¿Y si Jack Dorsey tuviese razón otra vez? Un vistazo profundo a Bitchat, la mensajería sin internet

IMAGE: Two people in a forest at night use smartphones that connect through a glowing mesh of nearby devices, forming a decentralized communication network without internet

Jack Dorsey, a quien sigo desde sus tiempos al frente de Twitter, no es precisamente un personaje convencional. Capaz de construir una red social que redefinió el discurso público y después renegar de ella en busca de formas más descentralizadas de comunicación, su trayectoria es la de alguien obsesionado con la idea de la libertad en el entorno digital.

Su última ocurrencia, Bitchat, es un ejemplo fascinante de hasta dónde puede llegar esa obsesión. Se trata de una aplicación de mensajería instantánea que no necesita internet, ni servidores, ni cuentas de usuario. No requiere tu número de teléfono, ni tu correo electrónico, ni absolutamente ningún dato personal. Solo un móvil con Bluetooth activado. El objetivo es demostrar que es posible conversar e incluso mover bitcoins sin depender de redes móviles ni de servidores, solo con la modesta radio Bluetooth que todos llevamos en el bolsillo. Y funciona, o al menos, funciona hasta cierto punto.

La aplicación se presentó el pasado 10 de julio como beta limitada y agotó en pocas horas sus diez mil plazas de TestFlight. Ahora, ya está disponible en la App Store, y el resultado si te la descargas es una experiencia completamente espartana: abres la app y, si hay alguien cerca que la tenga, ya estás dentro del canal, un retorno casi romántico a la época IRC, pero sin ninguna infraestructura común. Y precisamente esa precariedad convierte a Bitchat en una herramienta útil para festivales, excursiones o catástrofes naturales, donde la infraestructura se cae y cualquier forma de comunicación, por rudimentaria que sea, vale oro.

La premisa detrás de Bitchat suena casi a manifiesto ideológico. Inspirado en tecnologías como Bluetooth Mesh, permite que los mensajes salten de dispositivo en dispositivo, rebotando entre teléfonos cercanos como si se tratara de una red neuronal humana. La propia documentación presume de comandos /join o /msg, de compresión de mensajes y de modos de ahorro de energía, pero advierte que el rango efectivo rara vez supera los 300 metros. Si dos usuarios están a más de 300 metros, no pasa nada: pero con suficientes nodos intermedios, el mensaje llega, y, en teoría, cifrado de extremo a extremo con X25519 y AES‑256‑GCM. Se autodestruye por defecto, no queda registro en ninguna nube y solo se almacena localmente. ¿Privacidad? Total. ¿Censura? Imposible. ¿Dependencia de terceros? Nula.

La propuesta tiene un aroma evidente a criptoanarquismo y a resiliencia anti-sistema. Y en un mundo donde cada vez más gobiernos apagan internet a conveniencia, o lo instrumentalizan para controlar a sus ciudadanos, no se puede decir que sea una idea descabellada.

Desde el punto de vista del usuario, la experiencia es radicalmente distinta de lo que ofrecen sistemas como WhatsApp, Signal o Telegram. No hay verificación de identidad. No hay backup en la nube, ni siquiera nube, ni «última hora de conexión». No hay forma sencilla de saber si estás hablando realmente con quien crees estar hablando. Es un sistema «trustless» en el sentido más literal y radical del término. Y eso, como era de esperarse, ha desatado una tormenta entre los expertos en seguridad.

El análisis técnico no se ha hecho esperar. Especialistas como Jim Miller han destrozado el planteamiento criptográfico de la app: el sistema de claves públicas es, en su implementación actual, puramente decorativo. La función «Favoritos» permite almacenar la clave de otro usuario, pero sin ninguna garantía de que no haya sido suplantada en algún punto. El ataque man-in-the-middle es trivial y fácil de automatizar. A ello se suman firmas opcionales, cabeceras sin protección y comandos privilegiados que cualquier usuario puede secuestrar con un cliente modificado. No hablamos de bugs triviales, sino de fallos de diseño susceptibles de comprometer la autenticidad y la integridad de las conversaciones. En la práctica, Bitchat no es seguro. O al menos, no lo es todavía.

Dorsey lo sabe: el propio repositorio advierte que el software no ha sido auditado y puede contener vulnerabilidades, nota que se añadió después de cerrar (y reabrir posteriormente) el primer issue crítico en GitHub. Tras la polémica, anunció la migración del protocolo a Noise y comenzó a aceptar pull requests para reforzar la criptografía, reconociendo que su «proyecto de fin de semana» necesitaba madurar antes de usarse en contextos de riesgo.

