Gigantes tecnológicos y regulación: ¿dos administraciones, dos sistemas?

IMAGES: Adam Schultz (CC0) and Roman Kubanskiy (CC BY-SA)

El escenario de la regulación de los gigantes tecnológicos está permitiendo ver las enormes diferencias entre las administraciones china y norteamericana. Las dos posiciones están sumamente claras: es necesario un escenario más regulado que evite abusos competitivos, y en ambos casos se han marcado directrices para reforzar ese marco.

Sin embargo, hasta aquí llegan las similitudes. Mientras en los Estados Unidos, la administración Biden se ha dedicado a situar a significados intelectuales, expertos y académicos de la legislación anti-monopolio en posiciones muy estratégicas, y se ha encontrado con que dos de los gigantes tecnológicos, Amazon y Facebook, pedían su recusación por supuesta parcialidad – ahora, una vida profesional dedicada al riguroso estudio de un tema determinado solo vale, aparentemente, para que te recusen – y las manifestaciones del presidente, cuando apuntan a alguna compañía concreta, son rápida y cuidadosamente matizadas, la actitud en China es radicalmente diferente.

En China, la administración de Xi Jinping actúa con absoluto puño de hierro, exige sumisión absoluta, y no tiene ningún problema si sus acciones perjudican a las que, en otro momento, habían sido sus compañías fetiche de las que presumía en foros internacionales. Así, la negativa de DiDi a posponer su salida a bolsa en la bolsa norteamericana a pesar de las «sugerencias» de Beijing podría exponerla ahora a una multa sin precedentes, además del obvio problema que supone que la compañía lleve ya desde el día 4 de julio sin poder incorporar usuarios nuevos, por estar su app excluida de las plataformas de descarga. En esas condiciones, las acciones de DiDi están ya en torno a los $8, considerando que salieron el pasado día 30 de junio a $14 y que llegaron a estar a $16.40.

Un durísimo castigo que refleja precisamente la arbitrariedad de las sanciones y el poder omnímodo del gobierno chino para decidir unilateralmente cómo aplicarlas, prácticamente al margen de ningún tipo de acción o recurso que la compañía pueda pensar en ejercer. Si algo está claro es que Beijing está dispuesta a lo que sea para disciplinar a los gigantes tecnológicos: ahora, de hecho, se encuentra inmersa en una cruzada de sanciones a compañías como Amazon, ByteDance, NetEase y la propia DiDi por su tratamiento de los datos de los usuarios, reflejando que en China, el único que puede recolectar todos los datos que quiera de los usuarios es el propio gobierno.

¿Simplemente una cuestión de sistemas más o menos garantistas? ¿O un problema de actitudes que va algo más allá? Mientras en China absolutamente nadie replica las decisiones del gobierno, en los Estados Unidos la administración Biden se encuentra con litigios, recusaciones, y problemas de todo tipo para poner en práctica un cambio que no solo formaba parte del programa electoral que llevó al actual presidente a la Casa Blanca, sino que además, cuenta con bastante apoyo no solo entre sus partidarios, sino incluso dentro de las filas de la oposición. En consecuencia, algunos, como el inversor y VC Roger McNamee, están empezando a reclamar a Joe Biden más mano dura con las big tech si quiere restaurar cuestiones tan fundamentales como la privacidad, la competencia o la mismísima democracia.

¿Garantismo o debilidad? Lo que está claro es que lo que al principio de su mandato parecía firmeza, decisión y hasta provocación poniendo a marcadas figuras temidas por las empresas tecnológicas en puestos clave, ahora se está tornando en tibieza, en rectificaciones y en falta de decisión, todo ello frente a unas tecnológicas que, no lo olvidemos, estuvieron entre los principales donantes para la campaña del actual presidente. ¿Garantismo o devolución de favores? ¿Un entorno en el que todos tienen derecho a una defensa justa, o un presidente dispuesto a no hacer daño, a pesar de sus grandilocuentes anuncios, a los que le ayudaron a llegar hasta donde está? Si no empezamos a ver resultados que pongan a las compañías tecnológicas en su sitio más pronto que tarde, me temo que ya habremos visto bastante de lo que va a ser el tono de la presidencia de Joe Biden: mucho ruido, y pocas nueces.


This article is also available in English on my Medium page, «While China ruthlessly brings big tech into line, the US looks increasingly hesitant«


7 comentarios

  • #001
    Javier Cuchí - 24 julio 2021 - 17:06

    Me encanta. Pese a que yo -como cualquier otro hijo de vecino- sufriré, o sufro ya, las consecuencias de todo ello, me encanta ver cómo el buenismo constata que no se puede acariciar con guante de seda al que no vacila en emplear el puño de hierro; me encanta constatar que los gilipollas que experimentaban orgasmos de placer con la globalización dejaban que los del puño de hierro -cuyo sistema llevaba al hambre y a la pobreza extrema a sus propios pueblos- absorbieran a precios de risa las industrias de los globalizadores, incapaces ahora de fabricar los chips que necesitan y ni siquiera mascarillas quirúrgicas.

    Sí, es una putada que sufro yo y que me jode, por supuesto, pero me encanta, qué quieres que te diga. Será masoquismo pero, oye, qué dolor tan rico.

    San joderse cayó en tal día.

