Aranceles y automatización: lo absurdo de sabotear la reindustrialización de los Estados Unidos

IMAGE: OpenAI's DALL·E, via ChatGPT

El Financial Times, en su artículo titulado «Why robots are not the answer to US manufacturing reshoring hopes«, acaba de desmontar la idea del supuesto reshoring express norteamericano gracias a los aranceles y de que los robots cubrirán mañana las 500,000 plazas vacantes en la industria estadounidense.

Los autores recuerdan que integrar un robot colaborativo (entre los 25,000 y los 50,000 dólares) cuesta hasta 150,000 dólares cuando se incluyen los necesarios sensores, el preceptivo vallado y la puesta en marcha, y que apenas el 20% de las fábricas medianas de entre 50 y 150 empleados dispone de uno. Dos de cada cinco robots en el país están situados en el sector del automóvil, donde los procesos intensamente repetitivos compensan la inversión, pero fuera de ahí, la automatización «no se amortiza en un abrir y cerrar de ojos».

El problema fundamental es evidente: Estados Unidos no fabrica robots, sino que depende casi íntegramente de Asia y Europa. Los datos del International Federation of Robotics muestran que Japón produce el 46% de los robots industriales del mundo, y que China domina las nuevas instalaciones. Los Estados Unidos, salvo la esperanza de una Tesla que mide sus lanzamientos en el muy dudoso «Elon time», carecen de un campeón local y dependen de compañías como ABB, Fanuc o Kuka para automatizar sus plantas.

Los costes reales implican importantes barreras de adopción. Un brazo robótico que paletiza cajas hasta 40 kg ilustra el dilema: la máquina vale $30,000, pero instalarla sube la factura a $150,000. Para miles de PYMEs, en las que está el grueso del empleo manufacturero, la cuenta sencillamente no sale, sobre todo si cada nuevo lote exige reprogramar la célula.

La nueva línea arancelaria de la Administración Trump impone un mínimo de un 10% de sobrecoste a casi todas las importaciones industriales. Algunos países, como Suiza, se enfrentan al 31%, y China a recargos todavía mayores. Mientras el Idiot-in-Chief sigue diciendo que «arancel es su palabra favorita«, la compañía suiza ABB ya anunció que repercutirá el sobrecoste a los clientes estadounidenses, y la japonesa Fanuc directamente ha renunciado a publicar previsiones para 2025/26 debido a la demencial incertidumbre arancelaria. El resultado inmediato es un aplazamiento de proyectos de automatización y una carrera a encarecer la cadena de suministro de componentes críticos.

La gobernadora de la Reserva Federal, Lisa Cook, resume claramente el problema: gravar bienes de capital desincentiva inversión, ralentiza la difusión tecnológica y empuja la inflación. Si las empresas frenan la compra de robots, la productividad se estanca y la Fed se ve forzada a endurecer el crédito: un boomerang macroeconómico auto-inflingido.

Sin estrategia ni incentivos, esto supone para las compañías norteamericanas competir con la mano atada a la espalda. A diferencia de China o Corea, Estados Unidos carece de una estrategia nacional de robótica, y sus presupuestos científicos se están recortando incluso mientras la Casa Blanca sube los aranceles. Las cadenas de suministro se fracturan, la escasez de técnicos cualificados se agrava y surgen auténticos «cementerios de robots», equipos parados por falta de personal capaz de mantenerlos. La presión sindical añade otra capa: los contratos colectivos exigen compensaciones a los trabajadores desplazados o limitan la introducción de robots, retrasando todavía más la amortización. Y la integración de sistemas avanzados de inteligencia artificial, lejos de ser inmediata, sigue fuera de los niveles de precio para la mayoría de las plantas.

Estamos ante una evidencia clara de un proteccionismo que desarma. El país no produce los robots que necesita, impone tarifas que encarecen su importación, y la automatización se retrasa, con lo que el teórico reshoring pierde atractivo económico. Esto implica que la productividad se debilita, y la Reserva Federal teme nuevas presiones inflacionistas. Mientras Asia consolida su ventaja tecnológica, Washington grava, en vez de impulsar, la herramienta clave para fabricar en casa.

Si la ambición es reindustrializar, el camino pasa por abrir puertas a la automatización, no por levantar absurdos muros aduaneros. De lo contrario, los robots, y con ellos la competitividad, seguirán desembarcando en el puerto de Long Beach… con recargo incluido.


This article is also available in English on my Medium page, «When tariffs block the machines we need«

13 comentarios

  • #001
    Gorki - 11 mayo 2025 - 13:17

    Tengo la opinión, (probablemente confundida), que la GLOBALIZACIUON, ha creado una época de falsa prosperidad, los trabajos peor pagados se «exportaban» a Asia y los occidentales recibiamos productos de consumo mas baratos, controlado la inflación, mientras creaban trabajo en el sector de los servicios mejor pagados.

