Solucionando el puzzle de la realidad virtual

Mark Zuckerberg at MWC2016 (IMAGE: Brendan Trexler Iribe)Mark Zuckerberg hizo ayer una aparición sorpresa en el Mobile World Congress de Barcelona, y una imagen de la misma está dando muchísimo que hablar: el fundador de Facebook, con su clásica camiseta gris, caminando a lo largo del pasillo de un auditorio en el que todos los presentes tienen un visor de realidad virtual de Samsung colocado ante sus ojos y, por tanto, ni se enteraron de que Mark estaba pasando a su lado. Obedientes, mantuvieron sus visores puestos hasta que, en el momento de sacárselos, se encontraron con él en el escenario.

La imagen me parece impactante, sin duda, pero precisamente pone de manifiesto el reto ante el que se encuentra la realidad virtual en nuestros días: ser una tecnología profundamente inmersiva para que una persona se aísle completamente de la realidad «real» que le rodea y se dedique a otras cosas, o conseguir activarse como una tecnología social.

Cuando Facebook adquirió Oculus VR, lo hizo convencida de que podría conseguir precisamente eso: convertirla en la próxima gran tecnología social, la que muchos millones de personas utilizarían para interaccionar entre sí. Por el momento, la inmensa mayoría de lo que hemos visto con respecto a los visores de realidad virtual se limita a ser una proyección de un escenario inmersivo, proyectado a escasos centímetros de la cara y con sonido envolvente y direccional, que nos permite sumergirnos en una experiencia por lo general solitaria, sea la experiencia de montar en una montaña rusa, la de dar un paseo por el fondo del mar, la de planear sobre o dentro de un volcán, o la de ver un espectáculo pornográfico. Por supuesto, aporta: para cualquier persona a la que le gusten los videojuegos, la idea de jugar en modo completamente inmersivo aporta una experiencia muchísimo más gratificante y completa, del mismo modo que lo hace para ver un vídeo o para consumir cualquier contenido que anteriormente fuese consumido en una pantalla convencional. Más allá de los juegos, se habla de la VR o de su prima cercana, la realidad aumentada o AR, como posibles aplicaciones para muchas otras cuestiones. Pero sin duda, falta aún algo, algún tipo de killer app o de caso que nadie discuta, al que todo el mundo le vea un claro beneficio.

Hasta aquí, todo muy bien: un visor de realidad virtual supone una novedad interesante, que cualquiera disfruta cuando lo prueba o adquiere, con un precio por lo general razonable (aunque muchos afirmen que precisamente el líder percibido de ese mercado, Oculus VR, se haya excedido a la hora de fijarlo) y con una gama de aplicaciones rápidamente creciente. Pronto veremos, seguramente, este tipo de visores utilizados para muchas cosas: en juegos, en aviones y trenes en lugar de la pantalla individual o colectiva, utilizados para mostrar destinos turísticos o propiedades inmobiliarias, para consumir pornografía o para lo que sea. Toda esa primera oleada de aplicaciones se basan en lo mismo: el contenido que antes te daba en una pantalla convencional, ahora te lo proyecto a pocos centímetros, respondiendo a los movimientos de tu cabeza o de tus manos, y con un sonido envolvente. Todo bien… salvo que algunos lo ven como una distopía, como una tendencia preocupante al aislamiento, como una sensación de privación sensorial o como una forma de escapar de la realidad. Una cuestión, la de la preocupación por el avance de la tecnología y sus efectos, que ocurre de manera recurrente con cada nueva tecnología y que, en la práctica totalidad de los casos, termina por ceder en cuanto se supera un cierto nivel de adopción. Tengo pocas dudas de que veremos en muy poco tiempo una tendencia fuerte a este tipo de consumos. Así que, de nuevo: todo bien… salvo que esto no es todo.