Y sin embargo, hay algo profundamente interesante en este experimento. Porque Dorsey no parece estar vendiendo una solución definitiva, sino más bien planteando una provocación: ¿y si pudiésemos comunicarnos sin depender de infraestructuras centralizadas? ¿Y si el teléfono que tienes en el bolsillo fuese, por sí solo, una estación autónoma de transmisión de mensajes? ¿Y si no necesitásemos de Apple, ni de Google, ni de ninguna autoridad para hablar con quien queramos, cuando queramos, y sin dejar absolutamente ningún rastro?

La idea no es nueva: Bridgefy ya lo intentó en 2019 durante las protestas de Hong Kong, y desde entonces han proliferado soluciones descentralizadas como Briar o Reticulum. Lo nuevo aquí es el enfoque: una mezcla de espontaneidad hacker – Dorsey afirma haberlo programado en un fin de semana, – una estética minimalista, y una narrativa tan coherente con su evolución personal como provocadora en términos tecnológicos. El añadido más reciente, la posibilidad de enviar Bitcoin vía Lightning Network a través de Bluetooth sin conexión a internet, no hace más que reforzar la visión: comunicación y pagos sin intermediarios, sin huella, sin supervisión. Como si alguien se hubiese propuesto diseñar una app para un futuro post-apocalíptico, o para una sociedad radicalmente libre.

¿Funcionará? Es difícil decirlo. A nivel técnico, Bitchat está aún en pañales. Los errores de diseño son demasiado básicos como para recomendar su uso en situaciones sensibles. Desde una perspectiva de producto, su utilidad está limitada por la densidad de usuarios: sin otros dispositivos cercanos, no hay red, no hay mensajes, no hay nada. Pero como idea, como concepto, como declaración de intenciones, tiene un valor inmenso. Nos obliga a repensar lo que entendemos por «mensajería» en un mundo saturado de vigilancia y dependencia digital.

En el fondo, lo que Jack Dorsey está haciendo con Bitchat no es construir un rival para WhatsApp, ni siquiera para Signal. Está dibujando otra categoría de aplicación, otra filosofía de comunicación. Una que privilegia la autonomía sobre la comodidad, la privacidad sobre la interoperabilidad, la resiliencia sobre la facilidad de uso. Es imperfecta, sí. Está llena de agujeros, también. De hecho, el debate que se ha desatado ilustra la paradoja de la seguridad: exigimos estándares de Signal a un producto con una semana de vida, pero a la vez castigamos la transparencia que hace posible esa auditoría colectiva. Bitchat no es seguro hoy, y quien lo use para coordinar una protesta se expondrá a deslices fatales. Sin embargo, la decisión de abrir el código, de reconocer los errores y de absorber la presión de la comunidad es, precisamente, el camino que ha permitido a proyectos como Signal alcanzar la robustez que ahora damos por sentada.

Si algo ha demostrado Dorsey en su carrera es que sabe ver antes que otros por dónde va el mundo. Y si este experimento logra encontrar una comunidad interesada en fortalecerlo, auditarlo y adaptarlo, no sería la primera vez que una idea suya termina redefiniendo cómo nos comunicamos.

Porque quizás el problema no sea que Bitchat sea inseguro. El problema es que todo lo demás que utilizamos lo es mucho más, y ya ni nos molesta: unos cuantos lo aceptan como mal menor, y otros muchos, la mayoría, ni se lo plantean, ni se enteran. ¿Qué futuro le espera a Bitchat? Si Dorsey logra reclutar a suficientes desarrolladores y someterse a auditorías rigurosas, podría convertirse en la referencia de la mensajería post‑internet: una especie de «canal cero» que siempre funciona mientras haya un puñado de teléfonos cerca. Si, por el contrario, se queda en juguete de fin de semana, acabará como FireChat: un bonito recuerdo de lo que pudo ser. Conociendo a Jack, mi apuesta es que insistirá hasta que el prototipo soporte los requisitos de anonimato y verificación que hoy le faltan. Y, si lo consigue, puede que dentro de unos años recordemos este mes de julio como el instante en que empezó a gestarse la primera red social que no necesita red.


In case you want to read this article in English, it’s open to everyone on my Medium page, «Messaging without the internet: Jack Dorsey’s radical experiment«

25 comentarios

  • #001
    Benji - 31 julio 2025 - 11:34

    Yo he usado unas similares para poder comunicar con mi esposa en el avión cuando nos sentaban separados (manías de Ryanair) y siempre me han parecido más un juguete que algo real.

