Entrevista en INNAC, hablando sobre innovación y disrupción

entrevista-INNACIgor Galo me entrevistó para INNAC: Actitud Innovadora, una iniciativa de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) que pretende fomentar la cultura de la innovación en la sociedad española, y hoy lo ha publicado bajo el título «Entrevista a Enrique Dans, Instituto de Empresa: ‘Llega una nueva oleada de disrupción salvaje con la impresión tridimensional y la fabricación flexible’«.

Hablamos sobre innovación, sobre empresas como Apple, Twitter, IBM y otras, y un último párrafo (last but not least, que dicen los anglosajones) sobre la disrupción que supone de cara al futuro inmediato tecnologías como la impresión tridimensional y la fabricación flexible. A continuación, las preguntas y respuestas que intercambiamos por correo electrónico:

 

P. Hay rumores de que Apple lanza un nuevo producto (iWatch). ¿Es innovación o dispersión de foco?

R. Es innovación en el sentido más clásico de la marca: tomar un concepto y reinventarlo, reinterpretarlo bajo su prisma de diseño y usabilidad. Para la marca, una forma de crear sus propios nichos, que durante un tiempo puede dominar comercialmente gracias al hecho de ser quien los ha definido. Haber reinventado conceptos previamente agotados como el reproductor MP3, el teléfono móvil o el tablet es una garantía suficiente para acometer la reinvención del reloj de pulsera, y más cuando ya hay varias empresas ya explorando el concepto con resultados prometedores.

P. Los accionistas de Apple … ¿qué valoran? ¿Su producción presente o su capacidad de innovar con éxito?

R. La cotización de Apple valora precisamente su capacidad para la reinvención, porque una vez llevado a cabo ese proceso, la empresa, por su filosofía cerrada, suele tener problemas para mantener su dominio en esos mismos segmentos. Hablamos de una empresa que tras reinventar el ordenador personal, perdió el dominio de ese segmento merced a la irrupción de una filosofía abierta a las licencias a terceros como la de IBM, y que tras reinventar el teléfono móvil volvió a reeditar el fenómeno, pero esta vez con Google y su Android. Aunque hablemos de una empresa con un indudable nivel de excelencia en sus operaciones, lo que el mercado valora es su capacidad de redefinir segmentos y mantenerlos cierto tiempo bajo su control.

P. Apple creó el primer smartphone que tuvo éxito, aunque Nokia lo hizo antes técnicamente. ¿Es mejor crear algo nuevo o innovar sobre algo que ya existe?

R. La idea es tomar conceptos útiles pero no siempre bien diseñados, y simplemente «hacerlos bien», ajustados a un código de diseño y usabilidad consistente en el control absoluto de la calidad y de la experiencia de usuario. Si añades a ello un componente aspiracional elevado, obtienes un resultado notable: que todos los productos quieren parecerse a ese que ha redefinido el segmento. Es un ciclo virtuoso que la compañía ha sido capaz de reeditar ya en varias ocasiones, y cada una de ellas supone una infusión de beneficios elevadísima, porque la compañía, contrariamente a la inmensa mayoría de sus competidores en la electrónica de consumo, trabaja con márgenes muy saneados.

P. En tu opinión, ¿Qué empresas tecnológicas del mundo son las más innovadoras?

R. La innovación es un concepto complejo. Apple tiene un enorme mérito por ser capaz de prácticamente procedimentar la innovación, mientras que otras empresas, como IBM o Google, lo tienen por ser capaces de apoyarse en ecosistemas abiertos sin vampirizarlos y obtener gracias a ello una productividad muy superior para su inversión en investigación y desarrollo. O Twitter, que es galácticamente buena incorporando la innovación procedente de su comunidad de usuarios y de su ecosistema de desarrolladores. Hay muchos modelos de innovación, y muchas empresas que los aprovechan muy bien o que los combinan de manera brillante.