Para que Facebook pueda ver realizado su sueño de ir pasando de contenidos de texto, a fotografías, a vídeo y, finalmente, a vídeo inmersivo, tenemos que superar una fase adicional: la de convertir la experiencia VR en social. No solo tengo que poder ponerme las gafas para consumir un contenido, sino para poder encontrarme, reunirme o jugar con un amigo. La experiencia de Mark Zuckerberg jugando al tenis de mesa en gravedad cero con el presidente indonesio, Joko Widodo, resulta interesante no por el juego en sí, sino porque uno está, efectivamente, jugando con el otro, aunque lo que puedan ver sean simplemente avatares que los representan, del mismo modo en que jugamos a cualquier deporte en una Wii. El siguiente paso debería ser uno mucho más provocativo: que la persona con la que me «encuentre» en un escenario virtual sea realmente la persona, no un avatar, y que pueda interaccionar con ella tanto escuchándola, como viendo sus gestos. Un problema, claro, porque la persona en ese momento no está para que la miren demasiado o intenten interpretar ninguno de sus gestos, dado que precisamente tiene puesto un aparato delante de los ojos que bloquea la visión de la mayor parte de su rostro. Un problema que no tiene una solución sencilla, y que requerirá de desarrollos de los que aún se habla poco, pero que indudablemente llegará. La realidad virtual está ahora mismo en el punto de mira de desarrollos a todos los niveles, hardware, software y contenidos, de infinidad de compañías, desde las más valiosas del mundo por capitalización bursátil como Google, Apple, Microsoft o Facebook, hasta infinidad de pequeñas startups tratando de hacerse un hueco en cualquiera de sus ámbitos. Sin duda, van a pasar cosas, y más pronto que tarde. Como dice Neil S. W. Murray, es muy posible que la imagen de Mark caminando por un pasillo rodeado de personas con una especie de televisión en miniatura delante de los ojos que les impide enterarse de que está ahí termine, en muy pocos años, por ser tan anacrónica como la del creador de la telefonía celular, Martin Cooper, con aquel DynaTAC de tamaño monstruoso en la mano.

Convertir la realidad virtual en un objeto social implica mucho más que simplemente representarnos en un escenario, y Facebook lo sabe. Acaba de poner en marcha un equipo de Social VR para trabajar en ello, para tratar de llevar la realidad virtual más allá de su estado actual, el de los juegos y el simple esquema de acercar la pantalla a la nariz, para convertirlo en otras cosas. Cosas que, muy posiblemente, generen escenarios que resulten menos preocupantes o distópicos a determinados observadores… o posiblemente ni eso. Pero sin duda, escenarios que pueden llegar a jugar un papel muchísimo más relevante en el futuro.

 

This article is also available in English in my Medium page, “Virtual reality: trying to see into the future«

 

31 comentarios

  • #001
    Marcos - 22 febrero 2016 - 15:06

    Como todo… El problema no está tanto en la tecnología o el artículo, así como su uso.

    Un móvil con todas sus posibilidades, no es algo negativo a priori. Pero desde el momento en el que 5 personas en un bar pasan más tiempo mirando la pantalla de su móvil que a los ojos de sus compañeros, estamos siendo testigos de un problema.

    Quizás sea que a esas personas no les estimula estar con esas otras 4 realmente pero «quedan porque son la cuadrilla» ( y de esto en el País Vasco sabemos algo, gente que son cuadrilla de toda la vida sin que necesariamente resulten estipulantes a un nivel profundo, ese en el que metes a personas muy concretas).

    Es decir, no hay problema va n la tecnología, pero sí con la banalización del uso de la misma. Estamos ante una situación en la que se nos abre el universo y tenemos tan solo una vespino para recorrerlo. O bien… Un Halcón milenario sin saber muy bien cómo funciona ni tan siquiera una cuchara.

    No sé, creo que la sociedad no se está enfocando en absoluto en un aprendizaje y uso consciente de estas tecnologías, degradando así la relaciones que tenemos no ya con los demás sino con nosotros mismos (dormimos menos o ver tonterías en la red hasta altas horas, nos enzarzamos en debates o polémicas que no necesariamente necesitamos no nos hacen más felices… Etc…).