  • #002
    Carlos Jerez - 24 julio 2021 - 17:48

    Cuando empezaste a escribir sobre las medidas de Biden para reducir el poder de las Big Tech ya mostré mi excepticismo al respecto. No es que lo vea imposible, pero es que aunque tuviera una intención verdadera, llevarlo a cabo no es tan fácil.

    Primero, mientras no eliminen el filibuster este tipo de medidas lo tendrán difícil en el Congreso, aunque tengan potencial de apoyo bipartidista. Segundo, incluso las medidas que puede tomar el presidente por si mismo siguen condicionadas por Senadores que pueden retirarle su apoyo respecto a medidas más importantes, como subir el techo de gasto o aprobar unos presupuestos.

    Efectivamente, el sistema político chino lo tiene más fácil y tiene sus ventajas en este apartado. Hay que acordarse de las desventajas implícitas en ese poder casi omnipotente.

    Por cierto, respecto a las medidas acordadas globalmente contra la evasión fiscal, espera resultados reales similares.

  • #003
    Xaquín - 24 julio 2021 - 18:38

    «restaurar cuestiones tan fundamentales como la privacidad, la competencia o la mismísima democracia.» (EDans).

    Tú mismo echas leña al fuego de las garantías que presenta el sistema de gobierno usamericano frente al sistema chino popular, algo diferente del de la China nacionalista y desde luego, no tan diferente del sistema de democracia formal de los USA.

    La estructura de poder es lo que cuenta, y en esa estructura, las diferencias entre garantias de privacidad o de derechos sociales, van a la par en ambos sistemas (siendo, eso sí, externamente muy diferentes).

    La voz de los sin voz es muy similar en eses sistemas, o ya no digamos en el puterio putinesco.

    Ser alguien que se calienta en los bidones de petróleo vacíos de NY o con las botellas de vodka llenas de Moscú, no resulta algo intrínsecamente diferente, a la hora de disfrutas de comida y libertad para conseguirla. Sobre todo sin pasar por el aro de la democracia formal y sus sucesivos anillos de encadenamiento.

    No es lo mismo venir empapado de Confucio (muchísimo más que del posible empape maoista), que vestido de sangre de nativos americanos, a tope.
    Pero a la hora de apretujar los lingotes, o las criptomonedas, bajo el manto del poder, las diferencias sociales se hacen mínimas.

    A estas alturas de partido, somos simplemente terrestres opresores o terrestres oprimidos. El resto es discutir si la gaita escocesa y la gallega son parientes, o podemos declararlas pomposamente independientes.

  • #004
    LEON - 25 julio 2021 - 11:16

    Un reflejo de la confrontación de la dictadura del proletariado vs. dictadura del capital, parece que por el momento la primera está consiguiendo mejores resultados.

    Mucho se habla de la carencia de derechos de los ciudadanos chinos y poco de la misma carencia de derechos reales de los ciudadanos de a pié que viven en las economías capitalistas, derechos que cada vez se van quedando reducidos a poco mas que a elegir cual de la media docena de preseleccionados va a aparentar que hace algo por ellos.

    • Enrique - 25 julio 2021 - 14:35

      Si, pregunta en Sudamérica quién va ganando.

    • Chipiron - 26 julio 2021 - 13:14

      Reconozco sin problemas los avances económicos y tecnológicos de la Republica Popular China. Además (para acallar a los que me puedan tildar de racista, cosa que no soy), admiro la capacidad de trabajo y empreneduria de LA POBLACION y CULTURA china.

      Pero de ninguna manera puedo aceptar su gobierno. Lo derechos REALES que dice León, pasan por libertad de expresión y prensa, por existir una libertad que por decir que hay una pandemia no te lleve a morir a la carcel; que muchas familias no reciban la bala con la que se mató a su ser querido por «infringir las normas del estado comunista»; que ser un estudiante arrollado por un tanque en la plaza de Tiuananmen sea condenado y los responsables de esas 1800 muertes pagen por ello, y así hasta el infinito…

      No nos equivoquemos. En occidente tenemos el vicio de quejarnos mucho pero vivimos mucho mejor. Hasta el proletario más proletario, con ayudas y contenido social en los gobiernos como el español llega a final de mes o al menos no pasa hambre o no duerme debajo de un puente. Y si hay alguien así, suelen ser inmigrantes ilegales que se escapan a las ayudas del sistema.

      En definitiva, no seamos demagogos. Hasta el ultimo proletario en España tiene un nivel de vida superior al que, a principios de siglo, se consideraba un nivel «de rico». Y a nadie se le persigue por sus ideas (otra cosa son sus actos o expresiones con incitación al odio).

      Ya se que lo digo mucho, pero es que parece que cada dia se olvida más que la Republica China viola los derechos humanos de forma reiterada y que puede afectar a cualquier miembro de su población.

  • #007
    Ignacio - 26 julio 2021 - 15:35

    Buenos días,

    China es un gigante, como ya lo fué en el pasado, pero sin un debate abierto y sin libertades individuales, perderá gradualmente competitividad y talento, como ya pasó en el mandarinato, os dejo un vídeo de Xavier Sala i Martí, de hace unos años con unas reflexiones que creo que con las lógicas diferencias, resulta cuanto menos interesante:

    https://youtu.be/tK7AexQ9-Pc

    Un cordial saludo.

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