Que The Economist publique un artículo titulado «AI is killing the web. Can anything save it?» ya es en sí un anuncio simbólico: no de que ese medio vaya a desaparecer mañana, sino de que el consenso tecnológico parece estar en plena mutación. Pero movámonos con cierto cuidado: ¿realmente estamos ante la muerte de la web tal como la conocemos, o más bien, ante su metamorfosis radical?
El planteamiento central del artículo de The Economist es muy directo: los modelos de inteligencia artificial conversacional como ChatGPT y similares están erosionando el «verdadero acuerdo» que sostenía la web: los sitios entregaban contenido libremente, los motores lo indexaban, y luego los usuarios eran redirigidos hacia esos sitios para consumirlo (y así monetizarse mediante publicidad). Poca crítica o ninguna sobre los males de ese modelo, que ha supuesto, desde mi punto de vista, el verdadero problema en esa evolución de la web, que en manos de irresponsables nos ha convertido en productos en vez de usuarios, y que es el responsable de su posible muerte.
Los sistemas de inteligencia artificial, argumenta el artículo, rompen ese ciclo: ofrecen respuestas «ya digeridas» al usuario, sin necesidad de enviar ningún tráfico a páginas externas. En ese escenario, lógicamente, las páginas web pierden visitas, ingresos y relevancia. Si vives de las visitas y de la publicidad, mala cosa. Lo de la relevancia creo que merece otra reflexión diferente, pero esa la dejo para otro artículo.
Ante este panorama de pronunciamientos y reflexiones, quiero plantear mi propia hipótesis, crítica pero optimista, acerca de si la web como la conocemos está en su ocaso, o simplemente embarcada en una transición profunda: para empezar, creo que la afirmación de The Economist es más útil como provocación que como sentencia. No niego que muchos sitios, sobre todo aquellos cuya monetización dependía casi exclusivamente del tráfico referencial, ya están sintiendo el golpe. Pero «matar la web» habría sido una exageración incluso en el siglo XX: la web ha demostrado ser resiliente, ubicua y capaz de reinventarse.
Existen algunos argumentos presuntamente sólidos a favor de la tesis del colapso:
- Desintermediación del «click»: si las inteligencias artificiales responden sin redirigir, los editores pierden visibilidad. Las webs que dependían de picos de tráfico «gratuito» pueden ver reducirse drásticamente su modelo de negocio. Modelos como Google Discover no hacen más que «repartir migajas» de un tráfico que se está desvaneciendo rápida y gradualmente.
- Homogeneización del contenido y ruido algorítmico: si muchas respuestas provienen indirectamente de fuentes similares, el abanico de voces se estrecha. Además, los modelos pueden tender al «auto-plagio»: reutilizan lo ya consumido, no crean conocimiento original.
- Concentración de poder en plataformas de inteligencia artificial dominantes: si tres o cuatro compañías controlan los grandes modelos y los «canales de entrega», podrían convertirse en los nuevos «portales de facto» de la información, desplazando a los sitios medianos e independientes.
Pero contra esos riesgos, apuesto algunos contra-argumentos que sugieren que la web no morirá, sino que podría emerger de otra forma:
- El valor sigue en la especialización y la comunidad humana: los modelos de inteligencia artificial no pueden sustituir ciertas funciones: periodismo de investigación o investigación como tal, análisis original, comunidades nicho con voz humana y reputación. Allí, como en esta página que estás leyendo y cuyo tráfico no ha caído, la web conserva un espacio privilegiado y razonablemente humano. Lo del modelo de negocio es, si queremos, otra cuestión.
- La reacción normativa y las licencias: es posible que surjan mecanismos legales o técnicos que obliguen a los agentes de inteligencias artificiales a pagar por acceso al contenido (licencias, micropagos, acuerdos). No me parecen para nada positivos porque apuntan a una mercantilización demencial de todo, pero existe ya preocupación institucional sobre cómo remunerar la producción de contenidos frente al uso masivo por los modelos.
