La replanificación de las ciudades es imprescindible. Y precisa de cambios en nuestros hábitos

IMAGE: T. Watanabe - Pixabay

Cada vez son más las voces que piden una replanificación de las ciudades para rediseñarlas no en torno al automóvil, sino a las personas. El tiempo de las ciudades permanentemente congestionadas, que matan a millones de personas por enfermedades respiratorias, y en las que el tiempo perdido en desplazamientos supera todo lo humanamente razonable es la prueba de la insostenibilidad de un modelo fracasado, que supone que todo habitante de una ciudad precisa de uno o más vehículos para cubrir sus necesidades, y que la inmensa mayoría del espacio va a servir para acomodar esos vehículos, como si la ciudad no fuera un lugar cuya primera función es dar servicio a las personas, sino a sus automóviles.

Nueva York, la mítica gran manzana, se plantea cómo acabar con la cultura del automóvil, y llena sus calles de carriles bici. La espina dorsal de San Francisco ya está cerrada al vehículo privado. Ciudades como Sevilla o París se convierten en un caso de éxito del uso de la bicicleta, y anuncia que el 100% de sus calles serán amigables para las bicicletas en el año 2024. ¿Hace frío? No hay problema, más frío hace en Finlandia, y como dicen allí, el frío no existe, lo que existe es la mala elección de indumentaria. Otra ciudad con clima frío, Copenhagen, se ha convertido en otro caso de éxito notable, como lo ha hecho también Amsterdam, que prohibirá el tráfico al vehículo de combustión en 2030. El Reino Unido acelera también su prohibición en cinco años, a 2035, en una señal evidente a quienes aún se planteen adquirir un vehículo de este tipo. Estamos en el año en el que veremos cada vez más grandes ciudades europeas eliminar los automóviles de sus centros: en España, hay planes para hacerlo en docenas de ciudades siguiendo el buen ejemplo de Pontevedra, o planes parciales distribuidos, como las conocidas superilles de Barcelona, que algunas ciudades norteamericanas en las que la cultura del automóvil es prácticamente una religión tratan de tomar como ejemplo.

La consigna es clara: terminar con el tráfico, que provoca que las ciudades sean profundamente malsanas y más caras, aunque tú mismo no tengas un vehículo. Pero las bicicletas y la peatonalidad no son las únicas soluciones: se trata de rediseñar las calles para los peatones y para otros habitantes cada vez más presentes en más ciudades, los vehículos autónomos. Y además, un transporte público cada vez más competitivo, más inteligente y versátil, y alimentado por datos en tiempo real.

Las calles que se cierran al tráfico del automóvil particular no pierden ritmo comercial, sino todo lo contrario. Y vivir en una ciudad sin un automóvil es perfectamente posible: ya sale sensiblemente más barato alquilar un vehículo todas las veces que lo necesites que poseer uno y tener que afrontar gastos como el seguro, el aparcamiento o los impuestos. Pero además, surge otra cuestión fundamental: el cambio en nuestros hábitos, la eliminación de la necesidad del commuting sistemático a horas establecidas, el trabajo desde casa o la flexibilidad de horarios son cada vez tendencias más establecidas, y se encuadran dentro de la lógica más aplastante.

Si tus políticos son retrógrados a los que le gustan los atascos y el olor a humo, exígeles que se encuadren en las tendencias que están modificando las ciudades en medio mundo, y sobre todo, que dejen de envenenarte día a día. Ya no se trata de construir más infraestructuras que atraigan a más vehículos, sino de rediseñarlas para los peatones, para las personas, de construir ejes con servicios potentes de transporte público no contaminante, y de llevar a cabo una imprescindible y cada vez más urgente replanificación. Las ciudades no van a perder su atractivo: seguimos siendo animales sociales a los que les gusta agruparse en núcleos poblacionales. Pero va a cambiar su fisonomía completamente en los próximos años, como van a cambiar también muchos de nuestros hábitos, algunos de los cuales llevan varias generaciones aparentemente consolidados. Y aunque al principio creas que no, te va a gustar.


