El caso Grindr representa todo lo que está mal en la publicidad online

IMAGE: Ivan Radic on Flickr (CC BY)

El caso Grindr, en el que se ha demostrado fehacientemente que los datos de geolocalización de sus usuarios estuvieron a la venta y ampliamente disponibles durante años, es una prueba clara de todo lo que está mal en la publicidad online, un mundo cada vez más intermediado y oscuro en el que este tipo de cosas están completamente a la orden del día.

Según todo parece indicar, la app de citas gays compartió la geolocalización de sus usuarios a través de MoPub, la red de publicidad que Twitter vendió a finales del pasado año, y a través de ella, se comercializaban de manera abierta y sencilla a cualquiera que quisiera adquirirlos. Un ecosistema completamente turbio e impredecible: por mucho que digan los términos y condiciones, tus datos, de prácticamente cualquier tipo, pueden salir de una app hacia cualquier socio con el que tenga firmado un acuerdo y, a partir de ahí, llegar a prácticamente cualquier sitio.

El problema es la imposibilidad de mantener el más mínimo control sobre todo lo que haces, empezando por la obvia imposibilidad de leer, entender y procesar cualquiera de los acuerdos de términos de servicio que aceptamos todo el tiempo sin la menor reflexión cada vez que instalamos una app, siguiendo por lo que compartimos con ellas tanto de manera explícita (los datos que facilitamos conscientemente) como implícita (los que se derivan de nuestros hábitos de uso), y por la existencia de un enorme tejido de brokers, revendedores e intermediarios de todos los colores dedicados a intentar explotar nuestra privacidad de todas las maneras posibles. Siempre hay alguien interesado en comprar algo, siempre hay algún director de marketing convencido de que pagar por algo va a incrementar sus ventas, y siempre hay usuarios cuyos datos personales de todo tipo acaban siendo vendidos sin que pueda tener la menor idea de cómo ha ocurrido.

En la práctica, un sistema optimizado para alimentarse de todo lo que hacemos y enriquecer a una serie de compañías que se arrogan la propiedad de unos datos que son cualquier cosa menos suyos. Un sistema que, simplemente, debe terminar. El paso de los primeros tiempos de la web, en los que había que saber programar o mantener un servidor para poder participar, a lo que se dio en llamar Web 2.0, en la que los usuarios podían utilizar herramientas sencillas para publicar con absoluta facilidad, conllevó que los proveedores de esas herramientas se convirtiesen en prácticamente todopoderosos, en compañías con un enorme crecimiento debido a la posibilidad de facilitar sus servicios gratuitamente y de convertirse en los auténticos guardianes de la web. A partir de ahí, todo ha sido «optimizar» el sistema, dotarlo de recovecos imposibles de seguir para que nuestros datos, ajenos a todo control, se vendiesen y revendiesen todas las veces que fuera posible.

¿Imaginamos un mundo en el que fuese normal que alguien nos siguiera en todo momento, apuntase dónde vamos, qué hacemos, de qué hablamos con nuestros amigos, qué compramos o hacia dónde miramos, y después tranquilamente pudiese comercializar esos datos sin limitación alguna? ¿Tendría sentido que eso se pudiese hacer? Y si no se puede hacer fuera de la web, ¿por qué está perfectamente normalizado que se pueda hacer en la web?

El tipo de caso que demuestra, simplemente, cómo de podrido está el sistema y cómo de necesario es terminar con él. Cuanto antes, mejor para todos.


This article is also available in English on my Medium page, «Grindr case represents everything that is wrong with online advertising«

27 comentarios

  • #001
    Dedo-en-la-llaga - 3 mayo 2022 - 17:14

    Pegasus.

  • #002
    Lua - 3 mayo 2022 - 17:45

    “si algo es gratis, el producto eres tú”

    Esta cita, aparece en estas líneas cada dos por tres. Da igual si es una red social, una aplicación de citas o un buscador de gasolineras… si es gratis, TU eres el producto.