- Rediseño arquitectónico (Web 3.0, agentes, estándares): algunos trabajos académicos sugieren que el próximo estadio será una «web agéntica» donde los agentes autónomos negocien con webs, soliciten fragmentos relevantes, devuelvan créditos, etc. Básicamente, lo que proponen es una nueva fase de una internet dominada por agentes inteligentes que interactúan entre sí y con humanos, lo que convierte la navegación en una especie de danza entre máquinas. Según esto, los ideales de la web semántica, con datos estructurados, razonamiento, agentes, etc. quedaron relegados frente al auge del deep learning, pero podrían rescatarse ahora como una alternativa más sostenible al modelo de «inteligencia artificial como caja negra». Un informe reciente del W3C investiga el impacto sistémico de los modelos de machine learning sobre la estructura de la web, cómo la estandarización podría moderarlo, y apunta también a que una forma de evitar daños es incorporar estándares que permitan una «conciencia» del uso de contenido por inteligencia artificial dentro de la propia infraestructura de la web.
- Crisis de sostenibilidad de la propia inteligencia artificial: Como advierte Forbes, si los modelos aprenden sobre contenido que ya estaba creado por inteligencia artificial, podríamos llegar a una suerte de «entropía textual» que degrade la calidad general del lenguaje generado y obligue a reintegrar fuentes humanas con mayor peso.
¿Cuál será el futuro si estos vectores siguen tensionándose sin resolverse? Mi escenario probable es híbrido: imaginemos que en diez años el «navegador conversacional» sea el punto de entrada predominante: el usuario pregunta, el agente de inteligencia artificial responde, pero bajo el capó, negocia microtransacciones con páginas web especializadas que ofrecen contenido protegido o de alto valor. Algunas webs se transforman en «ediciones premium para inteligencia artificial» o «para agentes, con APIs propias diseñadas para agentes. Muchas otras migran a modelos de suscripción o comunidades troceadas, independientes del tráfico abierto.
En ese mundo, sí, gran parte del Internet abierto, democrático y universal que conocemos se habrá diluido. Pero no será una muerte absoluta: más bien una reinvención forzada. Muchos pequeños sitios como blogs, páginas personales, revistas especializadas, etc. tendrán que repensar su papel: ser parte del ecosistema de agentes, no sólo esperar vistas gratuitas.
Así que, en mi juicio, no, la web no ha muerto todavía, pero sí ha dejado de existir tal como la conocimos. Nos hallamos, probablemente, al borde de su siguiente versión: una web de agentes, contratos y pagos invisibles. El reto será preservar diversidad, apertura y creatividad frente a la lógica del «más respuesta, menos enlace» que sin duda está surgiendo y creciendo a todos los niveles.
Y si me permitís una predicción provocadora, dentro de unos quince años, cuando alguien diga «visita mi página web», lo entenderemos más como «mi agente está disponible en esa plataforma» que como «entra a mi página». La verdadera pregunta no será si la web se muere, sino si podemos evitar que se convierta exclusivamente en una galaxia controlada por unos pocos motores de inteligencia artificial propiedad de unas pocas compañías que engañan y manipulan los algoritmos para que proporcionen las respuestas que ellos venden al mejor postor. Y ahí, los usuarios, su nivel de sofisticación y sus intereses tendrán mucho que decir.
You can read this article in English on my Medium page, «The web isn’t dying—it’s evolving into something new»


¿ Cómo quedará este sitio Enriquedans.com…?
Es un blog que escribe por que le gusta, el problema más bien está en el carácter de ser humano mortal de Enrique. Si Enrique no pilla la velocidad de escape, mi siguiente mejor opción es que vuelque su conciencia en una nube alimentada con sus referencias de flipboard y que siga escribiendo artículos por toda la eternidad. La otra opción es superarlo con drogas el día que falte.
Interesante artículo.
Coincido en gran parte con lo que se dice, pero hay un aspecto de la «muerte de la web» importante que no se menciona: la muerte de la capacidad de razonamiento y crítica del lector de webs.
En un futuro como el que se plantea, tendríamos un agente que no solo nos sustituiría en la labor de bucear en webs y buscar información, sino que también reemplazaria nuestra capacidad de analizar la información y sacar conclusiones propias.
