Ordenadores sobre ruedas

IMAGE: Franck Boston - 123RFInteresante artículo en Ars Technica sobre el estado del arte en sistemas operativos para automóviles, «The state of the car computer: Forget horsepower, we want megahertz!«, en el que observar de qué manera se está configurando un panorama desde los inicios del proceso, con una serie de jugadores representativos ahora mismo posicionándose en torno a plataformas como Linux, Android, QNX y otras que solo podemos suponer, como Apple, en un proceso complejo llevado por los fabricantes, con complicaciones como el hecho de que algunos de ellos aún estén apostando y haciendo pruebas no con un sistema operativo, sino con varios.

En muchos sentidos, un automóvil es, cada vez más, un ordenador sobre ruedas. Un conjunto de procesadores, memoria, sensores y módulos de conectividad que recuerda profundamente al desarrollo de la telefonía móvil o de la propia computación, con múltiples sistemas que, de manera progresiva, irán dando paso a un proceso de simplificación, de convergencia en torno a muy pocos actores relevantes. En este momento tan temprano, ya tenemos o podemos suponer múltiples estrategias representativas: plataformas de fabricante, como QNX, un sistema operativo que proviene fundamentalmente de los sistemas integrados o embebidos, propiedad de BlackBerry desde el año 2010, y que sigue el tradicional esquema de licencias y trabajo exclusivo con fabricantes de su propietario; frente a Android con idea de repetir la jugada de constituirse en plataforma abierta con escasas barreras de entrada y (relativa) capacidad de diferenciación a la que los fabricantes pueden recurrir sometidos a unos pocos condicionantes, o supuestamente una Apple que podría optar o bien por un control total y un desarrollo íntegramente propio – algo que no parece probable ahora mismo – o por algún tipo de alianza en exclusiva con fabricantes como Lexus. Y por supuesto, con un papel cada vez más amplio y relevante para el software de código abierto.

Contemplar el desarrollo de lo que va a ser la próxima gran evolución de los automóviles puede darnos una idea de lo que supone trabajar en una industria que ve cómo se alteran algunos de sus esquemas fundamentales, cómo las marcas precisan de visión estratégica que les lleve a ceder una parte del control que tenían, y cómo se someten a procesos de transformación digital en todos los sentidos: en el de convertirse en data-céntricos a efectos de interacción con unos clientes que generan millones de bits de información cada vez que frenan o pisan el acelerador, el de modificar sus procesos internos para gestionar y analizar esos volúmenes de datos, y el de replantear su modelo de negocio para convertirse en plataformas en todos o parte de su cadena de valor. Y todo ello en un entorno en el que si la opción que se tomó en un momento por un sistema operativo o un aliado estratégico determinado resulta no ser el caballo ganador, es susceptible de condenar a la compañía a un retraso importante o a un ostracismo en la mente del cliente durante una serie de años, y acompañado – para terminar de liar el panorama – por la posibilidad más que probable de que ese cliente ni siquiera sea el que ahora conocemos, sino que sea de otro tipo, con mucha mayor capacidad de negociación, en un esquema B2B y con condicionantes completamente diferentes en cuanto a modelo de negocio.

En este ámbito, todo, absolutamente todo requiere de un replanteamiento ambicioso, de una forma de pensar completamente abierta y libre de condicionantes, que solo algunas marcas serán capaces de llevar a cabo. Acostumbrarse a que la capacidad de una marca de influir en el ecosistema  ya no depende de sí misma, sino de sus posibilidades de ser un socio atractivo para proveedores tecnológicos que hace poco tiempo no eran nadie en esta industria responde a un proceso complejo que no está al alcance de todo el mundo. En este momento, los plazos que la mayoría de los analistas dan para los enormes cambios que esta industria sin duda va a sufrir no tienen nada que ver con los que la propia industria pretende manejar, con diferencias que llegan a los diez años: mientras Waymo, Uber y otros actores hablan de 2020 como «año mágico» en el que veremos despliegues comerciales completos de vehículos autónomos, nuevos esquemas de propiedad consolidándose y los vehículos de combustión interna dejando de comercializarse de manera prácticamente súbita, la industria tradicional estima esos plazos en torno a diez años más tarde, y pretende que en 2030 todavía se venderán vehículos con motor de combustión interna…