    No puede uno quejarse, desde el momento en que practica el: “aceptar, siguiente, aceptar, ok…” sin leerse los términos y condiciones, que a pesar de su rebuscado lenguaje y ofuscación exprofeso, no dejan, de dejar claro la cita anterior. “Haremos con tus datos lo que nos salga del pito”, justo lo que hacen.

    Cuánto te llevaría leer todos los “términos y condiciones” de las aplicaciones más populares en tu celular

    Es algo inmoral? Falto de ética? Lo es, pero es que lo has aceptado. Ilegal? NO.

    Por otro lado, hablamos siempre de las publicidades (mas o menos intrusivas), pero molestas a todas luces. Hombre, de algo tienen que vivir para dar esos servicios “gratis”. Las compañías no son tontas y saben que la mayoría de la gente, utiliza bloqueadores, scripts etc para evitarla. Incluso navegadores ya lo hacen. Así que no les queda otra que el trafico de datos, que podrá ser mas o menos descarado, pero “aceptado” por el usuario.

    Luego, las quejas, no tienen sentido.

    Una legislación ad hoc?

    Si cualquier país (o la UE) legisla al respecto, y lo hace en forma de prohibicion de ese trafico de datos, en poco tiempo cerraran todos esos servicios “gratis”, o se pasaran a un modelo de pago. No hay otra salida.

    Buen articulo y buena reflexion.

    • SUPERAGENTE 86 - 3 mayo 2022 - 18:53
      • Lua - 3 mayo 2022 - 21:14

        (no le entres al trapo… no le entres….) XDDD

    • Dedo-en-la-llaga - 3 mayo 2022 - 19:04

      Es obvio que todos estos de las apps & cía, más el sistema operativo, «viven» de la absoluta indiferencia de la gente de lo que se haga con la privacidad de sus datos.

      Más todavía, no sólo de la indiferencia, sino de la purita compulsión exhibicionista que habita en la mayoría social desde hace años. Eso, más el tema de que no van a renunciar al placer que le proporciona estos gadgets por nada del mundo, (recomiendo escuchar por enésima vez esta canción https://www.youtube.com/watch?v=J5yNiAcjsr0 ), explica muchas cosas del grado de burremia al que se ha llegado.

      Eso sí, lo vuelvo a repetir también por enésima vez: yo no veo publicidad ni en mi movil, nada, cero, ni un gramo. Pero para eso, hay que echar un rato eligiendo bien, y luego configurando mejor. (Y aún así, estoy COMPLETAMENTE SEGURO que hay PUERTAS TRASERAS ocultas al propietario del movil. Tengo ejemplos escalofriantes, MUY escalofriantes vividos en primera persona.).

      Saludos.

      PD: Lo que les ha pasado a los de esa web es una putada. Pero, ¿pasará algo? No, nada de nada. Como siempre.

  • #006
    Gorki - 3 mayo 2022 - 18:07

    ¿Imaginamos un mundo en el que fuese normal que alguien nos siguiera en todo momento, apuntase dónde vamos, qué hacemos, de qué hablamos con nuestros amigos, qué compramos o hacia dónde miramos, y después tranquilamente pudiese comercializar esos datos sin limitación alguna?

    Si los detectives privados

    Nos podemos escandalizar, lo que no podemos decir es que no lo sabíamos y que no estábamos avisados, ¿De que creían los usuarios que vivían los dueños de Grindr?

    ¿De qué sospecho que vive el dueño de la app de reloj de cocina que utilizo cuando cocino?.- De los datos que recoje, pues claro.

    • Lua - 3 mayo 2022 - 19:31

      OFFTOPIC

      Gorki (o quien sea), salgo mañana por la noche. Voy al Infanta Leonor. No se que me pasa con el GPS, pero en Madrid se cachondea -siempre- de mi.

      Alguna forma de llegar sin mucho incidente desde la A2 ???

