Cambiando nuestras percepciones sobre la impresión tridimensional

IMAGE: Kadriya Gatina - 123RFLa impresión tridimensional es una de esas tecnologías que nos está permitiendo presenciar en tiempo real un desarrollo de potencial y aplicaciones similar a una explosión.

Aunque las primeras impresoras tridimensionales datan de los años ’80, no ha sido hasta alrededor de 2010 cuando ha empezado a popularizarse su uso con el desarrollo de modelos de cada vez mayor simplicidad y menor coste, al tiempo que surgen nuevas variaciones y tecnologías que incrementan su utilidad y posibilidades.

Por un lado, ya hemos visto cómo algunos modelos de impresoras 3D llegaban hasta las ofertas de las grandes superficies, de la mano de compañías orientadas al mercado de consumo que ahora forman parte de conglomerados cada vez mayores. Si unes este fenómeno con las tiendas en la calle, con la posibilidad de hacerte tú mismo tu propia impresora tridimensional de la mano de proyectos DIY como RepRap y con el fenómeno de los hackerspaces, esa multidimensionalidad y variedad de jugadores le da un aspecto de «sopa primordial» interesantísimo. Si añadimos la expiración, precisamente ayer, de la importante patente que protegía el proceso fundamental de una de las modalidades de impresión 3D, el panorama no puede ser más halagüeño.

Por otro, vamos viendo cómo las primeras limitaciones que estaban en boca de todos los críticos empiezan a desaparecer: desde los primeros modelos que imprimían únicamente en dos tipos de plástico termofusible, vamos avanzando hacia aparatos capaces de imprimir en fibra de carbono o en metal, tanto a nivel de pequeño taller como a escala industrial, o aparatos capaces de imprimir objetos de múltiples colores y múltiples materiales en un solo paso.

Si empiezas a recopilar aplicaciones actuales para la impresión tridimensional, te puedes encontrar bien a gusto con una lista de treinta tipos de usos, desde fabricación de piezas de aviones de combate con un enorme ahorro de tiempos y presupuesto, hasta cuestiones que van desde prótesis a selfies y figuritas decorativas de todo tipo (incluyendo fetos, a modo de «imprime a tu bebé«), maquetas, o incluso tejidos vivos. O una casa. El famoso temor ante la idea de hordas de pandilleros imprimiendo pistolas ha resultado ser mucho más sensacionalismo que otra cosa: si quieres hacer una pistola, hay mil maneras mucho más prácticas de hacerla.

El acceso y la familiaridad con este tipo de tecnologías va a determinar muchísimas cosas en el futuro, y va a afectar a la forma de hacer las cosas en una muy amplia gama de industrias de todo tipo, a través de efectos que van desde el prototipado rápido hasta la fabricación directa de elementos en series cortas o incluso únicas. Recuérdalo: si no lo ves venir, es que te está fallando la vista.

 

(This post is also available in English in my Medium page, “3D printing: the shape of things to come«)

11 comentarios

  • #001
    Fran - 29 enero 2014 - 19:56

    Según va aumentando el número de materiales disponibles van saliendo aplicaciones más y más interesantes(lo de imprimir al feto me parece, cuando menos, escalofriante). De todos modos, aún está por ver si llegaremos a tener todos una en casa, o se quedará en la industria y hogares de manitas, como comentaba por aquí. La verdad que suena un poco como aquello de «en el año 2000 todos iremos a trabajar en coches voladores».
    Lo que de verdad me parece interesante, es la vida que estos aparatos le están dando a los hackerspaces, una costumbre poco extendida por estos lares que me hace envidiar a los yankies en este aspecto. Ojalá sea un movimiento que venga para quedarse!

  • #002
    Daniel Terán - 29 enero 2014 - 20:13

    «[…] si quieres hacer una pistola, hay mil maneras mucho más prácticas de hacerla.»

    Precisamente la revolución es ésa, que con el tiempo la forma más práctica de hacer las cosas sea mediante impresoras 3D ¿no?

  • #003
    Maria Garcia - 29 enero 2014 - 22:06

    Impresionantes estos sistemas de impresión en 3d, seguro que se me escapan todas las aplicaciones que pueden tener. Me imagino que en biomedicina tendrá mucha salida en un futuro.

  • #004
    Gorki - 29 enero 2014 - 22:49

    #2 Daniel Teran
    Muy posiblemente tengas razón, con el tiempo la forma más practica de hacer una pistola sea una impresora 3D, y hoy la forma mas práctica de hacer una ballesta es con ayuda de un serrucho http://www.youtube.com/watch?v=pHdt2zKur1w

    ¿Qué aconsejas? – Eliminar los serruchos, solicitar licencia de armas para comprar un serrucho, perseguir a las ferreterías,… ¿Qué solución das?.

