El precio de cerrar los ojos al progreso

Imagen Leo en IBLNews como Kodak sufre pérdidas trimestrales netas, debido a que el crecimiento en fotografía digital no es capaz de soportar la caída rapidísima de su negocio de películas fotográficas convencionales (más en Forbes o en C|NET). La película convencional empieza a ser un objeto de nicho, para un sector cada vez más pequeño de profesionales, y aplicaciones tales como las placas de radiografía en Medicina, un negocio cuyo crecimiento nunca ha sido para tener a contento a ningún accionista. La caída de la compañía más emblemática de la historia de la fotografía, inmersa en una dolorosísima transición hacia la tecnología digital, resulta especialmente paradigmática, todo un capítulo en un hipotético libro dedicado a como intentar evitar enfrentarse a las tecnologías disruptivas mediante la técnica del avestruz: enterrar la cabeza en la arena e intentar convencerse a uno mismo de que todo es un mal sueño y no nos puede estar ocurriendo a nosotros.

En efecto, Kodak es un ejemplo de cómo retrasar la reacción ante una tecnología disruptiva puede resultar enormemente costoso, y privar a la compañía que así lo hace de un tiempo de reacción que podría haber resultado valiosísimo de haberse utilizado correctamente. Kodak, en realidad, no apostó en serio por la fotografía digital hasta el pasado Enero, cuando se lanzó a un desesperado y claramente tardío plan de inversiones de tres mil millones de dólares. Los frutos son que a estas alturas ya ha despedido a más de once mil empleados, y ha visto degradada en repetidas ocasiones la calidad de su deuda por los analistas, algo que erosiona duramente la posible flexibilidad competitiva y capacidad de reacción de la compañía. Sin embargo, Kodak no es, ni con mucho, el peor de los casos relacionados con la irrupción de la fotografía digital como tecnología disruptiva: para caso verdaderamente sangrante, ¿qué tal Polaroid?

ImagenEn el caso de la empresa de Boston, la cosa fue todavía más dura. La miopía total y el no querer ver cómo la fotografía digital aniquilaba completamente sus posibilidades de ganar dinero con una propuesta de valor centrada en la fotografía instantánea sobre película llevaron a la compañía al Chapter 11 (bancarrota) en Octubre de 2001: las ventas empezaron a declinar en 1996, incapaces de competir con los laboratorios de revelado de película convencional en una hora y con la pujanza de unas al principio muy deficientes cámaras digitales. La compañía fue rescatada de la bancarrota por un fondo de inversión, pero resulta patético ver como hoy en día, casi diez años después, sólo ha irrumpido tímidamente en el negocio de la fotografía digital y continúa intentando vender cámaras de fotografía instantánea sobre película en su página web, sin querer enterarse de que los tiempos han cambiado. Hoy en día, lo primero que se hace nada más disparar una fotografía es ver cómo ha quedado. La fotografía digital, gracias a la imparable acción del progreso tecnológico, se acerca ya a resoluciones altísimas capaces de empezar a sustituir lentamente a la fotografía convencional sobre película incluso en los segmentos más elevados de usuarios.

El paralelismo con la industria de la música y el P2P como tecnología disruptiva creo que será mucho mejor y más elegante por mi parte dejarlo a la imaginación del lector. Una pena que la ministra esté demasiado ocupada como para leer insignificantes blogs, como para escuchar la voz de los ciudadanos. ¿Podría tal vez alguien de su entorno imprimir esto y asegurarse de que le llega?

3 comentarios

  • #001
    Horaci - 24 abril 2005 - 20:28

    Esperemos que la ministra no quiera ahora imponer un canon a las camaras digitales para cubrir la falta de previsión de la indústria fotográfica.

    Aunque visto lo visto, no sería de extrañar. Seguramente es culpa del pueblo y el pueblo debe pagar: aunque no necesites revelar una fotografía en papel nunca más en tu vida.

  • #002
    Enrique - 25 abril 2005 - 10:05

    Está claro que los refranes populares tienen una gran carga de razón. Hay uno que dice: «renovarse o morir».

    Si te empecinas en no ver venir el tren, al final te arrolla.

    Saludos.

  • #003
    Chemape - 25 abril 2005 - 12:25

    Como anotación al ejemplo de la tecnología disruptiva en fotografía, me temo que ya no se pueda esperar crecimiento ni de la radiografía médica. Tengo un amigo que trabaja en un hospital inaugurado en 2004 y sólo manejan imágenes digitales (Philips). Ya puestos, los Reyes de este año le han echado una PDA porque necesitaba el vadevecum en línea (y le encantan los mapas y el GPS).

    Como idea, ¿no sería mejor intentar hacer llegar ciertos recados a Calvo a través de la gente de Montilla (¿Paco Ros?).

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