Repensando el correo electrónico corporativo

IMAGE: Benoit Chartron - 123RFEl uso del correo electrónico en entornos corporativos es aún enormemente habitual, a pesar de sus enormes desventajas e ineficiencia con respecto a los entornos colaborativos. Las organizaciones en las que el grueso de las comunicaciones internas se desarrollan mediante correo electrónico suelen ser lentas y pesadas, y sus trabajadores tienden a tener la sensación de que si tuviesen que contestar a todos los correos electrónicos que reciben, no harían otra cosa en su día a día más que contestar correos electrónicos. Las excusas habituales no funcionan: el correo electrónico es un asesino de la productividad, y algo que sin duda define el nivel de modernidad y adaptación a los tiempos de las compañías.

Cuando además combinamos este tipo de entornos con malas prácticas, de esas a las que aparentemente nadie aplica la mínima inteligencia necesaria como para cuestionarlas, la situación se vuelve todavía más ridícula. En muchas organizaciones, el abuso del CC convierte el uso del correo electrónico en una trampa mortal acumulativa: cuanto más elevada es la posición de un directivo en la pirámide, más personas tienden a poner su dirección en el campo CC «para que esté informado» o «para que quede constancia», lo que, lógicamente, termina por resultar en un absurdo e insostenible colapso de recursos. Si además añadimos el uso de email disclaimers, un vago conjunto de avisos legales, políticas de privacidad, avisos del uso de antivirus y exenciones de responsabilidad, añadidos de manera automática a todos los correos salientes, la cuestión se convierte en un absurdo conceptual, y en algo verdaderamente incómodo cuando intentamos revisar un hilo de conversación.

El uso de los email disclaimers ha sido discutido hasta la saciedad en numerosas ocasiones: además de resultar incómodos, su valor legal es completamente discutible y cuestionable. No se conocen prácticamente casos en los que el uso de un email disclaimer al pie de un correo haya servido para algo realmente importante en términos legales, y en general, se consideran una práctica molesta, incómoda y que simplemente se mantiene ahí por el exceso de celo de una serie de psicópatas en departamentos de asesoría jurídica. No sirven de nada, simplemente ocupan espacio, y cada vez más, transmiten la imagen de una compañía anticuada, envarada y ridículamente inadaptada al tiempo que le ha tocado vivir. Haz una prueba: si acudes a tu departamento de asesoría jurídica a preguntar por qué diablos se sigue añadiendo esa sarta de estupideces al final de cada maldito correo electrónico que sale de cada empleado de la compañía y te contestan argumentándote sobre su necesidad, cambia de asesores jurídicos. Ganarás mucho.

Otra práctica habitual, esta de cara al uso del correo electrónico en la comunicación externa, es el uso del no-reply. Envías un correo a un cliente o prospect, posiblemente parte de una campaña de email marketing, pero lo haces desde una dirección del tipo no-reply@. Es decir, que tú molestas a quien está al otro lado enviándole tu mensaje, pero si esa persona resulta estar interesada o te quiere contestar con alguna pregunta, duda o cuestión, la obligas, en lugar de a hacer lo que sería natural en el uso del correo electrónico, que es utilizar el botón de responder, a ponerse a buscar cuál es la manera en la que tiene que proceder si quiere que le hagas caso y evitar que su mensaje termine perdido en el limbo. Ehhh… ¿perdón? ¿No hay algo completamente absurdo en todo esto? Vamos a ver: si me envías lo que sea, dame todas las facilidades que puedas para que conteste, sea de la manera que sea, y particularmente, no me prives de la que seguramente me resulta más cómoda. Eso de «te envío algo pero no me contestes», cuando existen todo tipo de soluciones técnicas para evitarlo, no es que sea del siglo pasado y de empresas unidireccionales… es que es directamente del género idiota, una práctica que debería ser eliminada.