This article was also published in English on Forbes, «The re-planning of cities is essential. And it requires changes in our habits«


21 comentarios

  • #001
    Jose Miguel - 16 febrero 2020 - 15:27

    Efectivamente, el frío no existe. Eso es lo que yo digo siempre que oigo hablar de pobreza energética. Que el problema es que no eligen bien la indumentaria. Si estuviesen en casa vestidos de esquimales no tendrían frío.

    • Fernando - 16 febrero 2020 - 19:26

      Ya hay mucha gente que viste en casa como un esquimal. Demasiada.

    • Gorki - 16 febrero 2020 - 21:07

      He tratado de manejar el teclado con manoplas, pero después de varios intentos lo he dejando, No tengo ni idea como lo consiguen hacer los esquimales.

    • Carlos Villanueva - 17 febrero 2020 - 15:30

      Igual que las personas, las viviendas deben estar bien abrigadas. Si nuestras casas estuvieran mejor aisladas, las necesidades de consumo energético disminuirían. Lamentablemente los promotores han construido con el mínimo aislamiento normativo (que pagan ellos) lo que luego repercute en un mayor consumo energético (que paga el usuario de la vivienda).

  • #005
    Gorki - 16 febrero 2020 - 16:34

    Lo que puede ocurrir y de hecho ocurre, es que el centro, se transforma en un gheto de turistas, rodeado de un cinturón los muy pobres, mientras que una extensa clase media se ve obligada a vivir en las quimbambas, (en las llamadas ciudades dormitorio), muy mal comunicadas, donde el coche es un elemento imprescindible, hasta para ir al supermercado mas cercano. .

  • #007
    Josep Vidal - 16 febrero 2020 - 17:26

    Hay un problema que, creo, no se menciona en el artículo. Y son los desplazamientos interurbanos no habituales. No me refiero a ir a trabajar desde un pueblo a una capital. Me refiero a ir a ver a la familia a otra comunidad autónoma, por ejemplo. Ese rediseño, sin una equivalencia en el sistema de transporte de pasajeros no elimina la necesidad del coche propio. Las frecuencias y los destinos (cualquiera que lo haya intentado lo dabe) son muy insuficientes.

    Y si se prohíbe la circulación: ¿habría que habilitar grandes parkings en las afueras para los vehículos?

    Lo que intento decir no es que las ciudades no deban librarse de los coches. Sería un futuro deseable. Lo que quiero decir es el cambio es mucho más grande y transversal que las medidas citadas que, al final, no son más que microcambios que no harán más que generar problemas distintos si no se enmarcan en un cambio global. Casi absoluto en lo que respecta al transporte de personas.

  • #008
    Xaquín - 16 febrero 2020 - 18:52

    Podemos decir que en cierto modo, como pasa con la discusión y el nazismo, en los debates actuales sobre urbanismo siempre acaba por aparecer el Renacimiento (humanismo). Lo que supone una idea de volver a pensar en el ser humano, aunque al mismo tiempo se inventaran/diseñaran muchos aparatos para facilitarle la vida (en modo humano!).

    No se trata de ir «al campo» ni de enclaustrase en la urbe. Más bien es un problema de recuperar el lado humano de lo rural (que tiene fecha ed caducidad, no lo olvidemos) y de planificar ciudades muy amplias, pero muy «campestres», para desplazarse lo más humanamente posible por ellas. Aparte de evitar su espíritu carcelario.

    Pero para eso se precisa vencer la tendencia del ser humano a dejarse la piel por su tendencia ególatra y amante del poder. No se necesita ser un lobo de Wall Street para estar enfermo por el virus del poder, vale con un «simple» coche.

    Las élites renacentistas acopiaron las ideas del momento, para una minoría de seres humanos, y así seguimos siendo. Y ahora con fuertes lobbys políticos en los Parlamento y menos fuertes, pero poderosos, lobbys digitales (incluso de entes inexistentes), que marcan los pasos para seguir consumiendo como desaforados zombis.

    En una sociedad donde cuesta no sentir aprensión cuando alguién entra contigo en el ascensor, ¿como se puede pensar en meter a cuatro personas en un coche autónomo para hacer un viaje de varios kilómetros?

    Como decíamos con el nazismo y el humanismo, cuando se engarzan varias reflexiones, sobre los males de este mundo, se acaba por pronunciar la palabra mágica (tan despreciada y prostituida) : educación. Aunque por desgracia, la gente suele pensar en ella solo para la inteligencia racional.