    Cuidado; este aislamiento es solo visual, ayuda a que no sólo sea así, pero es solo visual, falta la parte en que dicha tecnóloga la usamos mal sin una guía correcta ni nadie que nos recuerde que no hacen falta las gafas para ir a tomar algo con esa gente que tanto te agrada y a la que quieres.

    • Enrique Dans - 22 febrero 2016 - 15:12

      Pues sinceramente… a mí me parece que la imagen que uso en clase de las cuatro chicas en un bar cada una mirando su teléfono no es tan preocupante. Es llamativa, choca con nuestras convenciones sociales y con cómo se supone que debemos interactuar en esas situaciones, pero eso no implica que no podamos, como sociedad, definir nuevas formas de interacción entre las que se incluya una participación más central de los dispositivos. Vamos, que no me ofende en absoluto ni me parece un terrible problema…

      • Marcos - 22 febrero 2016 - 17:48

        Pues si no te lo parece, igual tienes un problema, Enrique.

        A ver, que a mi tampoco me parece mal porque no me incumbe y no debe de parecerme nada en absoluto ¿vale?

        Pero recuerdo que una vez comentabas qué hacías barbacoa y fumabas puros con amistades. Quizás esas cosas no las hagas con todas las personas con las que tienes cualquier grado de relación.

        En este caso es similar y lo dice muy bien el «Mark Zuckemberg» que aparece en un capítulo de Person of interest donde dice que cualquier tecnología queda siempre anticuada y que lo único que no pasa de moda entre la gente es esa conexión real que a veces surge.

        Es decir, si vemos a un grupo de personas en un bar prestando más atención a sus móviles que a las personas que tienen en frente, tenemos un problema o mejor dicho lo tiene , que no se dan cuenta de lo que realmente quieren hacer ¿estar con su móvil? ¿O con esas personas? Y si están con ellas ¿qué grado de satisfacción «interior»?

        Resulta lógico recordar que hay una koreana que gana dinero pr comer con otras personas a través de Web Cam o que hay una empresa de abrazos a domicilio en New York.

        Si lo condimentamos con el hecho de que él stress y las depresiones tienen posibilidades de superar al Cancer como enfermedad, quizás pudiéramos considerar que la gente está loca por conectar a ese nivel del que hablaba aunque seguramente no tengamos ni idea de cómo hacerlo.

        Esto último me recuerda a cómo ser padre, ya que generalmente para hacerlo bien (y recuerdo que he dicho generalmente) nos basamos en nuestro instinto.
        Al comprar un producto, buscamos opiniones en Amazon, recurrimos a expertos, pero no nos planteamos si la manera en la que hacemos las cosas con nuestros pequeños, al nivel inter relacional es la correcta.

        ¿Lo hacemos con los adultos? Otra taza más, por supuesto.

        Que tú no veas en ello ninguno problema, no es malo. Si fueras el protagonista de el ejemplo, quizás fuera otra cosa.

        En mi caso al menos.

        • Enrique Dans - 22 febrero 2016 - 18:54

          Es que me temo que te equivocas. Ese «grupo de personas en un bar prestando más atención a sus móviles que a las personas que tienen enfrente» no son en realidad eso, sino un grupo de personas interactuando entre sí, entre ellas, con el pequeño detalle de que introducen también en la interacción a otras personas que no están presentes. Antes de prejuzgarlo como algo «indudablemente negativo», deberías observar a esos grupos más allá de una mera observación superficial de una fotografía, ver si efectivamente el funcionamiento de esa interacción es tan malo y tan negativo, o si resulta que simplemente están apalancando la tecnología para hacer algo diferente, no necesariamente peor, o para ellos, puede que incluso mejor. No podemos – o no debemos – juzgar a las generaciones posteriores a la nuestra únicamente con los criterios que nosotros consideramos válidos para ello. Como suelo decir en clase mientras proyecto una imagen en blanco y negro de un vagón en el que todos los pasajeros están leyendo periódicos, una simple observación superficial nos llevaría a afirmar que «eso de los periódicos es terrible y habría que prohibirlo, antes esa buena gente iba hablando en el vagón, ahora va cada uno enfrascado en su periódico»…

          • Marcos - 22 febrero 2016 - 19:27

            A juzgar por tu primera frase, por la primera parte de tu texto y y lo que comentas de ese grupo de personas, creo que vemos «grupos de personas con el móvil» diferentes.