Añadir un logotipo en forma de fichero gráfico como firma al final de cada correo electrónico – o peor, un montón de botones sociales cada uno en su propio archivo de imagen –  es, como tal, otra mala práctica. Por mucho que, en general, el ancho de banda ya no sea un factor limitante, añadir un fichero gráfico es algo incómodo, que obliga al receptor a recibir unos bits completamente inútiles, y que además, confunde las posibles búsquedas posteriores cuando se intenta localizar algún documento adjunto. Lo correcto en la comunicación mediante correo electrónico es añadir al final, en modo texto, los detalles de contacto de quien envía el mensaje que se desea que el receptor pueda tener, sea el teléfono, la dirección u otros, pero sin más, sin lujos gráficos. Si el departamento de marketing insiste en que el logotipo es monísimo, que se han gastado una pasta en el diseño y que hay que sacarlo a pasear en todas las ocasiones posibles, diles que ese uso, el de añadirlo como fichero adjunto al final de todos los correos electrónicos corporativos, es sencillamente absurdo, y que piensen en mejores formas de hacer marketing. Y ten cuidado, no vayan a pretender tatuártelo en la frente, que ahí también se ve mucho.

El correo electrónico es una herramienta que se convirtió en ubicua en relativamente poco tiempo. Algunas de sus prácticas han persistido a lo largo de los años simplemente porque a alguien le dio por utilizarlas en algún momento, y pasaron a tener la categoría de estándares sin que nadie se cuestionase su utilidad real. En el momento actual, deberíamos ser muy críticos con el uso del correo electrónico: administrarlo con cada vez más cuidado, no utilizarlo en contextos donde no tiene sentido, y sobre todo, no incurrir en prácticas que no sirven para nada más que para molestar. Una pequeña repensada de nuestras prácticas en este sentido no viene mal a nadie.

 

 

 

This post is also available in English in my Medium page, “It’s time to rethink the corporate email» 

这篇文章在36Kr中翻译成中文: 西班牙IE大学商学院教授:是时候重新审视»商务邮件»了

 

32 comentarios

  • #001
    Carlos - 30 agosto 2017 - 13:30

    Enrique, muchas gracias por tu análisis, perdona el atraco… Por favor, podrías comentar alguna herramienta de colaboración? Qué soluciones existen en el mercado que permitan integrar el correo electrónico y las herramientas de colaboración de las que hablas. Muchas gracias. Un abrazo.

    • Enrique Dans - 30 agosto 2017 - 13:57

      A mí particularmente me encanta Slack, lo uso en varias de las compañías con las que colaboro, y me resulta muchísimo más ágil y práctico que el correo electrónico. Es una combinación de mensajería instantánea y otras aplicaciones de todo tipo que puedes integrar fácilmente, desde sistemas de ticketing para servicio hasta documentos compartidos, etc. que se ha convertido en un estándar en muchas compañías. Pero tienes otras, HipChat es de Atlassian, que acaban de adquirir Trello y supongo que las integrarán, Microsoft lanzó hace poco Teams, una alternativa a Slack que algunos dicen que es muy buena, y hay otras con filosofías similares. Es mucho más un problema de cambiar de mentalidad que de herramientas.

      • Jorge - 31 agosto 2017 - 12:06

        Saludos Enrique, me ha gustado mucho este artículo, además comparto muchos de los puntos que has mencionado, que además me irritan de vez en cuando sin mencionar que al final todo el correo tiene que ser almacenado y guardamos TB y TB de imágenes en firmas o de iconitos de social media.

        A lo que voy, aunque hay otras alternativas como Slack (yo prefiero Rocket Chat que es libre) al final tienes que mezclarlas con email, un claro ejemplo de una integración de todo puede ser por ejemplo esto: https://github.com/jorgedlcruz/zimbra-rocket una integración donde tienes todas las pestañas que necesitas en la misma aplicación (Zimbra y Rocket Chat, u otros).

        El problema de Slack, Rocket Chat, o similares es que se vuelve en contra de ti rápidamente, al final tienes unos pocos, o muchos canales, y seguirlos todos se vuelve en tarea imposible, como lo es leer emails. Puede ser que agiliza ciertos debates e incluso en entornos de desarrolladores viene perfecto para tener una sala por proyecto, pero para el día a día, si no abres y lees slack en digamos 24 horas, ponerte al día se vuelve tarea imposible.

