Snapchat y la deriva generacional

Sad SnapchatLos usuarios jóvenes de Snapchat comienzan a sentir que la que consideraban «su» aplicación, la que estaba esencialmente diseñada para confundir a cualquier persona de más de veintipocos años, comienza a hacerse mainstream.

Las cifras de los Estados Unidos ofrecen pocas dudas: a medida que los usuarios de hasta 24 años, de los que hasta el momento un 67.5% utilizaban Snapchat, empiezan a encontrarse a usuarios de la franja generacional siguiente a la suya, entre los 25 y los 34, que ya utilizan la aplicación en un 37.8% de casos, e incluso a los de más de 35, sus padres, de los que ya la usan un 14%, la percepción de exclusividad comienza a disminuir. Hace tan solo tres años, la popularidad en esas franjas de edad era tan solo del 5% y del 2% respectivamente.

¿Quiénes son estos usuarios «mayores»? Desde profesionales del social media intentando hacer su trabajo o marketers intentando alcanzar al público más joven, pasando por padres tratando de entender o espiar qué diablos hacen sus hijos, o por todo aquel que pretende considerarse cool o tranquilizarse ante la idea de que se está perdiendo algo. Pero el caso es que, de la noche a la mañana, la app que representaba el acceso a una generación difícil de alcanzar, que había desaparecido de los medios convencionales como la televisión, la radio, las revistas o los periódicos, está siendo colonizada por otras generaciones, y este tránsito al mainstream no es visto con especial alegría por los que consideraban esta red como una parte de su identidad.

El fenómeno resulta interesante cuando intuimos que, en realidad, una parte significativa de esos «mayores» que entran en Snapchat se pierden, en realidad, la esencia de la aplicación, lo que podríamos considerar sus códigos o protocolos de uso. Como bien explica su CEO, Evan Spiegel, Snapchat supone un tránsito desde la idea de fotografías como almacén de nuestra actividad, hasta fotografías como expresión instantánea, como algo que no se acumula, que simplemente sirve para expresar cómo nos sentimos en un momento dado. Esto genera un cambio en el concepto de identidad, que en lugar de construirse como la acumulación de todo lo que hemos hecho, pasa a entenderse como algo instantáneo, como «lo que soy ahora», que si bien puede ser el resultado de todo lo que hemos hecho anteriormente, no está representado por su acumulación (de ahí que la idea de timeline de Facebook, de tener en un sitio toda nuestra actividad reflejada y lista para ser revisada por prácticamente cualquiera, les genere una cierta alergia).

El esquema de tres pantallas (Snap, Chat, Watch) como flujo lógico de actividad y las cronologías ordenadas siempre en el orden en el que tuvieron lugar, en lugar de en orden inverso (lo más fresco primero) como ocurre en otras redes sociales, permiten entender qué es lo que ha hecho una persona durante el día, y verlo en la manera en la que la persona te lo contaría. Cuando veo a personas de mi generación utilizar Snapchat, tiendo a verlas jugando con los filtros, pero el paso a convertir ese producto en objeto social sobre el que mantener conversaciones o el de ver las cronologías de otros usuarios no siempre tiene lugar.

Para muchos usuarios de cierta edad, Snapchat sigue siendo lo que les contaron hace cinco años, una app en la que los usuarios se enviaban fotos garabateadas que se autodestruían en pocos segundos, algo que generaba inmediatamente connotaciones peligrosas y vinculadas con el sexting. La realidad es que Snapchat ha evolucionado muchísimo, se ha convertido en una red social con sus propios códigos y esquemas que la diferencian de otras, se ha dotado de una identidad, ha incorporado un modelo de negocio basado en la publicidad respetuosa y en el acceso a medios de comunicación que buscaban llegar al escurridizo colectivo adolescente y post-adolescente, y ha incorporado – por el momento tan solo en Estados Unidos – hasta un medio de pago. De aquella app que llevó a Facebook a poner encima de la mesa tres mil millones de dólares y a afirmar que estábamos ante un «fenómeno de la privacidad» que no terminaba de entender, hemos pasado a todo un imperio valorado en 16,000 millones de dólares, con 150 millones de usuarios activos diarios, que factura 300 millones de dólares frente a los 60 del ejercicio pasado, y que se ha convertido en una auténtica solución completa de comunicación, con llamadas de audio, de vídeo y buzones de voz.

La compañía considera que la llegada de generaciones más maduras a Snapchat es algo positivo porque la herramienta es una forma eficiente y divertida de comunicarse, pero aún es pronto para saber cuáles pueden ser los efectos sobre la base tradicional de clientes de la aplicación. Muchos atribuyen el abandono de Facebook por los más jóvenes precisamente al hecho de que sus padres – o hasta sus abuelos – estaban ahí, pero la realidad parece indicar que más que una huída, era más bien una cuestión de concepto, de esquema con el que no se sentían identificados y que siempre reflejó las preferencias de una generación mayor que la suya. Con Snapchat y su orientación a lo efímero, a lo instantáneo, parecen encontrarse mucho más cómodos. ¿Seguirán estándolo cuando sus padres estén también ahí?

