Amazon y Nueva York: ¿lecciones aprendidas?

Amazon NYC HQ bye

La noticia de que Amazon no proseguirá con sus planes para crear una segunda macro-sede corporativa en la ciudad de Nueva York debido fundamentalmente al activismo de los residentes de la zona de Queens se ha convertido en todo un símbolo: la compañía planeaba llevar a cabo enormes inversiones y ofrecer alrededor de cincuenta mil puestos de trabajo, pero se ha visto obligada a dar marcha atrás en el último momento en sus planes de expansión debido a los temores de una más que posible gentrificación de la zona y a las acusaciones de que, en realidad, esos puestos e inversiones los iban a pagar los residentes con sus impuestos.

La cancelación de los planes de Amazon está siendo vendida como una victoria del activismo frente a la compañía más grande del mundo, pero en la práctica, expresa una fuerte preocupación sobre la idea de la ciudad de atraer inversiones y aspirar a convertirse en un hub tecnológico potente. El anuncio, en septiembre de 2017, de los planes para abrir una segunda sede corporativa en los Estados Unidos, cuya localización sería decidida mediante un sistema similar al de una subasta pública desencadenó una especie de locura colectiva en la que ciudades de todo el país se pusieron a trabajar para optar a ser candidatas. Los cálculos eran claros: las oficinas de Seattle son 33 edificios, más de 750,000 metros cuadrados que generan 40,000 puestos de trabajo directos y unos 53,000 indirectos, la mayoría altamente cualificados, que aportan a la ciudad mucho más que el gasto que hacen con los 25,700 millones de dólares de sus salarios: la compañía dedica 43 millones de dólares tan solo como pagos al sistema municipal de transportes de Seattle, que entrega como como bonus a sus empleados. En el año 2016, se calculó que los visitantes a la compañía y a sus empleados supusieron un total de 233,000 noches de hotel. El impacto de la llegada de esa segunda sede de Amazon se considera potencialmente transformacional, incluso para ciudades de grandes dimensiones, y suponía una esperanza para muchas otras ciudades que lo veían como una posible inyección de vitalidad. Nada menos que  238 ciudades presentaron su candidatura, de las que la compañía, en una primera criba, seleccionó veinte, para terminar optando por una combinación de Nueva York y Arlington (Virginia) tras obtener garantías de cuantiosos incentivos.

La pregunta ya surgió en su momento: ¿son los incentivos y privilegios algo razonable a la hora de atraer a una compañía a un territorio un uso adecuado del dinero público? En el caso de una empresa como Amazon, que indudablemente genera fuertes cambios en el ecosistema local, el fuerte activismo desencadenado y el miedo a cambios muy fuertes en el entorno parece demostrar que no es así. Para Amazon, la cancelación de los planes supone repensar completamente su estrategia de expansión en un entorno mucho más potencialmente hostil que en el año 2017, cuando anunció originalmente sus planes. Jeff Bezos no pidió permiso a nadie para radicar su compañía en Seattle, y su relación con la ciudad actualmente, cuando junto con Microsoft es prácticamente uno de sus símbolos, podría seguramente calificarse de muy positiva, aunque no faltarán quienes digan que no es así. Sin embargo, la trascendencia de un movimiento como el de imaginar una segunda sede con las dimensiones actuales de la compañía no tienen nada que ver con la decisión original del fundador: ahora no es una startup más buscando un lugar propicio, sino un enorme elefante capaz de desequilibrar completamente comunidades enteras y de provocar efectos difíciles de anticipar. No es lo mismo nacer y crecer en un sitio, que llegar de repente a él comprándolo todo y revolucionando completamente el panorama.