        Aún así, ¡muy buen artículo!

    • JJ - 30 agosto 2017 - 15:10

      Otras 4 opciones

      http://omicrono.elespanol.com/2016/10/alternativas-gratuitas-a-slack/

  • #005
    Miguelangel López - 30 agosto 2017 - 14:01

    Disiento.

    El correo electronico es una herramienta impagable, eficiente y muy barata en comparación con cualquier otro sistema de comunicación. Lo que enumeras no es un problema de la herramienta, sino de la parte absurda del sistema: el operario sin formación.

    Esta pieza es capaz de destrozar la fiabilidad y eficacia de cualquier otro sistema inventado para evitarle.

    El email, correctamente usado, es rápido, no intrusivo, eficaz, guarda registro escrito, permite seguir hilos, invitar o desinvitar y, sobre todo, es estandar y leíble por miles de sistemas y softwares distintos. Puede usarse como prueba en sede judicial, es rastreable, encriptable y certificable.

    Bastaría con enseñar al usuario a usarlo eficazmente, hacerle consciente de su posición en la empresa para que moleste sólo a quien tiene que molestar y dejarle claras las responabilidades que asume por no seguir unas normas básicas de cortesía.

    IMHO, tras unos 30 años usando mail… y decenas de otros sistemas «de productividad» cada cual más absurdo, claro.

    • Enrique Dans - 30 agosto 2017 - 17:16

      Puedes disentir, faltaría más, pero con todo respeto, te equivocas. El correo electrónico, aunque haya caracterizado el trabajo y la comunicación en entornos corporativos durante las últimas dos décadas, es una aberración como sistema. Es el equivalente a que todo lo que hiciésemos antes de existir el correo electrónico tuviese que quedar permanentemente almacenado en un sistema que, además, es notoriamente poco eficiente en la recuperación de información. El correo electrónico genera tal barbaridad de ruido y, sobre todo, a niveles elevados en las jerarquías, que la señal se entierra bajo capas y capas de correos innecesarios en los que simplemente se pretende dejar constancia de algo o mantener a alguien informado, y ese tipo de funciones se han convertido en comportamientos aceptados que todo el mundo utiliza, con el consiguiente colapso. En realidad, todas esas funciones deberían ser absorbidas por sistemas de mensajería instantánea muchísimo menos demandantes de información y de acción, mientras los documentos, con la pesadilla de los attachments y las versiones, deberían ser sustituidos por documentos compartidos. Mientras esas reconversiones no se lleven a cabo y pasemos a desarrollar el grueso de la comunicación por mensajería instantánea y el de la gestión de documentos en documentos compartidos, el email seguirá siendo la perpetua pesadilla no escalable que genera caos, descontrol e ineficiencia en las organizaciones. Habría que erradicarlo de todas partes, y mantener simplemente un uso muy residual y puntual para algunos temas, pero la fuerza de la costumbre manda…

      • Miguelangel López - 30 agosto 2017 - 19:05

        Agradezco tu deferencia y respeto… pero apuesto a que puedes mostrarlo ofreciendo razones solventes para decir que me equivoco y no una nueva colección de manías personales ;)

        Llevo usando mail en entornos colaborativos, empresariales, educativos y personales más de 25 años. Conozco sus usos y limitaciones, sus ventajas y problemas. Y los que indicas no son inherentes a la herramienta, sino al absurdo e ineficaz uso de ella por parte de trabajadores sin formación para usarla. Que sepas usar una llave inglesa no te convierte en mecánico de la misma forma que saber enviar un email no te convierte en un comunicador eficiente y organizado.

        El mail tiene muchas ventajas sobre otras formas de comunicación, pero la principal y definitiva es su universalidad, al poder usarse por cualquier usuario sin cuotas, sin pagos, sin acceso a herramientas privativas. Es un protocolo sobradamente conocido que no pertenece a ninguna empresa ni organización.