    Peeeero, si a esto incorporamos PCs con Bluetooth, tablets, etc. podría haber una red Mesh brutal.

    Es más, se podrían diseñar con un QR aplicaciones para partidos de fútbol, olimpiadas o lo que sea y tener un cierto control de anuncios, letras de canciones, avisos de seguridad, etc.

    Vamos, por podría ser muy interesante.

  • #002
    Marcos - 31 julio 2025 - 11:51

    Cuidado, Cuidadito.

    “ El objetivo es demostrar que es posible conversar e incluso mover bitcoins sin depender de redes móviles ni de servidores, solo con la modesta radio Bluetooth que todos llevamos en el bolsillo. Y funciona, o al menos, funciona hasta cierto punto.”

    Porque me parece a mí que quizás ni tan siquiera tuviera o tenga un carácter comunicacional como el ciudadano raso pueda entender, que es el de comunicación como tal, mantener conversaciones entre varias personas, si no que se comuniquen los dispositivos para otra labor diferente. Mover dinero.

    Acabará o despegará en el momento en el que Dorsey o cualquier otro de los personajes de la élite puedan ver la puerta a nuevas funciones que ellos puedan explotar ellos y luego ya si eso, por supuesto, todos los que vengan por detrás. Pero ellos los primeros de forma absoluta.

    Poca gente podrida de dinero, se me ocurre, que trabaje por amor al arte (y no es una frase hecha porque se me ocurre algún ejemplo).

  • #003
    Javier - 31 julio 2025 - 11:51

    Hay algo que no he entendido. El objetivo final es comunicarte con la persona que tú quieres, ¿no? Si es así, ¿cómo llegas a ella? Puedes ir pasando de teléfono en teléfono, pero en algún momento se habrá de introducir algún tipo de identificador (IMEI, MAC, etc.) para que el mensaje «se pare» en el momento en que llegase a su destinatario, y no siga rebotando.

    Si, por el contrario, el objetivo es hacer algún tipo de broadcast, entiendo que no haría falta, pero su uso estaría limitado a eso, a difusiones.

    En cualquier caso, desde luego es interesante.

    • JM - 31 julio 2025 - 12:05

      Quizás se podría usar identificadores (y claves) concertados previamente entre los dispositivos origen y destino. El destino recogería solo los mensajes destinados a él para los que sólo el tendría las claves criptográficas.

      Se negociarían identificadores y claves en persona mediante bluetooth y que la comunicación se hiciese a través de un protocolo para larga distancia y bajo ancho de banda como LoRa u otros.

  • #005
    JM - 31 julio 2025 - 11:59

    Me parece muy interesante.

    Dado que para enviar el equivalente a SMS el ancho de banda no sería importante, si se pudieran incorporar otros protocolos distintos de bluetooth, quizás con un complemento que use LoRa por ejemplo, podría aumentar mucho la distancia de comunicación.

  • #006
    Dedo-en-la-llaga - 31 julio 2025 - 12:19

    Quizás entiendo mal el post, pero poner el acento en los múltiples fallos de seguridad, privacidad, desprotección, etc., sin antes tener en cuenta que este «invento» coloca las comunicaciones a la altura de los famosos cucuruchos de yogur unidos por un hilo, ya que incluso es más burdo que un Walkie-Talkie (si no lo he entendido yo mal), pues no sé qué queréis que le diga yo al bueno de Jack Dorsey…

    • JM - 31 julio 2025 - 12:25

      Vale, pero ten en cuenta que esto es un «sujétame el cubata»

      • Buzzword - 31 julio 2025 - 14:12

        Exacto !!

      • Dedo-en-la-llaga - 31 julio 2025 - 17:19

        ¿Sólo el cubata o también el petardo de maría…?

  • #010
    Gorki - 31 julio 2025 - 13:20

    Esta técnica, es similar a la utilizada por los aparatos IOT, donde cada elemento es un nodo de de una red que recibe y si convienen y retransmite las señales enviadas por otros nodos.

    Las posibilidad de comunicarse sin necesidad de una infraestructura siempre ha sido una necesidad de la humanidad, de las señales con tambores y de humo, o mas modernamente en las escuadras de guerra, enviarse mensajes en Código Morse mediante destellos de luz

  • #011
    Buzzword - 31 julio 2025 - 14:10

    Vuelve el Buzzword básico…

    Elige la opción, solo hay una buena.