  • #005
    Gorki - 29 enero 2014 - 23:01

    A mi el uso que más me agrada no es hacer armas es crear manos artificiales para mancos por solo 5 dólares http://youtu.be/SpTaWe8nsrQ

  • #006
    nicopernas - 29 enero 2014 - 23:19

    Curioso, justo minutos antes leía esta noticia que habla de como una patente sobre un técnica de 3D printing expiraba ayer y que podría de alguna forma ayudar a bajar los precios en impresoras de ese estilo.

    Sin lugar a dudas las impresoras 3D son cada vez más asequibles y cada vez nos sorprenden más las cosas que la gente hace por ahí. Si a eso le sumamos la posibilidad de poder comprar (por prácticamente nada) pequeños ordenadores, a.k.a RaspberryPi, Intel Edison (pronto), Arduino o FLORA… las posibilidades DIY son infinitas.

  • #007
    Antonio Castro - 29 enero 2014 - 23:34

    Por una parte tenemos una industria vomitando cantidades ingentes de productos estandarizados que salen al mercado a velocidad de vértigo, y por otra la herramienta para conseguir eso que la industria, o bien no proporciona, o lo proporciona a un precio inaccesible debido a la escasa demanda.

    Es más difícil innovar si te limitas a usar productos prefabricados que usa todo el mundo. La impresora 3D es una herramienta genial para inventores e innovadores. Cada vez las harán más precisas y versátiles. Es cierto, estamos en un momento de crecimiento explosivo de esta tecnología. Hay muchas versiones de impresoras caseras, algunas controladas por un arduino.

    ¿Nos hemos vuelto todos ingenieros mecánicos de repente?

    Yo lo que creo es que se transformará en un electrodoméstico más.

  • #008
    mercadder - 30 enero 2014 - 10:54

    La impresión 3D es muy vieja a nivel industrial, el tema es si llega a tecnología de consumo. Y es allí donde dudo que pase.

    Que hay nuevos materiales, y nuevos fabricantes?, sí. Pero eso no tiene futuro en el mercado de consumo, porque su difícil estandarización no va a abaratar los costos lo suficiente para competir con los fabricantes chinos de cosas, que hacen las mismas figuritas de plástico por trillones en una linea de producción.

    Quienes se pueden beneficiar y con mucho cuidado de la obselatización, son ciertas empresas muy específicas, para crear piezas patentadas, bajo esquemas patentados de fabricación.

    Las impresoras 3D no son un iPad porque no están rompiendo paradigmas. Intenta cambiar los actores, a ver si los existentes se dejan.

  • #009
    Jucamola - 30 enero 2014 - 12:12

    Yo estoy un poco con mercadder, no veo todavía el sentido a todo esto de la impresión 3D en el mercado de consumo, y cualquier encargo de cualquier pieza pequeñita tiene unos precios muy superiores al que tendría si se fabricasen por otro método.

    Sigo a un grupo local que se dedica a hacer cosas con esto de las impresoras, y por ahora el único uso útil que le han encontrado a las impresoras es imprimir piezas para montar nuevas impresoras y venderlas a la gente que quiera montarse una. Parece que estén montando un timo de estos piramidal en el que la gente solo quiere las impresoras para vender impresoras.

  • #010
    Konamiman - 30 enero 2014 - 14:49

    Pues yo he tenido una experiencia de «mundo real» con la impresión 3D, que ha sido bastante positiva.

    Un buen día mi nene de tres años decidió que subirse en el tirador de uno de los muebles de la cocina era una buena idea para conseguir sentarse en la encimera… zas, tirador roto. La tienda que me hizo la cocina ya no existía, y recorrí media ciudad buscando un tirador igual, sin éxito. Entonces recordé que un amigo tiene una impresora 3D y es bastante manitas con el diseño, así que le di el tirador roto y en unos días me había hecho un duplicado, si no perfecto (el original era de metal) sí lo bastante bueno como para «dar el pego» y no desentonar con los otros tiradores de la cocina.

    Armas y piezas de aviones no sé… pero para cosas mundanas como esta, me da a mí que la impresión 3D tiene bastante futuro. :-)

  • #011
    mercadder - 31 enero 2014 - 13:42

    #10 futuro? al talabartero de la esquina. Quien va a montar un negocio, o a comprarse una bicha de estas para crear una piececilla que estadisticamente es muy poco probable que no este ya en el mercado?

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