        No necesita apps «nativas» o propietarias, hay literalmente centenares de aplicaciones libres que se adaptan a los usos de cada usuario e incluso puede ser leido y utilizado sin complicación alguna por cualquier otra aplicación que necesite hacerlo. No hay que esperar una actualización de la aplicación para tu nuevo móvil… ni desesperarse amargamente porque tu Lumia ya no recibe atención de la empresa fabricante de la últiam genialidad «corporativa».

        El email no es una herramienta de gestión de proyectos aunque puede usarse como tal. No es una herramienta de verificación o validación aunque también puede serlo. No es una herramienta intrusiva como la mensajería instantánea, puede ser mostrado en pantallas cómodas de cualquier tipo de dispositivo, incluso los no diseñados especialmente para ello y siempre está ahí cuando necesita ser leído, guardado, archivado o demostrado.

        El email (sus cabeceras) ofrecen mucha metainformación de forma transparente y sencilla, pero incluso en sus formas más imples permite que cualquier soft estándar, libre y gratuito, sea capaz de archivar, filtrar, resaltar o reenviar de forma eficaz con apenas haberse leido el manual de la aplicación. Algo que casi nadie hace, por otro lado. Los filtros, reenvios, respuestas automaticas… son increiblemente potentes herramientas de gestión y filtrado que reducen enormemente el ruido que puede generar una organización caótica o poco entrenada. Basta con enseñar a usarlos una vez y bastará para siempre. Algo que no sucede con las instalaciones, renovaciones y readaptaciones de cualquier software colaborativo o de comunicación interna que pretenda destronar al humilde mail. Ya he tenido que pasar por varias de estas «genialidades» y preferiría cortarme las venas antes de tener que probar otra «selecta maravilla venida para resolver todos los problemas de las empresas».

        Por otra parte… resulta paradójico que muchas de las herramientas que «han venido para destronar al mail» se sirvan de éste para lo mismo que éste sirve (notificaciones, confirmaciones, avisos…).

        Por no hablar de que un mail, convenientemente verificado por un perito forense, sirve como prueba delante de un juez. A veces, sin necesidad de perito. Lo que no sucede por ahora con hilos, gráficos o tableros de otras aplicaciones (que no protocolos) de gestión de tiempos, tareas o información.

        Si, hay muchas herramientas que han venido para «destronar» al viejo y eficiente correo electrónico. Todas ellas requieren formación y una explicación sobre su flujo de trabajo; algo que habrá de volver a hacerse cuando la empresa fabricante quiebre, cambie o decida rehacer todo el sistema. Quizá sería más eficiente invertir esos esfuerzos en enseñar a usar la herramienta que ya tenemos en vez de intentar tapar carencias con una nueva purpurina.

        Un addendum: si una organización entiende como «documento compartido» un DOCX que se rebota indefinidamente entre varios usuarios de email… el problema esa en la organización y los (i)rresponsables de tamaña majadería, no en el humilde protocolo mail.

        Por cierto, acabo de verificar mi identidad con mi correo electrónico; tan malo no será :D

        • Enrique Dans - 30 agosto 2017 - 19:15

          No sé qué herramientas has probado, pero de las que yo hablo lo más evidente es que no necesitan formación alguna para su uso, salvo que pienses que alguien necesita formación para usar algo muy parecido a WhatsApp. Hay toda una generación adaptada a utilizar la mensajería instantánea, y su balance entre sincronía y asincronía tiene mucho más sentido que el del email. El email colapsa mucho más que la mensajería, y la prueba la tienes en que en muchas compañías, se está empezando a utilizar mensajería instantánea de manera espontánea – erróneamente y con las herramientas equivocadas, en la mayoría de los casos – para hacer cosas que antes se hacían mediante email. Lo lógico es pensar que el email irá cediendo terreno ante estas herramientas y las de documentos compartidos, y que el volumen de utilización disminuirá mucho. Y de hecho, así ocurre en las organizaciones más eficientes que conozco. No se trata de crear instrucciones de uso sobre el email y protocolos interminables que luego nadie cumple, sino de optar por herramientas que tienen más sentido. Lo que hacemos con el email actualmente es como si tuviésemos que trabajar con un notario detrás todo el tiempo, y es absurdo, además de penosamente lento.