      • Superagente 86 - 3 mayo 2022 - 20:19

        99 me ha dicho que

        Desde A2 lo mejor es cerca de Torrejón coger la salida de la M45 que lleva hasta la A3 dirección Madrid, en el km7 de la A3 sales a Avda de la Democracia, y en la rotonda del Mercadona, por la Avda. Gran Vía del Este llegas directo.

        • Lua - 3 mayo 2022 - 21:14

          Gracias… era una de mis opciones… no tenia claro si la mejor (el puto GPS se empeña siempre en hacerme dar vueltas en la M30 vaya donde vaya…)

          Hay cambio de planes de ultima hora y trasladan a la suegra a Plasencia (de esta no sale)… asi que seguire por la M50 habitual.

          Mala suerte, otra vez sin poder hacer unas birras.

          • Gorki - 3 mayo 2022 - 21:44

            Pues yo tengo mañana un funeral, pero si pasas por aquí, hare lo que sea posible por vernos.
            Lamento el motivo del viaje.

          • Lua - 3 mayo 2022 - 22:10

            Tendremos que esperar Gorki, pero lo prometo…

            Lo mio se ha complicado mas alla de lo previsto…

  • #012
    FER - 3 mayo 2022 - 20:10

    Pero es que este caso tiene que ver no tanto con la publicidad online como con la absoluta ley de la selva que impera con los datos personales en USA. En USA se comercializan datos personales, aquí no se puede. En la Unión Europea vender datos personales a terceros es ilegal, salvo que haya una autorización expresa. Y si te pillan se te cae el pelo.

    Una cosa es que el dueño de la app del rejoj de cocina recoja datos sobre tí, si tu le has autorizado, y para un propósito concreto, como lanzarte mensajes promocionales, porque alguien le paga para ello, a la hora en que vas a cocinar en tu casa. Eso puede ser molesto, pero no es ilegal, si tu le has autorizado. Pero solo los podrá utilizar el y solamente para el propósito que tu le has autorizado. Todo lo demás es ilegal.

    • Gorki - 3 mayo 2022 - 21:46

      Solo Dios sabe lo que he autorizado cuando dije OK. Yo me pongo en lo peor y que venderá mis datos como le de la gana,.

  • #014
    Alqvimista - 3 mayo 2022 - 20:10

    ¿Y por qué no prohibir toda comercialización de datos recogidos en páginas web? Tan simple como eso.
    Ah, ¿que habría servicios que ya no serían gratis? ¿Y por qué tendrían que ser gratis? ¿Una empresa invierte millones en desarrollar un producto pensando en que su única fuente de ingresos será el espionaje despiadado de sus usuarios?
    Que Google ponga precio a sus servicios. Y Facebook. Y Twitter. Y quien sea. Y ya veré yo si me interesa el producto lo suficiente para pagar o no. A ver si porque nos cuesta dinero nos tomamos un poco más en serio el uso que hacemos de todos esos servicios.

    • Lua - 3 mayo 2022 - 20:35

      Os contesto a ti y a FER, porque venís un poco a lo que yo apuntaba…

      Una empresa, invierte porque quiere ganar dinero. Punto.

      Luego, ya entra el cómo. Y ahí empieza el problema.

      Zuckerberg quería con su nueva red social hacer un mundo mejor? No.
      Mark era un puñetero antisocial que no se comía una rosca y se invento el cara libro para sus propios objetivos. Y no tardo mucho en darse cuenta que eso, además, eran datos y los datos valían dinero.

      Don’t be evil… lo recordáis? Era el lema de Google. No vamos a ser tan malvados como Altavista, Yahoo, Lycos, etc… y sin embargo…

      Y así podríamos seguir con infinidad, desde “unicornios” hasta la app mas pequeña. Datos, datos, datos… (dinero, dinero, dinero…)

      Les podemos recriminar a esas empresas que trafiquen con nuestros datos? NO
      Porque lo hemos aceptado. Que un smartwatch, marca “la que sea” transmita esos datos y se trafique con ellos? Que un reloj de cocina? Que incluso una lampara IOT? Alexa?