  • #009
    Javier Vega - 16 febrero 2020 - 21:24

    Enrique creo que el tiro está equivocado, y no va a las causas sino a las consecuencias. Es cierto que las ciudades han tenido, tienen y tendrán un tipo de desarrollo que no es el que te gusta. Pero eso es la consecuencia lógica a que la vida que vivimos es la que es y no la que nos gustaría que fuera.

    Hace 30 años leí un artículo en Investigación y ciencia, que explicaba porque las empresas de sectores tienden a situarse en un radio muy cercano, ya no en ciudades sino incluso en barrios por su propia supervivencia, eso pasaba con las calles de los gremios, y pasa ahora con los sectores tecnológicos. Por ejemplo en telco quien quiera ser importante estará cerca de la sede de Telefonica. Tanto proveedores, clientes como competencia.
    Y de forma similar habrá polos de presencia que se repartirán entre los distintos sectores

    Al final los empleados de esas sedes tienen que trabajar en esos polos. Polos donde no pueden vivir todos. El que haya polos no es malo en si mismo, ya que permite adecuar las infarestructuras públicas de gran volumen (metro sobre todo). Pero una gran parte de esos empleados ( los peores pagados) tendrán sus domicilios en el extrarradio que es donde pueden permitirse vivir.
    ¿Tenemos la cultura del automóvil? Cuando el transporte público te lleva cuatro horas, y el automóvil una hora, no te quepa ninguna duda. Como tu mismo cuando comenzaste a vivir en Pozuelo y trabjar en María de Molina ibas en tu Volvo y no en el transporte combinado de bus, metro y renfe. Por una razón de practicidad. En bici ese trayecto es tan imposible como a la gran cantidad de «commuters» que tiene Madrid hoy en día

    Lo podemos vestir del color que queramos, pero la consecuencia no se a arreglar hasta que no influyas en la causa. Puede que quede muy verde decir lo contrario, pero el mensaje «negacionista» en el uso del coche lo que trae es que las personas tomen decisiones que van en contra de lo que tu llamas «comodidad» desde tu Tesla, y al final posiciones extremistas provox recogen la cosecha…

    Cuando por otro lado podemos ver en los mapas de salud y renta de ELPAIS que citaba el otro día que no hay correlación entre vivo en una «maldita ciudad» con incremento alarmante de «enfermedades del diesel». Y la correlación clara es «no tengo dinero para vivir bien, y se acorta mi esperanza de vida en más de seis años.

    Por todo esto no te puedo comprar el mensaje del tenemos que cambiar de hábitos no esenciales, cuando los problemas esenciales que se reflejan en los datos nos importan un pito. Dadle una lectura a lo que ha dicho el relator de la ONU.

    Me quedo esperando a que alguien nos explique las cosas importantes (p.ej. espionaje CIA, relator ONU) y no lo que unos cuantos dicen que es importante, por no se sabe muy bien que intereses.

  • #010
    eldelaplazoleta - 17 febrero 2020 - 07:26

    Vaya batiburrillo de artículo, es como un wok de un restaurante chino. Muchos ingredientes indeterminados, mezclados y salteados, con algo de salsa picante, y al plato a degustar.

    No termino de ver la relación entre la medida de sustituir los vehículos contaminantes con motor de combustión, por unos que no expulsan humo de propulsión eléctrica, y la de eliminar los coches de las calles. Son dos cosas totalmente distintas que no tienen nada que ver y no entiendo por qué se empeñan en justificar una cosa con la otra. Una se trata de eliminar la contaminación perjudicial para la salud y la otra intenta eliminar directamente los coches de la ciudad. Estamos abogando porque la gente haga un esfuerzo y cambie su coche por uno más ecológico, actualmente más caro, y de repente le damos una vuelta más de tuerca al asunto para decirles que mejor no se compren ningún coche. Lo de que tener un coche particular sea una necesidad o no… ya tal. Lo que mola es una bici y un monopatín, con un par!. Conmigo, desde luego, no contéis. Mi época de Vespino y Sanchesky ya pasó.

