como nos dice Enrique, tras mirar la wiki, es el único primer ministro albanés en la historia que ha ganado tres elecciones parlamentarias seguidas. Lo de cruzar datos para desenmascarar corruptos no parece mala idea, aunque lo vistan de mona vestida de seda (la IA). De hecho la medida podría tildarse aquí en la CCAA ayusera de social-comunista o católica (spoiler ahora mismito se explica), no porque recuerde a lo que decía Lenin de no fiarse de las palabras sino por desmontar chiringuitos como la púnica, la gürtel, o lo de Alberto Quirón… y ya sabemos si van contra la dueña de Pecas o su maromo…
o también
«Queridos hijos, no amemos de palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y de verdad. En esto sabremos que somos de la verdad y nos sentiremos seguros delante de él: aunque nuestro corazón nos condene,
DiosDiella es más grande que nuestro corazón y lo sabe todo»Casi Juan 3:18-20
… ¿Que es Edi woke o cristiano? Simplemente presidente del Partido Socialista de Albania, Otra vez la superioridad moral… y luego los que solo leen a María Pombo !
Y ya que antes hemos citado a Lenin, ahora le toca a Marx a los odiadores:
«Puede que parezca un idiota y hable como un idiota, pero no deje que eso le engañe. Realmente es un idiota.»
Groucho
PS: «Haga como yo, no se meta en política» Paquita la culona
En la UE , de momento uno de los oasis democráticos del mundo (provisto que a USA ya no se le puede considerar así), se pueden dar pasos para que la IA vaya tomando funciones para mejorar todo tipo de procesos en los que intervengan decisiones políticas.
De hecho , si ya esta todo permeado por la IA y eso seguirá creciendo, es imposible mantenar a la política alejado de eso, por que si la IA tiene mucho recorrido para mejorar lo que ya se hace bien, imaginemos el recorrido que tendrá en la política el como está el patio.
Lo de la manipulacion de la IA solo va a ser posible en dictaduras por que en una democracia que se precie hay controles para impedirlo, como auditorías del funcionamiento de la misma IA que se utilice.
Yo, cada vez que leo un comentario imputando la palabra «democracia» con esa alegría tan característica del ciudadano de este país, cuya formación democracia es próxima al cero absoluto kelvin, a cualquier país del mundo, y de paso le añade «paraíso», es que me entran unas ganas que salgo corriendo a mear y no echo ni gota.
Pues nada , pide la nacionalidad rusa y me llamas desde las trincheras cuando te recluten por la fuerza , y ya verás como lo entiendes.
No me hace falta ninguna, ya sufro eso que llamáis «democracia», y que mi supuesta formación democrática, no me lo permite llamarla así ni bajo amenaza de muerte.
Quizás tenga que recordar aquí, que los griegos llamaban a su sistema «Democracia», y resulta que sólo era tal para las clases alta, media y baja, si eran hombres y libres. Todos los demás, los demás, incluidas TODAS las mujeres, esclavos y extranjeros, a tomar por…, de ese fantástico sistema para ellos. O sea, un auténtico cagarro en materia de democracia.
Sí tú, además de democracia ya dices «paraíso», es asunto tuyo lo que para mí es tener el nivel de exigencia democrática la altura del abismo de Challenger, en la fosa de las Marianas.
Sobre el papel, parece una solución muy prometedora, como casi todo en lo que se pretende aplicar la IA, claro que el papel lo acepta todo.
Ya sabemos que la IA no es infalible, a estas horas alguien ya está pensando como corromperlas para conseguir sus propósitos.
No tardaremos en descubrir que los interesados van a emplear IAs corruptoras, para que todo vuelva a ser igual que antes, solo que además sin tener que pagar salarios, ni mordidas.
Pues en ese caso si que creo que aciertas en un ejemplo que es realmente de IA ( muy buenos los enlaces que referencias), y no es el hype del LLM. Y citando a verdaderas compañías de IA, como BigML ( A alguno lo llegué a conocer personalmente, aquí en Valencia, en los 90…)
Una duda técnica que me surge y que suele ser frecuente, es cómo se integrarán dichas metodologías. Es bastante conocido que técnicas aisladas que resuelven correctamente problemas concretos, pierden efectividad cuando forman parte de sistemas concurrentes y distribuidos, y pueden llegar a constituir auténticos cuellos de botella, técnicos.