            Debe de ser eso.

            O negar algo que otra gran parte de la masa social constata.

            Y al igual que yo no debería juzgar una fotografia, hablar de cambios tecnológicos necesariamente no se tiene porque hacer desde la distancia generacional, que me da que se me ha atribuido y que no sería tal.

            Si de todo lo dicho por mi, solo se ha podido responder a eso, es curioso y me llama poderosamente la atencion.

            Hay tecnófobos, pero también gente que olvida otras facetas y de la tecnología hace la puta de la lanza.

          • Enrique Dans - 22 febrero 2016 - 19:36

            Que no, que yo no te atribuyo nada, ni planteo esta conversación como un enfrentamiento… Simplemente utilizo una fotografía en clase, juego a generar actitudes negativas, y después veo cómo cambian de opinión cuando les planteo situaciones similares de hace algunas generaciones. Como bien dice el chiste de XKCD

          • Gorki - 22 febrero 2016 - 20:19

            Yo no suelo ver el snartphone. pero desde pequeño tengo dentro de mi cerebro, mi propio servidor web y cuando voy en el metro, no miro el smartphone, pero estoy tan ensimismado cono los que lo miran

            A mi no me gusta el fútbol, pero si entro en un bar y todos miran a una pantalla gigante porque están mirando el fútbol, no pienso que sean zombis, aunque me consta, que han ido a un bar aveces acompañados de amigos, porque les gusta más ver un partido en un bar, rodeado de amigos y forofos, que en la soledad de su casa, aunque no hablen con ellos, ni les miren a la cara.

            Yo creo que el ensimismamiento de quien mira un móvil se ha magnificado, y en efecto, es el mismo pero no mayor, del que leía un periódico, o no lo lee, pero como yo, va pensando en sus cosas

      • Adrian - 22 febrero 2016 - 19:00

        No me esperaba esta contestacion Enrique, me parece a mi y a la mayoria de los amantes de la tecnologia, que utilizarla de manera intensiva cuando estamos con nuestros amigos y hemos quedado con ellos, un poco grotesco.

        Que busque uno la direccion de un sitio nuevo al que ir me parece un buen uso, contestar mensajes de grupos o el timeline de FB, Instagram oTwitter me parece grotesco.. Ya no te digo jugar a juegos individualmente

        • Enrique Dans - 22 febrero 2016 - 19:05

          Te repito: te parece grotesco porque CREES que el hecho de que cada uno esté mirando su móvil significa aislamiento. Pero ¿y si están hablando entre sí? ¿Y si están simplemente suplementando una conversación presencial con una capa más en la que introducen además a otras personas? ¿Y si, en realidad, no están degradando la experiencia de estar juntas, sino enriqueciéndola gracias a la tecnología? Según tu entendimiento, ¿si no hay miradas a los ojos y palmaditas en la espalda, es que la interacción no vale la pena?? ¿No te parece que a lo mejor eres tú el que estás limitando tu percepción?

          • Adrian - 22 febrero 2016 - 19:09

            Si estan hablando entre ellos me parece absurdo que cada uno mire a su pantalla, pero si cada uno esta mirando su telefono y cada uno de estos haciendo tareas o divertimentos individuales si que me parece grotesco. Sin duda. Y me encanta la tecnologia.

      • Neimad - 22 febrero 2016 - 22:07

        Se ha interpretado un tanto mal el comentario.
        Pongo para explicar, el caso de mi grupo.

        En mi grupo siempre hemos sido forofos de la tecnología y así. Para discusiones, siempre se mira Google o la Wikipedia para tener información… Igual recibimos una imagen curiosa y la comentamos… La tecnología en eso ayuda.

