Contextualizando los seguros

IMAGE: Rukanoga - 123RFUna startup aseguradora norteamericana, Root, lanza un seguro de automóvil específicamente diseñado para propietarios de vehículos Tesla, que reduce el precio de la póliza cuanto más tiempo pasa el vehículo circulando en modo autónomo, asumiendo que el modo autónomo es mucho más seguro que la conducción manual. Así, si una persona pasa bastante tiempo habitualmente conduciendo en autopista o en condiciones en las que puede activar el modo autónomo, verá la factura de su seguro reducida.

La idea parte de la base de que un vehículo es cada vez más una plataforma conectada, de la que podemos obtener un flujo constante de información. Para acceder a una póliza en Root, que cuenta con precios sensiblemente reducidos con respecto a sus competidores, un usuario debe descargarse una app que permite a la compañía acceder a datos del GPS y de los acelerómetros y giroscopios del smartphone, lo que posibilita, con el tratamiento adecuado, evaluar las características de la conducción. Tras unas dos o tres semanas conduciendo con la app, tiempo suficiente según la compañía para que las personas muestren sus hábitos reales de conducción, el algoritmo tiene una imagen del usuario que incluye desde tiempo de uso del vehículo, hasta cuestiones como si cambia excesivamente de carril, las velocidades a las que circula, si respeta o no las señales de tráfico, o si consulta el dispositivo mientras conduce. Tras ese período, la compañía afirma no continuar con la monitorización. Los conductores reciben un informe sobre su conducción que rechaza a un 30% de los solicitantes y que permite a la aseguradora reducir sus precios, al aceptar únicamente lo que considera buenos conductores e incrementar con ello la calidad media de su parque, lo que supone una tasa de siniestralidad total más reducida.

La compañía no ha contactado aun con Tesla, pero cree que incluso sin recurrir a los datos del vehículo, sus algoritmos pueden deducir en qué momentos está circulado en modo autónomo. La pretensión del fundador es llegar a algún tipo de acuerdo con la compañía que permita utilizar los datos de conducción generados por la consola del propio vehículo, lo que permitiría una precisión aún mayor. Aunque Tesla aún no se ha pronunciado al respecto, se ha mostrado abierta a evaluar posibilidades para que las aseguradoras entiendan el plus de seguridad que supone para los conductores el uso de su Autopilot. Igualmente, la compañía se ha mostrado abierta a la posibilidad de compartir los datos generados por sus vehículos con agencias gubernamentales o con otras compañías, y nada parece indicar que pudiese oponerse a que un propietario, de manera voluntaria, decidiese compartir los datos que genera su conducción, con el fin de acceder a una póliza más barata.

Por otro lado, la propia Tesla parece estar avanzando en la idea de incluir el seguro de accidentes y el mantenimiento como parte de un paquete a medida ofrecido a sus clientes. La iniciativa comenzó en el mercado asiático, donde ya la mayoría de los vehículos vendidos por la marca incluyen este paquete opcional. El propósito de Tesla es buscar la manera de que las aseguradoras entiendan que sus vehículos son mucho más seguros que los de otros fabricantes, y que, consecuentemente, la póliza aplicada puede ser sensiblemente más competitiva. Por el momento, la compañía trabaja en este producto con competidores dentro de la propia industria aseguradora, pero no ha descartado integrarse ella misma como aseguradora si no es capaz de obtener precios adecuados para lo que considera su menor nivel de riesgo.

La idea de asegurar algo en función de los datos que podemos obtener en un mundo hiperconectado no es completamente nueva: desde hace muchos años, muchas compañías aseguradoras aceptan reducir sus precios si reducimos el riesgo mediante un tecnología, como ocurre con vehículos nuevos cuando instalan, por ejemplo, dispositivos de localización. Sin embargo, a medida que la internet de las cosas se convierte en una realidad, las posibilidades aumentan sensiblemente, e invaden cuestiones que pueden resultar complejas: ¿deberíamos reducir el importe del seguro de vida a una persona de la que sabemos que lleva una vida saludable gracias a la pulsera que monitoriza su actividad? ¿Reducir el coste de un seguro de vivienda si los dispositivos conectados que tienen permiten conocer determinadas circunstancias, como alertar de manera temprana de posibles problemas como una inundación o un incendio? Algunas pólizas de seguro del hogar, de hecho, ya reducen su precio si el propietario posee una alarma instalada en la vivienda, incluso teniendo en cuenta las prestaciones de la misma.