Todavía (cada vez menos) existe el buen periodismo, que presenta hechos, explica los contextos en los que esos hechos suceden, y da información suficiente para que podamos formarnos nuestra propia opinión en un mundo donde no todo es blanco o negro, sino que existen los grises.
En un futuro lleno de agentes, estos me serán útiles para contestar cosas como «quién y como descubrió la penicilina», pero si pregunto «,¿morirá la web?, que no tiene una respuesta tan sencilla, recibiré una contestación basada en la interpretación de una IA que tendrá sus algoritmos y sus sesgos.
Y olvidémonos también te comentarios como este. Ya nada estará en duda. Incluso diría que habrá quienes escriban pensando en como un agente de IA interpretará el texto.
Me hace gracia pero a su vez me da miedo quien intenta dar por zanjado un debate en Twitter preguntando a Grok y tomando su respuesta como una verdad absoluta.
Yo soy más pesimista frente al futuro, viendo la ausencia de moral y escrúpulos de la mayoría de grandes tecnológicas, y la pereza de cada vez más gente hacia leer un artículo de más de 100 palabras y formarse una opinión propia.
Quizás lo que necesitamos es una IA que no solo nos dé respuestas, sino que también nos haga preguntas, para hacernos PENSAR.
Desde hace decadas existe el concepto del «agente» en cine y literatura, un personaje que flota en los hombre del protagonista, no es un amigo, pero si es un confidente
Pepillo Grillo (Pinocho)
Pods (Nier Automata)
«Bubo» de Furia de Titanes 1981
R2-D2, C-3PO en Star Wars
Clippy
La gente esta acostumbrada a la idea de tener un «agente» que lo asista en cualquier situation, y conforme la mayoría de la población envejece la idea tener un agente personal surge con fuerza, en general la personas tienen a rechazar a la personas que son hostiles (lo cual se nota en la sociedad actual), un agente nunca se rebela, no trata de estafarte ni pedir dinero, a diferencia del tóxico humano
Y Ratatouille, no te olvides :-)
Disculpas Sr. Dans por este OFF TOPIC, pero acabo de leer un artículo en El Mundo y me parece muy interesante.
¿Conoce el libro “Abundancia” de Derek Thompson y Ezra Klein? No sólo la vieja Europa ha caído en el vicio de la sobreregulación paralizante. De hecho en algunos estados de EEUU es incluso mucho peor.
¿Alguno de los aludido es California?
Por supuesto. La construcción del tren de Alta Velocidad es paradigmática.
Es fascinante que mientras vemos como las grandes empresas ya estan absolutamente por encima de los estados y hacen lo que quieren sin ningun control los liberales que nunca tienen bastante intenten convencernos del delirio ese que se han inventado de que existe una sobreregularización paralizante.
Es el escenario clásico de la ciencia-ficción: un planeta que se va al carajo, y empresas más poderosas que los gobiernos…
En efecto. Y me temo que cada día profundizamos más en esa distopía.
El muy acertado comentario de Asier tambien es un buen ejemplo del futuro que nos espera con las empresas dueñas de las IA (porque no pensemos que no van a tener los sesgos que quieran sus propietarios) ya hasta pensando por nosotros.
A los lectores de -la, en tiempos, denostada- Ciencia Ficción no nos sorprende nada porque cualquier escenario imaginable, ya lo hemos leído.
Acabamos de ver en EEUU a las tecnológicas lamiéndole el culo a Trump y ni te cuento en China cómo están. En Europa tres cuartos de lo mismo
Es una chorrada eso de que están por encima de los estados, y ellas lo saben bien. Son otros los que parecen no enterarse de la realidad aunque la tengan delante de los ojos
Viene un problema con los jovenes de la generacion TikTok.
Cuando se usa la IA para informarse de algo se tiene que tener el criterio suficiente para:
– Hacer las preguntas pertinentes y adecuadas para extraer la información que deseas.
– Contrastar la informacion que recibes con nuevas preguntas para minimizar fallos o alucinaciones de la IA.