Pronto, el panorama comenzará a aclararse, empezarán a delimitarse ganadores y perdedores, y las alianzas empezarán a demostrar su verdadero valor. Si creías ser un experto o acumular una experiencia muy valiosa en la industria de la automoción, piénsalo de nuevo: si no respondes a una demanda de actualización brutalmente intensa, toda esa experiencia o esos conocimientos podrían llegar a convertirse en papel mojado.

El automóvil, como ordenador sobre ruedas. Impresionante momento para trabajar en automoción.

 

 

 

This post is also available in English in my Medium page, “Computers on wheels» 

 

20 comentarios

  • #001
    Noel Torres - 22 mayo 2017 - 13:31

    Puede que los coches se estén convirtiendo en ordenadores, pero eso no es una buena noticia. Es una mala noticia.

    Antes, para arreglar un coche, bastaba con herramientas mecánicas. Ahora el arreglo es en ocasiones simplemente imposible (https://www.theguardian.com/environment/2017/mar/06/nebraska-farmers-right-to-repair-john-deere-apple).

    Pero lo que es peor: antes un vehículo era fiable. Ahora es hackable a distancia (http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/07/150723_fiat_chrysler_hackeo_revision_cch).

    ¿Hace falta que muera alguien para que nos demos cuenta de que la hiperconectividad no es gratis?

    • Gorki - 22 mayo 2017 - 17:55

      Pero lo que es peor: antes un vehículo era fiable. ¿Hace falta que muera alguien para que nos demos cuenta de que la hiperconectividad no es gratis?

      ¿Cuantos vehículos se salen en una curva? ¿Cuantos hacen un trompo en un charco de agua? ¿Cuantos accidentes hay en las autopistas por la niebla? Hay muertos por docenas todos los días con los coches sin conectar y nadie se ha planteado dudar de su fiabilidad. Accidentes que hoy se producen y que se evitarán en un coche conectado, compensan de largo los nuevos riesgos.
      https://www.youtube.com/watch?v=uX4xM0RDFs4

      • Pedro Picapiedra - 22 mayo 2017 - 18:35

        La fiabilidad en electrónica de consumo es bastante menor a la tradicional y lo sabe. No sea tramposo

        ¿Cuantas veces se le ha roto la cámara Reflex de los 50? ¿ Incluso la popular Werlisa? ¿Y cuantas digitales o móviles están muertos?

      • Noel Torres - 22 mayo 2017 - 20:08

        Correcto, GORKI, ahora hay muchos accidentes. Son eso: accidentes. Quizá evitables, pero no dejan de ser accidentes. Que, por cierto, no se solucionan con tecnología, sino enseñando a conducir a los cafres de la carretera. No se puede ir a 150 en una curva limitada a 80, ni conducir como si la carretera estuviera seca con neumáticos sin revisar cuando acaba de llover, ni lanzarse por la autopista sin estar seguro de poder frenar en el área de visibilidad que tienes a pesar de la niebla.

        No soluciones con tecnología los problemas que no son tecnológicos.

        No quiero estar en uno de esos coches conectados que dices que compensan, el día que un nuevo WannaCry los afecte a todos estando en la autopista.

        Con la seguridad no se juega, y estos «coches conectados» están jugando con fuego.

        • Asier - 22 mayo 2017 - 21:29

          Lo que hay que leer…

          Es bien sabido que los coches de ahora son muchísimo más seguros que los de antes en gran parte gracias a toda la electrónica que llevan incorporada. Y cuando los coches autónomos eliminen el factor humano ya ni te cuento. Las ventajas de que sean ordenadores con ruedas son innumerables, pero nada, que no hay más ciego que el que no quiere ver.

