El directivo y la defensa irracional de la base de datos

IMAGE: Open Clipart Vectors - CC0Dentro de las noticias recientes en el trepidante panorama político español, hay uno que me llama muchísimo la atención: la constatación final y definitiva de que el mítico número de más de 800,000 afiliados manejado desde hace tiempo inmemorial por el Partido Popular era algo completamente inexistente, una mentira por todos conocida, pero que nadie se atrevía a desvelar públicamente.

Un censo cerrado en junio situaba dicha cifra en 869.535 personas, un récord entre los partidos españoles e incluso europeos. Pero a la hora de la verdad, y en un proceso de tanta dimensión como la elección de un nuevo presidente para el partido, únicamente «aparecen» y reclaman su derecho al voto alrededor de siete de cada cien afiliados, un total de 66,384 personas. ¿Qué ha ocurrido? ¿Dónde está aquella enorme base social de la que el partido hacía bandera? ¿Cómo podemos resolver el misterio de los afiliados desaparecidos? 

Esta página no se dedica al análisis político, ni tiene el menor interés en hacerlo. El misterio de la base de datos de afiliados del Partido Popular data de hace tiempo inmemorial: en el escaso contacto que tuve con ese partido en torno al año 2008, nunca como miembro ni mucho menos afiliado al mismo, sino simplemente en calidad de experto al que recurrieron para dar su opinión sobre una serie de temas, la famosa cifra de afiliados ya era, en las reuniones en las que salía, tomada con pinzas: todos sabían que, en la práctica, nadie jamás abandonaba esa base de datos, ni por impago de cuotas, ni por razones disciplinarios… ni siquiera por fallecimiento. Cada vez que se mencionaba recurrir a la base de datos para algo, alguno de los presentes en la reunión advertía sobre su problema de falta de calidad. Era, en realidad, un auténtico secreto a voces, una mentira por todos conocida que, simplemente, proporcionaba la coartada de la amplia base social, de un supuesto apoyo muy superior, supuestamente, al del resto de partidos. El asunto fue investigado por fuentes ajenas al partido en varias ocasiones, y todo apuntaba a lo mismo: el interés por mostrar un apoyo amplio había condicionado un tratamiento de la base de datos de afiliados tan profunda e irracionalmente conservador, que en la práctica, esa base de datos era completamente inservible: estaba repleta de personas que posiblemente alguna vez se afiliaron, pero que habían abandonado su militancia, habían dejado de pagar sus cuotas, se habían desinteresado, o habían muerto.  Lo único que consta es que, de esos supuestos 869,535 afiliados, solo aparecen de manera fehaciente un 7.5%, incluso después de condonar el requisito de pagar todas las cuotas atrasadas y de conmutarlas por un único pago simbólico de tan solo veinte euros.

Las bases de datos de afiliados de los partidos recogen, obviamente, información sobre sus preferencias políticas, y están por tanto sujetas a la consideración de datos sensibles o especialmente protegidos. Esto implica que la investigación sobre ello se limite a los datos proporcionados de manera voluntaria por los propios partidos, lo que ha posibilitado que el Partido Popular se haya pasado años haciendo gala y esgrimiendo en todo momento un número de afiliados que no tenía. Que ese interés del Partido Popular por mostrar un número desproporcionadamente elevado de usuarios se deba simplemente al hecho de querer mostrar un apoyo social amplio donde no lo hay, o a factores más complejos como la posibilidad de regularizar dinero como cuotas procedentes de esa base de afiliados es un elemento que no procede analizar sin disponer de elementos probatorios adicionales. Sí sería sin duda interesante, sin embargo, pensar sobre las posibles consecuencias que la aplicación del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD, o GDPR según sus siglas en inglés, habitualmente más utilizadas) a esas bases de datos, tan claramente necesitadas de un proceso de depuración.

La entrada en vigor el pasado 25 de mayo de GDPR ha abocado a los directivos de muchísimas compañías a ese tipo de disyuntivas: ¿qué hacer ante un reglamento que amenaza con sanciones importantísimas a quienes mantengan en sus bases de datos a personas que no han afirmado de manera fehaciente su interés por constar en ellas? Presas del pánico, miles de empresas de todo el mundo se dedicaron a bombardear absurdamente nuestras bandejas de entrada con correos inútiles que en muchos casos eran, en sí mismos, una vulneración del reglamento, una comunicación enviada a personas que no habían expresado su interés por recibirla y que, en muchos casos, estaban en esas bases de datos por un proceso irregular de adquisición de bases de datos de terceros, de incorporación de todo aquel que hacía una simple petición de información, o de no eliminación de quien había pedido su borrado.