Sin duda, muchas ciudades estarán completamente convencidas de que rechazar a Amazon ha sido una barbaridad de las que solo pueden ocurrir en Nueva York, pero a estas alturas, convendría pensar qué fue lo que se hizo mal: ¿es recomendable generar una especie de «concurso de belleza» en el que las ciudades se pegan por ofrecer a la compañía más y más incentivos de todo tipo? ¿Qué genera eso entre unos residentes que pueden ver la llegada del gigante como una posible oportunidad, pero también, en muchos casos, como una posible amenaza? ¿No justifican esos incentivos en cierta medida el activismo? ¿Debe una compañía como Amazon, indudablemente popular pero también fuertemente discutida, entrar en una dinámica así, que refuerza más aún los factores por los que muchos se la cuestionan?

Para Amazon, sin duda, la cancelación de los planes es una derrota que la obliga a renunciar a mucho dinero en incentivos y a unos planes de expansión que consideraba fundamentales, además de a ver cristalizar una creciente hostilidad hacia su figura y lo que representa. Para Nueva York, es un fracaso que la hace parecer una ciudad hostil a la tecnología y a la innovación, la que dijo que no a la posibilidad de competir con San Francisco como capital del mundo tecnológico (aunque muchos opinen que San Francisco paga un precio demasiado elevado por ello). Y para las compañías tecnológicas, la evidencia de que pasearse por el mundo como si fuesen la última coca-cola del desierto por la que todos se tienen que pelear no es una buena receta para nada.


This article was also published in English on Forbes, “Amazon and New York: what are the lessons to be learned?«


16 comentarios

  • #001
    Raúl Offshore - 15 febrero 2019 - 12:30

    Entiendo a NY, he estado allí de visita y la ciudad me encanta para visitarla, pero no me gusta para vivir. Hay que vivir lejísimos o dejarse mucho dinero en alquiler para vivir céntrico. Paseando vi que por alquilar una plaza de parking pedían más de 2.000 $ al mes en Manhattan
    Creo que a NY no le hacen falta más grandes empresas de ese tamaño que lo colapsarían más

    • Gonzalo - 15 febrero 2019 - 15:20

      Si Nueva York quiere seguir en el listón de grandes ciudades tendrá que seguir acogiendo empresas, si dejan de hacerlo aparecerán otras ciudades que le quitaran el sitio y Nueva York empezará a despoblarse de habitantes y empresas, ojalá más empresas viniesen a Madrid y así habría mucha más facilidad de encontrar trabajo. Que vengan más empresas trae más impuestos y por tanto la ciudad solo se colapsa si el alcalde gestiona mal esos nuevos ingresos. Tampoco se que problema tiene vivir lejos del trabajo, no entiendo a la gente que quereis el trabajo al lado de casa, los que queréis eso tenéis los pueblos enmedio del campo.

      • ESPABILADO - 15 febrero 2019 - 18:36

        No se puede más simple y lineal que el asa de un cubo…..

      • Raúl Offshore - 16 febrero 2019 - 10:46

        Yo he trabajado lejos de mi casa y actualmente trabajo lo suficientemente cerca como para poder ir andando (unos 40 minutos se tarda) pero voy en coche (10 min) o en bus (entre esperarle y que no me deja en la puerta 40 minutos) y no hay color. Para mi es imprescindible vivir cerca del trabajo y más si tienes la jornada partida. Perder 3 horas entre ida y vuelta para los que como a ti no ven el problema de vivir lejos del trabajo…. yo no lo veo

  • #005
    Daniel Terán - 15 febrero 2019 - 12:56

    ¿Lo de una segunda sede cómo funciona exactamente? ¿Tiene autonomía en alguna materia o dependen en última estancia de lo que digan en Seattle?

  • #006
    ALAN TURING - 15 febrero 2019 - 13:25

    Eso les pasa por ir a un sitio donde nadie les ha llamado. El lugar natural donde Amazon debería montar su segunda sede es California, por ejemplo por la zona este de la Bahía de San Francisco (Fremont, Union City, Hayward, etc) que es una zona más tranquila y no tan saturada de empresas tecnológicas como el Silicon Valley propiamente dicho.