La idea de reducir el precio del seguro de un automóvil si los datos que obtenemos del mismo muestran una conducción segura tiene sentido, pero también lo podría tener el adoptar una granularidad mayor aún: si utilizar el vehículo en modo autónomo reduce el riesgo y consecuentemente el precio, ¿por qué no pagar seguro únicamente cuando el vehículo está en uso, o cuando está aparcado en la calle, pero no cuando lo está tranquilamente aparcado en el garaje de nuestra casa? La idea de seguros sensibles al contexto tiene, en principio, todo el sentido, y podría generar posibilidades competitivas muy interesantes.

¿Cuánto tardaremos en ver este tipo de planteamientos en la industria aseguradora?

 

 

This article was also published in English at Forbes, “The rise of real-time, context-based insurance» 

 

8 comentarios

  • #001
    Jaime Domínguez Bálgoma - 11 marzo 2017 - 20:43

    Genial artículo. Efectivamente, el mundo de los seguros está a punto de darse un golpe parecido al de los bancos con el Fintech.

    Desde Safe2Go, estamos trabajando para crear un seguro a todo riesgo bajo demanda que se pueda encender y apagar cómodamente desde tu app como haces cuando extravías tu tarjeta de crédito.

    El futuro de los seguros, mezclado con la disrupción del coche autónomo es un cocktail apasionante :D

  • #002
    Gorki - 11 marzo 2017 - 20:55

    Cualquier compañía aseguradora, de cualquier tipo de siniestro, intenta segmentar sus asegurados en grupos de riesgo uniformes, de modo que en cada uno de esos grupos se controle el grado de siniestralidad. La intención es la que aquí se explica, a los grupos de riesgo de siniestralidad baja, se les hacen seguros con pólizas mas reducidas, en la seguridad que dicha póliza sea suficiente para cubrir los accidentes de ese grupo y obtener un beneficio razonable. A los grupos de riesgo alto, se le pone en el mejor caso polízas altas y en el peor, se les induce a pasarse a la competencia.

    Indudablemente tener acceso on-line a la forma de conducir un vehículo, permite segmentar mejor a que grupo de riesgo pertenece tu futuro cliente y en función de eso ponerle una poliza u otra, En efecto de ser posible llegar a ese dato, todas las compañías de seguro terminarán aplicarlo. Lo que pienso es que tal como la plantean, está sujeto a muchos trucos. Por ejemplo, se me ocurre que un hijo me de su coche a conducir a mi, que a mis años tengo tendencia a no conducir por sitios poco conflictivos a horas sin embotellamientos y si lo hago lo hago, a baja velocidad y en conducción muy segura, y una vez que clasifiquen el riesgo, que el coche lo conduzca habitualmente mis hijos, que por edad y trabajo tiene una conducción mas brusca y temeraria y a horas mucho mas difíciles..

    Como siempre, se olvida que lo que captan los ordenadores, no es la acción de la persona, sino de una interfaz física, que por sencillez, confunden con la persona. Una matrícula, no es un determinado conductor, sino la interfaz de un conductor, pero este pyuede ser cualquiera.

    Por esta misma razón, actualmente casi todas las familias, suelen tener un chivo expiatorio, para que la policía le quite puntos de su carnet de conducir. Las fotos captan una interfaz, la matricula, pero le tienen que preguntar al dueño del coche quién conducía el coche en ese día, y tiene que aceptar por válida, la respuesta que les quieras dar.