    «Hay que acabar con la cultura del automóvil particular para dejar espacio en los centros urbanos» a las empresas privadas de transporte de mercancías y personas (Vehículos autónomos, robotaxis, Amazon, Seur, etc). ¿En serio?. ¿Es o va a ser más económico y eficiente llamar a un vehículo con conductor (Taxi, Uber) o sin conductor (V. autónomo) todos los días para que te lleve hasta tu trabajo, donde el transporte público no llega, en vez de utilizar uno propio?, Amosvengaaaa!.

    Todos estamos de acuerdo, yo el primero, en regular y potenciar amplios espacios de esparcimiento y ocio para los habitantes de ciudades muy masificadas y mal gestionadas, donde el desmadre urbanístico y el descontrol hacen cada vez más complicado la relación entre peatones y vehículos. Si la solución es sacar de la ecuación a los vehículos, perfecto, pero primero habrá que instalar mecanismos (públicos y asequibles) para no bloquear la movilidad necesaria dentro de las ciudades.

    A todos nos gusta poder disfrutar de los servicios y facilidades que ofrece una gran ciudad, pero nos molestan los inconvenientes que conlleva poder tenerlos.
    Me recuerda a una vecina, que vendió hace unos años el piso donde vivía en el centro del pueblo y se compró un casoplón a las afueras. En principio el cambio era ideal. Sin embargo, a los pocos meses de la mudanza, le preguntas: «¿qué tal te va por el paraíso?» y te contesta que: «está hasta el moño del nuevo piso, tanta tranquilidad, tanta soledad (acostumbrada el perejileo del barrio) y sobre todo tener que andar un kilómetro y medio (largo) de ida y otro tanto de vuelta cada vez que tiene que hacer la más mínima gestión en el pueblo, por ejemplo: comprar el pan o tomar el café matutino con las amigas». No se puede soplar y sorber al mismo tiempo.

  • #011
    Daniel Terán - 17 febrero 2020 - 11:09

    ¿Y qué tal si además redistribuimos funciones entre ciudades, por ejemplo, llevar capitalidades de X a ciudades ‘menos favorecidas’?

  • #012
    Guillermo - 17 febrero 2020 - 11:21

    Creo que cada ciudad es un mundo.
    No es lo mismo una ciudad pequeña que una grande, no es lo mismo una ciudad con cuestas que sin ellas, no es lo mismo una población de edad avanzada que una más joven, etc, etc…..

    La mejor solución pasa por incrementar y mejorar los servicios de transporte público y por supuesto haciendo lo contrario de lo que se hace aqui, es decir que sean una alternativa más económica y rapida.

    • Enrique Dans - 17 febrero 2020 - 11:26

      ¿?? ¿Dónde digo yo que los transportes públicos deban ser caros o lentos? Mi propuesta, que he expuesto en varios artículos ya, es mucho más transporte público, mejor en calidad, y completamente gratuito, al estilo de Luxemburgo, de Estonia o de varias ciudades francesas…

      • Gorki - 17 febrero 2020 - 12:37

        Lo que yo veo, que utilizo mucho los transportes publicos, es que están muy infrautilizados, tienen unas horas punta muy cortas en las que son insuficientes y el resto del día circulan sin ni siquiera cubrir todos los asientos .

        Seria muy conveniente que se diera como norma general, a un con todas las excepciones que haga falta, que la entradfa y salida de los trabajos fuera flexible, con el fin de limar las horas punta y aumentar el uso cómodo de los transportes públicos, que al menos en dentro de la M30 de Madrid, son muy buenos..

      • Guillermo - 21 febrero 2020 - 14:24

        En ningún momento, digo que se diga aquí. Hago referencia al precio que tiene actualmente en Madrid por ejemplo un billete de metro o bus. Y las condiciones del servicios (a veces insuficientes en horas punta y horario complicados durante los fines de semana).

  • #016
    Germán - 17 febrero 2020 - 15:04

    Eso de «exigirles» a los políticos que hagan algo… algún día tendrás que explicarnos como se hace, porque en Spain no es que tengamos el teléfono del «representante de nuestra circunscripción», como en USA.