En la práctica, las bases de datos de las compañías se habían convertido en un erial lleno de datos desactualizados, de personas imposibles de contactar, de procedencias inconfesables, o incluso de muertos. Un auténtico caso de síndrome de Diógenes derivado de una sola razón: el uso de malos indicadores. Considerar erróneamente el tamaño de la base de datos como un elemento indicador del desempeño del director comercial o de marketing, como una especie de falso concurso de popularidad, como una forma de desviación cinegética, un «a cuántos he conseguido cazar». El resultado era claro: cada vez que se intentaba hacer uso de esas bases de datos, la acción generaba un aluvión de envíos devueltos, de correos rebotados o de peticiones de baja. Durante muchos años, el número de empresas diligentes a la hora de limpiar sus bases de datos ha sido minoría: nadie quería asumir lo que significaba que esos números descendiesen. Solo en casos extremos y  probablemente fruto de algún tipo de segundas intenciones han logrado la exposición mediática y el ridículo que han supuesto casos como el del Partido Popular.

Las bases de datos de una compañía deberían ser uno de sus principales activos. Pero aferrarse a ellas como una especie de señal de prestigio si, en realidad, están llenas de datos adquiridos a proveedores de origen dudoso, de procesos de web scrapping, de peticiones de eliminación desatendidas o incluso de muertos, es completamente absurdo e irracional. Todo aquel director de marketing o ventas que se haya visto preocupado por la posibilidad de que el número de registros de su base de datos fuese a disminuir por la aplicación de GDPR debería hacérselo mirar, porque todo aquel que prefiera tener una base de datos más grande por estar llena de basura inservible es alguien que no tiene claro cuál es su función real.

Un caso más de retorno a la lógica tras muchos años de excesos injustificables: si no tienes claro lo que tienes en la base de datos, no te dediques a lanzar correos a diestro y siniestro a personas que nunca manifestaron su interés por estar en ella, a direcciones que compraste a algún sombrío proveedor de listas, a correos falsos, a incautos que te pidieron información o a muertos. No, no lo hagas, porque lo menos que te puede pasar no es que no te contesten, no los abran o que aprovechen tu correo para darse de baja, sino que te denuncien. Si de verdad tienes tu base de datos llena de basura, haz lo que hay que hacer con la basura: tírala. Líbrate de todo aquello cuyo origen no tengas claro, elimina a todo aquel de quien no te conste un consentimiento expreso, o incluso comienza de nuevo desde cero. Tirar a la basura una base de datos no tiene por qué ser una mala noticia, y menos aún si estaba llena de basura, porque la basura huele mal. Bórrala y comienza de nuevo con procedimientos y garantías adecuadas, porque pensar que de alguna manera tu prestigio o tu desempeño como directivo estaba vinculado al número de registros en una base de datos llena de basura era ni más ni menos que eso, admitir que tu carrera profesional estaba construida sobre la basura. El marketing no consiste en torturar, en cazar o en bombardear a personas que no han manifestado ningún interés en tu producto, sino en construir relaciones sostenibles. Repítelo para ti mismo varias veces, paladeando cada sílaba: sos – te – ni – bles. Si no lo tienes claro, si no lo entiendes, o si te da miedo que el número de registros en tu base de datos disminuya, déjalo. Por tu bien, por el de tu compañía, y por el de todos.

 

 

 

This post is also available in English in my Medium page, “The manager and the irrational defense of the database» 

 

16 comentarios

  • #001
    Gorki - 29 junio 2018 - 12:07

    La realidad de este pais, es que afiliarse y sobre todo cotizar a un partido, sindicato o similar, solo lo hace quien piensa que puede sacar tajada por aparecer con ello en alguna de las múltiples listas electorales que se presentan

    De todos los que me rodean, solo conozco a una persona que durante un cierto tiempo estuvo afilida y cotizando a CCOO sin esperar un puesto a cambio, todos los demás, que cubren todos los pelajes políticos, no hay un solo afiliado, (ni nadie que aspire a un cargo político).