        Ahora bien, en las últimas cenas, ha llegado la situación de estar yo y otro compañero hablando al mismo tiempo que contemplamos cómo los demás están al móvil, riéndose y demás de la conversación que seguían en el. Conversación que, mirando después el móvil, estaban teniendo en el grupo de WhatsApp en el que estábamos nosotros mismos.
        Una conversación paralela escrita y con fotos al mismo tiempo que la hablada, entre nosotros mismos.

        Me consta de ver eso en otros grupos de gente. Así que no va tan descaminado el comentario inicial.
        Ahí sí veo ese problema tecnológico.

      • Annaick Locqueneux - 24 febrero 2016 - 11:09

        Hola Enrique,

        ¿ y como ejemplo, has visto el anuncio de Kit Kat ?http://vstream.websharecontent.es/siteresources/files/1/773/67_800.mp4

  • #013
    Gorkig - 22 febrero 2016 - 15:48

    Soy excéptico sobre la generalización de uso de este invento. Quitando usos puntuales, donde si lo veo posible y con ventajas, sea videojuegos, simuladores de enseñanza de conducir, coches aviones o canoas a vela, y cosas parecidas, no le veo mucho futuro, porque no son mas que la continuación de una serie de aparatos que le han precedido, que fracasaron en el intento de encontrarle un uso habitual. Aparatos que fueron disruptivos en su momento pero que pasada la novedad, murieron por no encontrarles el menor uso práctico. Cuento:

    – El estereoscopio, aparato para ver fotos en relieve, ya lo tuvieron mis abuelos para ver el paris de 1920. vieron tres cajaes de fotos peqadas a cartulinas, guardaron el aparato y nunca se compraron la cámara que hacia foto en 3D. http://teresa.cienciaweb.es/grupos/grupo5/estereoscopio2.jpg

    – De pequeño tuve algo de lo mismo, pero con diapositivas puestas en un circulo de cartulina, Un regalo de reyes que acabó pronto en el trastero. Nunca adquirieron mis padres mas cartones con diapositivas porque no creyeron que valiera la pena http://2.bp.blogspot.com/-dkgh4TdTvMo/UB61Nv_ztwI/AAAAAAAALxA/bpryY8eYLog/s1600/P1370187+(Custom).JPG.

    – Cine en relieve con gafas rojas y azules, con cristales polarizados etc etc lo mas que vimos es un par de fotografías. Cine de immersion IMAX planetarios, todos hemos ido una vez y no hemos vuelto. Cada vez que el cine está en crisis inventa el cine en 3D para tratar de salir del hoyo. Yo no fui a ver AVATAR, y debí ser de los pocos, Hay muchos que hoy se preocupan por ver películas en 3D. http://quientehavistoyquientv.es/wp-content/uploads/2013/10/cinema_opt.jpg

    – El sonido estereofonico, aparecio cuando era joven, poco después se invento el cuadrafónico, al final oímos la música en un portátil con sonido a lata, como el Sony Vaio donde lo estoy oyendo ahora. http://cloud2.todocoleccion.net/discos-vinilo/tc/2010/04/13/18706583.jpg

    Yo estuve en Futuroscope dos veces, una con mi mujer y otra que fui con mis hijos, nunca mas me ha interesado la extraordinaria variedad de cines que hay ahí, incluso uno que se mueven los asientos al ritmo de la imagen. Miento en la feria de Sevilla de 1992 creo que volví ver cine en 3D. Sin embargo Futuroscop no ha conseguido hacer franquicias. http://www.blog-nouvelles-technologies.fr/wp-content/uploads/2012/07/2-ans-anniversaire-2-billets-dentrees-pour-le-futuroscope-3.jpg