      Para aclarar posturas… Lo defiendo? NO. Pero toca apechugar con todas esas veces que usas una aplicación o un aparato conectado porque dijiste SI a sus términos (si, yo también).

      Que Google ponga precio a sus servicios. Y Facebook. Y Twitter. Y quien sea. Y ya veré yo si me interesa el producto lo suficiente para pagar o no

      Efectivamente… ya decidiremos que hacer con ello, si pagar o no. Yo he prescindido de redes sociales y procuro bloquear cualquier cosa que no sea el objetivo de aquello que utilizo… pero siempre hay un “que”… inevitable.

      • Lua - 3 mayo 2022 - 20:45

        A veces, cuando pienso en estas cosas, recuerdo esa obra maestra de Monty Python, el Sentido de la Vida, y en concreto, el episodio de la The Crimson Permanent Assurance

        Igual deberiamos convertirnos tambien en «piratas del sistema»… XDDD

        • Gorki - 3 mayo 2022 - 21:55

          Quizá debiera haber dos opciones pagar un canon mensual o dejer que exploten los datos.

          Mi opinión es que el 90% elegiría que explotaran los datos, (yo entre ellos), y es que la intimidad, como la virginidad solo se puede perder una vez, Si ya tiene todos mis datos, ¿Qué me importa que el del reloj de cocina los vuelva a recolectar de nuevo?- Prefiero proteger mi intimidad por otros medios.

          • Lua - 3 mayo 2022 - 22:13

            El problema es que los exploten todos…

            Quizas habria una tercera via (entre distopica y surrealista)…

            Una entidad central… XDDD

            Pero vamos, personalmente, ceder datos no… pagar, menos (y aun asi, no queda claro que pagando, tus datos nosean cedidos)

  • #019
    Alqvimista - 3 mayo 2022 - 20:34

    Por cierto, acabo de abrir la app de un medio de comunicación español y, tras desactivar todas la opciones de seguimiento, entró en la sección de socios y me encuentro una lista de 1576 empresas. Mil quinientas setenta y seis. Afortunadamente con un botón para desactivarlas todas. ¿A quién puede parecerle razonable semejante barbaridad?

    • Lua - 3 mayo 2022 - 21:15

      La suerte es que habia un solo boton… que yo me he encontrado con muchas que tienes que ir uno por uno… y por supuesto, va a perder el tiempo su p***** madre… XDD

  • #021
    Lua - 3 mayo 2022 - 22:26

    No viene muy a cuento, o quizas si… (por lo de crear «unicornios» artificiales…)

    Ayer termine de ver una serie que no es para echar cohetes, pero como hace dos dias hablabamos del trabajo en remoto y esas cosas…

    WeCrashed

    Auge y caida de WeWork…

    Genial interpretacion de Jared Leto y Anne Hathaway

    8 episodios para ver como convertir «nada» en uno de esos unicornios…

    (ahora estoy con The Dropout: Auge y caída de Elizabeth Holmes (Theranos) ya os contare…) :P

    • Chipiron - 4 mayo 2022 - 08:53

      Te la has bajado por Torrent o estas subscrito a Apple+?? Lo segundo me extrañaria viniendo de ti.. ;-)

      • Lua - 4 mayo 2022 - 10:03

        Maraton en casa del vecino… XDD

        Eso se puede hacer, no? el pone la tv y yo las papas y las birras… XDD

  • #024
    Chipiron - 4 mayo 2022 - 09:02

    Estimado Enrique:

    A la pregunta que formulas en tu parráfo:

    «¿Imaginamos un mundo en el que fuese normal que alguien nos siguiera en todo momento, apuntase dónde vamos, qué hacemos, de qué hablamos con nuestros amigos, qué compramos o hacia dónde miramos, y después tranquilamente pudiese comercializar esos datos sin limitación alguna? ¿Tendría sentido que eso se pudiese hacer? Y si no se puede hacer fuera de la web, ¿por qué está perfectamente normalizado que se pueda hacer en la web?»