La otra duda, es obviamente cómo influirá el factor humano. Ahí soy más pesimista.
Vale, está bien. No está mal tratar de que una Administración tenga una cierta «higiene» financiera.
Pero, en verdad os digo, hermanos, que cualquier sistema humano, (y biológico), no vive sin corrupción. Eliminad toda la corrupción, y eliminaréis todo el sistema.
Mejor aún, eliminad toda la corrupción, y entonces será todo el sistema, enterito, el que será corrupto.
No olvidéis que nunca hubo en toda la historia de la humanidad, mejores y más grandes moralistas que los perversos. (Pero perversos en el sentido más profundo y clínico de la palabra).
Y en política, fijaos en quiénes del PP han ejercido de persecutores de la corrupción cuando no estaban en el Gobierno, y ved dónde han acabado… (Ojo, del otro lado, también lo hay…).
Ahí lo dejo por hoy.
Hay dos tipos de corrupción. Una sistémica y en las que el partido en el gobierno no hace nada (PP -> caso Ayuso, y a Pablo Casado le costó la cabeza,por denunciar, o PSOE y Felipe), y otra que se da en personas cercanas o del partido, y son expulsados en seguida (PSOE -> Koldo, Abalos, Cerdán)
Pero el problema no es que una IA, vea indicios de corrupción, LO MALO es que viendo que hay corrupción (Espe, Ayuso, Mazón., antes la borracha, etc) los jueces, fiscales miren hacia otro lado…
La crítica que nadie ha hecho…
En Albania, el PS lleva muchos años y ¿ahora necesitan una IA? en fin…
Oh, oh, oh, sólo puse un ejemplo específico y personalizado, y de todos los años, y no sólo de estos últimos; insisto, a modo de ejemplo.
Pero antes del ejemplo, cuando digo que «sistema humano», incluyo a todo ese mejunje infecto y vomitivo de jueces, fiscales, policías, etc., que ya no tienen vergüenza en manifestarse como lo que SIEMPRE han sido, SIEMPRE.
Una gran reflexión, pero yo inmediatamente pienso en experimentos mundanos como el de Bukele… o, pero, cuando se intenta tomar el Palacio de Invierno, confundiéndolo con el de Verano, de tal forma que en vez de en San Petersburgo lo toman en Sebastopol.
Cuando el adn social negativo lleva tanto tiempo impregnado de corrupción, notemos el caso hispánico (especialmente borbónico), nada puede hacer una especie de inteligencia artificial, siliconadamente potenciada, en un asunto de «hombres» (especialmente machos)… recién salidos del Edén Tecnológico (no solo el de los Beach Boys!!!), por inútiles (como versión decente del «desconocido aún» homo sapiens).
Pues viendo los índices de corrupción en Ucrania no parece que haya funcionado mucho.
“Con esos datos, cualquier sistema mínimamente serio puede marcar patrones sospechosos: concursos con un único ofertante en exceso, bajas temerarias repetidas de los mismos licitadores, rotación de adjudicaciones entre empresas vinculadas, modificaciones tardías que inflan precios, unidades de coste que se disparan respecto a su histórico, redes de proveedores y apoderados que confluyen siempre en los mismos contratos. “
Creí que estabas describiendo la experiencia de las administraciones españolas. Todo eso se ve a simple vista. No hace falta una IA, lo que haría falta es que se denuncie.
El artículo plantea una solución brillante: que una inteligencia artificial controle el gasto público.
Pero se salta una pregunta clave, casi infantil de lo obvia que es:
¿Y quién controla a la IA, Enrique? ¿La misma mano que hoy controla RTVE, EFE, el CIS y hasta el color del BOE?
¿Te imaginas una IA «contra la corrupción» en manos del régimen actual?
Una IA que se entrena con los datos que ellos deciden publicar, que procesa los criterios que ellos definen, y que clasifica como “sospechoso” lo que ellos quieren que sea sospechoso.
Sí, claro, todo muy neutro y técnico. Como el CIS.
La IA no es magia.
Es un espejo de los sesgos del sistema que la entrena.
Si hoy la Fiscalía se activa por lo que diga Moncloa, ¿de verdad crees que el algoritmo no va a hacer lo mismo?
Lo que describes no es el fin de la corrupción.
Es su evolución:
Una corrupción silenciosa, automática y sin culpables, bendecida por el sello “inteligente”.