    Sin embargo. una cosa es estar afiliado y cotizar y otra es ser un votante regular a un determinado partido, La mayoría de mis amigos llevan votando al mismo partido, votación tras votación, pese a los avatares que ese partido haya pasado.

    Por ello pienso que la base social del PP del PSOE, del PNV , … es muy estable y aguanta perfectamente los avatares puntuales que sufra el partido,

    • Isangi - 29 junio 2018 - 13:56

      Llevo años pensando que el voto repetitivo y constante debería estar penalizado en las elecciones, lo que no veo la manera correcta de hacerlo…

      Cuando digo penalizado quiero decir: Ponderado su valor.

  • #003
    Isabel Domínguez Viera - 29 junio 2018 - 12:15

    Siempre leo lo que publica…, porque me parece importante ,super interesante, fácil de entender e instructivo
    Gracias por Compartir

  • #004
    Guillermo hotel - 29 junio 2018 - 12:19

    Lo que estás denunciando se ve en muchos aspectos de la vida.

    Normalmente las personas mantenemos una determinada ideología sin preguntarnos el como y porque se ha formado esa estructura mental. Y llega hasta tal punto como lo que afirmó Roosvelt del dictador Somoza, “Sí, es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta”. O, parafraseando una máxima muy de moda en los noventa, “Es la estrategia empresarial estúpido»

    Ayer mismo con Gorki mantenía una tesis amparada en el dato de 14€ la hora en lo que yo mantenía que no es el standard que nadie en su sano juicio podría afirmar que no es degradar el mercado laboral. Todo no es blanco ni negro. ¿Quien puede quitar la razón que Amazon factura una barbaridad, y que algunos sueldos no están tan degradados, pues otro que no esté en su sano juicio. Mientras se empeñaba en defender lo que él afirmaba que es un caso de éxito. Con ceguera selectiva se veían solo las luces pero ninguna sombra. ¿Por qué somos tan gregarios?
    ¿Se desvían los debates de las cuestiones principales a propósito o también es intencionado? ¿Jugamos a que hacemos primarias ?

    El PP seguramente tiene gente muy válida, ética e incluso que sabe «alguna cosa» pero porque Cospedal aplaude a rabiar a Cristina, cuando políticamente ya estaba acabada la presidenta por uno sus affaires. Son las misma actitudes de donde vienen los lodos del fichero de marras y su validez actual.

    Decía un amigo mío que el malo no era Franco, sino los franquistas que sostenían a un individuo que era un líder amanerado con voz atiplada y que lo único para lo que quizás estaba dotado era para dirijir un establo, eso si con fústiga. ¿a que poderes le interesaba mantenerlo? ¿a quien interesa que siga Coepedal o viejos clones rejuvenecidos?

    En el caso del PP hay una estrategia detrás de mantener ficheros de muertos, y no es otra que mantener parcelas de poder local dependientes del número de afiliados.

    Repitan conmigo Re-ge-ne-ra-ci-ón.

    Es hora ya de tener pensamiento crítico, y cuando sucede algo, preguntarnos cinco veces porque las personas actúan como actúan. Hay que informarse y hacerse las preguntas correctas. Siempre.

    • Jose Miguel - 29 junio 2018 - 14:35

      Los muertos ni notifican su muerte ni responden emails ni solicitan su baja. Pero vamos, está claro que en el caso del PP es una estrategia para inflar los números porque podían dar de baja a inscritos que no hayan pagado cuotas durante 6 meses, por ejemplo.

      • Gorki - 29 junio 2018 - 16:05

        Es impensable creer que 869.535 personas han pagado al menos una vez en su vida una cuota a un partido político en España Ni reuniendo todos los que pagaron alguna vez una cuota de asociados a cualquier partido o sindicato llegaríamos a tal cifra.

        Repito que entre todos mis próximos y allegados, sólo conozco una persona que haya pagado durante un tiempo cuota sindical, concretamente a CCOO, nadie más.

        Y sospecho que quienes están afiliados y pagan cuota, es únicamente porque a cambio de ello, piensan que pueden obtener una ventaja, del tipo ser seleccionado para un puesto de trabajo digital, u otro tipo de ayuda semejante.

        Si conozco casos, ya no directos sino a través de conocidos, de afiliaciones a partidos, con la esperanza de ser «premiado» con algún puesto.
        .