    Esto funciona bien, hasta que TODO te lo hacen en Asia y tu no haces nada, por lo que no tienes con qué permutar los productos que te mandan, y tienes que volver a traerte la fábricas a tu país.

    En mi opinión, Trump ha entrado en estas relaciones como un elefante en una c acharreria, pero de otra forma mas fina y negociada, mas pronto mejor que mas tarde, habria que buscar la forma de desmontar la Globalización.
    ,-

    • Lua - 11 mayo 2025 - 13:39

      Mira… 100% de acuerdo…

    • Buzzword - 11 mayo 2025 - 15:01

      Pues lo que venimos diciendo muy a menudo por estos lares…

      La vida según Trump parece que la quiere limitar a:

      «¿Eres americano o no lo eres?
      ¿Estás conmigo o no lo estás?
      ¿Quieres mis sobras o se lo echo al perro?»

    • Dedo-en-la-llaga - 11 mayo 2025 - 15:13

      Ja, ja, ja, «desmontar la globalización», qué chiste más bueno. Verás qué es lo que tiene que ocurrir para desmontar tal cosa. A lo mejor nosotros no lo veremos, pero en el caso de que lo veamos, idos preparando: en comparación, el ataque zombi va a ser un chiste de reír mucho…

  • #005
    Xaquín - 11 mayo 2025 - 14:54

    La experiencia es la madre de la ciencia (dicen) y la ignorancia la madre de la ineficiencia (megacomprobado):

    El Pato Trump no sabe de nada (dudo a veces de que sepa a mear sin echar el chorro fuera). Y lo está demostrando día a día, minuto a minuto.

    Se deshace de la fuerza de trabajo barata, por un lado, y dificulta la entrada de tecnología (e incluso su producción), como si esperara un maná divino.

    No se necesita un Oráculo para prever, que el beso en el culo, que tanto espera, va a ser la mordida de un auténtico tiburón bien siliconado.

    • Xaquín - 11 mayo 2025 - 15:01

      Y por cierto (acabo de leerlo), pedir la desglobalización es como pedir que se desfederalicen los Estados Unidos de América.

      Hay cosas que vienen y, para bien o para mal, no tienen freno. Solo se puede incidir en la forma de manejarlas. Con o sin inteligencia (como hace la naturaleza, sea lo que eso sea). Se llama evolución.

  • #007
    Gorki - 11 mayo 2025 - 18:24

    Que no me gusta nada Trump, es bien sabido, Pero al Cesar lo que es del Casar, ha conseguido que India y Paquistán paren la guerra y dialoguen, ha «liberado» los rehenes que tenía Maduro en Venezuela, y quizá consiga que rusos y ucranianos dialoguen.

  • #009
    Mauricio - 11 mayo 2025 - 20:16

    Enrique, lo que más me sorprende en estas últimas semanas es que veo más críticas de forma que de fondo a las ideas de reindustralización de Trump. Es decir, se critican con fuerza los aranceles y la actitud impositiva e impredecible del presidente, pero no la idea misma de que Estados Unidos dé un paso hacia atrás desde la era de la información a la era industrial. ¿No se decía que avanzábamos hacia la sociedad postindustrial en la línea del célebre libro La tercer ola y de otros similares? ¿No se suponía que lo que más valor generaba era el conocimiento que estaba detrás del diseño de un aparato como un iPhone y que, por el contrario, su fabricación no era nada más que un proceso mecánico indigno de un país desarrollado? ¿No era el «designed and engineered in California» infinitamente superior al «made in China»?

    Y más allá de que uno pueda llegar a pensar que Trump no tiene ni idea de lo que está haciendo, me pregunto si no hay otro tipo de cuestiones que no se están comentando. ¿Ha funcionado el modelo de la tercera ola y de su gran ícono, Silicon Valley, para la mayoría de la población estadounidense? ¿Son los planes de Trump un verdadero absurdo que lo único que va a lograr es que su país vuelva al caduco mundo de la segunda ola? ¿O es Trump, increíblemente, un visionario que se ha dado cuenta de que los chinos han juntado la segunda y la tercera ola y que eso es lo que les ha traído prosperidad?

    Hay cosas que la polarización política hace que no se comenten. Recuerdo, por ejemplo, cuando la idea de la industrialización por sustitución de importaciones era algo así como la antesala del progreso y cuando los aranceles eran vistos como una forma de proteger la industria nacional de la competencia desleal provocada por el libre comercio. ¿No eran todas estas ideas, al menos en parte, positivas? ¿O solo lo eran si eran apoyadas por el partido político «correcto», cualquiera que este fuese?