Lo que no se mide no existe.
Y lo que se maquilla antes de entrenar la IA, tampoco.
La corrupción no se elimina poniendo al lobo a programar el perro guardián.
Se elimina cuando el sistema no puede esconder sus actos detrás de una pantalla negra de código.
Lo que tú propones, con toda su estética progresista, es el sueño húmedo de cualquier autócrata con bata de tecnócrata:
Una dictadura algorítmica con coartada estadística y sin posibilidad de réplica
¿Pero tú de verdad has leído el artículo? ¿O te has limitado a leer el titular? Porque vamos, has enumerado una por una las objeciones que yo ya había escrito en él, sin más…
F, yo me la imagino en manos del régimen que humedece tus sueños, el otro, el anterior, el de siempre, el de toda la vida, sí, exactamente ese en el que siempre estás pensando.
Y más ahora, que miras horrorizado cómo te rodea este régimen comunista, culpable hasta de parar una Vuelta ciclista por causas tan tontas y sin ninguna importancia como que se asesinen civiles de a miles, mientras tú y los tuyos aplauden a rabiar con las orejas, y le lamen el lomo a los asesinos.
Que razon lleva profesor. Una IA seria inquebrantable politicamente hablando , el problema reside en quien sera el partido corrupto que acepte a la IA como el maximo de sus exponentes?
Creo que sería más interesante hacer las cuentas del estado públicas y con sus movimientos ONLINE, del mismo modo que cualquier ciudadano puede ver sus cuentas bancarias. Así cualquiera podría fiscalizar y hacer un seguimiento en tiempo real de los presupuestos. ¿Sabes de algún país que lo haya propuesto?
Hay muchos portales de transparencia de entidades e instituciones con datos heterogeneos, anecdóticos y no actualizados. Si el ámbito de la IA ofrece herramientas de actualización estaría agradecido a quienes tengan voz en esto.
Artículo muy interesante. Surge una paradoja crucial: ¿Cómo se reconcilia el ahorro que promete una IA controladora del gasto con el enorme consumo de recursos (especialmente agua) que requiere su propio funcionamiento? Sería irónico que la herramienta destinada a frenar el despilfarro fuera, a su vez, una fuente de él. La sostenibilidad de la propia IA debe ser una variable innegociable en esta ecuación.
Como ya publiqué hace poco, el debate sobre el agua necesita unos cuantos matices. En realidad, el problema es que el término «uso de agua» se confunde frecuentemente con «consumo de agua». En los centros de datos, gran parte del agua utilizada en los sistemas de refrigeración se extrae, se emplea para absorber calor y luego se devuelve a su cuenca. Caliente, sí, pero se reincorpora al ciclo hídrico tras reducir su temperatura hasta el rango permitido.
Sólo algunos diseños (principalmente enfriamiento evaporativo) consumen agua, y no una barbaridad, por pérdidas de vapor. Otros intercambian agua por electricidad usando enfriadores por aire o bucles de líquido directos al chip, lo que reduce drásticamente las extracciones en la cuenca del sitio.
Pues en España hace mucha falta quitarle el control del gasto público al Gobierno de turno.
Si la IA es capaz de soportar esta tarea de manera independiente te tal forma que ningún Pedro Sánchez u otro parecido pueda arrimar el ascua a su sardina, pues mejor que mejor.
El Informe Digital News Report 2025 del Instituto Reuters destaca que, como parte de su Plan de Acción para la Democracia Española, el gobierno actual ha asignado 124,5 millones de euros en subvenciones a los medios de comunicación, oficialmente para apoyar la digitalización y el periodismo de calidad, argumentando que esta financiación ayudará a los medios tradicionales, que atraviesan dificultades, a competir con los medios digitales sensacionalistas, pero a la hora de repartir ese dinero, el Gobierno lo hizo favoreciendo a los medios afines, dejando a lo que ellos llaman la fachosfera fuera de estas prebendas dinerarias. Otro tanto para con el gasto publicitario del Gobierno, y con oras muchas partidas mas, y de todo ello no nos enteramos de hacia quien y hacia donde va nuestro dinero.
Todo con la finalidad de ganar para si el relato político ante la opinión pública, generando su ruido para que no se escuche el del contrario.
Pues que la IA siga la pista del dinero y la del ruido mediático para que los españoles podamos confiar en la información de los medios, por ejemplo.