        • Jose Miguel - 29 junio 2018 - 18:13

          No me parece nada descabellado lo que dices. A mi también me parece raro que de 46 millones de españoles casi 1 paga cuota al PP. Lo que tu dices… ni entre todos los partidos políticos junto con los sindicatos. De cada 100, 2 ó 3 pagan a algún partido para poder preguntar… ¿Qué hay de lo mio?

          • Gorki - 29 junio 2018 - 22:35

            De cada 100… adultos, pues no creo que nadie se apunte y además pague cuota por sus hijos.

  • #009
    Guillermo Hotel - 29 junio 2018 - 16:55

    El debate que propone ED es interesante y creo que busca otro enfoque. En este caso es la organización (política o empresarial) la que utiliza en su beneficio los datos de unos ficheros haciendo una gestión torticera de ella (por ejemplo no actualizando el fichero).
    El porqué estás en el fichero, claramente es porque en algún momento te has afiliado. Tu motivo personal es ahora lo de menos.

    La pregunta es ¿porque no se actualiza el fichero? Podemos asumir vagancia, incompetencia o buscar un beneficio de ello.

    En cualquiera de las hipótesis la respuesta no es buena para el PP. Si soy un dirigente local ¿Cómo voy a presentar los datos reales de bajada? Me callo para no señalarme, para no perde poder o por directriz central, Sea como fuere decidieron no actualizar.

    Pero a la vez obligas a la inscripción y se presenta el 8% del censo. La explicación oficialista es sencilla para corregir errores. Ya no solo eres ventajista, sino que estableces un método que visibiliza el caos de la gestión del fichero.

    ¿De verdad no preveyeron las consecuencias? Personas que han dirigido un país, con un buen nivel de preparación, mil asesores, y que han hecho alarde de improvisar estrategias con temas muy delicados, y que son expertos en tacticismos.

    Es pausible que alguien pueda tener otro motivo en obligar a la preinscripción? ¿dinamitar el proceso desde dentro por ejemplo al ver la partida perdida?
    ¿Fuego amigo? ¿ esperar otro candidato tapado?

    No tengo ni la menor idea.
    etc, etc, en definitiva mi única afirmación es, tengamos un espíritu crítico y reflexionemos que tontos quedan muy pocos en todos lados.

  • #010
    Jose Miguel - 29 junio 2018 - 21:24

    «¿De verdad no preveyeron las consecuencias? Personas que han dirigido un país, con un buen nivel de preparación, mil asesores, y que han hecho alarde de improvisar estrategias con temas muy delicados, y que son expertos en tacticismos.»

    Me quedo acojonado. Pero de verdad hay gente que duda de que manejan las estrategias sociales mejor que nadie?

    La cuestión es: Cómo de preparados están los votantes? Votar no es como apoyar al Real Madrid o al Barcelona.

    • guillermo hotel - 30 junio 2018 - 12:28

      Si supiera que todos los cargos son inutiles redomados lo podria afirmar. Como no lo se y por pura estadistica de grandes numeros no pueden estar todos los tontos juntos. Les doy el benfecio de la duda. Y repito no tengo ni idea del motivo real. Solo planteo preguntas y dudas.

      Es algo propio de las dictaduras cuestionar el nivel de los votantes. En democracia el nivel de los mandos de un partido está correlacionado con el nivel de sus votantes. Parece lógico afirmar que no puede ser de otra manera. No se han generado en frascos de cistal o granjas al estilo de la Alemania nazi para perservar un raza superior. En definitiva el argumento de los votantes ignorantes es una falacia. En buena fe puedo votar al pp, psoe, podemos y ser una buena persona. O calificamos también a las personas como inferiores por no pensar como uno mismo? Ese comportamiento gregario es el que se aplica a ratos. Por ejemplo el sentimiento patriótico desaparece cuando me ahorro en un Taxi por usar los servicios de una empresa extranjera marca Uber.