  • #017
    Angel B.A. - 17 febrero 2020 - 17:15

    Sólo comentar que el ejemplo de Pontevedra no es tan idílico como nos lo cuentan.

    Ha mejorado muchísimo, sin duda, y es ideal para el que vive en ella, que puede ir andando a todos lados. Y al comercio le ha venido bien. Las pocas plazas de aparcamiento que quedan no son zona azul, y se han habilitado bastantes plazas para dejar 15 minutos el vehículo, lo que permite hacer recados rápidos (muy rapidos :-). Hasta aquí bien, tiene mérito y está en la línea de lo que hay que hacer, pero los que tenemos que hacer unos cuantos kilómetros para ir a trabajar allí todos los días, o a otras muchas actividades, como es mi caso (o sea, a contribuir a la vida y la economía de la ciudad) no lo vemos tan bonito. Los aparcamientos disuasorios están desatendidos: sin pintar las plazas, o sin asfaltar, o llenos de gorrillas, esa extorsión de baja intensidad, como yo la llamo.
    No hay apenas transporte público dentro de la ciudad, y para llegar a ella tampoco, recordemos que hablamos de Galicia.

    Pero lo auténticamente vergonzoso fue lo del servicio público de bicis, que nació muerto y se finiquitó sumariamente al poco tiempo. Pocos puestos y no precisamente en los lugares más lógicos: ni uno solo cerca de los aparcamientos disuasorios. El mantenimiento de las bicis inexistente, y no había (ni hay) carril bici en la zona centro.

    Se han centrado en eliminar el vehículo peatonalizando calle tras calle, sin un auténtico plan integral para atender a la población flotante. Eso sí, lo han vendido de maravilla, hasta el punto de que una ciudad que no tiene en cuenta la bici ha conseguido llamativos premios a la movilidad.

  • #018
    Carlos F - 18 febrero 2020 - 15:44

    Hola
    Lo de las bicis está bien como un modo más de movilidad, pero desde luego no es la solución.
    Hay que hablar más de vehículo eléctrico (y de las imprescindibles infraestructuras de recarga !!), de coche compartido, de coche autónomo, de sacar de calles y carreteras todo el parque automovilístico antiguo y altamente contaminante. Incentivar más y prohibir menos.
    Pero así y todo, el problema se resolvería muy parcialmente. Sólo el 15% del problema lo causan los coches, aunque es muy fácil presentarlos como las grandes y únicos culpables. ¿Por qué no ponemos el foco también en las calefacciones, por ejemplo? Más de 500 calderas de carbón siguen en funcionamiento sólo en Madrid capital …

  • #019
    Ramon - 18 febrero 2020 - 19:02

    Una cosa que creo interesante pero debe ser una tontería porque nadie lo menciona es lo siguiente:
    Hay quien que se desplaza para trabajar lejos de donde vive, incluso a otra ciudad, y otros que viven en ésta ultima y trabajan donde vive el anterior.
    ¿Porque no permutan su vivienda pagando la diferencia si la hubiera, y se ahorran esos desplazamientos? ¡Pues porque es difícil!. Si, como suena. Una permuta en España implica dos ventas y dos compras con todo el papeleo e impuestos que llevan consigo.
    Veo continuamente gente desplazándose en un sentido y otros en el contrario y por la tarde vuelven a cruzarse.
    Si se facilitase la permuta de viviendas no se que porcentaje de personas la utilizarían pero veo que cuando nos facilitan las cosas las usamos mas. No se, pero creo que esto ayudaría a resolver los problemas que aquí se tratan.

  • #020
    Pedro Torres Asdrubal - 19 febrero 2020 - 16:25

    Parafraseando a Woody Allen: el mundo ha cambiado, antes la leche, la universidad y las autovías eran buenas.

    ¡Con lo mucho que necesitamos todos caminar más!

  • #021
    Pilar - 20 febrero 2020 - 12:21

    A mí cada día me gusta menos moverme por calles muy transitadas por coches, ya que me molesta mucho la contaminación. Además, muchas veces trabajo por la noche y cuando me toca dormir durante el día, el ruido me impide descansar, mis horas de sueño no son reparadoras, tengo sueños que me alteran y me despierto muy cansado.

    By the way, estoy de acuerdo con todo lo que comentas.

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