P. En tecnología, con los ritmos de desarrollo que existe, ¿Solo las empresas innovadoras sobrevivirán?

R. No necesariamente. Como en todas las industrias, hay sitio para la innovación radical, pero también para los buenos optimizadores, para los que buscan el liderazgo en costes, para quienes trabajan la diferenciación… en realidad, nada que no aparezca en los modelos clásicos de la dirección estratégica. Lo bueno de la tecnología como industria es que permite estudiar esos procesos y esas dinámicas competitivas de manera muy rápida, del mismo modo que un investigador en Genética no estudia elefantes, cuyo ciclo reproductivo solo le daría para estudiar unas pocas generaciones, sino moscas de la fruta o bacterias.

P. ¿Cómo puede ayudar la tecnología a las pymes españolas a innovar? ¿Cómo se tienen que utilizar las herramientas que hoy tenemos para crear nuevos productos o servicios?

R. Las PYMES en general deben estar muy atentas a los procesos que generan caídas radicales de las barreras de entrada. Internet provocó un cambio radical al eliminar de manera brutal las barreras a la creación y gestión de información, de bits: de repente, cualquiera podía generar una presencia en la web, un contenido, una interacción. Muchas PYMES siguen mirando la web con cara escéptica, como si fuera «una moda» o «una pérdida de tiempo», sin asimilar que en realidad ha supuesto el cambio más brutal que han presenciado en toda su vida.

Del mismo modo, ahora llega una nueva oleada de disrupción salvaje con todo el mundo de la impresión tridimensional y la fabricación flexible, un cambio que promete hacer lo mismo con los productos basados en átomos que lo que internet provocó en los productos basados en bits, pero muchas PYMES aún no saben de qué estamos hablando, o peor, se quedan mirando a las impresoras tridimensionales con mirada escéptica y pensando que hablamos de fabricar figuritas y adornos absurdos para poner en una estantería. Cuando caigan en la cuenta de que las barreras al prototipado y a la fabricación de cualquier cosa han caído bruscamente, será demasiado tarde para muchas. Esto es como el surf: para subirse a las olas, hay que hacerlo en el momento preciso, no antes de que lleguen ni mucho después de que hayan pasado.

 

 

3 comentarios

  • #001
    Luis Villaverde - 19 marzo 2013 - 10:04

    Buenos días Enrique, veo que estás «obsesionado» con la impresión 3D, ya que la citas siempre que puedes.
    Está muy bien, pero piensa en una población como la de tu tierra, A Coruña. ¿en qué le puede afectar a las empresas de la ciudad la impresión 3D? ¿en qué puede hundirlas o lanzarlas?
    Quizás estemos redescubriendo el 3D, porque en la industria mecánica y metálica ya hace muuuuucho que se usan fresadoras y similares para fabricar piezas, pero no se les llamaba impresoras 3D, aunque he de reconocer que lo impresora 3D le da un halo más esotérico y de Star Treck ;-)
    Gracias por la aportación.

  • #002
    Jordi Robert-Ribes - 19 marzo 2013 - 10:38

    Buenísimo.
    La impresión 3D será muy disruptiva.
    ¿Sabíais que los más innovadores en ese sector no son los que van por internet sino que son los que hablan en persona (cara a cara)? Escribí sobre eso en http://jordi.pro/g/az

  • #003
    Jorge - 19 marzo 2013 - 14:52

    Hola Enrique:

    Te has pasado tres pueblos con eso de los átomos. Desde hace unos cuantos años, muchas empresas están prototipando con impresoras de resina (y otros materiales) en industrias tan dispares como el diseño de grifería o la arquitectura. Y si bien es cierto, que el prototipado rápido reduce muchos costes de I+D+i, también lo es que a nivel industrial, se necesitan economías de escala,reproducciones de gran tamaño y capacidades de ensamblaje, que la produccíón flexible no puede ofrecer. La disrupción que pueda provocar la impresión tridimensional tal y como la concive Clayton Christensen, es demasiado ambigua.

    ¿Para qué «industrias del átomo» concretas consideras que la impresión en 3D será disruptiva? ¿En cuántos años crees que sucederá?

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