          En cuanto a las preocupaciones sobre el código propietario, como siempre, hay de todo. Herramientas propietarias y herramientas de código abierto, y cada uno tendrá sus razones para escoger unas u otras. Como en todo ecosistema, las de código abierto terminarán prevaleciendo y siendo mejor que el resto por pura dinámica natural… pero esta es otra discusión.

          En cualquier caso, se agradece un buen intercambio de opiniones…

          • Miguelangel López - 30 agosto 2017 - 21:03

            Gracias a tí por fomentarlo ;)

    • Felix Obes - 31 agosto 2017 - 16:12

      Disiento contigo Miguel Angel, el email es carísimo. Es mucho más caro tener multiples copias de un mismo archivo y sus mil versiones en exchange que en un sistemas de gestión como Slack o Wrike o Dropbox o GDrive.

      El email es una implementación moderna de una idea de miles de años en la que un mensaje debe ser copiado para ser entregado a mucha gente. Comparado con Slack, el mail es casi que paleolítico.

      Ni te digo con otras plataformas colaborativas como realtimeboard. Preguntale a los gestores de IT si es mas caro un slack channel o un exchange server para gestionar un proyecto.

  • #011
    Miller Casablanca - 30 agosto 2017 - 15:20

    Hola Enrique, muy interesante tu artículo, pero creo que el correo no va a dejar de ser una herramienta bien usada en las organizaciones, es un medio que sirve como soporte legal y se va adaptando a las necesidades actuales. El disclaimer es obligacion en todos los correos (o por lo menos en Colombia, ya tenemos es que cuestionarnos por los parlamentarios que elegimos), y la firma si bien es un tema de imagen corporativa y de marketing, no es absurdo cargarlo a los correos, esos bytes no le hacen cosquillas a la capacidad de transferencia o almacenamiento, que por cierto cada vez es mas grande en todos los servicios de correos.

    Saludos

    • Enrique Dans - 30 agosto 2017 - 17:19

      No, no es obligación, Miller, ese es el problema: que todo el mundo cree que es una obligación legal, cuando realmente esa obligación no solo no existe, sino que además, el disclaimer no sirve para NADA. Nunca podrás pretender que alguien que recibió tu correo con el disclaimer estaba obligado a cumplir un contrato que jamás firmó ni aceptó, y que tú solo pusiste ahí unilateralmente. Prueba a enviarle un correo a alguien poniendo debajo «por la lectura de este correo, el receptor acepta entregar a su primer hijo al remitente», y tendrá el mismo efecto y la misma validez legal.

      Que todo el mundo lo haga no quiere decir que esté bien hecho ni que sirva para algo.

  • #013
    edans_fan - 30 agosto 2017 - 15:34

    Estoy de acuerdo con MiguelAngel.

    Llamadme torpe o clasico o arcaico, pero me quitan el Outlook y me siento raro.
    Intenté usar trello y me senti como un elefante en una cacharreria

    • Enrique Dans - 30 agosto 2017 - 17:22

      Es una cuestión de costumbres y de re-aprender para adaptarse a entornos más racionales. Pretender que cada cosa que haces tenga que quedar archivada en un correo electrónico es completamente absurdo. Para muchas cosas bastaría con un mensaje en un sistema similar al WhatsApp, pero con una buena función de búsqueda y archivo, y te colapsaría muchísimo menos su gestión. Y lo de los documentos, con su glorioso «archivo va, archivo viene» con cambios sucesivos y cada uno en su attachment, es que no tiene perdón de dios, es lo más absurdo desde el punto de vista de flujos de trabajo que se ha inventado…

  • #015
    GORKI - 30 agosto 2017 - 15:52

    El comentario, exhaustivo deja algo bien en claro. Como lo bueno si breve dos veces bueno lo expongo en estos términos. Lo malo no está en el Email, sino en el abusivo uso que se le dispensa.