 

 

This article is also available in English in my Medium page, “Snapchat and the generational divide«

 

16 comentarios

  • #001
    Javier Cuchí - 5 julio 2016 - 09:08

    También puede estar sucediendo que el tecnoanalfabetismo generacional esté terminando. Tengo casi 61 años y mi generación da pena, así, en general. Pero… ¿puede decirse lo mismo de los que tienen diez años menos? ¿Y los de la franja de los cuarenta?

    Los chavales quinceañeros que creen que sus padres -con cuarenta años- no se enteran de nada en materia tecnológica, quizá están desfasados de la realidad creyendo que viven aún en la de sus hermanos mayores. Que vayan mentalizándose de que cada vez les va a resultar más difícil encontrar rincones propios y exclusivos y que crearlos no va a ser la simple cuestión de adherirse a una tecnología nueva -disruptiva o no- y esperar a que papi no se entere de nada.

    Los cuarentones y cincuentones de hoy son los hackers de hace veinte años y los teenagers actuales no destacan por sus conocimientos tecnológicos más allá de su excelente adaptación al medio. En otras palabras: saben manejar los botones con agilidad, pero probablemente sus padres, algo más torpes en el mando multifunción, sepan mucho mejor, sin embargo, lo que está pasando detrás de éste.

    Tiempos apasionantes, sí señor…

    • iokin - 5 julio 2016 - 13:32

      Muy interesante.

    • Ernesto - 5 julio 2016 - 13:32

      Totalmente de acuerdo, siendo base 4 pertenezco a la generación que empezo a explorar Internet cuando dejaba de ser un reducto de frikis gringos, así que cuando a veces nos mencionan a los Generación X como inmigrantes digitales… me da cosa…

  • #004
    Maestre Patarran - 5 julio 2016 - 10:01

    Interesantísimo.
    Era algo previsible… pero no tan pronto.
    Esto va muy deprisa.
    ;-)

  • #005
    Jose Antonio Garcia - 5 julio 2016 - 10:48

    Ya está aquí el verano, el calor y las reposiciones en televisión, pero no solo en televisión, también en los blogs.

    Hace tiempo que tengo en el lector de RSS varios blogs de productividad. Y te das cuenta como un tema como GTD que da para un par de esquemas y dos folios, se llenan posts y posts y más posts.

    Ahora le a vuelto a tocar a snapchat: que si la deriva generacional, que si la generación que viene, que si los saltos generacionales,…

    https://www.enriquedans.com/tag/snapchat

    En resumen, bienvenidos a la publicidad descubierta.
    Lo malo es que los usuarios de este blog no tienen el target de esta campaña.
    Te das cuen, pecaor de la pradera. ( link emocional a la generación de los lectores de este blog)

    Un placer, buenas vacaciones.

    • Enrique Dans - 5 julio 2016 - 10:54

      Aprecio muchísimo a mis lectores, y me encanta que encuentren la página útil, y más aún que contribuyan a darle valor. Pero no quiero mentir, porque no sé y se me nota mucho… no escribo para mis lectores, escribo para mí. Ya lo he comentado en muchas ocasiones, esta página es una forma de mantener mi material ordenado, prepararme mis clases y mis otras producciones académicas, madurar ideas, etc. A Snapchat le estoy sacando muchísimo partido en clase, por eso lo toco más a menudo. Es así de sencillo :-)

      • Jose Antonio Garcia - 5 julio 2016 - 11:12

        Enrique
        Faltaba más, la línea editorial es tuya. Mi experiencia sobre tu blog es positiva( temas tratados).
        Me suele gustar más cuando las personas opinan sobre el tema porque normalmente se enriquece con otros puntos de vista ( los posts de que fenomenal, muy bueno, si no van acompañados de argumentos los odio!!!)
        Por otro lado snapchat en si me parece muy insulso una app más de chat, buena puede, que triunfa en ciertos sectores vale. ¿Y? como mucho en una comparativa de chats.

        Muchas veces veo que se difunden ciertas apps más que por la novedad, o creatividad, o llámale x porque tienen éxito comercial. Y porque tienen éxito comercial se pueden permitir influenciar en los influenciadores,

        Pero no veo que vaya más allá. La repercusiones + y – que puede tener un Uber, Amazon, y las discusiones que nos enzarzamos sobre sus repercusiones sociales me gustan bastante.

        Como autor del blog me gustaría que me dijeran cuando un tema no engancha, (aparte se nota por la cantidad de posts) pero en definitiva una cosa es que no enganche y otra el porque…..

        PS: Ah y lo de escribir para uno es lo mejor que se puede hacer. Uno puede acertar o equivocarse, pero no tener las equivocaciones de los demás.

        • Javier Cuchí - 5 julio 2016 - 11:33

          Estoy de acuerdo contigo en que Snapchat me parece bastante insulso y aporta poco a lo que ya hay en materia de redes sociales. Pero su [relativa] importancia para los debates en este blog (y en otros) es precisamente lo que tú valoras, según el comentario al que estoy respondiendo: la repercusión social.