    • Gonzalo - 15 febrero 2019 - 15:24

      Se nota que no eres empresario, normalmente una empresa no pone nuevas sedes donde ya tiene clientes, sino donde no los tiene para atraerlos. Si fueras empresario y pusieses una nueva sede o tienda en otra ciudad seguro que te iba a encantar que un tipo te dijese ¿a qué vienes aquí? nadie te ha llamado.

      • ALAN TURING - 15 febrero 2019 - 18:49

        Entiendo tu comentario pero en este caso concreto no es muy pertinente puesto que una empresa tecnológica como Amazon tiene clientes en todos los sitios.

  • #009
    Gorki - 15 febrero 2019 - 13:46

    Lo que deberian hacer es comprar una inmensa finca de las que existen en USA y montar en ella todo lo que a Amazon necesita, Las oficinas, un inmenso almacén automatizado, un aeropuerto y las viviendas de los empleados, Con la revalorización de los solares para las industrias auxiliares y tiendas que sirven a los empleados, ya tienen para que les salga gratis el solar.

    Eso es lo que hacen muchas grandes empresas en USA por ejemplo lo que hizo la antigua mía en Corning que tiene incluso un centro de investigación impresionante.

    En zonas rurales son recibidos como agua de mayo

    • Gonzalo - 15 febrero 2019 - 15:42

      Yo si fuese el presidente de Amazon pondría una sede, como la de Distrito C de Telefónica, al este de Long Island en Nassau o incluso en Suffolk, por ejemplo Upton sería un sitio ideal para una empresa como Amazon.

      • Gorki - 15 febrero 2019 - 18:34

        Exacto. centros empresariales como el de Telefónica, o el de la Ciudad de la Banca. Pero no donde los han hecho aquí, excesivamente cerca del centro de Madrid, sino donde los hacen en Estados Unidos, que es en pequeños municipio situados a unos unos 100 Km de las grandes urbes, suficientemente cerca para aprovechar sus f ventajas y lo suficientemente lejos para no padecer sus inconvenientes.
        ,

    • Alqvimista - 15 febrero 2019 - 18:39

      Estaba pensando exactamente lo mismo.
      La desestabilización social que provoca semejante instalación es demasiado grande como para tomarse estas cosas a la ligera.
      Si al final lo que consigues es transformar una ciudad sustituyendo unos habitantes -pobres- por otros -ricos- mejor créate tu propia ciudad.

  • #013
    xaquin - 15 febrero 2019 - 20:06

    Ni quito ni pongo rey. Pero, leyendo «lo del precio demasiado elevado» está muy claro que la tranformación capitalista de una ciudad no pasa por hacer simbiosis con la cultura que está cristalizada. Como bien dicen en el, los que llegan con cuartos y complejo de superioridad no se integran, desalojan lo que hay (que por llevar tiempo suele estra mejor adaptado a la colectividad «habitante»).

    Un portaviones como Amazon dudo mucho que permita navegar en las «barcas» típicas del lugar. Pero, como siempre digo, el problema esencial no es Amazón, son los proamazonistas que se pelearán por ocupar plaza en el portaviones.

  • #014
    Manuel Barrero - 15 febrero 2019 - 21:24

    Sin dudas y pese a los problemas que enfrenta la empresa, Amazon es el portal más importante en ventas de libros online, en mi caso que soy escritor auto publicado en el portal, ha sido una experiencia maravillosa, ojala logren conseguir un camino comun y las diferencias se vean superadas, Amazon le da oportunidades a miles de escritores como yo.

  • #015
    Sergio - 2 marzo 2019 - 11:08

    Te faltan datos https://www.nytimes.com/2019/03/01/nyregion/cuomo-amazon.html?action=click&module=Well&pgtype=Homepage&section=New%20York

    • Enrique Dans - 2 marzo 2019 - 11:12

      Hombre, no es que me falten datos, es que han ocurrido con posterioridad a la fecha de la entrada. Si cambia la situación, actualizaré… :-)

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