  • #016
    José Luis - 30 agosto 2017 - 15:52

    Enrique, el correo electrónico tiene sus puntos negativos, pero nadie me ha mostrado otra herramienta más eficiente.

    Por ahora….

  • #017
    Guillermo - 30 agosto 2017 - 16:43

    Es cierto que si trabajas con herramientas colaborativas como Microsoft Sharepoint, Trello, Slack… reduces muchísimo el tipo de correo que Enrique indica.

    En mis clientes cuando implantamos este tipo de herramientas, es cuestión de semanas para que se reduzca (el tiempo necesario para que tengan confianza en las herramientas colaborativas).

  • #018
    Javier - 30 agosto 2017 - 17:39

    Mientras tanto… aquí os dejo este Link sobre los 10 consejos para utilizar el email del trabajo de manera eficiente. https://goo.gl/QtG2tK

    • Pablo Espinar - 31 agosto 2017 - 09:22

      Interesante la info de tu enlace.

  • #020
    Cristina - 30 agosto 2017 - 17:45

    Las estructuras organizativas y de control jerárquico obligan a ese exceso de copias y envíos. Si la forma de trabajo fuera por proyectos en linea y accediendo al avance de trabajo y objetivos, se descongestionaría. Con Correos externos con diferentes proyectos, se mezclan y se suman aún teniendo entornos virtuales. No lo eliminaría, pues se recibe informacion útil. Pero en los procesos de trabajo internos, se debería poder comprobar el avance de trabajo objetivo delimitadas responsabilidades y tiempos de cada profesional. En cuanto al disclaimer, coincido en la poca practicidad del mensaje largo y no estrictamente advirtiendo de cuestiones criticas y utiles para la empresa. Si la costumbre fuera trabajo en línea para todo, igual el Mail ya no tendría sentido?

  • #021
    Cristina - 30 agosto 2017 - 18:43

    Aunque por ahora, mi visión del desarrollo del trabajo, es el desarrolo del talento y de la capacidad de aprender mejores y nuevas habilidades. Se requieren indicadores de evolución, de adquisición de habilidades y entornos propicios para ello. Si el trabajo en linea me proporciona una herramienta que me ayude a evaluar el desempeño, pienso que se avanzaría un paso en el planteamiento, pues una habilidad a desarrollar en la organización sería la de optimizar tiempo y recursos.

  • #022
    Raúl Abad - 30 agosto 2017 - 20:23

    Estimado Enrique, queda muy claro que no eres muy fan del email porque no es la primera vez que lo criticas abiertamente. Años atrás ya lo habías sentenciado a muerte pero por lo visto sigue más vivo que nunca y tratando de contradecirte por los datos y estadísticas globales de su uso actual que ofrece por ejemplo Forrester.
    Aquí la gran diferencia y el motivo por el cual persiste a nivel corporativo es que es un sistema independiente que no depende de ninguna empresa externa. Para nada está garantizado por ejemplo el futuro de Slack como empresa y cómo nos va a tratar como clientes. Me resulta muy parecido a los que sucede con la web y a la decisión de las empresas de mantener todos nuestros datos, contenido y reputación bajo nuestro propio dominio en propiedad y no dejarlo en manos de otras empresa que vete tú a saber… Yo estaría temblando si tuviera mi blog en Tumblr o incluso Blogger…. Un saludo !!!!!

