Repensando el balance entre conveniencia y privacidad

Amazon Echo Mi columna de esta semana en El Español se titula «Las paredes oyen…«, y habla sobre la popularización en los Estados Unidos de Amazon Echo, presente ya en más de cinco millones de hogares y con un gran crecimiento en estas últimas navidades, y sobre el reciente caso en el que la policía de Bentonville, Arkansas, solicita a Amazon las grabaciones del dispositivo con el fin de esclarecer un caso de asesinato. Del caso se tienen pocos detalles, aunque se sabe que el acusado es un hombre que presuntamente invitó a un compañero de trabajo a su casa, y que ese invitado apareció posteriormente muerto en su bañera. 

Por el momento, la compañía se ha negado a facilitar las grabaciones, se supone que por la inquietud que podría generar en los posibles usuarios la idea que que lo que tienen en el salón de su casa es una especie de espía que los graba en todo momento y lo almacena para cualquier posible uso posterior. La realidad es que el dispositivo únicamente graba o bien cuando escucha el comando de voz (wake word) que activa su asistente virtual – en el caso de Amazon Echo, su nombre por defecto, Alexa – o bien cuando considera que puede haber sido pronunciado, y almacena esas grabaciones en la nube, donde pueden ser revisadas por el usuario en cualquier momento, eliminadas, etc.

El dispositivo, por tanto, está permanentemente alerta y nos escucha todo el tiempo a través de sus siete micrófonos, pero únicamente graba, envía a Amazon y procesa esas grabaciones cuando detecta o cree haber detectado su wake word. En realidad, son muy pocos los usuarios que acceden a la grabación de sus comandos de voz, y menos aún los que se preocupan de gestionarlos, borrarlos, etc. En la práctica, el dispositivo se utiliza porque aporta una gran conveniencia para tareas que van desde la automatización de funciones en el hogar, tales como encender luces o acceder a entretenimiento y contenidos hasta encargar cualquier cosa a través de Amazon pasando por tantas funciones como dispositivos queramos conectar, pero pocos lo ven como un espía o se plantean que las grabaciones de sus comandos puedan tener algún tipo de interés.

El asesinato de Bentonville es un caso en el que Amazon Echo juega un papel sumamente tangencial: el dispositivo estaba en la cocina, el asesinato se produjo supuestamente en el baño, y la probabilidad de que haya capturado algún sonido que permita esclarecer lo que tuvo lugar es muy escasa – nadie pregunta a su Echo cómo cometer un asesinato, y aunque se podría haber capturado algún sonido si se utilizó el dispositivo en algún momento para poner música o para alguna otra función, la posibilidad parece mínima… aunque ello no impide que la policía pueda tener interés en explorarla. El propietario de la casa y sospechoso de haber cometido el asesinato era un convencido usuario de tecnología que vivía en una smart home equipada, además de con un Echo, con otros dispositivos como un termostato Nest, una alarma inteligente de Honeywell, un monitor meteorológico exterior con transmisión inalámbrica, un WeMo para el control de la iluminación, un smart meter para el consumo de agua, un iPhone 6S, un MacBook Pro, una PlayStation 4 y cuatro tablets.

¿Podría alguno de esos dispositivos conectados ayudar a esclarecer el caso? El contador de agua, por ejemplo, permite saber que se utilizaron unos 530 litros de agua entre la una y las tres de la madrugada de la noche de los hechos, y la policía especula que parte de ese agua, además de para llenar la bañera, podría haber sido utilizada para limpiar la sangre resultante. ¿Debemos considerar un dispositivo como un Echo como otro posible recurso para la investigación? Sin duda, al margen del caso de asesinato, la discusión sobre qué datos se generan, qué control tiene el usuario sobre ellos, o cómo pueden ser utilizados resulta relevante aquí, y abre un interesante campo sobre las posibilidades de los cada vez más hogares conectados y del análisis de los datos que constantemente generan, precisamente en el momento en que tiene lugar su popularización. ¿Debería Amazon alertar a la policía, por ejemplo, si su dispositivo captura determinadas grabaciones, bien realizadas a propósito o bien accidentales, que permitan deducir que se está cometiendo un delito? ¿?Nos lleva el desarrollo de las smart homes de nuevo a repensar el balance entre conveniencia y privacidad?

 

 

 

This article is also available in English in my Medium page, “Walls have ears: the balance between convenience and privacy»

 

10 comentarios

  • #001
    Carlos Quintero - 30 diciembre 2016 - 11:39

    Después de los teclados, ratones y pantallas táctiles, la voz es la siguiente frontera en las interfaces de usuario, y la más natural en muchos casos, así que es cuestión de tiempo (¿poco?) que se popularice y la podamos usar no solo con el móvil/tableta sino en la casa y en el coche (Apple CarPlay permite usar Siri y supongo que Android Auto ‘OK Google’, pero son dispositivos caros).