      En definitiva no sabemos si no han actualizado el fichero por incompetencia
      o estrategia. En ambos casos no salen bien parados. Del mismo modo la derivada, obligatoriedad de la inscripción tiene tres respuestas: incompetencia, auto destrucción o estrategia. Tampoco salen bien parados. Salvo que haya una garaganta profunda no sabremos quien mece la cuna…

  • #012
    Pedro - 29 junio 2018 - 21:55

    Hay unas bases de datos que no sé cómo quedan tras el RGPD, las listas de morosos.
    Los afectados no saben en qué bases de datos de morosos están, no pueden rectificar sus datos y cuando les deniegan un crédito, o cambiar de compañía de teléfono, no se les da información al respecto.
    Estas Bases de datos están tras una opacidad que dudo sea legal pero se permite.

    • Gorki - 29 junio 2018 - 22:38

      Es verdad las Listas de Morosos ¿Son legales con la RGPD, aunque no manden emails? ¿Es legal que sean accesibles a las entidades financieras? — Ni idea

      • Percebe - 30 junio 2018 - 01:49

        La RGPD es muy clara en ese sentido: sin tu consentimiento explícito, no pueden almacenar tus datos.

        Dudo que alguien de su consentimiento explícito para aparecer en una lista de morosos :o)

        No obstante, la RGPD establece unas excepciones que bien podrian acoger a las listas de morosos, segun se interpreten. Estas son las excepciones:

        *For the legitimate interests of a data controller or a third party, unless these interests are overridden by the Charter of Fundamental Rights (especially in the case of children).

        *To perform a task in the public interest or in official authority.

        *To comply with a data controller’s legal obligations.
        To fulfill contractual obligations with a data subject.

        *To perform tasks at the request of a data subject who is in the process of entering into a contract with a data controller.

        *To protect the vital interests of a data subject or another person.

  • #015
    Miguel Durán - 30 junio 2018 - 12:51

    En lo que respecta a los partidos políticos y sindicatos, lo tengo claro.
    Se debería hacer una ley como consecuencia del RGPD, que marcara un plazo para la baja automática como militante (aka paganini de cuotas): quien en 12 o 6 meses no hubiera cumplido con sus obligaciones, baja automática por imperativo legal.
    Ofrecer como alternativa el paso a la condición de «simpatizante» con un mes de adelanto siempre bajo confirmación.
    ¿Justificación? el primer nivel de la Base de Datos y la obligación legal de cumplir con los objetivos, algo que no se hace si la «dejas apolillarse» porque a menos que se sea fiel discípulo de Romanones (y ciertos dirigentes se han mostrado maestros en ello…) los muertos no votan ni convencen a indecisos.
    Y para los simpas, la obligación de confirmar de forma fehaciente su deseo de seguirlo siendo.

    Todo esto para conseguir los fines del partido. Algo que debería tenerse en cuenta, porque a lo mejor sí que estabas de acuerdo con las «especificaciones» de Ciudadanos cuando se presenta a nivel nacional por primera vez, pero no con las «actuales» (y me apuesto lo que sea a que no han cambiado una coma de sus estatutos). Y estoy seguro que todos tenemos en mente unos cuantos ejemplos más.

    ¿Sanciones? Aparejar a las propias de la RGPD la inhabilitación DE POR VIDA para ejercer cargo público a todo el que se dedique a «recorrer cementerios» y demás prácticas, a ver si se le quitan así las tentaciones de «pasarse al lado oscuro».

    Pero la verdad es que la mayoría de la gente tiene un Diógenes digital de cuidado, y basta ver el numerico de «amigos» en FB de un elemento que solo comparte su foto de perfil, como si le pagaran por inflarlo.

    Las empresas en general, y contra más grandes peor, son la pera en lo de «los datos de sus clientes» fomentado por inacción cuando no por estulticia el que Fulanito de Cuadros aparezca hasta con 18 entradas, como si cada vez que ha comprado una entrada o pagado el seguro de coche le hubieran clonado… Eso no lo hace el autónomo de a pie que solo le interesa que le pidan huevos, pan o morcillas, pero en particular el gremio de las reformas no parece haberse enterado de que hasta sus agendas son «bases de datos» y son incapaces de localizar sin hojear tres libros el presupuesto que te dieron hace seis meses…

    Estoy con Enrique. Lo sensato sería tirar la base a la basura pero la estupidez es con el hidrógeno el elemento más abundante de este universo.

  • #016
    Pablo Cirre - 2 julio 2018 - 09:43

    Mas allá de escribir sobre un partido político , me quedo con la gran moraleja:
    Si eso pasa en esa organización , ni me quiero imaginar lo que habrá dentro de las empresas

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