  • #023
    Manel Sayrach - 30 agosto 2017 - 20:25

    Leo tu artículo y pienso en como tenemos que afrontar el aprendizaje de la herramienta en la escuela? Sin duda que el correo sigue siendo un medio de comunicación con un uso elevado, y dentro de las comunidades educativas me atreveria a decir que el más importante como vía de comunicación formal o oficial. Si que es cierto que cada vez se incluyen nuevas vías de comunicación/información (RRSS, blogs, SMS, etc.) pero parece como si el correo siguiera siendo la más institucional.
    En nuestro centro los alumnos incorporan una cuenta de correo personal educativa en 3º de primaria, y des de ese momento se les enseña su uso, en aspectos técnicos, de seguridad, presentación formal de los mensajes, etc… Aunque tengo que reconocer, que a menudo tengo la sensación de estar mostrándoles una herramienta que ellos no ven como suya, sino «impuesta». Como flujo de trabajo y comunicación, pero que en muchos casos, los estudiantes, las substituirían por otras más prácticas para el caso…
    Al final pues, lo importante será el uso que se le de a la herramienta…. y el correo electrónico aún tiene recorrido, parece, eso si, sin malas prácticas por favor… ;-)
    Saludos,
    Manel Sayrach

    • Miguelangel López - 30 agosto 2017 - 21:07

      Justo en un par de semanas comienzo un curso largo desde cero para eTenderos y voy a dedicar entera la primera semana al uso correcto de herramientas básicas. Tengo previsto hacer mucho hincapié en el buen uso y netiqueta del mail… porque gran parte del día a día estará basado en esta herramienta.

      En concreto, cabeceras cubiertas, etiquetado adecuado, corrección en el lenguaje (nada de mayúsculas, por favor!!!!), filtrado, respuestas automaticas, firmas, texto plano… y luego el uso comercial respetuoso del mailing. Hay trabajo!!!!! :D

      • Gorki - 30 agosto 2017 - 22:07

        Junto con el Whats SApp wson dos canales gratuitos de contacto con sus posibles clientes.
        Imaginemos un ferretero al que le hacen un pedido de algo que no tiene en su Stoc, digamos un determinado grifo, No serñia razonable que cuando le entre en sto informara via email o whats App a quien le hizo el pedido que la pieza la tiene enya en la ferretería y que la tiene reservada.
        Imaginermos que es un vendedor de electrodomñesticos y has vendido un equipo de aire acondicionado. Si pasado un año recuerdas a tu cliente que hay que hacer el mantenimiento de los filtros y revision del gas refrigerante, y aunque tu no des el servicio, ¿No darás a tu cliente imagen de seriedad y eficacia al enviar ese aviso?

        ¿Por qu+e yo no recibo de mis suministradores avisos como los que indico?

        Si quien me vendió el coche, me recordara los mantenimientos que debo hacer al coche, y la revision de la ITV, cuando él calcula que corresponde más o menos., ¿No se lo agradecería? Y si esa comunicaciñon la acompaña de ofertas de coches nuevos y de segunda mano que crean que me pueden ser de mi interes y oferta de recompra de mi coche. ¿Piensan que eso me iba a molestar, o que cuando quiera cambiar el coche pensaré en él como posible vendedor?

  • #026
    Gorki - 30 agosto 2017 - 20:36

    Yo, al contrario, considero que el correo electrónico, bien utilizado es una herramienta de marketing digital inigualable. Digo BIEN UTILIZADO o sea nada que tenga que ver con el SPAM solo compartable co el uso del Whats App,

    Lo considero un canal absolutamente inexplotado para contactar con tus clientes siempre que tus comunicados sean de algún interés para el receptor, bien por ofertar buenos productos con descuentos puntuales, bien por recordar al cliente servicios y mantenimientos preventivos en el momento adecuado.

    Ya digo a mi me asombra que un servicio gratuito en el que tu cliente al menos va a leer el título del email no se utilice con mas frecuencia y con mayor precisión.

  • #027
    Fredy - 30 agosto 2017 - 20:53

    El problema del mail, es su gestión, y que la mayoría de personas los lee en diagonal (porque al día recibe 100….o porque el remitente se expresa mal.

    Y si, con el CC todo el mundo se excusa con su su compañero en el caso que vayan maldadas.