    «una payasada»,
    «una paja mental»,
    «lo de centrarse en btc, un clickbait»
    «las 3 opciones anteriores son correctas»

    Como dice Benji… aplicado a lo del avión… un juguete…

    PS: Bluejacking… pon tu monedero en el bluetooth ….

  • #012
    Naudot - 31 julio 2025 - 16:59

    ¿Un sistema lleno de libertad, ácrata, ajeno al control gubernamental? ¿No suena a lo que parecía ser internet en 1999 o 2001? ¿Cuánto tardaría en perder esas características?

    • Dedo-en-la-llaga - 31 julio 2025 - 17:17

      Cero coma.

  • #014
    Gorki - 31 julio 2025 - 19:57

    una especie de «canal cero» que siempre funciona mientras haya un puñado de teléfonos cerca que tenga activado el Bluetooth. Algo que yo por ejemplo no llevo en el 99% de las veces.

    Dudo que llegue a generarse una «red cero» salvo acuerdos previos entre los nodos

  • #015
    Buzzword - 31 julio 2025 - 20:38

    GEPETO aunque hoy le tengo castigado por no dar una con el código…. sale a decirnos que es una parida del 15 pensar en bluetooth o no

    (Spoiler, que buena persona es gepeto)

    BUZZWORD:

    "Se podría hacer una aplicación con Bluettoh que estuviera funcionando en los terminales móviles y permitir comunicaciones (voz y datos) en una ciudad... o sería una idea bastante ingenua"

    ChatGPT Plus

    Buena pregunta. La idea de usar Bluetooth para crear una aplicación que permita comunicaciones de voz y datos entre móviles en una ciudad es interesante, pero en la práctica tiene limitaciones importantes. Vamos a desglosarlo:

    ¿Es técnicamente posible?
    Sí, en teoría, podrías crear una app que:

    Use Bluetooth para conectar dos móviles cercanos.

    Permita comunicación directa (P2P) entre ellos (voz, texto, datos).

    Use técnicas tipo "mesh network" para que los datos salten entre dispositivos hasta llegar al destino.

    Pero...

    ¿Es viable en la práctica para toda una ciudad?
    Limitaciones técnicas fuertes:
    Alcance corto:

    Bluetooth cubre 10 a 50 metros en ciudad, así que necesitas que muchos dispositivos estén muy cerca unos de otros constantemente.

    Bajo ancho de banda:

    Aunque 2 Mbps puede parecer suficiente, no es ideal para voz continua o múltiples conexiones simultáneas.

    Latencia y estabilidad:

    Las conexiones Bluetooth no están diseñadas para comunicaciones en tiempo real confiables (como llamadas de voz a larga distancia).

    Topología cambiante:

    En ciudad, los dispositivos entran y salen del alcance constantemente.

    Una red tipo "mesh" se rompe fácilmente si los nodos se mueven.

    Batería:

    Mantener Bluetooth activo todo el tiempo consume batería rápidamente, y muchos usuarios no lo permiten.

    ¿Qué alternativas existen?
    ✅ Viable a pequeña escala:
    Áreas cerradas o eventos (festivales, protestas, conciertos): donde hay mucha densidad de usuarios.

    Apps como Bridgefy o Briar usan Bluetooth y Wi-Fi Direct para mensajería descentralizada sin internet.

    ❌ No viable a gran escala (ciudad completa):
    Requiere densidad de usuarios activa constantemente, como mínimo 1 dispositivo cada 10–20 metros, lo cual es irreal.

    ¿Una idea ingenua?
    No es ingenua, pero sí muy limitada en su forma actual:

    Es una buena idea como concepto experimental (sobre todo en situaciones donde no hay internet).

    Pero no escala bien sin una infraestructura paralela (como repetidores, routers mesh o nodos dedicados).

    Recomendación
    Si te interesa este campo, podrías explorar:

    Redes LoRa o Wi-Fi Mesh para largo alcance con bajo consumo.

    Comunicación P2P por Wi-Fi Direct.

    Aplicaciones descentralizadas que combinan varios métodos de conexión.

    ¿Quieres que te proponga un diseño conceptual de una app basada en esto (por ejemplo, para uso en emergencias o festivales)?

    BUZZWORD:

    Vamos que es una idea tan peregrina, como hablar con 2 vasos de plástico y una cuerda entre ellos?

    ChatGPT Plus

    No tan peregrina como eso... pero sí bastante limitada en alcance y realismo a gran escala, como si quisieras hablar con un sistema de vasos y cuerda entre dos edificios.