– Tener la cultura general suficiente que te permita interpretar , contextualizar y asimilar la informacion que recibes.
Entonces la IA si es aprovechable en generaciones anteriores que cumplen estos criterios.
Pero las nuevas generaciones son reacias a los periodicos, reacias a los libros, reacias a mantener la atencion mas de un minuto para informarte en profundidad sobre algo, etc.
El resultado es un erial mental que ya no sirve para aportar las condiciones necesarias para aprovechar la IA.
Desde tiempos de Aristoteles que todos opinamos que la siguiente generación está peor preparada que la nuestra. No puede ser cierto, es una opción subjetiva falsa.
Y ni que las generaciones anteriores leyeran libros masivamente, vieran el periódico para algo más que la sección de deportes, o la televisión para algo más que las secciones de entretenimiento. O como si quienes sí que lo hacían no buscaran, como hoy día, lo que confirmara sus ideas previas y no tragaran propaganda para aburrir. O como si las generaciones anteriores dedicaran su atención durante más de un minuto a asuntos serios y trascendentales fuera del trabajo. O como si las generaciones anteriores estuvieran todo el día filosofando y discutiendo sobre política y ciencia, y contrastando estudios científicos sobre temáticas de actualidad.
Es un poco cansado ya eso de «es que los jóvenes de hoy en día!»
Pues no sé en que planeta vives pero en el mio todas las estadisticas sobre las ultimas generaciones de jovenes que usan redes sociales evidencian una caida en picado de lectura de libros y periodicos y se informan a través de los consabidos, incultos y polarizados youtubers que hacen que, por ejemplo, se hayan pasado en masa a la ultraderecha.
Tu dile a uno de esos que lea el Quijote ya verás que risa.
Asi que lo dicho, ricos en chorrradas del Tik Tok y poco mas.
+1000
Pero ya no el tocho del quijote, que si las cosas no han cambiado les hacen leer el instituto, les haces leer un artículo largo sin que aparezca el youtuber/tiktoker incluyendo un supuesto comentario gracioso cada treinta segundos (mas o menos el maximo de concentración que puede alcanzar un joven de hoy en día), y les explota la cabeza.
Yo vivo en el planeta tierra, no sé en cuál vivirás tú. Y en ese planeta la cantidad de gente que lee libros, periódicos variados y cuestiones sobre ciencia, arte, etc. siempre han sido una minoría. Siempre. Y generación tras generación siempre han dicho lo mismo de la anterior. Gracioso lo de El Quijote, ¿cuántos te crees que lo han leído en cada generación?
Y en ese planeta, en este país en concreto, las estadísticas no dicen eso que afirmas, no.
Desde Aristóteles y de bastante antes… El odio de los viejos a los jóvenes, es épico. Odio que se ve en las guerras: acuerdos de viejos para asesinar a jóvenes. Ay, señor, señor, señor, qué paciencia.
Y, respecto de la muerte de la WEB, a mí ya me parece que los muertos que todos estos (¿payasos?) que nos anuncian que han matado, todos esos muertos gozan de una excelente salud. Ahí lo dejo.
Siento que pecas de
ingenuotecno-optimista, o yo es que me paso tres pueblos de cínico.Ni cuando soplaban otros vientos se intentó o se pudo hacer algo así. Nadie va a salir a regular estas situaciones que proyectas. Y si lo hicieran, para cuando se voten las regulaciones ya habrá cambiado el panorama. Para cualquier administración sería como «micro-gestionar» las interacciones en la web entre individuos y «entes»:
• «…es demasiado invasivo…»
• «…ya veremos que pasa…»
• «…tenemos otras prioridades…»
• «…we are deeply concern…»
• etc
Ergo: lo hará el (sacrosanto) mercado, ergo: ATPC todo dios.