    Contestaría obviamente que no. Pero no olvidemos que hay quien piensa que todos tenemos un precio. Y he de reconocer, que aunque la idea no me gusta en sí, si me pagasen un millón de euros por seguirme hasta el lavabo durante un periodo de tiempo lo aceptaría, ya que tengo poco que esconder.

    El problema es que en las condiciones de uso debería estar planteado de forma clara: «yo le permito, a coste cero, usar mi app, pero a cambio, mientras la use, yo le acompañaré y explicaré lo que hace las 24h del dia a todo el que quiera comprarme dichos datos».

    Un párrafo, bien redactado, que plasmase esa idea permitiría a los usuarios decidir libremente si su privacidad vale menos que el servicio que proporciona la app o no. Como siempre, el problema es que el «disclaimer» o las condiciones del contrato están más encriptadas que las conversaciones de Signal y nadie es consciente del trueque que está realizando por usar gratis la app.

  • #025
    Javier Cuchí - 4 mayo 2022 - 10:15

    Estamos hablando de datos como si todos los datos fueran iguales, y hay que matizar:

    1. Está la venta de datos no desagregados. Es decir, ahí, los datos de cada uno de nosotros están amontonados con los de los demás, sin que estos datos permitan discernir si este blanco, latino, heterosexual y católico es el vecino de arriba o el agente de la Guardia Urbana que ahora mismo está metiendo una multa en la PDA.
    2. Está la venta de datos no desagregados pero sí discriminados en función de factores anteriores a los que se suma nuestra propia actividad en la red, que podría indicar nuestros centros de interés y son tratados publicitariamente de forma colectiva.
    3. Está la venta de todos nuestros datos perfectamente asociados a nuestra identidad.

    La venta de datos indicada en 2 debería estar prohibida o, cuando menos, sumamente limitada; la de los datos 3, sañudamente perseguida. Pero ¿y la de los datos 1? La de los datos 1, en mi opinión, no solamente es inofensiva en términos individuales -para usos comerciales: políticos sería otra cosa- sino que puede ser útil como sustituto de las encuestas de propósito comercial o social. Su uso político debería estar limitado pero desde la normativa política, no desde la comercial.

    Y sobre los acuerdos y condiciones de uso. A mi modo de ver son claramente ilegales a la luz de todas las normas de consumo europeas, que establecen que el clausulado de los contratos que debe firmar el consumidor deben ser claros, breves -en la medida de lo razonable- y perfectamente inteligibles para un ciudadano medio. Esto limitó -a medias, pero algo es algo- los farragosísimos contratos de adhesión de las compañías de seguros, de los bancos, de las empresas proveedoras de servicios y suministros, etc. También, por cierto, ha simplificado y aclarado los folletos de los medicamentos.

    Ahora bien: prohibir la venta de datos masivos no desagregados (los que he señalado con el número 1) significaría eliminar casi totalmente la gratuidad en Internet y, por ende, su extensión y popularización (aparte de otros problemas de divulgación de opinión). Volveríamos a aquella Internet minoritaria de los años 90, asequible sólo para quien estuviera dispuesto a pagar dinerales por diversos servicios, para las empresas, para los tecnómanos y para cuatro friquis, hasta donde puedan diferenciarse éstos de aquellos.

    No puede ser. Habrá que inventar la fórmula que proceda, pero restringir de cualquier modo, por honorable que sea, la extensión de la Red, es un craso error que, en todo caso, no sucederá.

  • #026
    Xaquín - 4 mayo 2022 - 12:14

    Pensaba pasar, pero la intervención del JAVIER me anima a escribir algo. Parece que no está todo perdido.