    La comparación tiene algo de verdad:
    Funciona... solo si estás muy cerca.

    Se corta fácil.

    Depende completamente del medio físico (en este caso, cercanía entre móviles y buen enlace Bluetooth).

    No escala ni de broma a una ciudad.

    Pero ojo:
    La idea no es ridícula. De hecho, en ciertos contextos tiene mucho valor:

    En zonas sin cobertura (desastres, apagones de red).

    En países con censura o restricciones de internet.

    En eventos con mucha gente donde las redes móviles colapsan.

    Para juegos o apps locales que no necesitan internet.

    Ahí es donde entra el concepto de mesh networks descentralizadas, aunque no sea por Bluetooth necesariamente.

    ¿En resumen?
    ¿Para reemplazar la red móvil o internet en toda una ciudad?
    → Ingenuo.

    ¿Para conectar personas localmente, sin infraestructura, en situaciones específicas?
    → Creativo y útil (aunque con limitaciones).

    Gepeto es muy buena persona, todo hay que decirlo, y es verdad que los casos de uso que propone, con bajarte una app y jugar con el móvil… pues está muy bien… es como cuando jugabas con el walkie, y pillabas la estación de la policia, con 10 años, que tiempos.

    • Manuel - 1 agosto 2025 - 10:24

      Dice Claudia -a tus mismas preguntas-:

      Se podría hacer una aplicación con Bluettoh que estuviera funcionando en los terminales móviles y permitir comunicaciones (voz y datos) en una ciudad… o sería una idea bastante ingenua?

      El desarrollo de una aplicación Bluetooth para comunicaciones urbanas presenta tanto oportunidades reales como limitaciones técnicas significativas que deben considerarse cuidadosamente.

      Viabilidad técnica

      Bluetooth tiene un alcance limitado de aproximadamente 10-100 metros dependiendo de la clase del dispositivo. Esto significa que la comunicación directa entre dispositivos solo funcionaría cuando estén relativamente cerca. Para cubrir una ciudad completa, se necesitaría crear una red mallada (mesh network) donde los mensajes salten de dispositivo en dispositivo hasta llegar a su destino.

      La tecnología Bluetooth Low Energy (BLE) y especialmente Bluetooth Mesh ofrecen capacidades más avanzadas para este tipo de aplicaciones. BLE permite conexiones de menor consumo energético, mientras que Bluetooth Mesh está específicamente diseñado para crear redes de área amplia con múltiples nodos.

      Casos de uso prácticos

      Esta aproximación podría ser útil en escenarios específicos como emergencias donde la infraestructura celular falla, eventos masivos donde las redes están saturadas, o en comunidades que buscan comunicación local independiente. También podría servir para intercambio de información hiperlocal como ofertas comerciales, avisos comunitarios o sistemas de mensajería entre vecinos.

      Desafíos principales

      El mayor obstáculo es la dependencia de la densidad de usuarios. La red solo funciona si hay suficientes dispositivos participando y distribuidos geográficamente. Además, cada salto en la cadena introduce latencia y posibles puntos de falla.

      La gestión de batería es crítica, ya que mantener Bluetooth activo y participar en una red mallada consume energía. Los usuarios podrían desactivar la función para preservar batería, fragmentando la red.

      Alternativas existentes

      Aplicaciones como Bridgefy, FireChat (ya discontinuada) y Briar han explorado conceptos similares con resultados mixtos. Algunas han tenido éxito en nichos específicos como protestas o desastres naturales, pero ninguna ha logrado adopción masiva para uso cotidiano.

      Consideraciones de implementación

      Para que sea viable, la aplicación debería ofrecer valor incluso con pocos usuarios iniciales, quizás funcionando como una app de mensajería normal cuando hay internet y activando el modo mesh cuando no lo hay. También sería importante optimizar el consumo de batería y proporcionar incentivos claros para mantener la participación en la red.

      La idea no es ingenua, pero sí ambiciosa. El éxito dependería más de lograr adopción masiva y resolver los desafíos de experiencia de usuario que de superar las barreras técnicas, que son solucionables con la tecnología actual.

      Vamos que es una idea tan peregrina, como hablar con 2 vasos de plástico y una cuerda entre ellos?

      No, definitivamente no es tan peregrina. La analogía con los vasos y la cuerda no es apropiada porque estamos hablando de tecnologías y conceptos completamente diferentes.