          • Noel Torres - 25 mayo 2017 - 23:33

            En un coche autónomo no me subo «ni jarto vino». En uno hiperconectado, que es de lo que hablábamos, es verdad que no hay peor ciego que el que no quiere ver.

            Tú entiendes las ventajas de Internet, pero no sabes lo que cuesta aislar redes, limpiar ordenadores y parchear. No lo sabes porque no tuviste que hacerlo cuando el WCRY. No lo viste, y no lo quieres ver, porque te basta con ver las ventajas e ignoras la inseguridad que hay detrás de esas ventajas, escondiendo la cabeza como un avestruz.

            Tú sabes lo cómodo que es ver tus datos bancarios desde la web o desde una app, pero no sabes qué bases de datos hay detrás, ni cómo se mantienen, o en qué sistemas operativos corren, ni si hay backups transaccionales. No lo sabes y no te importa, porque otros como yo (y mis compañeros) nos preocupamos de que esas bases de datos se parcheen, esos backups se hagan, y esos servidores no se caigan aunque haya un ataque.

            Porque sí sabemos lo que hay ahí fuera, somos muchos manteniendo los servidores seguros. Ahora, el servidor de tu coche hiperconectado, con su WIFI hackeable y fallos de seguridad públicos después de los tres primeros meses de salir del concesionario, ¿quién lo va a mantener seguro?

            Cuando un niñato decida bloquear las direcciones de todos los ASIER 3000 sólo porque puede, yo me alegraré de no estar en ese coche. Espero que tú puedas alegrarte de haberlo dejado aparcado 5 minutos antes.

      • JJ - 22 mayo 2017 - 23:50

        Gorki, estoy de acuerdo en que un coche conectado puede llegar a evitar muchos accidentes. Y está claro que la tecnología ayuda a evitarlos (el ejemplo mas obvio es el cinturón, pero también tenemos una mejor iluminación, el ABS, etc. etc.). Entonces, siendo que es verdad que el factor humano es la principal causa de accidentes si la suprimimos los evitaremos.

        Pero creo que Noel Torres, quizás sin ser muy consciente de ello, está denunciando algo muy importante: la inseguridad de los sistemas operativos al ser hackeables (y me viene a la mente aquella teoría conspirativa sobre el 11S que culpaba a la Raytheon de haber hackeado los aviones).

        Quizás ya sea hora de dejar de jugar al terror obligándonos muchas veces a vivir en la inseguridad permanente. Lo cierto es que no es tan complicado acabar con la inseguridad en informática. Lo mas complicado son los fallos de software, pero acabar con intrusiones y toma d econtrol o entradas de virus o ejecutables es mas que posible, solo es cuestión de planteárselo muy en serio.

        ¿Cómo es posible que a día de hoy existan aún empresas de antivirus? Ocurre porque los fabricantes de sistemas operativos entienden que la seguridad no es un problema de ellos… y nadie les dice nada. Y ya está bien. Si un sistema operativo no es seguro no se debería autorizar su comercialización. Las medidas anti entrada, y detección de entrada de virus, etc. deben estar en el sistema operativo y no ser un añadido exterior.

        • LeChuck - 26 mayo 2017 - 05:14

          Discrepo rotundamente. La seguridad TOTAL en sistemas informáticos es imposible, SIEMPRE habrá algún tipo de vía, bien sea un factor humano explotado mediante ingeniería social, un error de programación en el propio código del sistema o vulnerabilidades desconocidas en las tecnologías empleadas. Se pueden minimizar, pero no eliminar por completo. Lo mismo nos ocurre con nuestros Smartphones, ordenadores y todo tipo de dispositivos. Nuestra elección (si realmente se trata de una elección) está en usarlo asumiendo el riesgo o prescindir de ellos.