    Supongo que la llegada de los blancos europeos al continente africano, fue un guirigay de mucho ruido (y mucho dolor). La posible llegada de extraterrestres será bastante más peculiar. Pero al final solo queda una cosa : convivir o desaparecer.

    Así que podíamos ir pensando en la convivencia imprescindible con lo algoritmos inteligentes (o lo que sea), porque las reticencias son notables. Y muchos se quieren seguir creyendo mejor que los africanos (de antes y de ahora).

  • #027
    Luisondome - 4 mayo 2022 - 19:12

    Me parece muy interesante el debate abierto en la comunidad de este Blog por el post de Enrique Dans, y quiero dar mi opinión al respecto. Es la siguiente:

    ADIOS A NUESTRA PRIVACIDAD. YA NOS LA HAN SUSTRAIDO

    Las cookies, la Inteligencia Artificial, las gigantescas bases de datos que retratan la vida de todos, y el negocio que supone comerciar con todo eso. El poder de saberlo todo sobre los demás tiene un gran valor, al menos para alguien. Y si no, que se lo pregunten a Sanchez.

    Programas espia como Pegasus que alquilan licencias para espiar a un enorme coste. Otros como el spyware Candirú, que se usó para espiar a los catalanes indepes, un spywarecon el que es posible la captura de datos de aplicaciones adicionales, como Signal Private Messenger, capacidad que se vende como complemento. Por una tarifa adicional de 1,5 millones de euros, los clientes de este programa pueden adquirir una capacidad de intérprete de comandos remoto, que les permite acceder completamente al dispositivo infectado para ejecutar cualquier pedido o programa en el ordenador del objetivo. Este tipo de capacidad es especialmente preocupante, dado que también se podría utilizar para descargar ficheros, o plantar materiales incriminatorios, en un dispositivo infectado.
    Pero no se queda aquí la cosa. Tiempo atrás conocimos de la existencia de la Red Echelon, un sistema capaz de rastrear las comunicaciones por satélite, las que van por los cables submarinos, las que se trasladan por los de fibra óptica, las que van por el espectro radioeléctrico y las comunicaciones satelitales. Nada se escapa al ojo de Sauron. No solo las comunicaciones espía esta red, también la actividad de internet, y lo hace de forma globalizada e indiscriminada en base a palabras, frases, objetos clave que permitan identificar posibles objetivos que necesiten de un control mas estrecho y afinado.
    Pero está la videovigilancia, las escuchas (con o sin autorización Judicial) que pueden ser efectuadas por quien tenga la capacidad de llevarlas a cabo, y en esto entran las mafias, los ciberdelincuentes, los delincuentes sin ciber, y vaya usted a saber quienes mas.

    ¿Y la privacidad?…, ese derecho reconocido por nuestra Constitución…, ¿Donde está? ¿A donde se ha ido?

    Hoy ni yo ni nadie puede saber que y cuanto se sabe de mi o de cada uno de nosotros, y quien lo sabe. No tengo ni idea. Pero lo que si se es que mi vida está en el éter gracias a las cookies, y pienso que me libro de que sea conocida por el servicio de inteligencia marroquí, porque no soy nadie para ellos, que si lo fuera…
    Se que si escribo o menciono ciertas palabras, en la red o por teléfono, podría hacer saltar una alarma en la sede de la NSA en Fort Meade (Maryland, EE UU) o en la de Echelon en Meanwith Hill en Yorkshire (RU), porque Sauron no solo tiene un ojo que todo lo ve, también tiene orejas que todo lo oyen.

    ¿Que se sabe de cada uno de nosotros? Mucho
    ¿Y quien o quienes saben mucho de nosotros? Mucha gente.
    ¿Es para preocuparse? Pues si
    ¿Es para volverse loco? Pues no.
    Conocer esto viene bien para no cometer imprudencias, pero sigue mereciendo la pena el vivir tranquilo y sin preocupaciones.
    Un saludo a todos/as/es/is/us

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