    Tras haber «domotizado» bastantes cosas de mi casa, tengo bastante interés en este tema de la interacción por voz, y estoy esperando a que Apple saque algo al respecto para la casa. Creo que si no lo han hecho aún es porque la experiencia con Siri no es nada satisfactoria (demasiados «mira lo que he encontrado en internet sobre…», siempre pienso que un niño de 5 años entendería mejor lo que quiero). Con mi TV de Samsung, que también admite comandos de voz, la prueba duró un día (no era capaz ni de entender las peticiones de cambio de canal al 100%). Por cierto, el control de los dispositivos de audio-video por voz sería bastante deseable, ya que lo de la multitud de mandos es bastante insoportable (y no, el HDMI-CEC no funciona bien del todo).

    Mientras llega todo eso, estoy aprendiendo/explorando las posibilidades con Siri en el iPhone / iPad / Mac / Apple TV y en el proceso estoy tomando conciencia de la información que le tengo que proporcionar para posibilitar determinados comandos (contacto de mi mujer, dirección de mi casa, direcciones de familiares, de distintos centros donde tengo que ir por trabajo, etc.). Ahora mismo, en mi opinión, esto es «frikismo» más que otra cosa, pero cuando funcione realmente bien para las masas tengo claro que sacrificaremos privacidad por conveniencia.

    • acerswap - 31 diciembre 2016 - 13:51

      Una reflexion:cuando nos dicen de sacrificar privacidad por seguridad nos echamos las manos a la cabeza. ¿No deberia ser mas logico el rechazo a hacerlo por conveniencia?

  • #003
    Krigan - 30 diciembre 2016 - 11:51

    Dado que el Echo y el Echo Dot tienen un botón para desactivar el micro cuando quieras, no le veo mayor problema. Estoy deseando que el Echo Dot se lance en España para comprarme uno, y más tarde tal vez algún Dot más (para tenerlo en más de un cuarto) si el primero resulta ser tan útil como espero.

  • #004
    menestro - 30 diciembre 2016 - 14:36

    El armageddon tecnológico de la semana. :-)

    En Europa, todas la comunicaciones están protegidas por la ley, y las grabaciones que se obtienen en el ámbito de la intimidad sin orden judicial, no son pruebas admisibles en juicio.

    En EE.UU. puede existir cierta incertidumbre sobre si deben procurar ayuda que vulnere derechos fundamentales a la policía (All Writs Act), pero como en el caso del Iphone, ya comentado en otra ocasión, la ley protege igualmente ese derecho y por eso la compañía, se ciñe a la misma.

    No hay ningún conflicto entre conveniencia y derechos fundamentales. En ningún caso.

    (Tampoco es probable que Amazon Echo deje sin trabajo a las mucamas)

    All Writs Act

    Fear, uncertainty and doubt

    The 1789 law the U.S. is using to force Apple to break the iPhone’s security

  • #005
    peliculas2017 - 30 diciembre 2016 - 16:44

    MENESTRO: DIGO LO MISMO QUE TU

  • #006
    Gorki - 30 diciembre 2016 - 18:33

    MUY IMPORTANTE
    Otra vez, antes de asesinar a mi mejor amigo, que no me olvide de desconectar los teléfonos móviles, la alarma de la puerta. el flibit, la sonda de la calefacción y por si acaso Internet y quitar los plomos.

  • #007
    Matt - 31 diciembre 2016 - 01:13

    En mi caso, el balance está muy claro: En mi casa no va a entrar ningun dispositivo de éstos. Bueno, entrará cuando el Gran Hermano me obligue a instalarlo so amenaza de visita al ministerio de la verdad (que terminará sucediendo). Voluntariamente, no va a ser instalado.

    • Gorki - 31 diciembre 2016 - 11:06

      ¿Tienes teléfono móvil o fijo? ¿Tienes conexión a Internet? ¿Tienes portátil? ¿Tu contador de luz , agua, o gas se lee a distancia? ¿Tienes portero automático o video portero?

      Cualquiera de esos aparatos son susceptibles de ser utilizados para vigilarte muy de cerca. ¿Vas a prescindir de todos ellos?

  • #009
    Samsó - 31 diciembre 2016 - 12:58

    Hoy en dia saber información de alguien es muy fácil, tenemos un sr. Google que además de ser un gran buscador permite encontrar facilmente información de alguien. Y aunque queramos evitarlo nuestra privacidad siempre es muy vulnerable.

    En relación a la tecnología, cualquier móvil emite señales gps, por eso muchos casos de desaparecidos como el caso de Diana Quer la policia investiga la señales móvil que hubieron en ese lugar y hora.

    No hay que ir más lejos, este año 2017 no se podrán hacer pagos en efectivo de más de 1000 eur. El uso de la tarjeta de débito y crédito cada día será más usual, con consecuencia de nuestra privacidad. Ejemplo, cada vez que pasamos por un peaje a quién nos dice que no saben nuestra ubicación?

    Nuestra libertad vs privacidad siempre estará vinculada mientras utilicemos la tecnología.

  • #010
    Argie - 4 enero 2017 - 14:27

    Primero la policía está interesada en saber que se dijo en la casa… después la NSA también… después el hacker vecino también…. todos con motivos validísimos, por supuesto :)

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