    A veces pienso que los analistas, globalmente, no están examinando las cosas realmente importantes. La maravillosa sociedad en la que el obrero industrial se iba a transformar en trabajador del conocimiento parecería ser más la excepción que la norma, incluso en los Estados Unidos. Si esto fuera así, ¿no deberíamos estar preocupados? Las previsiones en torno al futuro del mundo del trabajo llegan en ocasiones a tal punto que hasta parece progresista el proponer una Renta Básica Universal, cuando en realidad no se trataría más que de un parche ante un mundo incapaz de brindar trabajo digno para todos. ¿No ha sido tal vez la idea de que todos nos vamos a convertir en trabajadores del conocimiento esencialmente incorrecta? ¿No se desmontó en muchos sitios la sociedad industrial sin darle a la gente una buena opción laboral alternativa que no fuera la restauración, el turismo, el comercio minorista, conducir un taxi o vivir de un subsidio? ¿O deberían todas estas ocupaciones estar realmente incluidas dentro del concepto de trabajador del conocimiento? Sé muy bien que los knowledge workers pueden entrar dentro de las categorías de knowledge users, knowledge creators y knowledge facilitators y conozco también la importancia del sector de los servicios dentro de la nueva economía, pero es que hay cosas que han hundido a muchos en la precariedad y no veo que terminen de funcionar.

    La aparente vuelta de Trump hacia el pasado parece ser, en realidad, una mala broma de la historia. Incluso si Trump quisiera replicar el modelo chino, se toparía con que para ello necesitaría de sus odiados migrantes sin papeles y si, ante esto, decidiera aferrarse a la idea de solo tener empleados norteamericanos, se encontraría con que su estrategia no tiene una buena relación costo-beneficio, pues la gente tendría que ser convencida y capacitada para, literalmente, trabajar como chinos. Y lo de los robots, no es claro hacia dónde iría, pues, con los pocos impuestos que tendrían las empresas en la era Trump, es claro que no se podría financiar toda una serie de subsidios que serían necesarios para la población vulnerable y que él, además, no estaría dispuesto a implementar. Aún así, si en el fondo lo que en realidad Trump estuviera pensando es que habría que imitar a China, es posible que no se equivoque, más allá de que sus propios prejuicios, su arrogancia y su megalomanía hacen improbable que lo consiga.

    • F3r - 14 mayo 2025 - 18:45

      Sí, la idea de reindustrializar suena bien, y se puede hacer con salarios altos. Basta con no dejar entrar nada de fuera: que quieres comprar un tornillo? Son 30 pavos, ya está.

      También: poco habla Trump de lo traidores que fueron esos CEOs que todo el mundo alababa en los 90 y q sacaron las fábricas de su país.

      China: qué pasará cuando devore a sus trabajadores pobres (es decir los haya convertido en clase media)? Seguirá teniendo industria o se lo harán todo en bangladesh/África?

      Creo que nadie sabe lo que va a pasar con las fuerzas de trabajo, pero desde luego lo que lo tiene sentido es que ningún país esté sin producir, al menos, un porcentaje de las cosas básicas que usa en su día a día.

  • #011
    Benji - 11 mayo 2025 - 22:37

    Para ayudar y no meter politica, me limitaré a los robots y que reine la paz :-)

    Por supuesto que automatizar es un deseo y máxima de todo capitalista que se precie (no pagar sueldos, turnos de 24h, sin derechos laborales que lidiar, etc.

    Pero esto choca con lo que dice el texto:
    1. No son fabricantes de robots
    2. Los robots importados cuestan un 10-45% más
    3. La cadena de suministro cuesta un 10% más
    4. Al exportar, tienes los aranceles mutuos que te han puesto

    Vamos, ni el más mendrugo firmaría eso. Se nota que no lo han pensado… y he borrado lo otro para que me dejen entrar la próxima vez que vaya, hahaha

    • Buzzword - 12 mayo 2025 - 09:33

      Menos mal, pero el segundo párrafo, es en si mismo un manifiesto político…

      Yo me considero capitalista, fui empresario con personas a mi cargo, y jamás consideré que mis empleados tuvieran que tener un sueldo mísero (tampoco regalar el sueldo), con sus DDLL. La máxima que sumados todos los costes laborales, infraestructuras, inversiones, etc y el margen de empresa el negocio fuera rentable. Y el negocio duró bastante años hasta que llegan las empresas carniceras tirando precios y te destrozan el mercado. La automatización nunca (al menos para mi) fue una competencia ya que todos la podiamos usar…

      Si eres honrado y tu negocio solo da para pagar sueldos de mierda, entonces tu o tu negocio es una mierda…
      Al menos es mi opinión

      • F3r - 14 mayo 2025 - 18:49

        Tu última frase la uso bastante. Pero ese capitalismo, considerado como método económico para que una sociedad pueda vivir, prosperar y ser feliz, dista bastante de cualquiera de los capitalismos que yo he vivido en mis cuatro décadas de vida.

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