    • Carlos Quintero - 22 mayo 2017 - 20:57

      Al contrario, es una buenísima noticia. Aunque la hiperconectividad no sea gratis, el factor humano es menos gratis aún:

      – Exceso de velocidad
      – Imprudencia
      – Alcohol y drogas
      – Cansancio / fatiga
      – Distracciones
      – Iluminación deficiente
      – Edad (muy jóvenes/muy mayores)
      – Etc.

      Y cuando la tecnología proporciona mejoras de seguridad al vehículo, o se construyen mejores carreteras, se produce lo que se conoce como la «teoría del riesgo constante»: el conductor humano, razonando que el coche o la carretera son más seguros, asume más riesgos en su conducción:

      Teoría homeostática del riesgo

      • Gorki - 22 mayo 2017 - 22:42

        Se te ha olvidado un factor que tiene resueltos los coches hiper conectados, la falta de información, Yo no puedo saber cuando entro en un túnel, si dentro del túnel hay un camión averiado que obstruye el paso, el coche conectado si, como sabe si a 500 metros hay un embotellamiento o una retencion de cualquier tipo.

        • Noel Torres - 25 mayo 2017 - 23:16

          Claro, lo sabe por arte de magia…

          Lo sabrá si los otros coches son también hiperconectados y se lo han comunicado, eso sí no hay fallos de comunicación como puede pasar en un túnel, carretera de montaña, etc. Si no, dependerá de lo mismo que cualquier humano: de sus sensores.

  • #012
    JJ - 22 mayo 2017 - 17:37

    En cierto sentido gran parte de la economía de Internet es una enorme burbuja. Se crean macro empresas muy rápido que funcionan como verdaderas aspiradoras del dinero de los inversores en base a unas supuestas expectativas que poco o nada tienen que ver con el PER o con los fundamentales.

    Creo que con lo del coche autónomo pasa lo mismo. Se intenta vender fabulosas expectativas de crecimiento inmediato para así captar ahora al inversor. Pero parece que por el momento la industria automotriz todavía tiene que resolver muchos problemas y que ni siquiera se lleva tan bien con la informática. Y evito anécdotas de tantos usuarios con coches comprados hace poco y que; o se hacen un lío con los comandos, o tienen problemas derivados de fallos de software.

  • #013
    Charli - 22 mayo 2017 - 19:20

    Solo pienso en la fortuna que van a hacer los fabricantes de coches vendiendo los datos que van a generar los usuarios.

  • #014
    Gorki - 22 mayo 2017 - 22:34

    Sean cuales sean las fechas del cambio al coche eléctrico,.al coche sin conductor y al uso en sharing, lo cierto es que entramos en un periodo de incertidumbre a la hora de comprar un coche, porque una fuerte inversión a amortizar en diez años, se nos puede quedar «colgada» por un cambio súbito que nos deje con un coche obsoleto (aunque nuevo), con dificultades para circular por las ciudades y quizá para repostar en carretera, que no puedes vender porque nadie lo quiere.

    Por eso yo aconsejo aguantar lo que se pueda con el coche actual https://felixmaocho.wordpress.com/2017/04/16/que-coche-comprar-hoy-de-motor-de-explosion-o-electrico-ninguno/

    • Carlos Quintero - 22 mayo 2017 - 23:13

      Gracias por el post. Yo lo tengo claro, el mío cumple este mes 12 años y espero que me dure al menos tres más (es fácil porque lo uso muy poco) para ver el panorama de 2020. Y si tengo que comprar otro será de segunda mano para tirar pocos años, nada que haya que amortizar a la larga.