    – La Wii, tiene una serie de videojuegos muy adecuados, pero me hace la impresión que ya hace tiempo que la gente las ha guardado en un cajom. ¿Siguen saliendo juegos para ella? – No es retórico es que mo sigo ese tema y no me llega publicidad al respecto. ¿Alguien conoce un uso de la Wii fuera de los videojuego, por ejemplo para entrenar a carniceros o pescadros o algo parecido? https://cdn02.nintendo-europe.com/media/images/05_packshots/games_13/wii_6/PS_Wii_WiiFitPlus.png

    Las gafas de Google de realidad, un fracaso de Google, pasada la novedad quien las compró las arrumbó a un cajón http://www.ideaseinventos.es/wp-content/uploads/2015/01/GoogleGlass.jpg

    De acuerdo, Oculos parece más inmersivo de lo que he hablado, pero no creo que se pueda hacer mucho mas que lo que se hizo con las gafas de Google, o lo que se puede hacer con las de cartón de Google. Sinceramente, pasada la novedad, no le veo porvenir, ni utilidad fuera de usos que se pueden contar con los dedos de una mano.

  • #014
    Javier - 22 febrero 2016 - 16:14

    Es que, tal vez, las gafas de VR son sólo el principio de esta tecnología, que te permite una mayor inmersión en lo que ves y, al final, se desarrollará la tecnología que proyecte delante de tí esos contenidos 3D sin tener que llevar puestos esos molestos artilugios, y en tu propia casa. Y entonces ya no estaremos tan aislados, porque también podrá participar más gente a nuestro lado y la sensación de realidad no se perderá.
    Creo que es sólo una cuestión de tiempo y, mientras tanto, andaremos jugando con las molestas gafas.

  • #015
    Gorki - 22 febrero 2016 - 16:22

    Veo mucho más porvenir a esto que ni siquiera se si es real o un montaje

    https://www.facebook.com/ElenaAlfaroFanscinology/videos/360967924073931/

    • Javier - 22 febrero 2016 - 16:34

      Sí, a eso me refería. Aunque aquí es evidentemente un montaje, y tampoco hace falta llevarlo a la magnitud de un polideportivo.

    • Pablo Roca - 22 febrero 2016 - 18:16

      Gorki,

      Eso es realidad, si. Impactante. La empresa se llama Magic Leap http://www.magicleap.com

      • Gorki - 22 febrero 2016 - 18:34

        Te imaginas lo que puede ser ver «Lo que el viento se llevó» en esa realidad virtual…

  • #019
    Pablo Roca - 22 febrero 2016 - 18:13

    Sere yo .. pero eso de ponerse el móvil directo en la jeta .. como que no lo veo.

    Ya solo por lo incomodo de llevar un cacharro así.

  • #020
    menestro - 22 febrero 2016 - 18:37

    Hay múltiples razones por las que la VR es solo un accesorio de aplicación limitada. Es una moda recurrente cada 10 años, desde antes de los 90, incluso algunas de las patentes que posee Google son de años anteriores.

    La principal en la actualidad, pero no la única, es que los dispositivos más sofisticados suponen añadir casi medio kilo de peso, en el mejor de los casos, sobre las cervicales, al margen de la incomodidad de perder por completo cualquier referencia externa.

    Inmersividad no tiene porque suponer aislamiento sensorial. Y lo sabe cualquiera que haya disfrutado de un buen libro o una película interesante.

    Existen otras muchas razones, de las sencillas, como por ejemplo el hecho de que habría que crear una industria paralela que crease interfaces dedicados para este dispositivo, una producción de contenidos que adoptasen esta tecnología – y creo que todos recordamos lo que ha pasado con las gafas de 3D en el cine – además de innumerables accesorios y modificaciones de los hábitos de los consumidores.

    Es un gadget de moda a causa de los teléfonos móviles, nadie lo niega. Pero no es una solución a un problema real. Ni ofrece una experiencia que vaya más allá de la anécdota.

    Solo dime, Enrique, cual es el periodo de tiempo más largo que has llevado puestas unas de estas gafas. Dudo que nadie pueda superar más allá de 20 minutos de uso continuado.