    Y muchas veces el destinatario pasa de abrirlos…. (caso de clientes ). En mi caso, mis clientes atienden de inmediato el whatsapp (por ahora)

  • #028
    Carlos Jerez - 30 agosto 2017 - 20:59

    Hola Enrique, muchas gracias por el artículo. Comparto tu opinión aunque me gustaría saber si conoces algún estudio sobre el impacto de cambiar de emails a otro medio como Slack.

    En el caso de mi compañía, hace poco más de un año empezamos a utilizar una edición personalizada de Facebook y no me puedo imaginar toda la comunicación que tenemos a través de correos. Es más a abierto nuevas formas de compartir información, tanto instantánea como de conocimiento general y que la verdad también nos ha empoderado a los trabajadores, creando grupos según nuestras necesidades e intereses.

    Un saludo.

  • #029
    Carlos Quintero - 30 agosto 2017 - 22:34

    El correo electrónico como tal no va a desaparecer por las razones apuntadas: universalidad y coste (prácticamente cero). El problema está en que no se diseñó para evitar un mal uso, y es tremendamente fácil usarlo mal. Para los que piensan que es un problema que se resuelve educando al usuario…es inútil, desistid de esa idea:

    – Hay gente que usa el correo para resolver algo que por teléfono o en persona se resuelve en un minuto.
    – Hay gente que contesta correos dando las gracias (yo tengo dos jefes así). En mi caso, las doy por adelantado cuando pido algo.
    – No es ya que se ponga en copia a todo el mundo «para que estén enterados», es que cuando uno escribe a varios para que le remitan una información, estos contestan a todos, no solo al que les ha pedido la información.
    – Los documentos adjuntos deberían estar prohibidos a nivel corporativo. Para eso hay bibliotecas, espacios de trabajo, etc.
    – Se reutiliza un correo con un asunto para iniciar otro tema que nada tiene que ver con el asunto.
    – Algunas empresas son tan roñas que dan 250 MB de buzón. Yo ahora estoy en 2 GB desde enero, y he de dar las gracias.
    – Y así un sin fin. Y la cosa va a peor, porque la gente cada vez escribe peor.

    El problema de base es que la mayoría de los usuarios son poco sistemáticos, o al menos poco dados a gestionar correctamente las herramientas. Por eso no creo que usar otras herramientas sea una solución, las usarían igualmente mal por maravillosas que sean.

    Luego hay enfoques interesantes, como Inbox by GMail, que sin renunciar al correo, te filtran el ruido de cada mensaje (disclaimers, respuestas anteriores en el cuerpo del mensaje) y añade una opción de recordatorios que me gusta mucho. ¿el problema? una curva de aprendizaje y una forma de trabajo que echa para atrás a la mayoría, junto con algún problema de usabilidad que impide que encuentres alguna información, de tanto que filtran. Yo la dejé de usar y luego volví, y ahí sigo, pero sin estar satisfecho al 100%.

  • #030
    Victor - 31 agosto 2017 - 10:57

    Estando plenamente de acuerdo contigo voy a hacer un apunte. Tu ves los problemas con una buena herramienta de correo probablemente. Pero empresas grandes aún utilizan cosas arcaicas como Lotus Notes.

    Sobra decir que dada mi edad nunca había utilizado nada diferente que Gmail, que ya tiene 13 años. Y puedo asegurar que para manejar una cantidad ínfima de correos en comparación con lo que he llegado a recibir, es un infierno. Malas prácticas, y notificaciones-emails inútiles enviadas por contrato aparte.

  • #031
    Manuel - 31 agosto 2017 - 21:01

    ¿Soy el único que extraña el Google Wave? En mi opinión, tan adelantado a su tiempo que nadie lo entendió.

  • #032
    Pérdido entre el master y el mundo - 27 septiembre 2017 - 17:10

    Hola! Qué contenido tan interesante. Me preguntaba si habré escogido un buen master… Estoy estudiando marketing digital pero no estoy seguro de poder abarcar TODAS las novedades ni de que mis recientes conocimientos no vayan a estar desactualizados para cuando vuelva al 100% al trabajo. ¡Qué mundo tan vertiginosamente rápido!
    Xavi

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