  • #016
    pepelu - 22 mayo 2017 - 22:36

    Ojo, que «la gran batalla» de la que habla el artículo que indica Enrique se está refiriendo a los sistemas de «Infotainment» (Información y Entretenimiento)…vamos, la radio, cd, navegador y similares…

    Vamos, que nadie está pensando que Android o IOS o Windows vaya a controlar ni el ABS, ni el ESP, ni los sistemas inyección…

    Para quien decida comprarse un coche por el sistema de entrenemiento que tiene desde luego que será algo relavante, pero creo que la mayoría de la gente toma las deciciones por otros factores (estética, seguridad, consumo, precio…)

    Desde luego ni se me ocurriría montarme en un coche en el que alguna función básica funcionase tan «bien» como el SYNC de mi Ford, que deja «tostado» el sistema de entretenimiento (bueno, y el manos libres, y la climatización) con bastante frecuencia …

    • Enrique Dans - 22 mayo 2017 - 22:39

      Por eso la etiqueta de la entrada es «connected car» y no «autonomous car»… ¡que no hablo siempre de lo mismo!! :-)

      • pepelu - 22 mayo 2017 - 22:53

        No en la etiqueta, pero en el texto si los mencionas… y si te das cuenta la mayoría de los comentarios se van hacia los coches autònomos y la seguridad…. (Supongo que no entra todo el mundo a leer los artículos enlazados) :-))

  • #019
    José Gallego Cabello - 23 mayo 2017 - 12:57

    Buenas tardes, pensando a nivel de usuario, creo que llegaremos a un muy buen momento. Se podría llamar a tu automóvil para que viniese a recogerte donde tú estés, ya no habría multas por ir en malas condiciones y no me refiero a alcohol, etc. sino a esos medicamentos que dicen que pueden crear problemas si vas a conducir por crearte somnolencia. Se pierden muchas horas improductivas conduciendo. Se podría leer, ver televisión, charlar con otros usuarios del mismo vehículo o de fuera con conferencias o incluso trabajar ¿por qué no?. ¿Acaso no hacemos eso cuando conduce otro (tren, autobús, avión…)? Los atascos de la ciudad disminuirían al estar todo conectado, usuarios,
    transportes…Los automóviles serían un eslabón de las SmartCity. Podría el mismo vehículo tomar cita con el propio taller de mantenimiento, ir solo y volver a casa. Repostar (automóviles eléctricos) cuando le hiciese falta tal como hacen ahora los robot aspiradora inteligente. Podría informar a tu móvil de cuando le hace falta un cambio de pastillas o cuando tuviese cualquier anomalía. ¿Te imaginas que tu hij@ l@ recogiera el automóvil porque viene más tarde de la cuenta y tú ya estás dormido? ¿Te imaginas que recogiera a unos familiares que han llegado de viaje mientras estás preparando tú la bienvenida en tu casa tranquilamente? Pensad en todo lo que hacéis ahora y cómo cambiará si el automóvil es 100% independiente. Calidad de vida no, lo siguiente. Echad a volar la imaginación y veréis que se cumplirá.

    • Martin - 23 mayo 2017 - 19:23

      Sí que me lo imagino:
      El coche me lleva a trabajar medio dormido y, como no hay donde aparcar, se vuelve vacío a aparcar al garaje de casa. Luego a la hora de salir, me viene a buscar otra vez vacío.
      Así, llenaremos las calles de coches zombies, que hacen el doble de kilómetros llevando a la mitad de gente. ¡Menudo rendimiento!
      Vamos, justo lo que necesita una «ciudad inteligente».
      En vez de eso, ¿Por qué no utilizamos una simple app en el móvil (como la del proyecto DedoCar) que te diga quién más va en tu dirección, para aprovechar los asientos libres y llevar el coche más lleno en cada viaje?
      Si le sacas rendimiento al coche, dividiendo los gastos de cada viaje entre un mayor número de personas transportadas (en vez seguir tirando el dinero al llevar a una sola persona y cuatro asientos libres), y apuras el coche que ya tienes (mi Seat Ibiza va de lujo con más de 400.000 Km), ¡Maldita la falta que nos hace comprarnos otro con «infotainment embarcado»!

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