          Se parte de la premisa de que Snapchat tiene éxito porque los chicos buscan desesperadamente lugares a los que no puedan acceder sus padres, premisa que yo, para empezar, pongo un poco en el congelador, porque la forma de eludir el control paterno no está tanto en buscar una tecnología que los padres no puedan entender (eso es batalla perdida) sino en un uso guerrillero de las tecnologías que ya existen: usuarios ficticios y cosas así. Snapchat borra en unas pocas horas lo que se ha chateado: bien, WhatsApp o Telegram no lo hacen, pero cuesta muy poco darle al suprimir chat.

          Por eso estoy contigo en que se trata de una moda, novedad o inercia de éxito comercial. Pero en este tipo de cosas nunca se sabe y hemos visto demasiadas veces cómo los pronósticos hacen el ridículo aunque sobre ellos se hubieran volcado miles de toneladas de racionalidad.

          «Esto de la bomba atómica nunca va a funcionar. Créame: se lo dice el hombre que más sabe de explosivos de todo Estados Unidos»

  • #009
    Emprendentaxi - 5 julio 2016 - 13:51

    Justamente el Domingo tuve una conversación con mi hija de 15 años, en la que le pregunte sobre por que no le hacia caso al Facebook. Su contestación literal ,»eso es de abuelos». La verdad es que no supe muy bien como encajar la respuesta, primero por que para una niña de 15 años una persona de 42 le parece mayor (al igual que a nosotros nos resultaban mayores nuestros padres a esa edad) y otra por la sensación que muy bien ha descrito Enrique en este articulo sobre las diferencias generacionales respecto a concepto en redes sociales y el uso de estas, sobre lo cual nunca había reflexionado.

  • #010
    Gorki - 5 julio 2016 - 13:52

    Pues al contrario que Javier Cuchí, opino que la trayectoria de Snapchat pueden valer para intentar comprender las reglas que rigen el fenómeno de las moda, ese extraño sentimiento que tenemos todos de actuar de forma que nos identifique con nuestro grupo y a la vez nos diferencie de la manada, algo en si mismo contradictorio, pues el grupo, es parte de la manada. Por eso, un elemento diferenciador de un grupo, en este caso el de los jóvenes, pierde su razón de ser, cuando lo comienzan a utilizar el resto de la manada por la razón que sea, vigilancia, mimetismo etc..

    Por otra parte, merece la pena estudiar también las esquizofrénicas acciones de las compañías propietarias de ese distintivo, que pretende accines que a la vez, mantengan la exclusividad del objeto y que lo utilice toda la gente,

    En mi opinión, Snapchat lo tiene muy dificil, por un lado los jóvenes de hoy, ven de viejo s utilizar lo mismo que utilizaban los jóvenes de ayer y por otra parte, la posible privacidad de los mensajes efímeros, no ha sido apreciada por la inmensa mayoría de los usuarios. ¿Quienes van a ser sus futuros usuarios?

    • Felix - 5 julio 2016 - 17:13

      Estoy de acuerdo con esta exposición de Gorki.

      Los jóvenes buscarán ruptura con la generaciones anteriores por simple acto diferenciador.

    • Javier Cuchí - 5 julio 2016 - 19:34

      Gorki, no veo en qué tu opinión es contraria a la mía, en este caso. Simplemente miras otra perspectiva del mismo (que también es interesante, ojo)

  • #013
    christian - 6 julio 2016 - 02:43

    La presidencia de la Argentina esta haciendo muy buen uso de esta aplicacion. Usuario: mauriciomacri

  • #014
    Garepubaro - 6 julio 2016 - 16:32

    Las redes sociales en internet son una infeccion como el sarampion, pasaron muchas generaciones, nunca funcionaron claramente era todo muy turbio, hasta que por fin vinieron nuevas generaciones que lograron la desinfeccion y quitarselas de encima …

  • #015
    Valeria - 7 julio 2016 - 23:02

    Viendo los comentarios del articulo, empecé a escribir uno que, por la extensión, pronto se convirtió en un post mismo. Aquí te dejo el link del artículo en cuestión, donde comparto mi experiencia en Snapchat con mis alumnos del master de Comunicación de Empresas y medios sociales de París. «Enseñarles» a usar Snapchat parecía poco sensato pero resultó una grata e instructiva experiencia para todos. http://www.comunikanda.com/2016/07/en-clase-con-snapchat/
    La conclusión es simple: Snapchat es un claro ejemplo de la necesidad de adaptación constante y la riqueza del trabajo en equipo ¿Y si dejamos de pensar en brechas generacionales y pensamos más en aprender de todos?
    Muchas gracias por compartir tus reflexiones, siempre es un placer leerte.

  • #016
    xabi - 11 julio 2016 - 20:09

    pasaba por aqui con calma, como siempre aprendiendo y aprovecho para felicitar al autor y a quienes aportan comentarios jugosos, deseando que tengais todos un buen verano ;)

Dejar un Comentario

Los comentarios están cerrados