    Ni imaginarme cómo comer unas palomitas, cambiar de contenido, o simplemente rascarse, es posible. No hablo ya, de compartir una película.

    Sin entrar en toda la complejidad del diseño de UX. Los teléfonos móviles de última generación han hecho posible este revival. Pero sólo, como un accesorio y por pura oportunidad de marketing.

    Mucho más tema darían las razones de la compra de Oculus a ese precio.

    Pero desde luego, es oportunidad para los collarines ortopédicos de ultima generación. Eso sí que iba a ser tema de debate social.

    Hay tecnologías alternativas mucho más eficaces, para ofrecer esa experiencia de inmersión, aunque no se puedan comercializar en cartón.

    El desarrollo de avatares ya sucedió; estas hablando de Second Life. Otra tecnología que fue moda y se disipó una vez desaparecida la novedad.

    No es una distopía, es un Gadget. Y no somos algunos, sino las personas con más experiencia y dedicación. No sólo ‘Geeks’. Sí que es, una tecnología retrofuturista.

    Enrique, admiro tu entusiasmo (incluso cuando me lo dedicas a mí) por cualquier idea que salga de la norma, o sea llamativa. Pero la capacidad crítica y el aprendizaje sobre innovación también es un buen predictor de tendencias.

    (breve modo)

    https://www.enriquedans.com/2007/05/trabajando-en-second-life.html

    https://www.enriquedans.com/2007/04/%C2%BFes-second-life-la-proxima-internet.html

    • Gorki - 22 febrero 2016 - 22:21

      Leyendo los enlaces que ofrece Menestro , he descubierto que yo, que entonces era excético con Scond Life, proponía el trabajo para los becarios de paseador de avatares de los jefes. Creo que fui un visionario. Me pregunto que dos becarios habrán estado jugando al pinpong gravedad cero, haciendo de Zuckerberg y Widodo.

      Realmente pienso que esto de la realidad virtual tiene su lado bueno, mientras que unos te ve asistiendo a una interminable reunión de trabajo, un becario hace pestañear de vez en cuando y removerte en tu sillón o tomar nota, mientras tu en la realidad juegas al golf en el Club de Campo. Esto de la realidad virtual tiene sus ventajas.

  • #022
    Goomer - 22 febrero 2016 - 20:43

    Que la realidad virtual puede ser un éxito no lo dudo, siendo algo muy minoritario, aparece de vez en cuando aplicaciones en series de televisión y en libros relativamente generalistas, como ejemplo las holobandas de caprica (http://en.battlestarwiki.org/wiki/Holoband), o el juego del problema de los tres cuerpos (http://danielmarin.naukas.com/2015/10/24/libro-el-problema-de-los-tres-cuerpos/). Lo que no tengo claro es un facebook inmersivo. Entiendo que no se quieran quedar fuera y lo intenten, pero lo veo más para ocio (guías de viajes, películas, conciertos…) y sector lúdico (juegos), incluso para educación, antes que para relacionarnos con gente que conocemos como tal.

    Evidentemente lo que hace falta es que alguien cree el World of Warcraft, o lo que sea que pueda ser el éxito «masivo» que atraiga a la masa crítica que lo lleve al éxito. Lo que no veo es que esa aplicación sea FB tal y como la conocemos…

  • #023
    Luigi - 22 febrero 2016 - 21:15

    Pues yo creo que la realidad virtual va a ser la mayor revolución que veremos en años y cambiará el mundo rotundamente. Un ejemplo: te venderán un bulto de gel y varios lápices de plástico y un pendrive con el software necesario para instruirte en la cirugía del abdomen. Podrás practicar ad aeternum hasta aprenderlo. Incluso, con robots bien calibrados, te operará a distancia un experto desde Argentina. Etc.

  • #024
    vborras - 22 febrero 2016 - 21:29

    La realidad 3D lleva años evolucionando y está claro que Oculus es uno más, pero olvidaros del gadget en sí y pensar en el vocablo social, añadirle la variable espacio y a lo mejor entenderéis que llegará el día en que la distancia no sea un límite para poder interactuar o sociabilizar con los tuyos y poder compartir una experiencia en ese mismo instante en distintos espacios.