Al grito de «Si no está prohibido, está permitido» cualquiera (con los medios suficientes y con total ausencia de ética y principios) que pueda crear la tecnología para apropiarse de lo que otros hicieron, lo hará: Zuckerberg, Peter Thiel/Palantir …etc (…elijan, hay hijos de puta para hacer dulce…)
Solo aquellos que puedan, y tengan los medios para hacerlo, podrán proteger y dar acceso a su «jardín» de información privada, no sin antes tener que padecer intentos de hackeo e intrusión, que es mucho más barato que siquiera pedir permiso o intentar negociar.
El campo de juego está demasiado inclinado.
Me hace el efecto que Internet no ha cesado de evolucionar desde que se invento. La IA continuará obligandola a evolucionar, pera dudo que se produzca la muerte de Internet, sólo su evolucion para adaptarse a las nuevas circunstancias
«como en esta página que estás leyendo» (EDans).
Hay una obsesión trepidante, que resurge con fuerza de cuando en vez, sobre las muertes varias : la inteligencia, la historia, la seducción… en fin, el hecho de que desprecien mi capacidad para elegir , incluso en esta jodida sociedad, no me va a hacer creer lo increíble… solo manejo datos reales (pasados por mis filtros)… por ejemplo este blog.
Lo demás es morralla de gente megasiliconada, que escribe en lugares de culto amodorrado como The Economist.
Tú verás si te dejas matar o sigue sal pie del cañón, navegando «con diez cañones por banda y viento en popa a toda vela»…. o al menos algunas ráfagas de vez en cuando. Siempre tendrás algún seguidor, que guste de soplar en tus velas…
Cuando cojo un libro en papel de mi biblioteca, pocas veces ahora, sigo sintiéndome en resonancia con todos los lectores del planeta, que alguna vez hicieron lo mismo. Y aunque pueda que hagamos lecturas muy diferentes…¿Qué más internet que esa?
Enrique, no veo muy claro el modelo que propones de «mi agente está disponible en esa plataforma», porque al final el intermediario existirá y controlará toda la información.
¿Pero como decidirá que información mostrar? Por ej., hoy en día un usuario podría querer investigar y buscar información sobre un tema X, y para hacerlo debería usar Google y pasar los resultados página por página.
Al hacerlo, y con suerte, podría encontrar otros puntos de vista sobre ese mismo tema, o incluso tal vez otra info relevante sobre un tema paralelo relacionado que nunca habría pensado.
Y estas «sorpresas», en mi opinión, se perderán con la IA como único portal. Porque a menos que le formule una pregunta compleja, detallando que quiero saber sobre el tema X, pero también sobre temas relacionados, etc., la IA me dará de entrada lo que hoy en día sería la 1er página de Google filtrada.
Es como si en vez de ir a la pinturería y ver todas las opciones de colores para pintar tu casa te quedaras con el primer color que se te ocurre.
Si usas la inteligencia artificial «según sale de la caja», sin duda. Si «la afinas» con tus intereses, con tus características y con lo que has producido hasta el momento, no. Y esa dicotomía creo que será la que marcará el futuro: mucha gente que simplemente usa la herramienta, y otros (menos) que aprenden a adaptarla y a extraerle partido de verdad, convirtiéndola en un asistente que los complementa.
La Web esta viva.
Todo el contenido que existe actualmente es generado por los propios usuarios. La idea que resurge cada año de «matar a la web» solo interesa quienes llenan sus sitios con los mismo anuncios, que llevan a las personas implementar adblock en todas partes.
La paradoja es servicios como Alexa, Asist Google y Siri llevan diez años existiendo y nadie ha dicho que esos agentes «mataron» la web de alguna forma, que de forma conveniente resurge en un momento que cualquiera, en una PC promedio, puede instalar LM Studio y escojer entre 100 tipos de LLM disponibles, así que tampoco hay una «concentración de poder» entre unas pocas compañias, desde tu propio Pc ya tienes tu propio agente.
No hay premio = No se genera contenido de valor.
El contenido que aporta al usuario requiere de horas o días para su redacción, y no se va a realizar si no genera visitas (negocio).
Hablamos de artículos de investigación médica, estética, mecánica, eléctrica,… todos los sectores.
Es una realidad que la generación escrita de contenido de valor ha caído en picado.
Ciò che sarà, sarà