      Diferencias fundamentales

      Los vasos con cuerda requieren una conexión física directa y solo permiten comunicación entre dos puntos fijos. En cambio, Bluetooth es una tecnología de radiofrecuencia madura que ya conecta miles de millones de dispositivos diariamente. La capacidad de crear redes malladas inalámbricas está demostrada y funcionando en múltiples contextos.

      Precedentes tecnológicos

      Las redes malladas no son ciencia ficción. WiFi mesh existe en routers domésticos, ZigBee se usa en domótica, y LoRaWAN conecta dispositivos IoT a través de kilómetros. Bluetooth Mesh es un estándar oficial desde 2017 y se utiliza en iluminación inteligente, sensores industriales y sistemas de automatización.

      Casos reales de éxito

      Durante las protestas en Hong Kong, aplicaciones como Bridgefy permitieron comunicación cuando se cortaron las redes celulares. En desastres naturales como huracanes, estas tecnologías han facilitado coordinación de rescates. No son casos experimentales, sino implementaciones funcionales bajo condiciones adversas.

      Limitaciones reales vs imposibilidad

      Los desafíos son de adopción, densidad de red y experiencia de usuario, no de viabilidad técnica. Es similar a cómo las primeras redes telefónicas necesitaban masa crítica de usuarios para ser útiles, pero nadie las consideraba «vasos con cuerda».

      La idea tiene fundamentos sólidos en tecnología existente y comprobada. Los obstáculos están en la ejecución y adopción, que son problemas complejos pero absolutamente superables con el enfoque correcto.

      • Dedo-en-la-llaga - 1 agosto 2025 - 11:32

        100 metros de alcance, dice. Yo también quiero lo que fuma esa flipada…

    • Dedo-en-la-llaga - 1 agosto 2025 - 11:38

      Me temo que el Bluetooth consume muchísimo menos que otras cosas en el movil, cosas cochinas que la gente lleva siempre abiertas en segundo plano sin tener ni idea que las lleva, o conexiones que también lleva activadas por la cara. Por ejemplo, la wifi…
      Por último, compartir VOZ por ese medio, eso sí que sería de merluzos integrales. Si no entendí mal, se trataba de mensajería de datos, no de voz. ¿No?

  • #019
    Xaquín - 31 julio 2025 - 20:41

    «La propuesta tiene un aroma evidente… » (EDans).

    Más que aroma tiene un tufo que te cagas… ¿Para qué quiero comunicarme en un radio de 300 metros, si mis amigos están normalmente a varios kilómetros?

    No todos somos asiduos de festivales varios, altamente siliconados.. ni activistas de microrrevoluciones pasadas del LP a una cinta casete.

    Menos mal que nos queda Portugal, y no se los querrán vender a los gazaties, para que se comuniquen de tienda en tienda, mientras los bombardean.

    Es como no pisar las calles analógicas, porque las ocupan la policía y los matones, para que nos hagamos señales de humo o mensajes con luces, como bien dice Gorki, de casa a casa. La internet está ahí y se quedará para siempre… como pasa con la IA, o la tomamos o nos siguen tomando (los de siempre).

    • Buzzword - 31 julio 2025 - 22:04

      Gepeto sabe quien era «Elena» y que tu escuchabas Radio Tirana… en esa época oscura que había que ponerse la manta por encima, porque las paredes oían… imagínate pillar la pirenaica sin interferencias.

  • #021
    Queimacasas - 1 agosto 2025 - 09:27

    En realidad así ya funciona AirTag de Apple, no?

  • #022
    Juan T. - 1 agosto 2025 - 11:11

    Que ilusos somos.

    Si algo tiene el poder es la capacidad de usar las presuntas herramientas «revolucionarias» en su contra para asentarse todavia mas.

    Vease el paradigmático caso de las redes sociales

  • #023
    Abel E. Monasterio V. - 2 agosto 2025 - 03:48

    Descargué la aplicación en mi móvil, pero no pude usarla… se empeñó que mi nombre completo está mal. Informa de «Bad full name»… Así que la eliminé de mi aparato, lástima, me parecía bien interesante.

    • Enrique Dans - 2 agosto 2025 - 10:59

      A saber lo que has descargado a tu móvil… Bitchat no te pide el nombre para nada

  • #025
    Miguel Barrera - 11 agosto 2025 - 14:15

    Muy interesante! Ojalá evolucione y se pueda usar. Si funciona en entornos tipo festivales, ya sólo para eso, merecerá la pena.
    Me queda la duda de cómo se identificaria a los usuarios.
    Saludos y gracias por estos posts.

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