    • pepelu - 12 marzo 2017 - 20:41

      Gorki. Sobre lo de tener «un chivo expiatorio» en la.familia, supongo que hablaras por la tuya. Así que no hagas hipótesis de lo honesta o deshonesta es la gente. Desde luego si necesitáis tener ese tejemaneje de cargar los pintos a otros mucho.mejor que los coches sean autonomos.

      • Gorki - 20 marzo 2017 - 19:49

        Supongo que tu hablarás por la tuya, Si, siempre hay alguien que no se entera.

  • #005
    Carlos Quintero - 12 marzo 2017 - 09:29

    Si la conducción 100% autónoma (sin intervención humana) se empieza a implantar a partir de 2020 como indican las previsiones optimistas, para los coches autónomos en propiedad el precio del seguro obviamente tendrá que reducirse, y ser un seguro anti-robo, etc. Y para los coches autónomos como servicio, pues ya el cambio es total. Con lo cual esta variación del precio del seguro en función de si el coche conduce en modo autopiloto o modo manual posiblemente tenga poco recorrido en años, si es que llega a implantarse.

    Más interesante y con mucho más recorrido me parece el tema de los seguros de salud. Sin entrar en escenarios de ciencia ficción tipo Black Mirror (donde llevan implantes corporales) a día de hoy se pueden medir diariamente y almacenar en la nube parámetros corporales (peso, % grasa, etc.) mediante básculas, actividad física (tipo de actividad, frecuencia semanal, ritmo cardiaco, etc.) mediante pulseras o relojes inteligentes, cepillado dental (duración, frecuencia diaria, etc.) mediante cepillos inteligentes, cantidad y calidad del sueño, etc. Y a diferencia de del chivo expiatorio familiar para los puntos del carné de conducir que indica Gorki, no es tan sencilla la suplantación: el otro día descubrí divertido que mi asistenta se había pesado en mi báscula, porque me apareció en la app una medida de peso que la báscula no supo identificar (yo peso poco más de 70 Kg y ella 50). Para engañar a la pulsera, necesitas que esa otra persona realice la actividad física en tu lugar, lo cual puede ser complicado ;-), especialmente si esa otra persona no puede acogerse a un seguro de salud reducido por no monitorizar su actividad con su propia pulsera (ciertamente la picaresca llevaría a que algunos realizarían la actividad física con más de una pulsera…, y seguro que hasta se venderían actividades físicas, pero si se cruzan datos se detectan duplicaciones). Engañar al cepillo dental es aún más incómodo… ;-) .

    Otro tema es si nos sentiríamos cómodos con un seguro de ese tipo, o preferimos pagar más y quitarnos la presión por mantenernos en los parámetros de las condiciones del seguro (similar a lo que ocurre con las tarifas planas vs pago por uso). Aunque una persona se cuide y practique ejercicio, puede que por temas de trabajo (cambio de empresa o proyecto), familiares (hijos) o personales tenga que dejar de hacerlo, empiece a coger peso, etc. El cambio en la póliza del seguro la gente lo asume al comprarse un nuevo coche (con el que suelen estar encantados), pero si el cambio es porque tu salud va a peor…

    • Gorki - 12 marzo 2017 - 12:33

      Eres mas sencillo, que el mecanismo de un chupete. Si el coste de mi seguro de vida, va a depender del peso en la bascula del baño, todos lo días va a ir a pesarse al baño, el mismo saco de tierra y yo me pesare en el farmacia. Sigues olvidando que las máquinas, excepto las que toman datos biónicos, (razón por las que las tengo tanto miedo), valoran interfaces por lo que es de 1º de BUP el engañarlas.

      Me alegro que como tu piensen todos, es mi defensa.

      • Carlos Quintero - 12 marzo 2017 - 15:32

        Mi báscula conectada, que es el modelo sencillito, aparte del peso mide el % de grasa corporal y el % de agua. Luego está el modelo avanzado que mide la frecuencia cardiaca.

        No sé yo si tu saco de tierra daría el pego ;-).

        • Gorki - 12 marzo 2017 - 16:52

          En los casos ma complejos hay que mezclarlo con algo de Arduino

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