  • #025
    Nakitxu - 22 febrero 2016 - 22:28

    Una obra de ciencia ficción, donde plantea un extremo de este tema es la excelente:
    La trascendencia dorada, de John C. Wright

    Os la recomiendo si queréis tener ideas sobre la posible evolución de la realidad virtual.

  • #026
    Benji - 23 febrero 2016 - 09:41

    Si estoy con unos amigos y estos deciden ponerse un Oculus VR, adiós muy buenas. Es más, ni siquiera se darían cuenta de que me voy, ¿No?

    El chiste gráfico que has puesto, Enrique, no me hace mucha gracia porque tiene razón. Tengo amigos que en vez de ir a París van a los GStreet de París, ven fotos de los cuadros de Louvre y pronto harán un Oculus del Louvre.

    Sin embargo, todo es imitación. La prensa te relata un evento en el que no has estado, previo filtro editorial. La T.V. es algo que trae el mundo entero a tu salón, pero por mucho leones que veas en la sabana keniata, no es lo mismo que ir. Dialogar con alguien que mira una pantalla es una pérdida de tiempo, ya que su atención está al 50% (con suerte) y no es más que un monólogo sin audiencia.

    Para conducir, gracias a Dios, todas las cosas de ese chiste están prohibidas: Leer, ver tele, mirar el móvil o visualizar una peli de DVD. Si para conducir te exigen atención y que no realices actividades para poder concentrarte… ¿Por qué he de rebajar la calidad de mis conversaciones con amigos permitiéndolas?

  • #027
    Elena - 23 febrero 2016 - 12:00

    En relación con este tema, me gustaría recomendar una novela: «Ready player one». En esa novela ya existe la red social de realidad virtual que creo que quiere crear Zuckerberg. Es una novela de aventuras, pero creo que permite reflexionar sobre cómo podría ser la interacción humana en una plataforma así.

  • #028
    Ramón Sas - 23 febrero 2016 - 13:15

    En muchas conversaciones de esas que se mencionan en los comentarios, se tiene el móvil en la mano, como bien dice Enrique, para reforzar e incluso ilustrar lo que están hablando entre ellos: enviándose fotos graciosas que han recibido, buscando la edad de un futbolista del que están hablando, etc. Creo que no podemos ir en contra de los nuevos tiempos, otra cosa sería contra natura.

  • #029
    Pedro Torres Asdrubal - 23 febrero 2016 - 14:59

    El 3D se invento hace 100 años (1915) y las videoconferencias hace 52 años (1964)… ¿Por qué siguen sin triunfar?

    Ojalá me equivoque pensando que la VR va a ser otra chorrada mas. Algo así dije de la tablet, y hoy es el dispositivo que mas uso. Je je je…

    P.D. Enrique, me gusta ver que participas mas en los comentarios. Acabe en meneame donde son una minoría los que leen el artículo antes de comentar.

    • José Manuel - 24 febrero 2016 - 17:44

      Todo está por ver. Ya en los 90 nos intentaron vender la VR y a finales de siglo ya nadie hablaba de ella. Pudiera ser que la tecnología en aquella época no estaba madura para lo requiere la VR. Ahora creo que está más preparada; cualquier móvil de gama media/alta actual es más potente que un ordenador de hace 15 años.

  • #031
    Mesosoma - 24 febrero 2016 - 00:47

    La Realidad Virtual es un juguete que desaparecerá como le pasó al Virtual Boy; sin embargo lo interesante: el concepto Cyberpunk (VR, avatares internet,etc) funciona en ficción porque son productos de distopías y colapso de civilización haciendo realidad virtual mas atractiva que el mundo real, el auge de este genero en 80s y 90s debe a varios problemas políticos y economicos de esas decadas y el retorno de la realidad virtual hoy se debe cómo sociedad estamos en peligro otra vez, lo cual dice bastante de nosotros los humanos.

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